Por Oscar A. Cuervo
La entrevista a Diana Maffía era para mí un momento especial porque yo la tuve como profesora en la facultad de Filosofía y tenía un buen recuerdo de ella. Ahora ella (entre muchas otras cosas) es una dirigente de la Coalición Cívica, una agrupación que está en las antípodas de mis preferencias políticas. Las intervenciones públicas de Maffía que pude presenciar me permitieron conservar ese respeto que le tenía y la veía muy distante del tremendismo mesiánico de Elisa Carrió o el oportunismo descarado de Patricia Bullrich. En la charla radial pudimos coincidir muy amablemente en nuestra visión crítica del saber académico, que le quita al estudio de la Filosofía toda huella de la pasión que la anima, porque lo habitual es que alguien decide estudiar Filosofía movido exclusivamente por la pasión, ya que ninguna especulación económica ni laboral podría justificar semejante decisión. Pero ya no coincidimos tanto al hablar de la política nacional de este momento. Sospecho que hay un trasfondo de coincidencias que en otro contexto se podrían resaltar más, pero constato que está en la Coalición porque coincide en las líneas decisivas que expresa Carrió. A pesar de que en algunas cosas pudimos coincidir, Diana no está tan lejos de Lilita como yo creía inicialmente.
El tiempo nos faltó para discutir más porque, a medida que íbamos charlando, los temas se abrían y brindaban muchas posibilidades de abandonar algunos ejes que a mí me interesaba especialmente hablar con ella: el riesgo de reducir los conflictos específicamente políticos a planteos éticos, la insuficiencia de pensar la política como mera administración de la cosa pública, la necesidad de incluir a las empresas de comunicación como factores de poder y no sólo como medios de expresión en el cuadro político del siglo XXI y, dado que Maffía es una especialista en temas de género, también me interesaba hablar con ella de ciertas connotaciones machistas que impregnan las críticas que se le hacen a la presidenta. Mi agenda de temas sólo se pudo cumplir parcialmente, en parte porque yo tenía pensado dedicarle a la entrevista las dos horas de programa y Diana había pensado que el programa duraba sólo una hora. Y en parte porque considero que Diana comparte con Carrió una tendencia a leer los principales problemas políticos de la Argentina en referencia a la personalidad de Néstor Kirchner. El antikirchnerismo le va a servir a la Coalición para tener visibilidad mientras el kirchnerismo dure. Después tendrán que ampliar su pensamiento politico, si aspiran a no desvanecerse en el aire.
Aquí les transcribo un parte de la charla. Hubo más, se los debo para otro día.
- Entre las críticas que se le hacen a nuestra presidenta, ¿hay algunas que tienen una connotación de género?
- Totalmente, hay algunas misóginas, groseramente misóginas y se vio, esa es una de las cosas que se vieron en la polémica con el campo. Y esa es una cosa que a mí me choca muchísimo, por supuesto, porque vos no inhabilitás a alguien por cómo se viste, cómo se peina o si se hizo cirugías. Si la persona tiene responsabilidad política, hay que ver si cumple o no su responsabilidad. Y estas críticas tienen ese estilo que de ninguna manera se utilizarían con un varón y que va desgastando, va minando la seguridad de una mujer que asume el poder. Y es muy excepcional asumir el poder en esos niveles. Sí creo que con ella hay una enorme misoginia, empezando por su marido.
- A ver...
- Empezando por cómo él cree que ella no puede ser presidenta y entonces todas las decisiones importantes las tiene que tomar él. Mientras ella estaba haciendo el anuncio de los autitos y de los lavarropas y diciendo que ella también era responsable de las cosas del hogar, alguien que no se hace responsable de las cosas del hogar estaba con los ministros y los intendentes distribuyendo obra pública a cambio de fidelidad política para octubre. Entonces ¿quién tenía que hacer qué? Es demasiado exagerado que la presidenta anuncie las cuotas en que se va a comprar una heladera y es ofensivamente misógino que el marido de la presidenta se apropie de las ejecuciones que tiene que tomar ella, en la misma casa en la que convive por ser el marido y no por ser el ex-presidente. Ningún ex-presidente podría estar en Olivos si no fuera el marido de la presidenta. El ha usado Olivos como si fuera un local del PJ porque es el marido de Cristina.
- Yo no termino de acordar con lo que decís. Escucho muchas críticas en el sentido de que Cristina es un simple instrumento de Néstor Kirchner...
- Yo no dije que sea un simple instrumento.
- No, te estoy diciendo que escucho muchas críticas, que hablan del presidente en ejercicio, que tienen una connotación machista. Porque yo entiendo que hay algo atípico en la sociedad política de Néstor Kirchner y Cristina Fernandez. Creo que es la primera vez que hay un matrimonio de dirigentes políticos con una trayectoria bastante pareja.
- Hay una herida en la memoria que no se puede superar.
-¿Evita?
- No (se ríe) ¡Isabel! ¡Isabel! Hubo un matrimonio y hubo una presidenta. Ahora se va a hacer una salita rosa en la Casa Rosada, una sala donde se van a poner fotos de mujeres destacadas. ¿Se animará Cristina a omitir, a forcluir a Isabel Perón? Yo creo que tendría que estar.
- Y bueno, vamos a ver. Pero cuando nombrás a Isabel es un caso muy distinto del de Perón e Isabel y más cercano, aún con todas las diferencias que podamos señalar, más cercano a Perón con Evita. Isabel estuvo ahí en un momento trágico, desgraciado, patético y cómico a la vez de la historia argentina, donde terminó por primar lo trágico, una mujer totalmente incapaz, sin la menor trayectoria como política, y estuvo solamente por ser la mujer de Perón. Y ese no es el caso de Cristina.- Es verdad, ella tiene una trayectoria independiente y está haciendo ahora algo que no aceptó hacer durante los cuatro años de Kirchner fue presidente. Ella nunca aceptó hacer de primera dama, y ahora hace lo que haría una primera dama, mientras Kirchner toma las decisiones o pone veto a las resoluciones que ella pueda tomar. Yo creo que eso ha desgastado mucho la experiencia que esperábamos. Ella prometió que las formas institucionales iban a funcionar de una manera adecuada, que las cosas iban a funcionar de manera no hegemónica y que las formas institucionales iban a funcionar, que la legislatura iba a tener su papel, que la justicia iba a tener su papel, que los organismos de control iban a tener su papel y esto no es así. La legislatura está disciplinada, la justicia está amenazada, porque ha modificado la composición del consejo de la Magistratura y entonces de ahí se amenaza con juicios políticos a los jueces, es una situación de amenaza. Y los organismos de control han sido debilitados, se le ha quitado funciones Fiscalía de Investigaciones administrativas, a la Oficina de Anticorrupción. Ni hablar de los medios de comunicación. Ahora hay un fallo judicial para que publiquen publicidad oficial en Perfil, porque Perfil estaba castigado por ser crítico.
- Bueno, dijiste un montón de cosas que podríamos ir considerando una por una y en algunas acordaríamos y en otras no, pero no quiero apartarme del eje de lo que yo te pregunto: como sea que valores las medidas del gobierno, Cristina es absolutamente activa en la decisión de las políticas. No está subordinándose a Kirchner, está ejerciendo el poder desde su propia convicción. Comparte un proyecto con su marido, son dos militantes de larga trayectoria, que comparten un proyecto y tendrán sus contradicciones y discutirán...
- No me parece que tengan tan larga trayectoria como militantes. En su trayectoria militante desde la militancia estudiantil hasta el poder en Santa Cruz hubo todo un intermedio en que se dedicaron a hacer guita y nada más.
- Yo no conozco a qué se dedicaron en ese lapso y tampoco quiero discutirlo ahora, no cambia lo que estoy diciendo: que ambos tienen una carrera politica pareja, desde la democracia para acá yo vengo viendo a ambos e incluso conocí a Cristina antes que a Kirchner, así que no me parece justa la referencia a Isabel, a la manera como llegó a la presidencia y cómo la está ejerciendo. Comparten el mismo proyecto político y las criticas que dicen que ella es la mujer sometida y que Kirchner tiene la tipología del marido golpeador son críticas machistas.
- Yo no dije eso.
- No, vos no lo decís, lo dice Elisa Carrió.
- Ah, bueno, pero lo que dice Elisa Carrió hay que refutárselo a ella y no a mí.
- No te lo refuto a vos, sino que menciono esas críticas que considero machistas.
- Es verdad, es verdad.
- Ella es una dirigente política en la plenitud de sus funciones y es absolutamente responsable, para bien y para mal, de lo que está haciendo.
- Yo creo que sí son socios, pero me parece que había un triunvirato o un cuarteto, según uno lo incluya o no a Zanini, entre Cristina, Néstor Kirchner y Alberto Fernández, que era como la mesa chica de las decisiones. Pero en esa mesa chica primero Alberto Fernández ya no está, y segundo Cristina nunca ejerció el poder de veto y en cambio Néstor ejerce el poder de veto. Y eso presiona sobre ella, no porque no tenga iniciativa, la tiene y propone cosas, pero él la está controlando y está vetando alguna de las cosas. Por ejemplo ella quería negociar con las asociaciones del campo y él exigió que no se fuera un paso atrás.
- Ahora, ¿cómo conocés vos la interna del poder de veto y las propuestas que hace ella y que Kirchner le impide?
- Porque lo dice ella misma.
- Yo nunca la escuché decir eso. ¿Dónde lo dijo?
- Bueno, ok, vamos a filtrar, tenés toda la razón: es lo que se difunde en los medios de comunicación.
- Ah, bueno, pero eso es otra cosa, no podemos admitir sin más que los medios son trasmisores de la realidad.
- Yo leo cuatro diarios diferentes. Por supuesto que no vas a saber cuál es la verdad ni con respecto a Cristina y a veces ni siquiera con respecto a vos mismo.
- Pero yo encuentro que el papel de la prensa es muy sesgado, me refiero a los medios más grandes. Vos estás dando como válidos los relatos que se hacen desde las columnas dominicales. Hoy leía un increíble relato de Nelson Castro, en su columna dominical de Perfil, donde todo el análisis político del viaje de Cristina a España se basaba en un análisis de las fotos en las que Cristina sonreía (con una sonrisa autista y desconectada de la realidad, según Castro), mientras la reina Sofía tenía cara de disgusto y Scioli estaba con cara de preocupado. Todo el análisis se basaba en las fotografías que Nelson seleccionó para diseccionar el significado poítico del viaje a España. Entonces, para no quedar apresado de este nivel de información, creo que hay que ampliar un poco la mira. En el siglo XXI la política no tiene forma de eludir el problema de los medios como poder y no como simples transmisores de la realidad.
- Sobre todo porque no son medios separados de otros, son multimedia muy fuertes. Al propio Nelson Castro le pasó en la radio donde tenía su programa: Electroingeniería compra la radio y a la semana el tipo se queda sin programa. Y eso ha tenido un costo político, por la repercusión que tuvo, porque al kirchnerismo se le atribuye un control de los medios, no sólo a través de la publicidad, sino de la presencia muy fuerte que tenía sobre todo Néstor en los noticieros y los actos filmados...
- Pero es inteligente también saber matizar cuando se hace un análisis político, porque cuando decís un control de los medios muy fuerte, pintás un panorama que parece desconocer que hay importantísimos medios, los más grandes, que han asumido un rol de oposición sistemática.
- Por supuesto, no vas a comparar Página 12 con La Nación.
- O con Clarín, o Perfil.
- Pero también hay que decir que es una cuestión de negocios.
- Es eso.
- Porque el secretario de medios es Pepe Albistur, que está muy metido en el conjunto de empresarios amigos de Kirchner, un grupo que se ha ido enriqueciendo a veces de manera razonable y a veces de manera obscena.
- La cuestión de los medios es una cuestión de negocios en todo sentido, porque también sabemos que La Nación y Clarín son medios con intereses económicos, que se presentan como si fueran ventanas a través de las cuales vos ves las realidad. Sabemos que La Nación y Clarín están muy vinculados al campo a través de Expoagro y entonces todo lo que esos medios expresan está teñido por esos intereses. Es un problema para pensar la política del siglo XXI darse cuenta que hay un poder ahí y que ya la política no se ciñe exclusivamente a la actuación de los dirigentes políticos.
- Es un poder que nosotros los filósofos tendríamos que disputar, y es el poder de producir sentidos.
(En una segunda parte hablamos de la reducción neoliberal de la política a la ética. Continuará...)