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martes, 28 de julio de 2015

Lousteau, el traidor agradable

La otra.-radio: Una respuesta a una nota de Eduardo Blaustein sobre las elecciones porteñas, que se puede escuchar acá.



El tema de las elecciones porteñas para jefe de gobierno parece ya un poco agotado. Sin embargo, creo que queda algo de hilo en el carretel, más allá de los resultados. La discusión entre votar a Lousteau o votar en blanco, los diversos significados que se le adjudicó al voto en blanco, la intensa campaña para deslegitimarlo, la polémica alrededor de cómo se computaban esos votos, las interpretaciones sobre cómo incidieron políticamente en el resultado definitivo, el debate acerca del grado de similitud o diferencia que tenían Larreta y Lousteau y, por ende, si valía la pena ayudar a Lousteau para que venciera a Larreta o si hacerlo significaba intervenir en una interna ajena, todos estos elementos desataron una polémica intensa no precisamente entre los partidarios de los dos candidatos, sino, llamativamente entre votantes, simpatizantes y un sector de la militancia k. Que vivieron esta segunda vuelta con una pasión que no habían puesto para sostener a Recalde en las PASO ni en la primera vuelta.

La rápida difusión de los resultados, con un triunfo muy ceñido en favor de Larreta y un llamativo crecimiento de los votos para Lousteau que indicaba que el grueso de los votantes K se transfirieron al candidato de ECo, pero no tanto para hacerlo ganar, provocaron una noche de furia en las redes sociales, donde los votantes K por Lousteau experimentaron una nueva derrota y se dedicaron a hostigar a quienes de entrada habíamos manifestado nuestro voto en blanco, por negarnos a optar entre dos candidatos que representaban variantes de lo mismo. Los hostigadores k-lousteausistas nos responsabilizaron del fracaso de su "voto estratégico". Responsabilidad que no podíamos asumir quienes no evaluamos que en la opción Larreta- Lousteau se jugara algo decisivo. Durante la quincena previa a las elecciones, los partidarios K de Lousteau habían intentado instalar las falacia de que los votos en blanco se sumarìan a Larreta, idea insostenible desde cualquier punto de vista. Se alegó que el porcentaje de cada candidato se calculaba en base a los votos positivos, de modo que votar en blanco permitiría aumentar el porcentaje de Larreta (en el caso de que saliera primero). Lo que este argumento chantajista obviaba es que el porcentaje es irrelevante para determinar el ganador de la segunda vuelta, que se gana por solo un voto más. Cuando se conoció que la diferencia entre los dos candidatos era de apenas 3 puntos, las reacciones fueron paradójicas: los partidarios de Lousteau festejaron, dada la remontada que aportaron los votos K, mientras que los votantes K estallaron de ira contra los votos en blanco, adjudicándonos la responsabilidad por no haber dado los tres puntos que le faltaron a Lousteau para ganar. Objetivo que nunca habíamos asumido. El pretexto de su ira era que una derrota de Macri en su distrito hubiera liquidado sus aspiraciones presidenciales. El argumento es discutible: Macri viene algo pinchado, como lo prueba la dificultad que tuvo por imponerse de manera contundente en CABA desde las PASO. Y en todo caso, la incidencia de CABA en el padrón nacional es menor en comparación con el volumen del distrito clave, la provincia de Buenos Aires. Ninguno de estos argumentos aplacaron el odio de los k-lousteausistas, que condenaron a los votoblanquistas como colaboracionistas del "régimen PRO".

Esta acusación no movía nuestro amperímetro, por el simple hecho de que el triunfo de uno u otro nos resultaba igualmente indiferente. Personalmente considero que la estructura nosiglista y carriotista que diseñó la candidatura de Lousteau es tan indeseable como el macrismo, con el agravante de que la mafia de Nosiglia se oculta detrás de un candidato que los disimula, mostrando una careta " progre" capaz de cautivar al electorado kirchnerista.

Hace pocos días, Eduardo Blaustein, un inteligente periodista con simpatías moderadas hacia el kirchnerismo, escribió su propio balance a pedido de la página del ministro Carlos Tomada.  Es evidente que Blaustein votó a Lousteau y guarda en su corazoncito un poco de bronca hacia los que no seguimos su opción, pero su inteligencia y su sensibilidad no le permiten caer en las puteadas de otros que asumieron su misma posición. Sin embargo, lo interesante de la nota de Blaustein es que se corre un poco del pragmatismo declarado de quienes exigían votar a Lousteau sólo para dañar a Macri. Blaustein además encuentra motivos atractivos en Lousteau, razones por las cuales votarlo no sólo le resultaba conveniente sino agradable. Mi supuesto es que expresa a un sector vergonzante del voto K a Lousteau, el de quienes pensaban sin decirlo que el candidato de ECO era ciertamente mejor que Larreta y que había que votarlo por esa superioridad.

La primera parte de la nota de Blaustein está dedicada a plantear críticas bastante justas contra la dirigencia K que hace años no acierta, por prejuicios e ineptitud política, en presentar una propuesta atractiva a los porteños. Estoy de acuerdo con esa parte. El problema viene con la segunda parte de la nota, que acá reproduzco:

Sólo Me Querés Para votar

Es posible conjeturar que para la dirigencia K del distrito no resultaba fácil “instruir” u “ordenar” –Perón desde Puerta de Hierro- el voto en blanco. Difícil saber si hubo caracterización equivocada acerca de la presunta sinonimia PRO- ECO, dudas, temor de que una “orden vertical” hiriera la ya aludida sensibilidad autónoma de los votantes porteños. Tampoco –y así se demostró- había garantías de que una “orden” fuera acatada por los votantes kirchneristas.

(OBJECION: Primer error: suponer que una orden impartida por la dirigencia K garantizaba una suma aritmética de los votos, no principalmente porque algunos pocos votantes K podíamos desacatar el mandato (nadie es dueño de los votos sino cada votante, declaró correctamente Recalde) ,sino por suponer que este tipo de transferencias se resuelve mediante una suma aritmética. Eso no pasa en política. Una parte muy importante del voto por Lousteau es decididamente antiK, por lo cual, si detectaban que Lousteau era oficialmente apoyado por los K, hubieran retirado su apoyo y votado a Larreta. Contra los que reclamaban un apoyo explícito al pollo de Nosiglia, la prescindencia oficial del FPV sirvió más a Lousteau que a Larreta. Sigue Blaustein):

Hubo el voto que hubo (hablo de la proporción mayoritaria de votos K que fueron a Lousteau) y hubo ese ejercicio a contramano de algunas frases que aún resuenan: “un mismo producto con distinto envase”, una mera interna en un único espacio, “El domingo se enfrentarán Macri contra Macri” (Aníbal Fernández).
En el voto K a Lousteau seguramente primó el afán de dañar a Macri. Pero unos cuantos también descreyeron de esa presunta condición gemela entre Lousteau, Macri o Rodríguez Larreta. Para el que escribe definitivamente no son lo mismo. Pueden irritar y mucho nombres propios como el de Ernesto Sanz o Elisa Carrió. Pero la diversidad aguachenta, sosa y apurada de ECO es una cosa y otra distinta cierta poderosa homogeneidad en los apellidos más ilustres del PRO, dirigentes provenientes de familias acomodadas, estudios en universidades privadas, representantes casi puros de lo que más tangiblemente es la derecha dura y pura argentina. Del otro lado, por más regreso a lo conservador y mezquino que pueda latir en la conformación de ECO, hay emergentes de viejas tradiciones que merecen una mirada menos despiadada y homogeneizadora: radicales, socialistas, antiguos progresistas. Esto no implica ponerle a ECO la chapa de buen progresismo, categoría definitivamente maldita y controversial desde los tiempos K.
Finalmente, incluso como dirigentes, como figuras individuales, como emergentes: no son lo mismo Rodríguez Larreta y Lousteau. El segundo podrá caerte mal por sus ademanes de Chico 10 y cierta soberbia. Pero por algo fue funcionario kirchnerista como lo fue Lavagna, con quien tiene algún parecido. El muchacho de los rulos bonitos, además de manejar un buen discurso, es un interesante cuadro político. Fue suficiente buen cuadro político como para incomodar y dañar con un discurso bien estudiado –ese “hacer los deberes” que acaso Mariano Recalde no pudo asumir por ser a la vez candidato y funcionario- a Horacio Rodríguez Larreta. Por algo HRL no quiso aceptar un segundo debate.
No son lo mismo tampoco porque el voto, aunque sea sinuosa y complejamente, configura al emergente político. Tarea para llevar a casa, entonces: estudiar el voto de las diversas comunas, dónde recibieron más votos Larreta, Lousteau y Recalde. Recoleta no votó a Lousteau. La otra tarea es la que viene de hace tiempo: estudiar mejor la ciudad y al electorado porteño para interpelarlo mejor. Nadie dice que sea fácil ganar más votos, hay razones estructurales, culturales, históricas, que explican las dificultades del kirchnerismo para ganar empatías en el distrito. Pero añadir balazos en los pies como se hizo hasta hace poco tiempo con agresiones a los votantes, eso fue un poco too much y es lo que se siguió pagando.
(El resto del análisis de Blaustein se dedica a mostrar que no son lo mismo Larreta y Lousteau, cosa que de desde un punto de vista literal es obvia: unos son radicales -nosiglistas y carriotistas- y otros son PRO; unos fueron a las universidades privadas y otros provienen de una tradición simpática, socialistas, radicales, progres, ilustrados, "gente más parecida a nosotros". Ahora bien: lo decisivo no es mostrar que no son iguales, sino que, siendo diferentes, los ECO son políticamente lo mismo que el PRO, sino incluso algo decididamente peor. Justamente las cosas que Eduardo rescata de ECO y de Lousteau son las más nefastas. Votar la ilusión de tradiciones más refinadas que la derecha bruta del PRO es el peor autoengaño que pudieron hacerse los K lousteausianos. Votar en nombre de esos valores respetables a un sector que está claramente en el campo antipopular, es votar a la versión hipócrita de la reacción porteña, con un barniz de ilustración, el tristemente célebre nosiglismo. Lousteau es un personaje como Darío Lopérfido o incluso no tan diferente de Hernán Lombardi; si le conviniera, mañana podría estar en un gobierno  PRO.

Lo mismo y aún peor. Blaustein rescata de Lousteau que haya sido funcionario K, como Redrado o Massa, pero eso no lo mejora ni un poquito, al contrario, lo empeora. Si el voto configura al candidato, entonces es deplorable que algunos kirchneristas configuren el engendro del traidor agradable. Lo mismo pero peor, porque Larreta es más sincero con sus votantes que Lousteau con los suyos.

Yo vi la ilusión  de los que tomaron el voto a Lousteau como una oportunidad de poner algo en su lugar si él ganaba, y creo que es precisamente al revés, que muchos porteños semi-K podrían irse a dormir con la conciencia tranquila si ganaba Lousteau. Lousteau es claramente el opio de los porteños. Nosiglia es quien se reposicionó con el voto K y hubiera sido mucho peor si ganaba. El PRO está desgastado por 8 años de gobierno, pero el nosiglismo entraría a la cancha fresquito, funcionando ahora como tapón para un futuro crecimiento del kirchnerismo porteño. Lousteau y Nosiglia quedaron instalados como la oposición "progre" al PRO.

Creo interesante de todos modos analizar la quincena nosiglista del kirchnerismo porteño, porque muestra bien cómo es el votante de esta ciudad, que te vota hoy a Recalde, mañana a Nosiglia y... el PRO no está tan lejos. Uno se explica, viendo a los K que prefieren ECO, que el voto porteño es más estético que otra cosa. Vilma Ibarra acá o allá. Aníbal Ibarra acá o acullá. Yacobitti, Storani... etc.

Cuando me "acusan" de haber impedido que Lousteau ocupara el lugar de Larreta, me pongo bien. Me alegra mucho de que mi voto en blanco haya impedido que esa parte careta de los porteños triunfe.

Para escuchar el programa donde criticamos la postura de Blaustein, clickear aca.

domingo, 17 de mayo de 2015

Randazzo en Carta Abierta

Bitcácora del concierto de Florencio Randazzo live at Carta Abierta (sala colapsada)


por Eduardo Blaustein

Primero, las expectativas de la audiencia: ganas/necesidad, caídas las candidaturas del "kirchenrismo puro", de encontrar una salida-premio consuelo ante la opción Scioli. Premio consuelo, sin ánimos de desdén, es también la consigna "El candidato es el proyecto", que no está mal y merece respeto y algún reparo. Las expectativas de los presentes fueron no sólo satisfechas sino desbordadas (mucho aplauso, risa, aplauso). Todo lo que diga es subjetivo y algo suspicaz. Florencio mostró dotes de orador tribunero y coloquial que no le conocía -no es por supuesto un "elaborado" ni un estilista- y expresó un entusiasmo y consistencia que me parecieron más o menos creíbles. Particularmente en el punto fuerte que con buenas razones elige mostrar: entusiasmo del buen gestionador pero no del "gestionador gerente" sino del gestionador que transforma desde la decisión política pisando callos, intereses, corporaciones (Siemens vs los DNI estatales, los pasaportes y el viejo negocio de la Federal, los trenes y los intereses de las concesionarias y las actitudes corporativas de las cúpulas sindicales, los trenes/rieles/obras y los sobreprecios de la vieja Patria contratista versus la emergencia de nuevas empresas= ahorros para el Estado). Mucho guiño a la platea (DDHH, Grupo Clarín, familia judicial). Mostróse como "cafierista" en sus años mozos y presunto aliado de Néstor en el desarme del poder duhaldista (ahí me perdí o distraje un poco. ¿Negación?). Sanateó/trastabilló algo en el turno de las preguntas puntuales pero ningún candidato sabe todo sobre todos los temas. Resultó gracioso, simpático, inflamado a veces, espontáneo. Le resultó sencillísimo complacernos mostrándose unos cuantos grados a la izquierda de Scioli. Matiz distante del periodista/ciudadano curtido que necesita manejarse con alguna prudencia y escepticismo: ¿"tribuneó" para Carta Abierta? Seguramente. Pero me interesó y gustó más de lo que pensaba. Antes lo consideraba un gestionador eficiente (no es poco), ahora me pareció políticamente más consistente. De nuevo y último: claro que al lado de Scioli... Me fui unos minutos antes del final para ganarle de mano a todos en el uso del baño y porque tenía un hambre voraz. Espero no haberme perdido algo importante.

domingo, 4 de mayo de 2014

Noche de libros en La otra: Dylan, Lanata, Blaustein, Diomedi, Bradbury, Schroeter

Me regalaron libros. Compré libros. Un amigo me recomienda libros. Un amigo escribió un libro. Hoy medianoche en FM La Tribu. 88,7. Online


"Estaba con el agente de prensa de la CBC, Elly Smith, y me dirigí a ellos para saludar a su acompañante. Saludé, no hubo apretó de manos, y durante cinco o seis minutos divagué sobre el impacto que Dylan y la música habían producido en mí y dije que tenía ganas de verlo en el escenario. Mientras yo hablaba y Elly contribuía a la conversación con algunas conversaciones, Dylan no dijo nada... absolutamente nada, ¡ni siquiera adiós!


Ámense unos a otros
como nosotros hemos sido amados
amasijados
fórjense a no repetir dos veces el mismo recorrido
atropéllense y después arrópense
en frazadas de amor
en zapatillas de odio
camínense...


"...escribir es una forma de supervivencia. Cualquier arte, cualquier trabajo bien hecho lo es, por supuesto.
"No escribir, para muchos de nosotros, es morir.
"Debemos alzar las armas cada día, sin excepción, sabiendo quizá que la batalla no se puede ganar del todo, y que debemos librar aunque más no sea un flojo combate. Al final de cada jornada el menor esfuerzo significa una especie de victoria. Acuérdense del pianista que dijo que si no practicaba un día, lo advertiría él; si no practicaba durante dos, lo advertirían los críticos, y que al cabo de tres días se percataría la audiencia".


"Lanata: "Papel Prensa es uno de los casos de corrupción más graves de la historia argentina -escribió, junto a su hijo, el fiscal Molinas en su libro "Detrás del espejo"-. Pone de manifiesto las relaciones y procedimientos empleados por los grandes grupos de poder". Después acudía a otras fuentes igualmente revisadas y recordadas en todos estos años de discusión sobre el poder del Grupo Clarín: "'Crónica se editará, dentro de pocas semanas, con el papel más caro del mundo', escribía en octubre de 1986, en la tapa del vespertino, su creador, Héctor Ricardo García. García, como Julio Ramos, fundador de Ámbito Financiero, fueron de los pocos editores que se animaron a denunciar el negociado de Papel Prensa en público". La nota tenía otros datos menos conocidos e interesantes: "Durante el menemismo representaron al Estado en la empresa Alejandro Mac Fairlane, yerno de Hugo Anzorreguy, y Luis Juez, ex intendente de Córdoba".
(...) "Más adelante, en el mismo artículo: "En julio del año pasado, cuando la Secretaria de Medio Ambiente decidió empezar a preguntarse si la planta de Papel Prensa en San Pedro era contaminante, el diario (por Clarín) respondió con una investigación sobre los 'extraños manejos' de Romina Picolotti en sus gastos y nombramiento de funcionarios nuevos. Ahora, frente a un nuevo análisis, las presiones se multiplicaron, pero a nivel técnico judicial y en las sombras" (...) "El otro motivo del encono de Clarín con este diario refiere a que Crítica de la Argentina informó hace unos días sobre la llegada a la Corte de la causa que investiga la filiación de los hijos adoptados de Ernestina Herrera de Noble, a quienes un sector de las Abuelas de Plaza de Mayo presume como hijos de desaparecidos. El secuestro de niños y el hecho de impedirle a una persona conocer su identidad tampoco es un asunto privado"."


"Muchas personas con las que tuve relaciones intensas de amor y deseo tendían a anestesiarse con drogas y alcohol. Mi gran amante y colaborador de Nápoles, Antonio Orlando, lo hacía de manera trágica. Tomaba heroína. La aspiraba y también se inyectaba. Yo trataba de ser lo menos paternalista y moralista posible para no caer en afirmaciones del tipo "conozco el camino correcto". El efecto de la heroína sobre Antonio era paradójico. Su pensamiento no llegaba a eclipsarse por completo. (...) Cuando le sacaba el tema , me contestaba "Io regno la droga, la droga non regna me". Ese es el error fatal que repite todo alcohólico grave. Esa estúpida frase solo puede decirla alguien cuya adicción llegó tan lejos que le impide ver las cosas con claridad".

martes, 15 de abril de 2014

Este es el libro que a Lanata no le va a gustar leer


Sale a fin de mes y lo escribió uno de los grandes periodistas argentinos, que conoció a Lanata muy de cerca durante muchos años: desde que ambos eran muy jóvenes hasta el fracaso de Crítica de la Argentina. Será segurmanete algo bastante distinto de lo de Majul, por lo de la calidad periodística y humana de Blaustein. Seguramente no habrá chismes escandalosos ni injurias. La cercanía del autor hacia el retratado, su mesura y su inteligencia me permiten prever que este será un libro de lectura imprescindible.

Se viene un libro sobre Jorge Lanata escrito por Eduardo Blaustein



Eduardo Blaustein conoce bien a Lanata: desde la década del 80, en la redacción de la revista El Porteño, hasta el fundido diario Crítica de la Argentina (marzo de 2008 - abril 2010).

Dice Blaustein: "Esta foto de mediados de los '80 creo que la sacó con disparador automático el amigazo Eduardo Rey, el que aparece con visera. La señora que está detrás suyo es Ofelia, la que hacía la comida para los que trabajábamos en la revista El Porteño. En la otra punta, calvicie frontal y barba, Ernesto Tiffenberg, actual director de Página/12. Abajo de él, la periodista y cuentista Andrea Ferrari. Al lado de Ernesto, Marcelo Cofán, entonces cadete y músico metalero. Abajo de Marcelo, con el pelo un poco menos largo, el que escribe. La otra barba tupida es de Jorge Lanata, que ayer reapareció en PPT. A esta hora La Nación, no Clarín, destaca ese regreso en su edición digital. De esos recuerdos, lo que vino después y estos presentes habla el libro sobre Lanata que en unas semanas estará en las librerías".

Blaustein escribió antes Decíamos ayer. La prensa argentina bajo el Proceso junto a Martín Zubieta (Colihue, 1998) y Años de rabia (Ediciones B, 2013).

El libro sobre Lanata estará en las librerías a fin de mes. El título aún se mantiene incógnito.

miércoles, 13 de noviembre de 2013

Comunicación kirchnerista y carta de amor de un soldado a otro

Conversando con Eduardo Blaustein y escuchando a Goldfrapp en el último programa de La otra.-radio. Se puede escuchar clickeando acá.



Nuestro invitado del domingo pasado, Eduardo Blaustein, en conversación con el Pájaro Salinas, Maxi Diomedi y Cristian Bonomo, después de escuchar uno de los hermosos temas de Goldfrapp que pasamos, dijo:

"Yo defiendo muy fuertemente la necesidad del estado democrático y del gobierno de defender su propia libertad de expresión, cosa que el sistema de comunicación dominante y que ahora está en crisis impugna, porque lo que sencillamente  quiere Clarín (para decirlo pronto) es que el gobierno no diga ni 'mu', como si no tuviéramos derecho a la expresión todos los ciudadanos, incluso los funcionarios del estado. Yo defiendo la libertad de expresión del estado y defiendo la posibilidad de un gobierno con el que me identifico, de que cree su propia artillería comunicacional para responder a un sistema comunicacional terrible. Es una situación que viven todos los gobiernos democráticos que conocemos. Cuando acá la crítica es al populismo porque Cristina quiere con el Twitter una comunicación directa con la gente, es exactamente lo que hace Obama en los EEUU. Todo eso lo recontra valoro y lo defiendo.

"Lo que yo impugno en el libro es que el kirchnerismo habla casi siempre en un mismo registro, en blanco y negro, excesivamente épico, excesivamente agresivo, con dificultad para entender que la sociedad argentina es compleja, consta de muchos fragmentos y hay que hablarle de muchas maneras y con mejores amabilidades. Por ejemplo, algo que tenía presente cuando escuchábamos recién la música [de Goldfrapp] que están poniendo en el programa ¿por qué entendemos comunicación kirchnerista todo el tiempo por política, denuncia, 678, réplica, gritos? No sé cómo decirlo, pero ¿por qué no tenemos en Tiempo Argentino, en Radio Nacional, un programa como este, otros matices, otros universos, mayor poesía, mayor riqueza, otras culturas, la cabeza más abierta? Los matices mismos de esta música que describía Cristian Bonomo... parece que no hubiera relación, pero la hay. A mí me encantan muchísimos de los artistas que forman parte del kirchnerismo, que han sido muy coherentes, pero ¿por qué para la opinión pública la imagen de los artistas kirchneristas es la del psicobolche de los 80? Le falta poesía al kirchnerismo, le falta amabilidad, otra sensibilidad.

"Son como tres niveles paralelos de un mismo problema: el discurso político, el discurso institucional publicitario, y la artillería periodística que está dedicada a replicar a Clarín y se empobrece mucho, porque es superdependiente, con poca autonomía para crear otras agendas, otros matices...".

Además de ser un lindo piropo hacia nuestro programa, creo que Blaustein planteó con una claridad que yo antes no había escuchado, la relación entre estética, comunicación y política y uno de los (varios) importantes déficits de un kirchnerismo al que tanto él como nosotros adherimos, incluso cuando criticamos.



Las palabras zarpan
llevadas por el viento
su significado
es tomado por el tiempo.

Tus profundos ojos que ven
estrellas antiguas.

Queríamos sólo amar
¿Cómo te voy a encontrar otra vez?
Destino u oportunidad.

Belleza
en la incertidumbre
luchamos contra ellos
en la gran arena blanca.

Nuestras sombras reviven recuerdos
sólo queremos vivir
sólo amor y respirar de nuevo.

Tus olas blancas en la noche
anhelándote me pierdo
en mis sueños.

Azules ondulantes
olas verdes de hierba
el cielo de hierro
volviendo en el espejo
tus profundos ojos que ven
estrellas antiguas.

Vos sos la luz maravillosa 
mi único amor
que duermas bien...
Buenas noches.

"Clay", de Goldfrapp, es una canción inspirada en una carta escrita por Brian Keith, un soldado norteamericano de la segunda guerra mundial, una carta de amor dirigida a otro soldado que conoció cuanod fue destinado al Norte de Africa:

Dear Dave,

This is in memory of an anniversary — the anniversary of October 27th, 1943, when I first heard you singing in North Africa. That song brings memories of the happiest times I’ve ever known. Memories of a GI show troop — curtains made from barrage balloons — spotlights made from cocoa cans — rehearsals that ran late into the evenings — and a handsome boy with a wonderful tenor voice. Opening night at a theatre in Canastel — perhaps a bit too much muscatel, and someone who understood. Exciting days playing in the beautiful and stately Municipal Opera House in Oran — a misunderstanding — an understanding in the wings just before opening chorus.

Drinks at "Coq d'or" — dinner at the "Auberge" — a ring and promise given. The show 1st Armoured — muscatel, scotch, wine — someone who had to be carried from the truck and put to bed in his tent. A night of pouring rain and two very soaked GIs beneath a solitary tree on an African plain. A borrowed French convertible — a warm sulphur spring, the cool Mediterranean, and a picnic of "rations" and hot cokes. Two lieutenants who were smart enough to know the score, but not smart enough to realize that we wanted to be alone. A screwball piano player — competition — miserable days and lonely nights. The cold, windy night we crawled through the window of a GI theatre and fell asleep on a cot backstage, locked in each other’s arms — the shock when we awoke and realized that miraculously we hadn't been discovered. A fast drive to a cliff above the sea — pictures taken, and a stop amid the purple grapes and cool leaves of a vineyard.

The happiness when told we were going home — and the misery when we learned that we would not be going together. Fond goodbyes on a secluded beach beneath the star-studded velvet of an African night, and the tears that would not be stopped as I stood atop the sea-wall and watched your convoy disappear over the horizon.

We vowed we’d be together again "back home," but fate knew better — you never got there. And so, Dave, I hope that where ever you are these memories are as precious to you as they are to me.

Goodnight, sleep well my love.

Brian Keith

El programa completo se escucha acá.

domingo, 10 de noviembre de 2013

The Lanata Syndrome

Eduardo Blaustein sobre Jorge Lanata (fragmentos del libro Años de rabia. El periodismo, los medios y las batallas del kirchnerismo). Hoy viene Blaustein a La otra.-radio, a charlar con el Pájaro Salinas y el staff de La otra.


SOBRE PÁGINA 12:

"De El Porteño relanzado nació el proyecto de Página/12, y con Página/12 nació quizá lo mejor de Lanata, en un fifty-fifty de méritos compartidos con Tiffenberg. Nació su legítimo prestigio de entonces y el futuro que se le abrió. (...) 

"Si se trata de plantar un meritómetro que cuantifique los aportes de cada cual para el éxito del diario, no hay ecuaciones fáciles. A Página "lo fundó" Lanata y él puso audacia y capacidad de pelea Pero el proyecto hubiera sido imposible de timonear sin las ideas, la sensatez y el trabajo extenso, cotidiano y obsesivo de Ernesto Tiffenberg, más el número y calidad de los profesionales que se incorporaron. Además de prestigiar de entrada el proyecto, los que tenían "firma" sabían cómo funciona un diario, sabían de escritura y periodismo. Lista larga y conocida, entre otros, Osvaldo Soriano, Horacio Verbitsky, más adelante José María Pasquini Durán, Juan Gelman, Eduardo Galeano, Tomás Eloy Martínez, Miguel Briante, Osvaldo Bayer, Luis Bruschtein, Rubén Furman, Julio Nudler, Carlos Rodríguez. Luego vinieron de La Razón -y antes de editorial Perfil- Martín Granosky, Sergio Ciancaglini, Claudia Acuña. El diario se impuso por sus preciosas y oxigenadas novedades, por su cosa cercana y desestructurada, por el debate de ideas en un muy buen nivel, por sus investigaciones, por el modo de pararse ante la política y las transformaciones sociales, por la consistencia y el peso de las firmas reunidas, más la sed y la capacidad de una mayoría sub-30 (Marcelo Zlotowiazda, Alfredo Zaiat, Nora Veiras, Sergio Resumil, Camilo Sánchez entre muchos). (...)

"La enorme mayoría tenía un compromiso y una mirada ética sobre el valor de la política y la propia profesión que merecería contraponerse con la relación que, con los años, estableció Lanata con ambas cosas. Recuerdo un par de veces en que Lanata me dijo sentirse quebrado en su relación con el periodismo. (...) 

"En rigor de verdad, la relación más intensa de Lanata con Pagina/12 se dio en los primeros años, poco después comenzó a ausentarse. (...) Hay quienes creen que, cuando por fin se formalizó el cese de su relación con Página/12, Lanata creía que el diario, sin él, no iba a sobrevivir, (...) 

"Alguna vez Gabriela Cerruti escribió que Lanata se fue del diario diciendo que "había que aprender de Bernardo Neustadt si no queríamos quedarnos escribiendo en un diario que sólo leyeran los amigos"".

SOBRE EL DIARIO CRITICA DE LA ARGENTINA :

"Había encargando a la productora de Gastón Portal que hiciera un documental sobre las previas de la fundación del diario que pudo verse por Internet y se emitió por América antes de la salida al mercado. (...) Lo alucinante con Lanata es que llegaban las cámaras y él se convertía en su otro yo. Lanata en acting ya no nos hablaba a nosotros sino vaya a saber a qué multitud invisible. (...)

"En la industria periodística se negocian las cosas como se negocian en la vida de todos los días y se negocian en la política. Lástima que el periodismo le exige a la política un standard ético pipí cucú. (...) Se suelen ceder espacios de libertad para sostener otras libertades posibles. Lo que no está bueno es cacarear la independencia absoluta y la valentía total como estratagema. (...) Con el tiempo fue pintando que no habría ni una discusión ni un proyecto interesante en Crítica como para disfrutar mejor de nuestros márgenes de libertad. (...)

"Aunque a la distancia reitero que es oportuno reivindicar cierta pluralidad de miradas, mi impresión era que Crítica se regocijaba en el negocio de hacer antikichnerismo fácil mediante un diarito pobre, feo, inseguro, endeble, con mucho tic demagogo, en el que se sobrerrepresentaban las decisiones y muecas con que siguió repitiéndose Lanata; demasiado Lanata y poco colectivo. Hasta que el proyecto entró en crisis y Lanata se alejó, no sin antes vivir la experiencia del teatro de revistas en el Maipo, generosamente exhibida en el diario cuyo director usó de marquesina. (...)

"La salida de Lanata fue vivida en la redacción como una tragedia griega (para muchos como una suerte de traición). (...) Por si faltaban razones para el padecimiento, era particularmente espinosa la herencia que dejaba el Gordo: Antonio Mata como accionista principal. (...) La muerte súbita de Crítica no fue en absoluto el primer caso de final triste para una aventura empresaria que incluía dosis de chantaje. Pero que ésto sucediera bajo la dirección de Lanata, campeón de la ética republicana, le dio a la aventura una cierta singularidad. (...)

"El 5 de abril de 2009 Lanata publicó su carta de despedida en Crítica. (...) Casi toda la carta es olvidable excepto por la posdata:

"Es gracioso y patético verse corrido por izquierda por Clarín, que el diario que convivió e hizo grandes negocios con los militares (Papel Prensa, junto con La Nación), gerenciado por la señora que se sospecha apropiadora de hijos de desaparecidos, que implementa el terror como política laboral (...) sostenga en un artículo sin firma que Crítica "moderó últimamente su posición sobre Kirchner" es tan torpe que resulta cándido...(...) El diario que montó ilegalmente Radio Mitre, que obtuvo Canal 13 del menemismo y logró la fusión monopólica del cable con Kirchner nos acusa de falta de independencia. Clarín no soporta que no le tengan miedo. Me hubiera gustado, al menos, dar esta pelea con Roberto Noble, su creador, y no con su lobbista Héctor Magnetto y el genuflexo señor Kirchbaum, cada día más encorvado por decir que sí. Nada de lo que digan sobre nosotros cambiará la imagen que ustedes tienen al mirarse al espejo".

LANATA EN CLARÍN:

"Para que pueda producir sus columnas de 7.000 caracteres en el diario del "lobbista" Héctor Magnetto, el sistema Clarín alienta y contiene a Jorge Lanata poniendo a su disposición uno, dos, tres investigadores que aparecen mencionados al pie de cada nota. Para darle máxima potencia de fuego al programa Periodismo para todos en Canal 13, el sistema Clarín rodeó al conductor de un ejército de productores y periodistas. Son más de una veintena, sin contar camarógrafos y editores, extraídos como muelas del área de noticias de Canal 13. Esa transfusión de sangre o recursos desde otros espacios del sistema, incluído Telenoche, a favor de Periodismo para todos, hizo que la capacidad centrípeta de Lanata se viva con algún recelo dentro del canal. (...) 

"No le cuestiono tanto que trabaje para el sistema Clarín (...) como el pacto eminentemente político, y habrá que suponer que económico, que hizo para poner su revólver en alquiler, acaso como último y desesperado efecto del síndrome de adicción a la popularidad. (...) Todo en PPT con partículas de buena información, con forzamientos, con ironías abundantes, con adjetivos excesivos, imitadores, payasadas y crueldades, está concebido como un dispositivo del sistema Clarín para pegarle al Gobierno Nacional, exclusivamente al Gobierno Nacional. (...) 

"Veo poco al programa de Lanata ...porque me crispa, me enferma. Me resulta difícil de tolerar su carga de agresividad: desde el show del fuck you, pura y furiosa ostentación de inmadurez cívica, hasta la imitadora de Cristina, pasando por las escasas dotes actorales del Gordo para pretender hacer la Gran Bores. Lanata furioso. Lanata despectivo, sobrador. Lanata esclerosado en sus muecas. Lanata insultando y despreciando a colegas con los que compartió -y les debe algo o mucho- espacio de trabajo comunes. (...) Lanata constituido, quizá sin habérselo propuesto de esta forma, en lo que quedó de él: poder de fuego propio puesto en alquiler, demiurgo virtual ante sus audiencias trocadas, cowboy solitario cabalgando al crepúsculo. Canturreando en el camino sus verdades pobres, la tesis del débil, sus ambigüedades distraídas, el show de superficie, efectos especiales (...)".

Hoy a la medianoche en La otra.-radio, Eduardo Blaustein. Junto al Pájaro Salinas, Maxi Diomedi y Cristian Bonomo. FM La Tribu. 88,7. Online.

sábado, 9 de noviembre de 2013

En medio del reposo, la noticia bomba

(Este domingo a la medianoche vienen Eduardo Blaustein y el Pájaro Salinas a La otra.-radio. FM La Tribu)



La delcaración de constitucionalidad de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual por parte de la Corte dejó en  segundo plano la discusión sobre resultados electorales. El cercano regreso de la Presidenta es considerado como un hecho de alto voltaje político en sí mismo. 
por Eduardo Blaustein


Caramba: con la Presidenta en reposo forzado, ese reposo que según la oposición política y mediática implica que “no se sabe quién gobierna/gobernará la Argentina”, el kirchnerismo, pero también las instituciones democráticas, recibieron una muy buena noticia: el fallo sobre la constitucionalidad de la Ley de Servicios Audiovisuales, seguida días después, por otra novedad poderosa: que el Grupo Clarín se decidiera a presentar un plan de adecuación. Desde que se conoció el fallo de los jueces supremos la oposición mediática primero lamentó y deploró que esa sentencia le diera “oxígeno al gobierno” tras su derrota electoral. Inmediatamente después se descubrió que la Corte no es confiable, que supuestamente existieron encuentros conspirativos entre sus integrantes y miembros del poder Ejecutivo. Simétricamente, en los espacios de comunicación oficialistas, en los que hasta hace poco también se presentaba a Ricardo Lorenzetti como un conspirador, se le dedican todo tipo de mimos a él y a sus colegas que votaron con él. En su defensa, todos los miembros de la Corte se apresuraron a firmar una declaración negando las tesis confabulatorias y aclarando que los encuentros entre representantes de los poderes Judicial y Ejecutivo hacen a la calidad institucional, o acaso a un poco menos: la normalidad institucional.

Es cierto: el fallo de la Corte, por unos días, deja en segundo plano la amplificación de la noticia de la floja elección que hizo el oficialismo en comparación con la de 2011. Se puede hablar de “elección floja” aunque sea igualmente cierto que el kirchnerismo sigue siendo la primera fuerza política nacional, que mantiene las mayorías parlamentarias (salvo que se produzcan fugas) y que mejoró notoriamente su desempeño en las PASO (cosechó un millón de votos más). Pero el fallo de la Corte trasciende la coyuntura del presente: reafirma la autonomía de las instituciones democráticas sobre el poder corporativo y pone en aprietos curiosos a todo el mundo porque muestra a una Corte Suprema ardua de etiquetar. Que a Lorenzetti y otros jueces supremos les sobre muñeca política y picardía, que no dejen de “hacer política” en sus fallos, es harina de otro costal.

Reacciones pequeñitas

También los dirigentes de la oposición reaccionaron ante el fallo supremo, aunque con matices. Elisa Carrió, sin el acompañamiento de Unen, lo que es todo un dato de la levedad de ese armado, se mandó solita y tronante como es de rutina, denunciando pactos espurios y anunciando al aire un juicio político a Lorenzetti que jamás llegará a ningún lado. Mauricio Macri y otros dirigentes del PRO se apresuraron en presentar un recurso judicial asombroso contra el fallo de la Corte para suspender la ejecución de la sentencia. Esa foto de posicionamiento duró nada: en tiempo récord el máximo tribunal rechazó la presentación entendiendo que quienes la hicieron “carecen de legitimación” porque ni son parte en el expediente ni la elegida fue la vía procesal adecuada. Fue apenas un papeloncito fugaz que juntó entre otras firmas las de Federico Pinedo, Patricia Bullrich, Paula Bertol y Laura Alonso.

La movida del macrismo es fruto de la necesidad política. Después de añares de molicie, y ante el ascenso del espacio que lidera Sergio Massa, espacio conseguido entre otras cosas merced a la picardía y la capacidad de construcción que Macri no mostró, el jefe de Gobierno porteño intenta competir por arremetida, presentándose tardíamente como duro presidenciable, tan duro que hasta se animó a decir que el recambio político en Argentina no puede pasar por ninguno de los peronismos posibles.

¿Qué otras reacciones hubo en la oposición? Pino Solanas, pasivo y más bien opacado junto a Elisa Carrió. Ricardo Alfonsín diciendo sencillamente que al fallo hay que acatarlo. Hermes Binner siempre dubitativo, algo así como “no me gusta del todo pero no conozco el tema”.

Detrás de la foto

Aún con la notable buena nueva de la declaración de plena constitucionalidad de la ley, todos los desafíos que afronta el kirchnerismo siguen presentes. Primer asunto: persistirán los desafíos del kirchnerismo para sostenerse como espacio, recrearse y sucederse. Persistirá el intento de Sergio Massa de llevar a escala nacional su construcción política. Y aunque eso suponga también desafíos para Massa (los líderes territoriales y los gobernadores peronistas no se dejan arriar así como así), como se dijo más arriba el intendente de Tigre mostró más decisión que Macri o Daniel Scioli. Mostró también algo más que interesante: que a diferencia del estilo brutal de la oposición mediática, comprado llave en mano por buena parte de los líderes de la oposición política, se podía confrontar con el kirchnerismo sin necesidad de lenguajes apocalípticos.

El encuentro Moyano-Massa para hablar de…, ejem… la recolección de basura era largamente previsible y habla de la debilidad en que quedó el primero, así como de las flojas aventuras electorales de otros peronismos encarnados en figuras del gremialismo como Omar Plaini y el Momo Venegas o la de Julio Bárbaro en Capital.

Detrás de los titulares de estos días sobre el fallo de la Corte y el plan de adecuación presentado por el Grupo Clarín, persistirán también los problemas económicos. Los problemas son conocidos: inflación, déficit energético, falta de dólares y su expresión en la fuerte caída de reservas.

Está previsto que la Presidenta retome sus funciones en pocos días más. Hay voceros kirchneristas que sostienen que su solo regreso marcará un impacto político y eso es parcialmente así: sólo su reaparición y protagonismo compondrá una nueva fotografía de tres o cuatro días. O bastante más, si es que el retorno viene con anuncios importantes o con cambios de figuras desgastadas del gabinete. Pero esas expectativas del kirchnerismo a su vez reiteran una debilidad del oficialismo sobre la que varias veces se aludió en esta columna: la dependencia del espacio kirchnerista de su figura más potente, la misma que, pese al mal resultado de las elecciones legislativas, promediando su segundo mandato, mantiene un nivel de imagen más que apreciable.

Fuente Redacción Z