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miércoles, 25 de septiembre de 2013

[#ineditosis] Editores avispados (o tonto el último)

Algo están tramando en Random House Mondadori. 

Me pasan un link a una encuesta que lleva el originalísimo título de megustaescribir. En esa encuesta, a la que pueden llegar haciendo click AQUÍ, se plantean algunas preguntas interesantes que tienen mucho que ver con ese gran mal conocido como #ineditosis.


 -¿Has autopublicado o te gustaría autopublicar un libro?
- Si autopublicas sería parar: a) llegar a un público lo más grande posible o b) para que me lean mis familiares y amigos.
- Si te interesa autopublicar, ¿cómo prefieres hacerlo? a) en papel, b) en ebook, c) en papel y ebook.
- Formas de autopublicación que conoces. 
 -¿Cuáles crees que son las características más atractivas de una plataforma de autopublicación? (Distribucion, comunidad lectores, control, diseño, colocarse en Amazon, marketing, etc.)
- ¿Te merece tanta confianza un libro autopublicado como uno publicado por una editorial tradicional?
 -¿Lees libros autopublicados?
 -¿Qué precio máximo te parece justo pagar por un servicio de autopublicación que incluya edición, diseño y marketing profesional y te distribuya en todas la librerías baja un sello editorial reconocido?



La última es mi favorita, por eso he puesto la foto. Lo de los cien euros debe ser para descartar miserables. Lo de los 15.000 para captar gilipollas. 

Inmediatamente después vienen las habituales preguntas sobre sexo, lugar de residencia y hábitos navegadores no vayas a ser la vieja del quinto haciendo un curso de redes sociales. (#nointeresa)

La gran pregunta es: ¿Se traducirá esto en algo o no es más que otra gran idea de los creadores de El Sindicato? ¿Espera acaso RHM hacer negocio avalando subproductos (con perdón) a cambio de, digamos, la desesperación del autor? ¿Tú pones la pasta y yo el nombre? ¿A partir de ahora cobrarán los editores los anticipos? ¿Se podrá pagar a plazos? ¿Aceptarán tarjeta? ¿Asumirán alguna responsabilidad? ¿Ya cualquiera podrá decir aquello de “Yo publico en una gran editorial”?

¿Sueñan los editores con novelas eléctricas?

Váyanse preparando; en Mondadori están pensando.


viernes, 4 de enero de 2013

Cajón desastre [12/2012]

Gatillazo en El Sindicato o Claudio desfalleciendo

El Sindicato, también conocido como Centro de Bajo Rendimiento del Marquesado de Mondadori y Aledaños, es un espacio en el que regularmente se puede disfrutar, por llamarlo de alguna manera, de, por ejemplo, los textos de unos cuantos hablando de los libros de sus amigos; también del blog llamado UBSD, que venía a ser algo así como el germen de todo esto, hablando de… bueno, hablando, así, en general de las cosillas de Mondadori, y de las críticas de Carlota Moseguí o las de Pablo Muñoz (que duerme el sueño de los justos desde el 28 de noviembre) o los análisis de Bob Pop sobre las tendencias del invierno en las bibliotecas públicas. También está Fresán, claro, la estrella de lugar. Y ya. El Sindicato es la imagen de un algo cayendo en picado. Parece que alguien no está haciendo bien su trabajo, señor Marqués. ¿Se lo dibujo?:

Rodrigo Pinto no actualiza desde el 22 de noviembre. Su último artículo era un elogio a la novela de Julián Herbert, que acaba de hacer los deberes después de un par de meses de sequía. Desde el 4 de noviembre Jordi Soler no da palo al agua y poco más que eso hacen Mónica Carmona (7 de noviembre) y Andreu Jaume que recién publica hoy tras dos meses de silencio administrativo. MRPUC, es decir, el blog de Caballo de Troya, se la viene fumando desde el 10 de octubre, que es más o menos lo que venía haciendo desde el 9 de octubre Diego Zúñiga hasta que publicó algo el último día del año. Y por último el más holgazán de todos, Juan Diego Montiel, que se debió quedar mico después de las cuatro entradas dedicadas a la crítica literaria y no se ha vuelto a saber de él desde el 24 de septiembre. Se le busca en un pozo sin fondo. 

Etiquete a todos estos, haga el favor, como vagos y maleantes y recuérdeles a unos que esa no es forma de colaborar con el grupo y a otros que los favores se pagan con artículos o copas, nunca con silencio. Ya no hay proletarios como los de antes.

P.D. Mención especial para el nuevo fichaje: Power Paola, una joven de Ecuador que se estrena en Reservoir Books en marzo de 2013 y empieza así, a lo grande. Es un decir. Bienvenida Paola a esa tu nueva casa. Que todo vaya bien. Háganse a un lado, por favor: ¡arranca la promotabilización de Power Paola! 


* * * * * * * * * * * * 

¿Se puede ser más posmoderno? 

Hablando de El Sindicato y por no dejar títere (nunca mejor dicho) con cabeza. Un síntoma de modernidad es que te guste David Foster Wallace. Que te guste Chuck Palaniuk, también, especialmente El club de la Lucha, película de referencia para unos, novela de referencia para otros. Hay más síntomas, claro, pero esto no es un documental. Es fácil identificar a estos modernetes en la red puesto que acostumbran a citar regularmente a uno o a otro escritor, dejan sus Me Gusta en cada puta cosa que tiene que ver con ellos, ponen fotos de sus estanterías repletas de sus libros, abren blogs corporativos a los que ponen nombres-homenaje (unblogsupuestamentedivertido, for example) y dicen cosas como “La primera regla El Sindicato es: no hablar sobre El Sindicato”. En ello están, parece, visto lo visto en la noticia inmediatamente anterior. Concretamente en el caso de El Sindicato estas normas son una auténtica soplapollez, ya que no hay peleas, ni hay zapatos ni camisas que quitar, ni, desde luego, contendientes; sólo un post por persona y tampoco especialmente comentado. Ahora bien, este tipo de introducciones modernizan mucho un blog, que es de lo que se trata. A ver si nos vamos enterando, folks, de una puta vez. 

Descubro gracias al Quimera que en Lima también les gusta Chuck Palahniuk (es un decir) pero ellos se han inventado un juego bastante más acorde con las normas establecidas por el escritor de “Fight Club”. Su nombre: LUCHALIBRO. La cosa va de esto: “LuchaLibro es el enfrentamiento, en vivo, de escritores que improvisan historias en un espacio público. Los escritores son una suerte de performers, enmascarados como luchadores, que intervienen el espacio con una laptop y una pantalla gigante sobre sus cabezas donde se proyecta la historia que están escribiendo. El tiempo máximo que tiene cada escritor para crear es de 5 minutos.” No cualquier cosa, claro; han de incluir tres elementos elegidos por la organización. El premio son los vítores del publico asistente (unas doscientas personas por sesión semanal) y un libro publicado, vaya usted a saber en qué editorial y con qué tirada. Los perdedores son humillados quitándoles la máscara, que tengo entendido que es algo muy de lucha libre. 

Pero no es ganar o perder lo que importa. Se trata de pasar un rato divertido y de humillar a los malos escritores a través del escarnio público. Un gran invento que tiene desde hace poco su réplica en Canarias. 




Cosas de la postmodernidad, supongo.

Recuerdo también, no hace mucho, que un colectivo llamado Hotel Posmoderno (que debe ser algo así como el Hotel Kafka de las nuevas generaciones) reunió a siete escritores hispanoargentinos en un mal llamado reality show literario. El experimento, presentado por Eloy Fernandez Porta (no podía ser otro) ponía a Carrión, Olmos, Villarroya, Alberto Torres, Juan Terranova, Iván Moiseeff y Javier Sinay a darle a la tecla durante tres horas frente a la cámara (el evento se retransmitía vía streaming) creando historias a partir un personaje asignado a cada uno de ellos que guardaba una estrecha relación con la película de Serie Z “Kung Fu contra los siete vampiros de oro”. Ni idea qué fue de aquello pero tal como la sindicada  crítica Carlota Mosegui se preguntaba en el siguiente vídeo (que no deberían perderse) ¿se puede ser más posmoderno? No, seguramente no. 





martes, 13 de noviembre de 2012

Los promotables de Don Claudio

P: Hablando del valor añadido del libro; Rafael Díaz, cofundador de la editorial Valdemar, nos contó que en el momento en el que se pusieron de moda los autores jóvenes empezaron a llegarles originales acompañado de una foto, para que en la editorial vieran que era joven. ¿Es la juventud un valor a la hora de publicar?
R: Lo es. Como también lo es, sí, la apariencia. Hasta tiene un adjetivo: promotable. Los agentes te mandan autores y te dicen que se trata de escritores promotables, promocionables. Quiere decir que tienen un look vendible. Chicos jóvenes, gente guapa, todo eso. Da un poco de vergüenza, lo sé, pero es un reclamo al que se sigue recurriendo para vender a un autor.



Promotable es, desde hoy, mi nuevo palabro favorito. 

La pregunta se la hacen los de Jot Down a Claudio López de Lamadrid en una extensa entrevista que pueden leer AQUÍ. La respuesta es un arrebato de sinceridad innecesario visto lo visto últimamente. Cuando digo esto pienso en el jardín de infancia de Mondadori; el proyecto de fin de carrera de vayan ustedes a saber qué poeta, ese antro masturbatorio conocido como El Sindicato. 

Ojo: que a Claudio le gusten los niños me parece maravilloso. Nada que objetar a eso. A otro antes que a él también le gustaron. (Lo crucificaron, por cierto. Esto lo digo por si alguien quiere ir preparándole el epitafio a este señor.) Digo que me parece maravilloso -absolutamente genial, sería la expresión correcta- porque demuestra que Claudio es un hombre sensible, que el contacto con los caprichosos artistas no lo ha insensibilizado. La protección a la infancia debe estar siempre por encima de todo. Por otro lado, me ha parecido muy interesante que un hombre de la talla de Lamadrid, editor de un sello como Random House Mondadori, reconozca abiertamente que lo suyo ha dejado de ser la literatura; que ahora lo que le interesa es el posado juvenil. Así no resulta sorprendente que la promoción de una novela de Joan Didion, por ejemplo, pase por utilizar la imagen de una joven poeta de veinticuatro años cubriéndose los pechos con uno de sus libros. ¿Para cuándo la nueva novela de Rodrigo Fresan salpicada con el semen de Pablo Muñoz? 

No me hagan caso, bromeo por bromear. Lo cierto es que todo esto no deja de tener cierto sentido. Los jóvenes, modernos y promotables adictos a las redes sociales, suponen, por sí mismos, media promoción. Es sacar un libro y enterarse diez mil. (Lo que te ahorras, Lamadrid, aunque escriban con el culo.) Bonito panorama el de Mondadori. En cualquier caso algo como El Sindicato es de agradecer: ayuda a identificar a los personajillos y da una idea del despropósito de panorama editorial.

Algunos parece que busquen caer. Tanta tontería no es normal.