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viernes, 15 de junio de 2012

“Una forma de vida” de Amelie Nothomb (y un premio)

Esta entrada (post) tiene dos partes. La primera es una reseña de la novela que le da título, la segunda es una reflexión sobre algo de lo que me acabo de enterar medio por casualidad y que ha precipitado esta publicación.

UNA FORMA DE VIDA

Le robo una cita a la novela: “Lo sabes: si escribes cada día de tu vida como si estuvieras poseída es porque necesitas una salida de emergencia. Para ti, ser escritora significa buscar desesperadamente la puerta de salida. Una peripecia de la que tu inconsciente es responsable te ha llevado a encontrarla.” Un poco después, tras un comentario que sólo entenderán quien hayan leído la novela, se añade la que a mi entender puede ser la clave de la misma: “Serás liberada de tu principal problema, que eres tú misma.” Supongo que esto es poco más o menos de lo que trata (esto es, el fondo, "el centro", que diría Pamuk). Y digo "supongo" porque en esta novela no se sabe qué coño pretende la escritora.

Argumento: Amelie Nothomb recibe una carta de un soldado desplazado en Irak que le confiesa su admiración y toda esa mierda. Se van cruzando emails (la Nothomb es famosa por responder a todas cuantas cartas recibe y de cartearse con medio mundo) y el tipo le cuenta que la guerra le da hambre y se ha puesto orondo no, lo siguiente. Al final medio acuerdan hacer de ello un arte y luego se acaba no les diré cómo, obviamente. Novela epistolar, pues, sazonada con reflexiones de la escritora acerca de un montón de nada porque no profundiza en ninguna, motivo por el cual no sabemos exactamente de qué va todo esto. Y es que cuesta imaginar que trate de gordos o de cartas o de expiaciones personales o de mentiras o de las relaciones escritor/lector. También espero que no sea la excusa para contarnos que en realidad ella es una bellísima persona: dulce, inocente, crédula, bondadosa en grado sumo aunque con los defectillos propios de la humanidad entre los que no se incluye la vanidad. Todo tan asqueroso que me tumba la imagen que tenía de ella de bicho raro. Después de esta novela me ha quedado claro que lo más especial de la Nothomb es su sombrero. 

Nothomb, con esa manía suya de publicar una novela cada año, se ha ganado la fama de escritora prolífica de gran talento y tal. Todo mentira. La novela tiene 145 páginas de letra talla “L”, ideal para vistas cansadas que me juego un huevo y parte del otro que no ha tardado ni quince días en escribir. Algo así -en ese tiempo, con ese argumento- no puede ser bueno si no eres un puto genio, que no es el caso, y de hecho se nota a leguas que esto lo ha ido escribiendo como otros escriben sus memorias cada tarde o un blog al anochecer. Sospecho que, en cierta medida, esto va de Amelie Nothomb siendo Amelie Nothomb y contándonos el día a día de la escritora (que es un poco ella mirándose desde fuera y criticándose con muy poco acierto.) Sabremos que recibe veinte o cincuenta cartas al día y que le apasiona leerlas tanto como a otros follar. Conoceremos cómo las organiza, en qué lado de la mesa las coloca y detalles tan apasionantes como que las abre todas antes de empezar a leerlas, que las más de las veces lo hacer diagonalmente, que huye de las más largas y que hay gente muy gilipollas lo mismo en Bélgica que en Francia. En este punto parece que ya no va del gordo en Irak, ni del arte, ni de ella misma sino de sus circunstancias como escritora de cartas, ejercicio al que dedica la mayor parte de las horas del día de lo tantísimo que le gusta, que es, junto con observar nubes desde un avión, casi lo que más. 

No estoy exagerando por aquello de hacerme el gracioso: la novela es mala con avaricia: argumentalmente misérrima y temáticamente indescifrable (entendiendo esto como no saber si únicamente trata de ponernos al día en su adicción por el género epistolar no directamente remunerado). Un puteo, es lo que es. Que esta tipa escriba este tipo de cosas y que se vendan como churros es un insulto a la inteligencia del lector que únicamente se ve recompensada por la mejora en la calidad del papel de Anagrama, al menos en esta ocasión, que da un gusto enorme notarlo tan satinado y tan de ph neutro. Decepcionante, aburrida y lo que no sé si es peor: completamente inofensiva.



OTRA FORMA DE VIDA

Esta reseña la escribí el tres de abril, un día después de acabar la novela. Desde entonces ha estado muerta de risa en la carpeta de borradores porque no pensé que tuviese especial interés. Lo sigo pensando. La idea era dejarla para las vacaciones ya que entre chiringuito y chiringuito nunca me apetece escribir o estoy demasiado ocupado rascándome los huevos como para que me apetezca perder el tiempo sentándome frente al ordenador. El caso es que no hace ni media hora que he visto que el blog "La tormenta en un vaso" ha elegido esta novela de la Nothomb como Finalista al Premio al Mejor Libro del AÑO (!?) de un autor extranjero. Ahí es nada. Paso de romperme la cabeza con eso del mejor libro del AÑO. ¿De qué año? ¡Pero si estamos en junio, por el amor de dios! Bueno, da igual; a lo que iba. Finalista a mejor libro significa que de las chorrocientas mil reseñas que publica ese blog de reseñas, que vienen a ser unas 240 anuales, esta es una de las tres MEJORES novelas del año (que sea). Las otras, que todavía no he leído pero me pongo a ello YA, son "El asiento del conductor" de Muriel Spark (Contraseña) y "Las vidas de Dubin" (Sajalin) ambas de 2011. Una forma de vida es de 2012, de ahí que no entienda casi nada.

Personalmente me cuesta entender cómo es posible que un blog que reseña 240 libros al año no encuentre una novela mejor que esta mierda para premiar, por más que la haya reseñado la propia Care Santos, coordinadora del citado blog y escritora que "ha sido traducida a media docena de idiomas" (cita de la Wikipedia). Ya sé es que cuestión de gustos, que la crítica en internet es cómo es y que venir ahora con estas es meterme en un patatal de cuidado cuando de todos los que conozco mi criterio  no sólo es el más cuestionable sino con el que menos de acuerdo estoy, pero tiene que haber una explicación tanto para que se premie (nomine) un libro de 2012 en el mes de junio del mismo año como para que sea precisamente éste de entre todos los posibles. Claro, yo después de esto no me vuelvo a fiar de una reseña de ese blog ni que me maten.