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viernes, 8 de septiembre de 2023

Mientras dure la guerra.

 Alejandro Amenábar, cineasta español de origen chileno, dirigió hace un par de años una película que intentaba condensar en hora y tres cuartos las tribulaciones del escritor, intelectual y rector de la Universidad de Salamanca Miguel de Unamuno. Este señor tuvo fama de cascarrabias y pleiteador, no en vano fue desterrado a Fuerteventura por criticar al rey. Hombre culturalmente inquieto, se pasó la vida cambiando de parecer; fue vasquista, españolista, católico, agnóstico, ateo, comunista, socialista y finalmente coqueteó con el fascismo, como se puede vislumbrar en esta pincelada histórica que es esta peli llamada “mientras dure la guerra”.


La cinta empieza el diecinueve de julio del 36 en la majestuosa plaza mayor de Salamanca, cuando el ejército sublevado empieza a dictar normas y a detener al alcalde de la ciudad. Unamuno (Interpretado por Karra Elejalde) un señor septuagenario, hace lo de todos los días a pesar del ambiente turbio que se respira, va en busca de sus compañeros de tertulia para hacer sobremesa en el café Novelty de la plaza mayor. Sus amigos son Atilano Coco (Luiz Zahera), un pastor protestante criado en una de las pocas familias protestantes que había a comienzos del siglo XX, y Salvador Vila (Carlos Serrano-Clark) un joven intelectual salmantino, antiguo alumno de Unamuno y a su vez rector de la universidad de Granada que se hallaba veraneando en su localidad natal cuando se da el golpe de Estado.


Elejalde haciendo de Unamuno

A la par que Unamuno y sus amigos discuten sobre lo que este golpe de Estado representa: Unamuno se muestra partidario de la mano dura del ejército, Vila, socialista y conocedor de lo que representa el nazismo ya que estudió en Alemania en pleno apogeo hitleriano, se siente indignado y el reverendo intenta poner paz, la cinta de Amenábar nos muestra a los generales golpistas y sus desconfianzas entre ellos. Francisco Franco (Santi Prego) se muestra como un hombre con poco carisma, sin demasiadas simpatías entre el resto de los militares sublevados, asistido en todo momento por su hermano Nicolás (Luis Bermejo).


Los contertulios con poco futuro

El que tiene un papel bombón es Eduard Fernández que representa al histriónico general Millán-Astray. Tuerto, cojo, manco, brutal, apasionado, exagerado y peligroso. Así aparece arengando a las tropas y contando charcarrillos a los soldaditos. Otros generales como Cabanellas (Tito Valverde) se muestran desconfiados con ese líder improvisado que quieren imponer en la figura de Franco. Se supone que el general Mola (Luis Callejo en la peli, al que no acabo de encontrar parecido alguno con quien fue “el director”) tampoco es que fuera devoto del gallego africanista, pero Amenábar así lo ha contado en su peli.


Eduard Fernández haciendo del legionario.

Y eso es lo malo de tratar un hecho histórico relativamente reciente y que aún levanta ampollas en una peli. Amenábar intenta hacer funcionar un montón de hechos presumiblemente desligados y seguro que aburridos en una historia lineal y además que eso enganche a la audiencia. Así a Franco se le ocurre un buen día a él solo cambiar la bandera de la República, bandera bajo la que también luchaban al principio los sublevados, por la monárquica y a Millán Astray, en ese momento, se le ocurre azuzar a un soldado para que cante la marcha real (El himno oficial de España hoy día). La secuencia es curiosa porque cada uno empieza a cantar la letra que se sabe, hay varias, aunque la mayoría, como hoy, se dedican al consabido “lo, lo, lo” actual (Y sé que estáis pensando en la letra popular que habla del color de las posaderas del caudillo, pero dejemos el tema). Quizá Amenábar debiera haber zanjado la secuencia aquí, pero, no. La alarga enlazando la melodía a los colores de la bandera elegida por el golpismo, lo cual ha levantado cierta polémica ya que algunos piensan que esa escena es entre insultante y “bienqueda” para con el tufillo revisionista actual.


Escena de la banderita y el himno.


Y la peli va acentuando la gravedad de lo que parecía una breve algarada militar de verano y observamos como Unamuno comienza a darse cuenta de que lo que él creía que iba a apaciguar las cosas las ha empeorado, sobre todo cuando empiezan a desaparecer sus amigos. Supongo que a estas alturas no hago ningún espóler cuando explico que al pastor protestante y al joven rector universitario de izquierdas los detienen. Los personajes, para quien quiera conocerlos, son reales y tuvieron un final fatal a manos de los fusiles franquistas. Por cierto, esto no sale en la peli, pero os lo digo yo y lo podéis buscar. Perdonad si me explayo en algo externo a la peli, pero el contexto me lleva a ello y yo escribo apasionadamente y del tirón. Al joven Salvador Vila que menciona el fusilamiento de García Lorca ante lo que Unamuno cree un bulo, lo acabaron asesinando en el mismo barranco de Víznar, Granada, ya que Vila era rector de la universidad de la ciudad nazarí. Aún la cosa fue más cruel. Vila conocía el mal del nazismo porque lo vivió en la Alemania donde estudió. Casó con una joven alemana de familia hebrea, al dictarse leyes antisemitas los suegros de Vila vinieron a vivir a España y el miserable gobierno franquista los expulsó al poco de ser fusilado el joven rector universitario. La suegra de Vila murió en un pogrom en Viena. El suegro sobrevivió a Dachau. A la esposa de Vila, Gerda Leimdörfer, la detuvieron, la torturaron, la encarcelaron y la obligaron a convertirse al catolicismo con el nombre de María Angustias, quién sabe si con doble intención el nominativo de marras.

Unamuno en el Paraninfo y el horror de la violencia

Volviendo al film, Unamuno, disgustado, anciano, enfermo y vencido, es invitado, según la peli, con cierta dosis de mala leche por parte de Millán Astray, al acto en honor al día de la raza, 12 de octubre, en el paraninfo de la universidad salmantina. Es aquí, punto álgido de la peli después de intentar no aburrirnos con una sucesión de acontecimientos anodinos mezclados con el dramatismo de las escenas con las esposas, pero viudas, del alcalde y del pastor Coco (Nathalie Poza y Ainhoa Santamaría respectivamente) cuando Unamuno, mientras se suceden los ardientes discursos españolistas, encuentra la carta que la esposa del pastor protestante había querido hacer llegar a las autoridades para que soltaran a su esposo. Es entonces cuando Unamuno da el discurso famoso, aunque algo tergiversado, según dicen, en el que resuena el “venceréis pero no convenceréis” y tiene que salir de la mano de Carmen Polo, esposa del caudillo, porque si no los exaltados guerreros quizá lo hubieran, si no tiroteado, apalizado. El pequeño papel de Mireia Rey haciendo de Carmen Polo es breve, pero muestra al personaje como ese Pepito Grillo rancio de la España nacionalcatólica.



Échame una mano, prima.


Y la peli acaba mientras a Franco le pintan un óleo y nos cuenta que a los amigos del filósofo vasco se los cargó el franquismo por desafectos (Ser uno masón y protestante y el otro, izquierdista) que Franco mandó hasta su muerte, que las primeras elecciones libres fueron en 1977 y que Unamuno murió de un ataque al corazón en la nochevieja del 36, cosa que es muy cuestionable, ya que hay quien dice que pudiera haber sido envenenado. Recomiendo el libro "la doble muerte de Unamuno". Una pena haber hecho filigranas para entretener a la gente con una historia tan difícil de contar y acabar soltando la el mismo tipo de trola habitual de la transición que no fue.

Juli Gan



viernes, 26 de febrero de 2021

La lengua de las mariposas, 1999

Moncho es un niño muy inteligente y despierto que tiene miedo a ir al colegio porque ha oído que los maestros pegan. Así  se nos presenta el inicio de la película “la lengua de las mariposas”, dirigida por José Luis Cuerda en 1999. La peli está basada en tres relatos recogidos en el libro “¿Qué me quieres, amor?” ( En gallego original “¿Que me queres, amor?)” del escritor  Manuel Rivas. No es la primera vez que se llevan los relatos de Rivas al cine ya que de su obra “o lapis do carpinteiro” (El lápiz del carpintero”)Antón Reixa rodó una película ambientada en el mismo difícil período histórico que la peli de Cuerda.

Cartel de la peli. La fuerza dramática de la última escena cargada en la foto del niño.

Moncho aprende pronto que el maestro es un hombre bondadoso y justo que enseña con ilusión a sus alumnos. Moncho, ávido de aprendizaje, se empapa de todo lo que les enseña este buen maestro, personaje encarnado por Fernando Fernán Gómez. Maestro y discípulo se hacen grandes amigos en aquél curso del año 1936 en esa Galicia rural donde las orquestas amenizaban las fiestas de los pueblos.  


Escuela rural donde este maestro no pega reglazos.

La película es encantadora tanto por las historias como por el paisaje. Cuerda repite historias rodadas en Galicia, como hiciera doce años antes con “el bosque animado”, donde filma relatos de Wenceslao Fernández Flórez.


Imagen de la última escena de la peli. El padre de Moncho obligado a traicionar sus ideas, disfraza su congoja de ira.


Decía que la película es encantadora hasta que deja de serlo cuando se desencadena el odio más feroz de unos violentos que no desean ni paz, ni igualdad, ni justicia y reprimen con saña y crueldad a unos enemigos declarados por unos glopistas el aciago verano de 1936. Lo peor de todo es que en Galicia ni siquiera hubo guerra, aunque represaliados, sí.

Moncho comparte cuarto con su hermano Andrés, que entra en la orquesta azul y está intentando tocar "en el mundo".

José Luis Cuerda era capaz de hacer películas serias, aunque siempre con cierto toque de humor, y películas fetiche como “amanece, que no espoco”, auténtica antología del humor absurdo de la que ya dejé constancia eneste blog. 

Gran escena dramática.


También participó en la producción y en el equipo artístico de la ópera prima de Alejandro Amenábar, “tesis”, donde hace de profesor de Ángela (Ana Torrent), cosa que aprovecho para retomar y es que si hay una mirada infantil en el cine español esta es la de Ana Torrent en “el espíritu de la colmena”, seguido de cerca por la mirada de Moncho (Manuel Lozano).

Un hombre bueno y justo que no entiende por qué es maltratado.


Si alguien aún no ha visto aún esta peli, se la recomiendo, sobre todo si es fan de las pelis que hablan sobre la escuela. Y porque esta peli es todo un homenaje a los maestros y maestras rurales que llevaron la cultura básica a tanta gente humilde, a pesar de las contrariedades del poder y de los tiempos.

viernes, 27 de marzo de 2020

La Trinchera infinita y el fenómeno de los topos

La alarma sanitaria nos tiene confinadas en nuestras casas, pero podemos salir a la ventana y/o terraza a que nos de el aire para ver el paisaje y que nos vean. En España en los días inmediatos al final de la guerra civil hubo un numeroso grupo de individuos que se vieron obligados a esconderse en sus propias casas por haber perdido la guerra. A estos hombres se les conocería como "los topos", tal y como quedó recogido en un libro donde sus autores, Jesús Torbado y Manu Leguineche, se dedicaron a recoger los testimonios de estos enclaustrados entre sus propias paredes por miedo a ser encerrados en cárceles previa tortura o ser fusilados.

Cartel 

Basándose en el libro y centrándose en la historia de Manuel Cortés,  alcalde de Mijas (Málaga), Manuel H. Martín dirigió en 2011 un documental titulado "30 años de oscuridad". El documental, que ganó el Goya en su categoría, es narrado por el alcalde, al que presta su voz Juan Diego y su esposa, cuyo hilo narrativo es interpretado por Ana Fernández, que lleva la presión de saber a su marido encerrado y aún así tener que enfrentarse a la vida real en medio del franquismo más cruel. La cinta, además, cuenta con las aportaciones de Jesús Torbado, uno de los periodistas que dio a conocer el fenómeno de los encarcelados en sus propias casas, Ronald Fraser, autor de "escondido", la biografía de la reclusión del alcalde de Mijas y María de la Peña, nieta del alcalde, que explica el miedo que se vivía en su casa y el peso de guardar el secreto de tener un abuelo escondido.



Este escalofriante documental sirvió de punto de apoyo para que el trío Garaño, Arregi y Goenaga montaran el film "la trinchera infinita". Este trío ya había realizado en tándem alguna otra obra como "80 egunean"o "Loreak" (Goenaga y Garaño)y la aplaudida "Handia" (Arregi, Garaño), de esta última, nuestra compañera Noemí, hizo un espléndido articulo.

Historia real 

Los vascos vuelven a crear un ambiente casi literario para contarnos la historia de Higinio (Antonio de la Torre) escondido por su esposa Rosa (Belén Cuesta), la cual las pasa canutas para sobrevivir en un ambiente opresivo y amenazante guardando la vida de su marido enclaustrado. Belén Cuesta se llevó el merecidísimo Goya a la mejor interpretación protagonista. No es la primera vez que una actriz encasillada en papeles cómicos sorprende para bien en un duro papel dramático. No nos olvidemos de que María León se llevó el premio a mejor actriz revelación por otro papel de víctima, torturada y sufridora derrotada de la guerra en "la voz dormida".

El documental

Pero la trinchera infinita no es la única peli que ha contado la historia de un topo. En 1986 Fernando Fernán Gómez dirige y protagoniza "Mambrú se fue a la guerra"en la que él es un comandante respublicano escondido bajo la pila de lavar de su casa, un invento ingeniosísimo. A la muerte de Franco su esposa revela a la familia la existencia viva de Emiliano, padre, suegro y abuelo. Toda la alegría de la "resurrección" se truncará por la ambición cochina de unos familiares encabezados por el yerno machista y vocinglero (Agustín González) y la hija de débil carácter (Emma Cohen) que ven que continuar con el enterramiento en vida del viejo republicano les reporta más beneficios ya que la "viuda", que no lo es, María Asquerino, tiene derecho a cobrar viudedad de mando militar con atrasos incluidos, y eso no puede acabar bien.

La peli de Fernan Gómez

Esta peli de Fernán-Gómez se llevó el Goya a mejor interpretación protagonista por este papel en la primera entrega de estos premios donde este director y actor presentaba otra peli, "el viaje a ninguna parte", que le reportó el triunfo en las categorías de mejor peli, mejor dirección y mejor guión, basado en una novela suya.

Miedo por tu vida

Mientras "la trinchera infinita" narra la angustia y el miedo de las décadas de encierro y cómo mina la vida de un matrimonio que vive con un peso insoportable, sobre todo, Rosa, en "Mambrú se fue a la guerra", el drama empieza cuando la esposa revela a la familia la supervivencia del topo. Hay muchas otras diferencias entre ambas películas, claro está. No es lo mismo realizarla once años después del fallecimiento del dictador que al haber pasado ya casi medio siglo. En la historia de Fernán Gómez el topo decide salir, por miedo,  una vez haya muerto Franco (noviembre de 1975), mientras que en la película del trío vasco el topo sale al cumplirse la amnistía de los llamados treinta años de paz (abril de 1969). Al final lo terrible es que fue cierto que hubo un  grupo de individuos escondidos en sus casas por miedo a las represalias que tomaran los vencedores de la guerra hacia ellos. A estos individuos se les llamó "los topos".

Desde el confinamiento, Juli Gan.