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viernes, 13 de diciembre de 2013

Mujeres Pantera


Sabine Baring-Gould fue un arqueólogo, historiador, teólogo, hagiógrafo, poeta y novelista inglés del siglo XIX al que entre sus muchas actividades le dio tiempo a tener 15 hijos (cómo se nota que en sus tiempos no había tele ni internet y el tiempo cundía más).  Pues bien, la mayoría de las novelas de Baring-Gould están dedicadas al estudio de la licantropía a través de la historia.


Sabine Baring-Gould afirmaba que la licantropía es sólo una de las muchas transformaciones capaces de convertir en animales a personas, y que podemos encontrar en multitud de leyendas a lo largo de la historia. El cine ha favorecido, sin duda, al auge de los hombres lobo, pero hay otro personaje destacado en esto de pasar de forma humana a animal en el mundo cinematográfico: Las mujeres pantera.


La primera mujer pantera apareció en  la película “Cat People” (“La mujer pantera”) de 1942, dirigida por Jacques Tourneur (“Yo anduve con un zombi”, “Retorno al pasado”), que no sólo introdujo esta variante de la licantropía, sino que además contribuyó a dotar de mayor madurez a los argumentos del cine de terror.
Irena (Simone Simon) y Oliver (Ken Smith) se conocen en el zoo mientras Irena dibuja una pantera negra. Inmediatamente Oliver se siente atraído por esta misteriosa mujer y poco tiempo después se casan. Cuando Irena es incapaz de consumar el  matrimonio, Oliver intenta  averiguar la razón e Irena le confiesa que desciende de un pueblo en el que las mujeres se convierten en panteras cuando se excitan o se enfadan. Esta es la línea principal del argumento, por supuesto ocurren muchas cosas más que plantean la duda en cuanto a la realidad o ficción de la historia ¿Se convierte realmente Irena en una pantera que comete horribles asesinatos o sufre alucinaciones? De este modo la locura alcanza un verdadero protagonismo en el cine de terror, algo que se inició en el expresionismo alemán con “El gabinete del Doctor Caligari”.


Los que habéis visto la peli, coincidiréis conmigo en que esta escena  resulta muy inquietante

Jacques Tourneur estuvo a punto de ser despedido, aunque al final consiguió quedarse e imponer su criterio en cuanto a como mostrar la pantera en pantalla: reducir la iluminación de las escenas en las que estaba implicado el animal apareciendo este rodeado de sombras para mantener la incógnita, poniéndose en contra del supervisor de producción, Lou L. Ostrow, que pretendía mostrar al felino a plena luz.


El éxito de la película contribuyó al rodaje de una brillante secuela dirigida por Robert Wise (“West Side Story”, “Ultimatum a la Tierra”) y Gunther von Fritsh, “The curse of the Cat People” (“La maldición de la mujer pantera”) (1944), que continuaba explorando el lado psicológico del personaje, al que se daba más importancia que al momento de la transformación.


Esto cambió con la nueva versión que rodó Paul Schrader, “Cat People” (“El beso de la  pantera”) en 1982. Protagonizada por Nastassja Kinski y Malcom McDowell contó con un presupuesto de 18 millones de dólares. Este remake no escatima en secuencias gore y con unas secuencias explícitas de la transformación es menos evocadora que la original, pero mucho más espectacular, además trata con mayor libertad el erotismo y la sexualidad de la historia, en la que se incluye el tema del incesto.


El tema principal de la banda sonora se llama “Cat People (Putting out fire)” y lo canta David Bowie (esta misma canción aparece en una escena de “Malditos Bastardos”).






Moniruki

viernes, 11 de octubre de 2013

El jovencito Frankenstein (1974) - Se pronuncia "Fronkonsteen"


En estos momentos que estamos sufriendo, de vez en cuando necesitamos desconectar de los problemas cotidianos. Hay muchas maneras de hacerlo, y ver una buena película es una de ellas, una buena y divertida película como “El jovencito Frankenstein”.


Frederick Frankenstein (Gene Wilder) es un cirujano que quiere esconder a toda costa su parentesco con su tristemente célebre abuelo, el Barón Víctor Frankenstein. Pero cuando debe viajar al pueblo de su antepasado para conocer el testamento, Frederick descubre el laboratorio y diario de vida del Barón, despertándose en él los deseos de dar vida a materia muerta. Ayudado por el jorobado Igor (Marty Feldman) y la hermosa Inga (Teri Garr) crea una criatura (Peter Boyle) que sólo busca ser amado. 
El “Jovencito Frankenstein” es una parodia de la novela de Mary Shelley pero también homenajea los filmes clásicos de Frankenstein, de hecho, la mayoría de los artilugios del laboratorio son los mismos que se usaron entonces. Pero sobre todo caricaturiza la película de 1939 “The Son of Frankenstein” más que ninguna otra.

Esta fue la última película en la que Boris Karloff interpretó al monstruo de Frankenstein

El director de este peliculón es Mel Brooks, probablemente una de las personas más divertidas de Hollywood, Broadway y de la vida en general. Fue co-creador de la serie “Super agente 86” y productor y director de algunas de las películas más hilarantes de la historia, como “Los Productores”, “Máxima Ansiedad” (estas dos pelis junto a la del “Jovencito Frankenstein” forman mi trío de películas anti-bajones), “El misterio de las doce sillas”, “Sillas de montar calientes”, “Spaceballs”, “Silent movie”, entre otras. También produjo “El hombre elefante” y el remake de “La Mosca” de David Cronemberg, aunque no aparece en los créditos ya que eliminó su nombre porque no quería que la gente pensara que se trataba de comedias.


Los guionistas fueron el propio Mel Brooks y Gene Wilder. Gene Wilder es, sin duda, uno de los mejores actores de comedia del mundo, aunque tengo la sensación de que se le suele infravalorar, y sí, a mi me gustan sus comedias con Richard Pryor y me da igual lo que opinen los demás. Además de co-guionista fue el protagonista de la película, ya que interpretó a Frederick Frankenstein, es decir, al jovencito Frankenstein, aunque en realidad ya no era tan jovencito porque Gene Wilder entonces tenía 41 años. También fue el quien concibió la historia. Según Mel Brooks cuando Gene Wilder se unió al reparto de “Sillas de montar calientes”, pidió a Brooks que su siguiente película estuviera basada en una idea que había tenido.


Todo en esta película roza la perfección, desde su magnífica fotografía en blanco y negro, hasta su maravillosa música. Pero el punto fuerte de esta obra son sin duda los personajes, estupendamente perfilados del primero al último, y que encajan en los gags (al más puro estilo Mel Brooks) como perfectas piezas de un puzzle sideral (como diría el Gran Wyoming): el monstruo, interpretado por Peter Boyle, salvaje, divertido y, en ocasiones, conmovedor, y eso que apenas tiene diálogos; un inolvidable Marty Feldman como Igor, la estricta ama de llaves Frau Blücher (un caballo relincha) interpretada por Cloris Leachman, la bella y perturbadora Inga (Teri Garr), Madeleine Kahn como Elizabeth la novia calienta-braguetas, y no olvidemos un cameo épico: el de Gene Hackman como el ciego del bosque.  
Por cierto, para los que habéis visto la peli, la última frase que dice el ciego (“No te vayas todavía, iba a hacer un expresso”) no estaba en el guión, fue algo improvisado por Hackman. Destaco aquí a mi personaje favorito: el inspector Kemp 
(Kenneth Mars), un oficial de policía que alienta los motines contra el castillo de Frankenstein y que lleva un parche en el ojo y sobre ese parche un monóculo. Tiene un brazo ortopédico que se encasquilla continuamente y un acento tan cerrado que ni siquiera la gente de su propio pueblo lo entiende.


En 1974 la banda de rock Aerosmith hizo un descanso tras una larga noche de grabación y decidieron ver “El jovencito Frankenstein” . A la mañana siguiente Steven Tyler escribía uno de los mayores éxitos de la banda, “Walk this way”, basándose en la primera escena de Marty Feldman, la de “walk this way...this way”.



En el año 2007 se realizó un musical en Broadway sobre la película, y estuvo representándose dos años. Si lo vuelven a poner, yo ahorro y voy, lo tengo claro ¿quién se apunta?


Moniruki

viernes, 5 de julio de 2013

El increíble hombre menguante (1957)


El pasado 23 de junio murió el magnífico escritor y guionista Richard Matheson de fantasía, terror y ciencia ficción. La mayoría de sus obras han sido llevadas al cine. En 1957 Matheson ofrece a la Universal su novela “The Incredible Shrinking Man” con una única condición: dedicarse él mismo a la tarea de guionizar la película que acabó convirtiéndose en una película de culto.

La película relata las desventuras de Scott Carey (Grant Williams). La historia comienza con Scott y su esposa Louise tomando el sol en un yate que navega sobre un mar en calma. Mientras que su esposa está debajo de la cubierta, una misteriosa niebla pasa por encima de él. Scott queda salpicado de partículas brillantes que se evaporan rápidamente y, durante los siguientes días, descubre que está comenzando a encoger. Primero unos pocos centímetros, después un poco más. Pronto encoge hasta convertirse en una curiosidad nacional. Su, cada día menor, altura le impide incluso llevar una convivencia normal con sus amigos, su familia, incluso con su mujer. Completamente sólo, se traslada a vivir a una casa de muñecas, pero su gato le ataca y Scott huye a la bodega buscando refugio. Su esposa, creyendo que ha sido devorado por el gato cierra la puerta del sótano y Scott queda atrapado, ya que su escaso tamaño le impide escapar y ni siquiera puede gritar pidiendo ayuda porque la voz de un ser tan diminuto como él, es inaudible. Sólo e impotente ante su situación, lucha por sobrevivir en un lugar que siempre había sido tan cercano, familiar e inofensivo, y que ahora, desde ese nuevo punto de vista, se convierte en un lugar extraño, enorme y lleno de peligros.


Al principio, podemos comprobar el sufrimiento que supone para Scott el encoger en su vida matrimonial, con todas las connotaciones sexuales que esto implica, aunque pronto esos problemas se convierten en nimiedades  comparados con lo que significa ir perdiendo todo contacto con sus semejantes y ver como los elementos más cotidianos se van convirtiendo en horribles amenazas.


Su director, Jack Arnold (“It came from outer space”, “La mujer y el monstruo”, “Tarantula”), gran artesano de películas de serie B de ciencia ficción de los años 50, contó con un muy escaso presupuesto, pero acabó realizando una gran película. Con esta película, Arnold no sólo pudo  contar una entretenida historia de ciencia ficción mediante un inteligente uso de perspectivas con la cámara, el aumento de decorados y atrezzo, y el uso de transparencias que aún hoy en día sorprenden por su calidad, sino que además supo transmitir el trascendental mensaje presente en la obra de Matheson, al relatar las angustiosas peripecias del hombre menguante, que va viendo como las cosas más insignificantes adquieren una importancia absoluta.

Jack Arnold dirigiendo a Grant Williams en el set de rodaje
Muchos críticos de la época calificaron el final de la película de pretencioso para un simple producto de serie b, pero la verdad es que el desenlace es uno de los más antológicos del cine fantástico.
El monólogo final en off es impresionante
Debido al éxito de la película, se planeó una secuela, donde la esposa de Scott menguaba también y se internaba en el mundo atómico con su marido. Según Matheson: “Afortunadamente, no se hizo; era el guión más estúpido que jamás he leído”, pero,al final, sí se hizo una película sobre una mujer menguante. Muchos años después, Joel Schumacher “Línea mortal”, “Jóvenes ocultos”) dirigió “The Incredible Shrinking Woman”, con Lily Tomlin (“Cómo eliminar a su jefe”, “Nashville”) como protagonista, que acabó siendo tan horrible que mucha gente ignora su existencia.

En el año 2008 la Universal anunció que estaban proyectando la realización de un remake en clave cómica junto con Imagine Entertainment y protagonizado por Eddie Murphy. Gracias a dios este proyecto se quedó en eso, en proyecto.
A principios de año supimos que la MGM ha comprado los derechos de la novela para realizar una nueva versión cinematográfica, de cuyo guión se iba a hacer cargo Matheson junto con su hijo, aunque ahora, con su muerte no sabemos si continuará  con el proyecto el hijo en solitario.


viernes, 3 de mayo de 2013

Mil gritos tiene la noche (1981)


Hoy quiero hablaros de una de mis películas favoritas: “Mil gritos tiene la noche” (“Pieces”). Dirigida en el año 1981 por el gran cineasta español Juan Piquer Simón, uno de los directores que más ha contribuido a desarrollar el género fantástico en España.

Este director y guionista valenciano que nos dejó hace dos años, nunca fue lo suficientemente reconocido ni valorado, ya que dedico su vida y su talento al género fantástico, un género que nunca ha sido lo suficientemente reconocido ni valorado, pero que merece tanto reconocimiento y valor como eso que llamamos “cine de autor”. J. P. Simón incluso tuvo que crear su propio estudio de efectos especiales para que trabajara en sus película, ya que en los años 70 y 80 en España no había, porque no se daba ninguna importancia, ni se tenía ningún interés por hacer películas que no fueran sobre señores con boina.




Os recomiendo este libro

Entre sus más de 20 películas se encuentran “Viaje al centro de la Tierra”, “Slugs” y “La Grieta” por las  que gano un  Goya para cada una por los efectos especiales, “Supersonic Man” o la peli sobre la que va este post.

Sí, en "La Grieta" sale Pocholo
Póster U.S.A. En EE.UU. se habló muy, muy mal de esta película,
sin embargo la semana de su estreno se colocó en el nº 1 de las películas más vistas.
El póster inglés es uno de mis favoritos. 
En la película un asesino en serie se dedica a coleccionar partes de cuerpos de mujeres  que consigue  descuartizando a chicas de un campus universitario. Mary Riggs, una mujer policía interpretada por Linda Day (ganadora de un Globo de Oro por su trabajo en la serie “Misión: Imposible”) se hace pasar por profesora de tenis, para lograr atrapar al asesino. Durante su investigación contará con la ayuda de un alumno de verdad, llamado Kendall.

Circula una versión censurada de esta película, en la que eliminaron el prólogo, que resulta transcendental para entender la obsesión del asesino, y en la que también aparecen cortadas todas las escenas gore, con lo cual la peli pierde la gracia. En ese prólogo vemos como un niño (futuro asesino) está jugando con un puzzle de una mujer desnuda, pero su madre, cuando ve con lo que está jugando comienza a reñirle a gritos, y el niño la mata y la despedaza con un hacha y con una sierra que había en el salón, porque ¿quién no tiene un hacha y una sierra en el salón?

El puzzle que desencadena todo
Cómo veis el  “guión” es el típico de cualquier película de terror, y pongo “guión” entre comillas porque según reconoció el propio Juan Piquer Simón la película carecía de guión propiamente dicho. Por ejemplo, las escenas gore eran ideadas por el propio Piquer-Simón y las escribía antes de rodarlas, luego las hilvanaba con diálogos casi improvisados.

¿Quién será el asesino?
“Pieces” cuenta con varios referentes a películas que ya se han convertido en clásicos del género, como por ejemplo “Viernes 13”, de la que aparece un póster en un momento de la película, o “La matanza de Texas” de Tobe Hopper, ya que el asesino lleva a cabo la mayor parte de los descuartizamientos con una moto-sierra, al igual que Leatherface. En la escena del principio, en la que un flashback nos muestra como se desencadenó la psicopatía del asesino, podemos ver una clara referencia a “Halloween” de Jonh Carpenter y no olvidemos las muchas similitudes que tiene con “La Residencia” de Chicho Ibáñez Serrador.

Como podeis comprobar la estética del asesino
es muy parecida a la de el protagonista del cómic "The Shadow"
No nos encontramos frente a una obra maestra, ni frente a un clásico del cine de terror, de hecho se trata de una película bastante mala, un ejemplo perfecto de buen mal cine, por eso es necesario enfrentarse a ella con un gran sentido del humor que nos hagan apreciar unos momentos verdaderamente hilarantes. Por ejemplo, el productor, Dick Randall, estaba produciendo simultáneamente otra película, “The Challenge of the Tiger” (“El duelo del Tigre y el Dragón”), protagonizada por uno de los mejores representantes del “Bruceplotation”: Wong Kin Lung aka Bruce Le, y aprovechando que Bruce Le pasaba por allí, le metieron en la película, aunque no aparece en los créditos. Su escena es una de las escenas más absurdas de la historia del cine. No tiene ningún sentido, no tiene nada que ver con el resto de la historia ni influye en el argumento ni nada, pero es absolutamente maravillosa. Hela aquí (no la he encontrado doblada, pero vamos,en resumen, Mary se encuentra con un chino que la ataca, entonces llega Kendall y dice que no se preocupe que sólo es su profesor de kung-fu se despiden amigablemente y cada uno sigue su camino):



Y para los fans no puede faltar esta escena en este artículo (primero en español y luego en versión original BESTIA/BASTARD)




No os voy a contar el final, pero os aseguro que cuando lo has visto eres incapaz de olvidarlo.









Moniruki













viernes, 8 de marzo de 2013

Lady Snowblood (Shurayukihime) (1973)


En 1873, a las afueras del pueblo de Koichi, una banda de cuatro estafadores asesina brutalmente a un joven profesor que obstaculizaba sus planes. También matan al pequeño hijo del profesor y a su mujer, Sayo (Akaza Miyako), la torturan y violan durante días. Pero Sayo consigue matar a uno de sus torturadores y por ello es enviada a prisión y condenada a cadena perpetua (¡toma ya la justicia!)
Una vez en prisión Sayo jura vengarse de los tres asesinos de su familia que aún quedan y para ello comienza a tener relaciones sexuales con todo hombre que encuentra por la cárcel (otros presos, guardias...) con la intención de quedarse embarazada de un niño que será el instrumento de su venganza. Lo consigue y una fría y nevada noche da a luz a una niña. Poco después Sayo muere.
La niña, Yuki, será criada por su comadrona, Otora (Kusuda Kaoru) y cruelmente entrenada para matar desde su más tierna infancia por el maestro Dokai (Nishimura Ko).  El único objetivo de la vida de Yuki será asesinar a unas personas a unas personas a las que ella ni siquiera conoce.
Este es más o menos el resumen del primer capítulo de los cuatro en los que se divide esta película de Fujita Toshiya basada en el manga de Koike Kazuo (conocido también por su manga “Lobo solitario y su cachorro”) y el dibujante Kazuo Kamimura.

Si os gustan los mangas, os recomiendo este. Buenísimo.
Quentin Tarantino se basó en esta historia de venganza femenina para  su “Kill Bill”, aunque no sólo la historia le sirvió de inspiración, también la estructura en capítulos de la película, ciertas escenas (como cuando el personaje de Uma Thurman y el de Lucy Liu luchan en la nieve), incluso una de las canciones de la banda sonora de “Kill Bill” , “the Flower of carnage” ("Shura no hana" en japonés o "La flor de la matanza" en español), es la canción principal de “Lady Snowblood” y está interpretada por su protagonista, Meiko Kaji. Esta canción es maravillosa y en este vídeo la podéis escuchar y ver algunas imágenes de la película:





Esta es la traducción de la letra:
La nieve cae como si estuviese de luto por la mañana muerta,
Los aullidos de un perro callejero y los pasos de Geta atraviesan el silencio.
Camina con el peso de la Vía Láctea sobre sus hombros,
Pero lo único que tiene es un parasol que abraza la oscuridad.
La mujer que camina por el camino de la vida
Dejó atrás sus lágrimas hace mucho tiempo.
En el río que hay ante ella ve cómo desaparecen en la distancia los faroles de los viajeros,
Las grullas heladas que no se mueven, el viento y la lluvia que caen,
Su pelo sin arreglar, reflejado sobre la congelada superficie,
Y un único parasol, pero ni una sola lágrima.
La mujer que camina por el camino de la venganza
Dejó atrás sus sentimientos hace mucho tiempo.
Justicia y compasión, lágrimas y sueños,
Ayer y hoy, palabras que ya no la confinan.
La mujer que se dejó arrastrar por el río de la venganza
Se dejó a si misma atrás hace mucho tiempo.

Cuando Tarantino hizo su musa a “Lady Snowblood” los que amamos está película desde siempre tuvimos dos sentimientos encontrados. Por un lado, nos alegró que por fin está gran película que llevaba años pasando desapercibida, empezara a tener su merecido reconocimiento, pero esto mismo, nos pareció algo triste ya que esta fama no se debió a sus méritos propios, sino a Quentin Tarantino.


Cómo podéis comprobar hay mucha inspiración, copia,
homenaje, o como queráis llamarlo, de "Lady Snowblood" en "Kill Bill"



Hablábamos antes de Meiko Kaji, su protagonista,una de las diosas del cine explotation japonés,  que ya era muy conocida en Japón, por su trabajo en la película “Female Prisoner Scorpion” (1976), pero a la que el papel de Yuki, convirtió en estrella, sobre todo en Occidente. Y es que su interpretación es magnifica.


Cartel de "Joshuu 701-gô: Sasori" ("Female Prisoner Scorpion"), 1972

“Lady Snowblood” fue un éxito tremendo de taquilla, y el mismo equipo estrenó al año siguiente la secuela titulada “Love song of Vengeance”, que no es una genialidad como la primera, pero tiene un pase. La secuela se centra demasiado en el ambiente político de Japón a finales del siglo XIX, lo que la hace un poco aburrida en mi opinión, aunque si que me pareció muy interesante ver el desarrollo del personaje principal, Yuki, una niña engendrada por el deseo de venganza, educada para vengarse y cuyo único objetivo en la vida es la venganza, ¿qué fue de ella una vez que cumplió su misión?



En 2001 se estrenó su remake “The Princess Blade”, que aunque no pierde ese enfoque manga, está mucho mas encaminada hacia la ciencia ficción, con lo cual pierde la esencia de “Lady Snowblood” que no deja de ser una clásica película de samurais, con escenas violentas, incluso gore, pero tremendamente elegantes. Espero que no me seáis tiquis-miquis con las escenas en las que aparecen los geyseres de sangre, que este efecto lo inventó Akira Kurosawa para “Sanjuro” (otra peli IMPRESCINDIBLE), a ver si va a resultar que cuando algo así aparece en una película cualquiera es una animalada, pero en una de Kurosawa es algo divino.






“Shirayukihime” significa Princesa Blancanieves, y así se llama en Japón la película de Disney, pero si le cambiamos una simple letra, “Shurayukihime”, lo que nos sale es algo así como “la sangrienta princesa de nieve”, más adecuado a esta película (jejeje)
En resumen, “Lady Snowblood” es una impactante combinación de violencia, feminismo, venganza y una gran lección de historia que en mi opinión ha envejecido bastante bien.



viernes, 11 de enero de 2013

Frankenhooker



A los seguidores habituales de este blog, no creo que os guste mucho este tipo de cine del que voy a hablar, pero lo cierto es que existe y tiene su público (entre el que me incluyo). Este es un blog de CINE y esto también es cine, así que empiezo.

Frank Henenlotter no es un director muy conocido aún siendo uno de los mejores directores de cine gore underground. Este desconocimiento puede deberse a que el señor es bastante cabezota y se niega a trabajar para los grandes estudios ya que no le gusta que le digan como ha de dirigir sus películas. Eso explica también que pase tanto tiempo entre sus películas, de hecho su filmografía es bastante breve (pero intensa, de hecho es el artífice de muchas de las películas más extravagantes y casposas de la serie B), Algunas de sus películas más famosas son la saga de “Basket Case”, “Brain Damage” y la película de la que voy a hablar “FRANKENHOOKER”, que aunque es la obra más inadvertida del Sr. Henenlotter (no sé porqué), es perfecta para pasar una sesión trash con amigos. Pese a ser una película de 1990, parece totalmente ochentera. Mezcla el humor negro con algunos tintes eróticos y gore.


El guión esta escrito por el propio Henenlotter y Robert Martin, que fue editor de la revista de cine de terror y explotation “Fangoria” de 1979 a 1986, y con el que volvió a colaborar en 1991 en el guión de “Basket Case 3”. Una curiosidad es que Robert Martin es uno de los zombis de “El día de los muertos” (George A. Romero, 1985) pero no aparece en los créditos.


“Frankenhooker” (la traducción literal sería “Frankenputa), nos cuenta la historia de Jeffrey Franken (James Lorinz), un joven aspirante a científico loco (al principio le vemos con uno de sus experimentos: un cerebro con un ojo) que trabaja como electricista. Tiene una vida normal, aunque de extraños gustos, y una novia que le ama y le comprende Elizabeth Shelley (os habeis dado cuenta ¿no?, Shelley por Mary Shelley, la escritora de “Frankenstein”).

Mira en que se entretiene el chaval...
Toda su apacible vida se desvanece el día del cumpleaños del padre de Elizabeth. Jeffrey le regala un cortacesped con control remoto que ha inventado el mismo. Todo va muy bien hasta que Elizabeth tiene un tonto accidente con el regalo que acaba haciéndola pedacitos.


Este suceso trastorna al joven Jeffrey (que ya anteriormente no estaba muy cuerdo) y como la única parte que queda intacta de su novia es la cabeza, se obsesiona con ella hasta llegar al punto de tener una cena romántica, con velitas y todo, con ella (con la cabeza). Se obsesiona de tal modo que decide buscar un cuerpo adecuado en el que poner la cabeza de su amada, y devolverla a la vida mediante sus conocimientos médicos y de electricidad. ¿Y dónde buscar un cuerpo? pues muy fácil, entre las prostitutas de Nueva York.

El casting

Doy mi visto bueno a este culo
Ya veis que el argumento no es nada profundo, pero os aseguro que la película es tremendamente divertida de principio a fin, eso sí, entendiendo el tipo de cine que es. Cuando la ves notas lo mucho que se divirtió el equipo al rodarla, y ese entusiasmo se contagia. 
Los bajos fondos neoyorkinos están muy, muy bien captados, y eso se debe a que al parecer grabaron por los suburbios sin permisos ni nada, a la aventura, y esta naturalidad aporta un buen toque.

La cubierta de la película en VHS era interactiva y cuando presionabas en un punto concreto la caja decía. “Wanna date?” (“¿ Quieres una cita?”), una de las frases más memorables de la película.
Es una de las pelis favoritas de Bill Murray, es más, en la funda del DVD aparece una frase de Murray: “If you see one movie this year, it should be “Frankenhooker” (si vas a ver una película este año, debería ser “Frankenhooker”)

El sello de aprobación de Bill Murray
Hay quien jura que Rutger Hauer hace un cameo de 3 segundos, pero yo no puedo afirmarlo con seguridad, porque si que es verdad que sale un tío que se parece mucho, pero no sé si es el realmente...

No es una película para tomársela en serio, simplemente para pasar un buen (BUENÍSIMO) rato, si te gusta este tipo de cine cutre.
Os dejo el trailer:






Moniruki

viernes, 16 de noviembre de 2012

Strait-Jacket (1964)


William Castle, es el autor de varias joyas del cine de terror de serie-b. Más que por su trabajo en el mundo del cine, Castle será siempre recordado por la forma de promocionar  sus películas y por su capacidad de convertir la experiencia de ir al cine a ver una película en algo más. Estos trucos de publicidad,  más conocidos como gimmicks, eran diferentes para cada una de las películas que estrenaba, por ejemplo, para House on haunted hill (1959), protagonizada por Vincent Price, en uno de los momentos más tensos de la película un esqueleto pasaba volando sobre la cabeza de los espectadores, aunque según cuentan algunos testimonios, el ruido que hacían los cables rompían el clima de terror de la escena. Sea como fuere, el caso es que la película fue otro éxito. Para otra de sus películas, The Tingler (también de 1959 y también con Vincent Price como protagonista), Castle ideó el sistema Percepto, que se instalaba en las butacas y durante los momentos de más tensión de la película generaba una pequeña descarga eléctrica. Para la película de la que hoy quiero hablaros, STRAIT-JACKET (“El caso de Lucy Harbin” aka “Camisa de fuerza”), se entregaron hachas ensangrentadas de cartón a cada uno de los espectadores a la entrada en la sala.

El esqueleto volador de House on Haunted Hill
Anuncio de la butaca vibradora para el estreno de The Tingler




William Castle rodó 63 películas, entre las cuales podemos encontrar títulos verdaderamente interesantes, intervino como actor en 16, escribió el guión de otras 7 y produjo 24. Como curiosidad os contaré que una  de las películas que produjo fue Rose Mary´s Baby (“La semilla del diablo”), en la que incluso llegó a hacer un cameo (cuando Rose Mary (Mia Farrow) llama desde una cabina, el hombre que está fuera esperando es William Castle). De esta película de Roman Polanki siempre se dijo que estaba maldita. Muchas de la causas de estos rumores de maldición fueron, por ejemplo, que tras el estreno la mujer de Roman Polanski en aquel entonces, Sharon Tate, fue brutalmente asesinada por Charles Manson; que John Lennon murió asesindo al salir del edificio Dakota, el mismo en el que se rodó la película. Pues bien, William Castle también sufrió las consecuencias de esta “maldición” ya que durante el rodaje fue ingresado por una insuficiencia renal. Cuando le trasladaban al hospital estaba inconsciente y de repente gritó: ¡Por Dios, Rosemary, suelta el cuchillo!




Pero dejemos a William Castle, que se merece un post para el solo y vamos a lo que vamos, a esa pequeña maravilla llamada “Strait-jacket” que se estrenó en el año 1964 y que está basada en una historia de Robert Bloch, que también escribió el guión (sí, sí, el mismo Robert Bloch que escribió ”Psicosis”. Está claro que este hombre debía sufrir algún tipo de trauma infantil relacionado con su madre.
La película está protagonizada por una siempre maravillosa Joan Crawford que da vida a Lucy Harbin, una mujer que ha pasado 20 años recluida en un psiquiátrico por haber descuartizado con un hacha a su marido y a la amante de este, cuando los pilló con las manos en la masa. Bueno, pues cuando le dan de alta, se va a vivir a la granja de su hermano y su cuñada con los que vive la hija de Lucy, Carol (Diane Baker), que tras 20 años se ha convertido en una mujer. Entonces…y como diría Mayra Gómez Kemp: hasta aquí puedo leer. Si queréis saber que ocurre, lo mejor es que la veáis, porque merece la pena, aunque sea sólo por ver la impresionante actuación de la Crawford, una actuación, que estoy segura, de que si perteneciera a una película de mayor prestigio y presupuesto, hubiera obtenido una nominación a los Oscar, y vete tú a saber si no lo hubiera ganado. 
La interpretación de Joan Crawford es convincente, la creación realizada para el personaje de Lucy, un ser torturado por su pasado, completamente desubicado en su retorno a la sociedad, es perfecto dentro de las coordenadas de este tipo de películas. No en vano ya se habían entrenado con otro personaje torturado y contundente en la fenomenal ¿Qué fue de Baby Jane? (1962) y es que, amigos, Joan Crawford llena la pantalla, su sola presencia eleva la categoría de la película y por momentos da la sensación de que no nos encontramos ante un producto de bajo presupuesto, sino más bien ante un melodrama terrorífico de serie A. 
Y eso que Joan Crawford no fue la primera elección de William Castle para interpretar a Lucy Harbin. La elegida por el director fue la actriz Joan Blondell, pero sufrió un accidente que la impidió participar en el rodaje y al final la Crawford la sustituyó.

Uno de los últimos papeles de Joan Blodell fue el de Vy, la camarera de Grease
Tampoco el papel de la hija Lucy, Carol Harbin, estaba pensado en un primer momento para la actriz que finalmente la interpretó, Diane Barker, sino para Anne Helm, pero ante la insistencia de Joan Crawford de que Anne Helm no participara en el proyecto, hubo que sustituirla por otra actriz. Al final el papel fue para Diane Baker, con la que ya había trabajado la Crawford en la película de 1959 “The best of everything”.

Anne Helm
Diane Baker
Pero la inclusion de la Crawford en la película no sólo tuvo como consecuencia la expulsión del rodaje de la actriz Anne Helm, sino que también supuso la presencia, en un par de escenas, de la multinacional del refresco Pepsi Cola. Joan era viuda del presidente de la compañía, Alfred Steele (que fue su cuarto marido), y como aun estaba involucrada en la junta directiva, exigió en su contrato que los productos de la empresa aparecieran en el film.

Joan Crawford y Albert Steele
"Me enamoré locamente de él y los pocos años que pasamos juntos fueron
los más felices de mi vida" Esto dijo Joan sobre Al
También es divertido comprobar cómo el papel del doctor no fue encarnado por un actor profesional, sino por el vicepresidente de la compañía en esos momentos, y amigo personal de Joan, un tal Mitchell Cox. Pero no os penséis que la aparición de este hombre fue un simple cameo, no, no, que va, que  tenía texto y todo.

A ver quién le llevaba la contraria..
Y es que la Crawford los tenía bien puestos y cuando se proponía algo no había quien la parase, vamos, para que veáis: el actor que interpretó al marido (que sale muy poco porque muere al principio de la peli) se llamaba Lee Yeari (aunque ni siquiera aparece en los créditos), pues bien, como a Joan Crawford (y a otros en Hollywood) le costaba pronunciarlo, el chaval se cambió el nombre artístico por el de Lee Majors.

Lee Majors
Pues que quereis que os diga, a mí ni se
parece a Elvis, ni me parece rubio
Lee Majors fue conocido como “el Elvis Presley rubio”, y fue mundialmente  famoso por su papel en “Six Million Dollar Man”, aunque, curiosamente, fue un papel que no le gustaba nada. También fue uno de los protagonistas de la serie “Valle de Pasiones” junto a Barbara Stanwyck, con la que, por lo visto, se llevaba muy, muy bien… Y es que el tío era un ligón. Se casó cuatro veces, una de ellas con Farrah Fawcett, que de hecho en las películas que rodó durante el tiempo en el que estuvo casada con Lee Majors, aparece acreditada como Farrah Fawcett-Majors.

Antes de despedirme me gustaría señalar la presencia de un actorazo como George Kennedy, ganador de un Oscar a mejor actor de reparto por su papel en “La leyenda del Indomable”, y que también participo en otros peliculones como “Charada” o “Doce del patíbulo”. Como dató curioso, decir que también aparece en la película erótica de los 80 “Bolero” junto a Bo Derek, y, atención… Ana Obregón!!!

El eterno secundario de lujo
Al final de la película aparece la chica de la antorcha del logo de  la Universal decapitada y con la antorcha apagada. Además, si os fijáis, el coche de la hija es un 600 (olé!!)


Me despido con el “making of”, que no he podido encontrarlo subtitulado, pero aunque no sepáis mucho inglés, no deja de ser interesante ver las pruebas de cámara de la Crawford.





Moniruki