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viernes, 15 de febrero de 2019

Ha nacido una estrella (o varias)

La última versión

El pasado festival de cine de San Sebastián vi la película Ha nacido una estrella de Bradley Cooper. Está protagonizada por el mismo Cooper y Lady Gaga. A mí me gustó, qué queréis que os diga, igual soy una simple, pero no recordaba para nada los anteriores (aunque estaba segura de haber visto la de Barbra Streisand y Kris Kristofferson), me pareció que Lady Gaga lo hacía fenomenal, vi que Bradley Cooper lo mismo vale para dirigir que para actuar o cantar  y pasé un buen rato. Después se me ocurrió ver las otras versiones de la película y hacer una comparación. Idea que, después he comprobado, tuvo medio mundo porque está lleno Google de cosas en plan “lo mejor y lo peor de las cuatro versiones”. No me importa, yo he conseguido ver las cuatro pelis y ahora os lo cuento sí o sí. Porque no ha sido fácil, encontrarlas y verlas me ha llevado un tiempo. Quizás hubiera sido mejor que hubiera dedicado todas esas horas a empezar a aprender portugués o hacer el curso “Encaje de bolillos I”. Lo primero que me viene a la cabeza es por qué hay tantas versiones de esta historia. No está mal, tiene su interés, pero ¿cuatro películas? Yo creo que con un par el tema estaba ventilado, pero bueno, para gustos los colores. Os las comento por orden cronológico:
En la ceremonia de los Oscar, antes daban cena

 En 1937 William A. Wellman   dirige la primera versión. Basada en un argumento creado por el mismo director y Robert Carson (no sabían ellos qué idea tan buena habían tenido) con un guion en el que colaboró Dorothy Parker, cuya biografía me fascina y hace que le dé un punto positivo a la película.  La protagonizan Fredrick March y Janer Gaynor. Por lo demás, a esta versión le pesan un poco los años. Resulta ingenua y un poquito ñoña. Le salvan algunos toques de humor en los diálogos (para mí que se nota la mano de Dorothy Parker). Después de ver esta película pensé ¿qué más ha dirigido este buen hombre? A lo mejor todos lo sabéis, pero yo, de las pelis que vi de pequeña, solo recuerdo a los actores (y no he mejorado mucho, ahora me tienen que haber gustado por lo menos tres películas para aprenderme el nombre). Bueno, pues este hombre hizo mogollón, entre otras, Caravana de mujeres, Las aventuras de Buffalo Bill, Más allá del Missouri o Callejón sangriento con la mismísima Lauren Bacall y John Wayne.
La mejor versión
En 1954, George Cukor decide hacer la segunda versión con Judy Garland y James Mason. Para mí, aquí podían haber acabado este asunto dignamente. Es la que más me ha gustado. Eso sí, dura tres horas. Si no sois amigos del musical, absteneos. Pero en mi opinión es la versión más completa en cuanto a actores y como musical. Ha envejecido mejor y transmite más emociones. La verdad es que de tanto ver la película casi me he aprendido diálogos. Hay partes que se repiten en todas las versiones y algunas frases muy buenas, muy agudas.
Algo que me llama la atención de estas dos primeras versiones es que, o es cosa del tecnicolor, o todas las actrices usaban pintalabios naranja, cosa que me sorprende porque no lo veo un color favorecedor.
Para que veáis que no miento.
Todas con ese pintalabios

Luego llegó la de Frank Pierson, en el año 76. No creo haber visto nada más de este director y esta película tampoco hará que me apresure. Le pasa como a las fotos antiguas, vemos las de nuestras madres y nos parece que están divinas, vemos las nuestras con pantalones de campana y damos un grito. Pues eso, la estética setentera no mejora mucho una historia que ya empezaba a aburrirme. Hay que reconocer que Barbra Streisand canta fenomenal y que Kris Kristofferson está bastante bien sin camiseta, pero por lo demás no me parece que aporte mucho a la historia del cine. De hecho, casi me parece la peor de las cuatro. Porque la primera, por lo menos, tuvo la idea original.
Kris Kristofferson luciendo torso
La verdad es que tanto dar vueltas sobre la misma historia, trajo a mi memoria la conversación que tuvimos con mi hija a la salida de la última versión. A las dos nos había gustado —durante el festival se agradece mucho una película comercial—., pero mi hija opinaba que era una historia machista: hombre famoso lleva a una chica humilde a la fama y la convierte en princesa. En ese momento me pareció que las nuevas generaciones son de la línea feminista Mao Tse Tung y que en todo hacen una lectura de género exagerada. Pero ahora, cuando casi puedo escribir una tesis sobre Ha nacido una estrella, empiezo a pensar que tenía razón. No tanto porque él sea el famoso que la lanza al estrellato (aunque también,) sino por el papel que juega el amor en el personaje femenino en cualquiera de las versiones. Siempre nos encontramos a una mujer fuerte, decidida, con una ilusión y mucho talento que lo sacrifica todo por amor. El amor como ideal, como máximo logro en la vida, frente al cual cualquier otro deseo o ambición pierde importancia. Ufff, qué peligro. Y ese mensaje sigue vivo. Más les vale a nuestra hijas ser de la línea Mao Tse Tung...

viernes, 16 de junio de 2017

No puedo crear tu alma: 4 casos de Pigmalión

La historia de Pigmalión y Galatea es un relato clásico en la que un escultor se enamora de la obra que ha creado. El artista había rechazado casarse como hacían otros hombres y se consagró a su talento, hasta que al final se enamoró de una de sus bellas figuras femeninas, Galatea. Afrodita, conmovida, la hizo de carne y hueso, y así ambos quedaron juntos. De ese modo, Pigmalión cumple una fantasía típica masculina: hallar a una bella mujer, que además, ha sido creada por y para él.

(*)

En el cine, hemos encontrado esta historia muchísimas veces: Venus era mujer-A Touch of Venus (con una divina Ava Gardner), Maniquí-Mannequin (un remake muy ochentero con un Spader gominoso y snob) o La Mujer Explosiva-Weird Science (donde se muestran los 'daños' de mezclar las hormonas adolescentes y la informática de los 80).


¿Pero qué sería sólo de esta historia si no hubiera un poquito de subversión? La verdad es que un premio al deseo masculino... Así que es muy interesante movernos de esta fantasía y crear algo diferente a lo esperado... Siguiendo esta idea, el dramaturgo George Bernard Shaw realizó una adaptación de la obra de Ovidio para el teatro en 1913. En ella, Galatea se convierte en una vendedora de flores del londinense Covent Garden, Eliza Doolittle, y Pigmalión en Henry Higgins, un profesor de fonética.


La casualidad y un malentendido, unen a la inocente joven de los barrios bajos con el profesor solitario y gruñón. Ella decide tener una educación para evolucionar y él, pese a las quejas iniciales, la acoge a modo de experimento. Como no es de extrañar, ambos acaban influyendo en el otro, y Higgins, la considera una propiedad, una estatua que él ha esculpido. Ciego a los sentimientos de ella, a su alma e inteligencia, acaba por alejarla, hasta darse cuenta de lo que la necesita.


Así, Shaw pone un fondo feminista en esta historia, además de otros elementos que critican la sociedad de su época. La Galatea de su obra, no es un premio, es un ser humano, lleno de sentimientos y pensamientos, que debe ser conquistado, de igual a igual, no ser tratado como un regalo. Ella evoluciona al ser que debería haber sido en circunstancias diferentes de haber nacido en otro lugar, y su cambio no es sólo externo, es también interno, algo que deja fuera de juego a nuestro "Pigmalión", que ve a un igual finalmente, pero que le cuesta reconocerlo, porque sus sentimientos están implicados y por su creencia en la "superioridad" masculina.

 

El cine acabó por rendirse a esta historia en 1938, en una adaptación homónima, cuyo guión (del propio Shaw) ganó un Óscar, aunque el escritor lo despreciara. El sex-symbol de la época, Leslie Howard, interpretaría al profesor y la encantadora Wendy Hiller, actriz favorita del propio Shaw, a Eliza. Este film es una auténtica gozada que yo recomiendo como la más cercana a la obra de teatro, y llena de geniales interpretaciones por parte de los protagonistas y secundarios. Las emociones de Hiller y Howard van 'in crescendo', y se entiende la desesperación y enamoramiento de ambos personajes según se avanza hacia el final. Para mí, ambos superan en sus roles a intérpretes posteriores, y la película es mucho mejor que la hiperconocida My Fair Lady.


Así, hablemos de "Mi Bella Dama". La obra de Shaw se convirtió en un musical clásico y respetado, de Alan Jay Lerner y Frederick Loewe, que sería llevado al cine por George Cuckor. Rex Harrison, que había triunfado en la obra musical en los escenarios, volvería a repetir el papel de profesor refunfuñón, pero su compañera en el teatro, Julie Andrews, debería ceder el puesto a la angelical Audrey Hepburn, que aunque acabó no cantando, era una reconocida estrella del momento (no como Andrews). Cualquiera que haya visto la película, que es una maravilla para los oídos y los ojos, sabe que disfrutar de algo así es conocer lo que es el cine, aunque también es cierto, que la diferencia de edad entre ambos actores resulta demasiado evidente (tanto como para preguntarse por qué Eliza no escoge de verdad a Freddy, interpretado por Jeremy Brett).... Why Can't The English, I Could Have Danced All Night, Just You Wait, On the Street Where You Live, The Rain in Spain, Without You, o I've Grown Accustomed to Her Face, son parte de las Bandas Sonoras de nuestra vida.


A continuación, hablaré de dos películas que son más bien unas versiones alternativas a este Pigmalión de Bernard Shaw: Morena Clara y Ruby Sparks.

¿En serio que Morena Clara? ¿La de Lola Flores? Pues debo decir que sí, que aunque haya una versión anterior con Imperio Argentina, y se diga que adapta a la obra es de Antonio Quintero y Pascual Guillén, hay claros ecos a la obra de Shaw. Esta Morena Clara se hizo a la medida de "La Faraona", y en ella, Lola Flores era la protagonista, que se enfrenta junto a su tío "Regalito" (el genial Miguel Ligero) a una condena por robo de jamones. El fiscal más recto de Sevilla, interpretado con gracia por Fernando Fernán Gómez, la acusa a ella y a su etnia del origen de sus crímenes, por lo que tras un gran discurso en el juicio, se ve obligado a acoger a Morena Clara y a su tío, para demostrar si la educación cambia a las personas. Así, ambos personajes, se ven influenciados el uno por el otro, y aunque parezcan pertenecer a mundos diferentes, acaban evolucionando y enamorándose (ante los atentos ojos de los fantasmas de sus antepasados, que fueron los que iniciaron el altercado entre la estirpe de Morena y la del fiscal). Y es que no hay una "despedida" de Eliza mejor, que la de la protagonista de esta película.


Siguiendo en el lado de la fantasía, en 2012, se estrena Ruby Sparks, escrita y protagonizada por Zoe Kazan (sí, de los Kazan de Elia Kazan) y su pareja en la vida real, Paul Dano. Aquí, Dano es Calvin, un joven escritor estrella con bloqueo creativo...hasta que empieza a soñar con Ruby, una "Manic Pixie Dream Girl"...todo lo cual resulta normal, hasta que la chica aparece en carne y hueso en su cocina. La vida de ella se basa en lo escrito por él, de forma literal. El protagonista, tomando aún un mayor control sobre su "novia", se da cuenta de que todo lo que escribe en su máquina de escribir, es una realidad en la chica, lo cual al principio supone la mejor fantasía masculina que se pueda crear (es una auténtica Galatea, esculpida con sus pensamientos), pero después con la interacción real, acaba siendo una Eliza que quiere tener su propia vida y sus propios pensamientos, para el horror de Calvin. Solucionar tal fantasía y realidad implicará un problema para el protagonista, porque hay que tener cuidado con lo que se desea.



Así que aquí tenéis los cuatro ejemplos de algunas de las Elizas y Henrys que podéis encontrar en la gran pantalla, y que espero que sean de vuestro agrado...las fantasías son hermosas cuando se hacen realidad, pero las personas son más profundas que un sueño efímero.

Carmen

NOTA: en una variación más amplia de este mito, podríamos poner la evolución social que viven los protagonistas de los siguientes films: Educando a Rita-Teaching Rita (con el personaje de Julie Walters deseando educación), Entre Pillos Anda el Juego-Trading Places (con Murphy como el pobre carterista evolucionado y con modales), Pretty Woman (con Roberts, como la prostituta de gran corazón) o Kingsman ("los modales hacen al hombre" o a Eggsy, en este caso, y que cita a algunas de las películas de este artículo).


(*): la pintura es de Jean Léon-Gèrôme, por si tenéis la duda.

PD: "autobombo" - En nuesta página "El Sitio de Jane" celebramos, junto con la Biblioteca de Arroyo de la Miel en Málaga, un evento para conmemorar los 200 años de la muerte de la escritora Jane Austen: "Bajo el Sol de Austen". Si puedes estar en Málaga el 22/07, ¡acercate! además de charlas, picnic y teatro, pondremos Love & Friendship de Whit Stillman :)

viernes, 8 de junio de 2012

La costilla de Adán

Hace 45 años, el 10 de junio de 1967, el actor Spencer Tracy, dos semanas después de haber terminado el rodaje de Adivina quién viene esta noche (1967), falleció de un ataque al corazón. Murió en los brazos de Katharine Hepburn en el suelo de su cocina. En aquel mismo momento, la actriz telefoneó al médico primero, al hermano de Tracy a continuación y, por último, a la esposa de Spencer. Luego, desapareció de escena. 

Siempre se ha dicho que Hepburn nunca quiso ver Adivina quién viene esta noche (1967) y que continuó poniendo en su mesa un cubierto para Tracy. No sabemos si esto será cierto o forma parte de la historia del cine, pero lo que sí sabemos es que durante 25 años mantuvieron una relación sentimental secreta y una relación profesional que daría lugar a nueve películas. Una de ellas es:




Título en español: La costilla de Adán
Título original: Adam's Rib
Año: 1949
Pais: Estados Unidos
Director: George Cukor
Guión: Ruth Gordon, Garson Kanin
Música: Miklós Rózsa
Fotografía: George Folsey
Productora:Metro-Goldwyn-Mayer
Duración: 101 minutos

Reparto: 
Katharine Hepburn, Spencer Tracy, Judy Holliday, Tom Ewell, David Wayne, Jean Hagen

Sinopsis:
Amanda y Adam Bonner son un idílico matrimonio de abogados cuya paz conyugal se ve afectada cuando un caso los enfrenta en los tribunales como defensor y fiscal respectivamente: una mujer es juzgada por disparar contra su marido y la amante de éste. Adam no duda de la culpabilidad de la acusada, pero Amanda no es de la misma opinión.


Se trata de una comedia sofisticada y dinámica típica de la época en la que la guerra de sexos es el argumento principal. Es un tema del que ya se ha visto todo, y está lleno de tópicos pero que a pesar del paso del tiempo continúa atrayendo al público. Que los hombres y las mujeres no son iguales es algo que salta a la vista y que en algunos -bastantes- temas es difícil que ambos se pongan de acuerdo es un hecho, sin embargo ante la Ley, ambos deberían ser iguales ¿no?


El matrimonio de guionistas formado por Garson Kanin y Ruth Gordon, escribieron algunas de las mejores comedias de finales de los años 40 y principios de los 50 llevadas al cine siempre por el director George Cukor. El guión de La costilla de Adán se escribió con vistas a desarrollar de una manera entretenida y cómica las diferencias de carácter de su pareja protagonista.

El director George Cukor siempre se ha considerado como un director de mujeres excepcional y sus más conocidas películas están protagonizadas por ellas: La dama de las camelias (1936), Historias de Filadelfia (1940), Luz que agoniza (1944), My fair lady (1964), Ricas y famosas (1981), etc… Amigo personal de Katharine Hepburn, dirigió a la actriz en diez películas y a Tracy en cinco.

 

En 1942, George Stevens dirigiría La mujer del año, película en la que coincidirían por primera vez Tracy y Hepburn. De este primer encuentro se dice que Hepburn le dijo a Tracy: Me temo que soy demasiado alta para usted, señor Tracy’. A lo que Tracy respondió: ‘No se preocupe, señorita Hepburn, yo la rebajaré a mi medida’. Cierto o no, se acababa de formar una de las mejores parejas de la historia del cine. 
La asociación de dos personalidades, educación y temperamentos diferentes resultó ser una mezcla tanto explosiva como complementaria. Fuera de la pantalla se hicieron amigos inmediatamente y también disfrutaron de una gran intimidad de la que poco se supo y menos se dijo. Así lo quisieron y así fue.

En La costilla de Adán,  Tracy y Hepburn interpretan a un matrimonio de forma tan natural, cómoda y con tanta complicidad de gestos, diálogos y miradas tiernas que pueden ser la envidia de cualquiera. En la intimidad de su casa, Adán y Amanda utilizan nombres cariñosos: Pocholín (Pinky) para él y Pocholina (Pinkie) para ella; algo que en plena discusión en el juicio les jugará un mala pasada.

 
 

Sus nueve películas juntos son: La mujer del año (1942), Keeper of the Flame (1942), Sin amor (1945), Mar de hierba (1947), State of the Union (1948), La costilla de Adán (1949), Pat and Mike (1952), Su otra esposa (1957) y Adivina quién viene esta noche (1967).


Spencer Tracy (1900 - 1967) hombre alcohólico, duro, seco, complejo, difícil y de gran talento fue el primer actor en ganar dos Premios Oscar me manera consecutiva por Capitanes intrépidos (1937) y La ciudad de los muchachos (1938). Otras de sus éxitos son El padre de la novia (1950), El viejo y el mar (1958), Vencedores o vencidos (1961), etc…

Katharine Hepburn (1907 - 2003) de carácter indómito, obstinada, inteligente y de descomunal en talento, está considerada la mejor actriz del Siglo XX y tienen en su haber cuatro Premios Oscar como mejor actriz por Gloria de un día (1932), Adivina quién viene esta noche (1967), El león en invierno (1968) y En el estanque dorado (1981).

 

Dos secundarios de lujo son Judy Holliday, que da vida a Doris, la mujer acusada de intentar asesinar a su marido. A Holliday la asociamos siempre con el papel de rubia tonta, pero es algo más que eso. Supo encarnar perfectamente a una mujer muy ingenua que al espectador enamora inmediatamente con su ternura y su dulzura. Recibió el Premio Oscar a la mejor actriz, por un personaje de este tipo en Nacida ayer (1950) también de George Cukor.

 

El marido infiel, señor Attinger, es Tom Ewell, el inolvidable vecino de mente libidinosa de Marilyn Monroe en La tentación vive arriba (1955). Ewell repetiría este mismo personaje en muchas de las películas que interpretó convirtiéndose en un cómico de éxito durante las décadas de los cincuenta y sesenta.


En otros papeles más pequeños encontramos dos caras conocidas: Jean Hagen (Cantando bajo la lluvia, 1952) la amante  de Attinger y Hope Emerson (Sin remisión, 1950; Caravana de mujeres, 1955), mujer forzuda testigo en el juicio, que protagoniza una de las secuencias más divertidas de la película.


Un personaje bastante repelente y pesado es el vecino (David Wayne). Músico de profesión que le tira constantemente los tejos a Amanda sin importarle que Adán esté presente. Este personaje compone una canción, 'Adiós Amanda', que se irá convirtiendo en un éxito a medida que avanza la película. Esta balada tontorrona y pegadiza, 'Adiós Amanda' ('Farewell Amanda') había sido compuesta por Cole Porter, y él mismo decía que era una de sus peores canciones.


El éxito de La costilla de Adán reside tanto en sus protagonistas como en el reparto de papeles secundarios. Recibió una nominación al Premio Oscar a la mejor historia y guión en el año en el que nada pudo hacer frente a Eva al desnudo (1950) que arrasó en los premios. Judy Holliday estuvo nominada por este papel a los Globos de Oro, pero este año se alzaba como ganadora del Premio Oscar a la mejor actriz por Nacida Ayer (1950).

La comedia americana tiene su hueco dentro del Cine Clásico y siempre es un verdadero placer poder disfrutar de Katharine Hepburn y Spencer Tracy en perfecta compatibilidad.