viernes, 23 de julio de 2021
Antojo Palo
martes, 12 de enero de 2021
Los discos del año 2020 IV
por Santiago Segura
Fueron muchas las veces que recibí la invitación de Oscar para hacer mi selección anual en La otra.-radio. En todas llevé música argentina al programa, por eso esta vez voy por mis cinco discos favoritos en el plano internacional: todo en inglés, todo norteamericano, todo imperdible (no porque lo elija yo). Quedan cosas afuera -podría hacer una selección nacional también, por supuesto-, pero esto es lo que más me impresionó de 2020 si hablamos de música.
Ohmme – Fantasize your ghost:
La (mi) gran revelación del año es este dúo de Chicago. Sima Cunningham y Macie Stewart: dos guitarras eléctricas, dos voces poderosas, un baterista que completa el trío como músico invitado. Cinco elementos que son suficientes para demostrar que el rock puede seguir siendo un conjuro interesante, misterio en los recovecos. Hay un saber en la ejecución de Fantasize your ghost que desmiente a cierto rock alternativo que hace de la actitud desganada su cliché más cansador: aquí no se trata solo de intuición autodidacta. Ohmme es potencia levemente descolocadora, melodías hermosas cantadas siempre en un unísono celestial, compases compuestos que desacomodan eso que parece sencillo a la vez que sostienen el ritmo marcial, disonancias y ruido puestos en el momento exacto -el trabajo guitarrístico es impecable-, cuerdas que tensan y liberan el ambiente (Stewart es violinista y tecladista, además). Del nerviosismo de “Flod your gut” hasta el cierre preciosista de “After all” hay un viaje: de esto se trataba escuchar discos.
Dirty Projectors – 5EPs:
Tal vez el mejor experimento pandémico-musical de esta nueva era covidosa que no quiere acabar. Desde marzo de 2020 y hasta el final del año, el quinteto neoyorkino fue publicando una serie de EPs en la que cada capítulo -así los definieron; bien podría reconvertirse la sigla EP de extended play a una abreviatura de episodes- era cantado por un integrante del grupo, a excepción del baterista Mike John que, básicamente, es el único DP que no canta nunca. Recién en la quinta y última entrega, las voces de Maia Friedman, Felicia Douglas, Kristin Slipp y Dave Longstreth se funden como en discos anteriores. Si bien cada bloque de cuatro temas tiene sus maneras, el espíritu lúdico y acústico combinado con la experimentación de estudio, las influencias variopintas -el capítulo de Longstreth lleva de título Super João en homenaje a João Gilberto- y la atmósfera extraña generada con pocos elementos atraviesa el todo y las partes, que así funcionan también: juntas y por separado. Indispensable(s).
Rainsticks – October Onwards:
La otra gran revelación de 2020 también proviene de Estados Unidos. Unos pocos oyentes mensuales en Spotify (menos de mil), una biografía escueta y que no brinda información técnica (jangle pop for the people). Pero un apoyo inestimable: Wilco. El grupo liderado por Jeff Tweedy confecciona todos los años una lista con recomendaciones musicales de todos sus integrantes. En esa lista estaba este nombre, Rainsticks, unos muchachitos de Nashville que toman la posta de un universo cancionero infalible: de Left Banke a Big Star, de The Byrds a Martin Newell, su música tiene un efecto chicloso instantáneo: te pone de buen humor y a tararear. Rainsticks viene a ser el nuevo eslabón en esa tradición infalible de la canción como gema bien pulida, tan anclada en los 60 como releída y actualizada por los mismísimos Wilco, Teenage Fanclub y una lista extensa (y tal vez no tan certera como los dos ejemplos destacados). Si siguen así, habrá que agregar el nombre Rainstick al linaje sagrado. Placentero como la morfina.
Bob Dylan – Rough and rowdy ways:
La voz al frente, los acordes que van cayendo como gotera leve dentro de un balde. “I contain multitudes” es un clásico instantáneo y una muestra de cómo la música de Dylan fluye al pulso que se le canta aún en esta nueva centuria, que lo sigue teniendo como uno de los creadores más importantes, lejos de dormirse en los laureles, incluso cuando canta que duerme “con la vida y con la muerte en la misma cama”, o que no recuerda cuándo nació y olvidó su muerte. Viejo pero no sonso, Bob continúa el sendero iniciado hace casi 25 años en Time out of mind (1997): blues y baladas para tributar a viejos ídolos, ungir a (no tan) nuevas generaciones -Fiona Apple al piano en “Murder most foul”-, y repasar amores e influencias. La cantidad de menciones a artistas y obras que lo marcaron es una manera de recorrer su propia vida y se mueve como las canciones: parecen lineales, antiguas, estáticas; son movedizas e infinitas como su voz (¿queda alguien que lo crea un mal cantante todavía?). El corolario es “Murder...”, un disco por sí misma, con una fórmula similar a la de “I contain multitudes”: entre arrojo y arrojo armónico hay un espacio en el que puede suceder cualquier cosa y, aunque sepamos lo que va a venir, cada nueva escucha exige una atención inusitada a La Voz y a una banda notable, que con los instrumentos de siempre logra resultados asombrosos.
Owen Pallett – Island:
Última joya llegada desde América del Norte, esta vez de un canadiense, que retoma su andar solista luego de seis años de silencio (Pallett trabaja, además de en la obra propia, como arreglista de infinidad de bandas y solistas de fama internacional). Island es un disco taciturno, que comienza desafiándote -el inicio instrumental es casi anticlimático para arrancar un álbum, hasta que se completa la experiencia y puede comprenderse como un resumen tímbrico y armónico del todo que vendrá: resonancia lúgubre- y va desplegándose canción tras canción. Si para “Paragon of order” no te enamoraste tal vez no sea lo tuyo, pero resulta difícil no sucumbir ante una música tan sobrecogedora y dramática, que va recargándose segundo a segundo en letra (“Hijos de hogares rotos/ Bailaremos”) y textura. Lo que sigue no es menos ominoso y bello, como si de un matrimonio entre Nick Drake y Joni Mitchell naciera un niño-monstruo de un planeta que aún desconocemos. Para valientes queda la tarea de escuchar el galope trágico de “A bloody morning”: “Seguramente algún desastre descenderá y nos igualará/ Una crisis unificará a los impíos, a los valientes y a los justos”. Distoépico.
lunes, 6 de abril de 2020
La extraña noche en que no salí de casa (La otra.-radio: FIN)
martes, 21 de enero de 2020
La música del año que fue (Selección Segura)
El último piano blanco sobre la tierra
Ese mundo que apenas conocí
con canciones y sol en el jardín,
ya no existe más
fue hace tiempo su fin.
Pero el cielo croma en mi reflector
y el comando de mi generador
de vida interfaz
está bien para mí.
Este día no es más que un día más
ella viste de acetato y se va
al delineador
de imagen corporal.
Me sugiere que me debo cuidar
hacerme otra cirugía quizá
que a mis 102
no me vendría mal.
Pensar que fui y soy el mejor
senso-ritmo-programador
¿Dirían “letrista” en la antigüedad?
Pero yo me siento un tipo común
aún me gusta usar con auto tune
palabras, sí,
cual droga y amor
en la instrumental.
Pero se trata de sobrevivir
y en verdad nunca no ha sido así.
te adaptarás
con o sin microchip.
Esta noche hay luna flúo y rubí
y algo trajo una voz hasta aquí
¿Dónde andarás
chica del año 2000?
¿Sonará en tu pulsoreceptor
mi última condensación?
¿Dirían “canción” en la antigüedad?
Y aunque me pague una corporación
para sintetizar una emoción
prefiero el rubor que cupo
en la flor sin saber por qué.
A veces sueño con ir al único museo
de cuando al menos había guerras
y con lo más profundo de mí ser deseo
robar el último piano blanco de la tierra.
¿Pero quién quiere escuchar mi canción
hecha con acordes y corazón?
¿ya nadie más?
Fue hace tiempo su fin.
Ese mundo que tanto conocí
con tu cuerpo durmiendo junto a mí
no vuelve jamás
y está bien que sea así.
viernes, 4 de octubre de 2019
Radioactividad
Radio Wilco acá
Radio Vayan a laburar acá
Para escuchar el informe sobre Perú que nos hizo Henrique Júdice Magalhães en la primera parte de la emisión del domingo pasado en La otra, clickeen acá.
Wilco tiene una discografía profusa que desconocemos amplia e irresponsablemente, pero los bonitos temas que nos trajo Santi nos dejaron pensando si no tendrá razón.
3 - Agite cultural y la fórmula mágica de la cocacola en Vayan a laburar junto a Martín Piqué
martes, 11 de junio de 2019
La memoria es la lengua que siempre va a dar a la muela que más duele
You would live so fast
'Til your time was past
Lonely runner
With a look so fine
You could turn dark time
Into colour.
And a gallant just for a day
'Til the cheers have faded away
To the opium world
Of the green-gold girl of the summer.
lunes, 7 de enero de 2019
La música del año ¿o no?
domingo, 6 de enero de 2019
domingo, 18 de noviembre de 2018
Television en la radio
Hoy en La otra.-radio, FM 89,3 Radio Gráfica, online acá, vamos a hacer un recorrido por la historia de la banda Television, desde sus inicios con Richard Hell -un clásico personaje maldito del rock-. Un repaso por sus dos discos de estudio -el más conocido, Marquee moon, y el ignorado Adventure-, su separación, las carreras solistas de Tom Verlaine y Richard Lloyd -sus dos guitarristas- y sus retornos desde 1992 hasta hoy.
Una noche agitada, las calles tan brillantes
el mundo era tan delgado y entre mis huesos y mi piel
ahí había otra persona
que estaba un poco sorprendida
para encarar a un mundo tan lleno de vida
¿cómo me cayó?
¿me hizo sentir mal?
nahhh... (¿uh?)
caí en los brazos de la Venus de Milo.
Sabé que es como un nuevo tipo de droga
mis sentidos se agudizaron y mis manos como guantes
Broadway se veía tan medieval
parecía agitarse como páginas de un libro chiquito
y me caí riendo
con un viejo amigo
¿cómo me cayó?
¿me hizo sentir mal?
nahhh... (¿uh?)
caí en los brazos de la Venus de Milo.
De repente mis ojos erstaban suaves y temblorosos
yo sabía que era dolor, pero el dolor no dolía
después Richie dijo:
"eh, man, vamos a vestirnos de policías,
¡pensá en lo que podemos hacer! "
pero algo nos dijo: "mejor no."
y caí
¿me hizo sentir mal?
nahhh... (¿uh?)
caí en los brazos de la Venus de Milo.
viernes, 24 de agosto de 2018
Ruidos programados
voy a reproducirlos para dormir callados
nueve horas de lluvia y pasto.
Quiero ser quien cuide de nuestros silencios
ya sabemos convertir nuestras células en truenos
y la lluvia como un cruel cencerro.
Parecernos a lo nuevo que ocurra
parecernos a las plantas y su escucha.
Creo que cuando hablamos algo falla,
nos parecemos a lo mismo que nos saca.
Me paralizo como un lago que hace años vive en invierno
y tu silueta del otro lado hace las muecas que fui grabando.
No te escucho.