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sábado, 25 de mayo de 2024

Cine y Derechos Humanos

Este año se ha celebrado la XXI edición del Festival de Cine y DDHH en San Sebastián. Como es tradición, fuimos con unos amigos a la sesión inaugural. A nosotros nos gusta sentirnos de esas personas que están en todas las alfombras rojas, pero como somos pobres solo nos podemos permitir las de este tipo de festivales. Cualquier día nos llaman de Cannes o de Venecia, pero de momento aquí estamos. Este año dieron un premio por su trayectoria a Fernando León de Aranoa, director del que soy muy fan. Dio un buen discurso. No así Benito Zambrano, cuya película El salto interpretada por Moussa Sylla, Edith Martínez-Val, Eric Nantchouang y Nansi Nsue abría el festival. El hombre estuvo poco acertado y con un discurso mucho más largo de lo deseable. La película tampoco me gustó, pese a tocar un tema interesante y doloroso como es la entrada de migrantes saltando la valla de Melilla. Para empezar, tiene un comienzo muy maniqueo, con pobres africanos buenísimos y el resto malísimos. Además, los protagonistas hablan en español, lo que hace los diálogos muy forzados y poco creíbles. Lo único que me gustó es la última parte de la película, desde que los protagonistas llegan al monte Gurugú y el salto de la valla. Ahí si te metes en situación y se te ponen los pelos de punta.
La segunda elegida fue Matronas, dirigida por Léa Fehner e interpretada por Khadija Kouyaté, Héloïse Janjaud, Myriem Akheddiou, Quentin Vernede y Tarik Kariouh. Es una película entretenida, pero no me resultó muy verosímil. Tengo que decir que yo imaginaba una película sobre matronas en algún país africano y está situada en un hospital en Francia. Dibuja un escenario de estrés permanente, una terrible sobrecarga de trabajo y unas condiciones penosas. No conozco los hospitales franceses, pero no imagino un hospital europeo que trabaje en unas condiciones tan terribles y extremas. En cualquier caso, bien está si es para defender la sanidad pública.
La tercera ha sido mi favorita de mi experiencia festivalera: Subject, dirigida por Jennifer Tiexiera y Camilla Hall. Es un documental sobre la ética en los documentales. Muchas veces se tratan temas sensibles, que afectan mucho a la vida de los participantes. Estos dan su consentimiento con la idea de hacer pública su verdad, pero en realidad es el director quien decide qué y cómo se cuenta. Los sujetos entrevistados provienen de cinco documentales: The Staircase, Hoop Dreams, The Wolfpack, Capturing the Friedmans y The Square.
Es probable que os suene la historia de The staircase porque recientemente HBO lo ha convertido en una serie de ficción. Un hombre fue acusado de asesinar a su mujer. Él sostenía que se había caído por la escalera. Como parte de su defensa, aceptó grabar un documental en el que aparecían todos sus hijos. En Subject aparece el hombre y una de las hijas, que era una adolescente en la época en que sucedió todo. Ese documental ha tenido un impacto terrible en su vida. ¿Hasta qué punto una adolescente puede tomar una decisión así? Hoop dreams es un documental de 1994 que muestra la vida de un grupo de chicos negros de un barrio marginal en EEUU que juegan a baloncesto con la esperanza de llegar a la NBA y salir de la miseria. Director y guionista eran blancos de clase media, lo que es cuestionado por algunos profesionales negros que consideran que es una forma colonialista de contar un problema. The Wolfpack, rodado en 2015, cuenta la historia de los hermanos Angulo, siete jóvenes que vivían encerrados en casa por su padre y que veían películas continuamente para no aburrirse y después se hacían disfraces y las recreaban. Una casualidad les hizo toparse con la directora que estuvo cuatro años con ellos. El documental obtuvo el premio del público en Sundance. Uno de los hermanos, que parece el líder del grupo, parecía bastante satisfecho por la experiencia vivida. Capturing the Friedmans es una historia terrible. Un hombre y su hijo son acusados de pederastia y acaban en la cárcel, donde el padre se suicidó. El joven estuvo trece años en prisión. Este hombre es el que aparece en Subject y da la impresión de ser una persona destrozada. No queda claro el efecto que grabar Capturing the Friedmans tuvo en su vida. El protagonista de The Square nos cuenta las consecuencias que tuvo para él el participar en el documental que nos muestra las revueltas de la Primavera Árabe en Egipto. Me quedó la sensación de que debería de haber un comité ético al que se presentaran los guiones de los documentales, como en los ensayos clínicos o en los estudios cualitativos. Resulta sobrecogedor ver algunas de las consecuencias. Por otra parte, también me entraron ganas de ver todos los documentales, que eran historias muy potentes. De esas películas que te dejan pensando días y días. Para terminar, vi Dieu est une femme de André Peyror.
Es una historia maravillosa, aunque, en mi opinión, no muy bien contada. En 1975 el director francés Oscar Pierre-Dominique Gaisseau viajó a Panama donde estuvo un año conviviendo con los indios Kuna que habitan unas islas en la parte caribeña del país. Después el director enfermó, se quedaron sin dinero y el banco se quedó los rollos. Los kuna nunca vieron la película. Cincuenta años después, aparece una copia en París y se organiza un pase al que asistirán los que aparecían como niños o jóvenes. Como veis, es una historia preciosa, pero el director se desparrama en diferentes aspectos: la falta de respeto que supone tratar a los kuna como meros sujetos de interés antropológico, la pérdida de la cultura y la lengua kuna, los recuerdos de los que participaron y el plan de proyección de la película. El conjunto pierde fuerza. Con todo, me resultó interesante y pasé un buen rato. La verdad es que este festival es una buena ocasión para ver películas que no suelen estar en los circuitos comerciales y, aunque a veces son muy duras, estar bien reflexionar un poco sobre tantas injusticias como nos rodean.

viernes, 17 de noviembre de 2023

Volar en círculos

“Regla número uno de la Guerra Fría: nada, absolutamente nada es lo que parece. Todos tienen una segunda intención, cuando no una tercera”. John le Carré. Este documental es un juego inteligente con el espectador sobre la verdad y la mentira. Se articula en una larga entrevista al exespía británico David Cornwell, mundialmente conocido por el pseudónimo con el que firmaba sus novelas: John le Carré. Es un recorrido por la vida y obra del autor, inspirado en su libro homónimo, que refleja además su talla como novelista en cada una de sus respuestas maravillosamente elaboradas.
Comienza presentando la figura del “inocente”. El título original del libro y la película, The Pidgeon Tunnel, obedece a la profunda la impresión que provocó a le Carré en su juventud conocer el tiro al pichón en el que se dispara a palomas vivas, criadas en túneles oscuros, en el momento de su vuelo hacia la luz. Es una metáfora que aparece como una ilustración a lo largo de todo el documental. También, como preliminar, cuestiona la relación entrevistador-entrevistado, y aquí ya asoma su conocimiento sobre las técnicas de manipulación al hablar de la necesaria dependencia que es necesario crear en todo interrogatorio. Y el tercer elemento inicial es su fascinación por el embaucador (cazador del inocente). Una figura que le Carré conoció desde pequeño encarnada en su padre: un estafador profesional. Se refiere a él como alguien que amaba la mentira y el engaño porque le hacían sentir vivo y tenía “estallidos de inmenso carisma” cuando estaba engañando, como un actor en un escenario. El hijo aprendió a imitarlo, y este hecho junto a su educación elitista forjaron el candidato perfecto para ser espía. Sentadas las premisas, cualquier cosa que cuente a partir de ahí puede ser verdad o mentira, hasta su sonrisa en algunos momentos de la conversación sugiere que podría estar engañándonos. Y si se trata de un juego, podemos probar. Diría que hay dos clases de escenas: las anécdotas sobre su infancia, su educación en Eton y Oxford, su participación no muy relevante en el servicio secreto, los sucesos que le indignaron tanto como para escribir alguna de sus novelas, las personas en las que se inspiró, aunque no revele su identidad, el caso Philby,... o sea, las que recrean los hechos, parecen verdad. Quizá adornada, pero verdad. El segundo grupo son sus valoraciones. Terreno más resbaladizo. Que la arrasadora personalidad de su padre le marcó, parece indudable; si lo admiró, como él dice, o fueron otros sus sentimientos en una infancia tan difícil, quién sabe. Sobre el abandono de su madre es especialmente ambivalente. A mí me hace pensar en la extraña relación de sus personajes Smiley y Ann, una mujer que inflige un terrible daño, además público, incomprendida en su flaqueza y no perdonada, pero, aun así, muy querida. Sobre los servicios secretos creo que es cierta su teoría del atractivo de pertenecer a un club secreto, poderoso y exclusivo; también su arrepentimiento de haberlo mostrado en sus novelas como algo tan fascinante, y su desengaño (esto último porque no lo dice explícitamente). ¿Quiere hacernos creer que hizo de la necesidad virtud? ¿Que pertenece al bando inocente a pesar de ser un perfecto embaucador? El director, Errol Morris, es un original documentalista ganador de un Oscar por The fog of war , sobre el secretario de defensa durante la guerra de Vietnam, Robert S. Mcnamara, y autor de otros títulos premiados sobre temas muy dispares como las teorías de Stephen Hawkings o los abusos del ejército norteamericano en Irak. Suele emplear reconstrucciones guionizadas de hechos, teorías o pensamientos y, en ocasiones, un artilugio llamado Interrotron que permite que el entrevistado vea en la cámara la cara del entrevistador aumentando la sensación de cercanía entre ambos. En Volar en círculos destacan varios paralelismos muy acertados entre escenas de las obras de le Carré y los acontecimientos que las inspiraron. La estética onírica de algunas de las recreaciones, aunque no es mi favorita, contribuye a aumentar la atmósfera de ambigüedad. Lo que sí me he creído, y he disfrutado, son las reflexiones de le Carré sobre el arte de escribir: escribir siempre es un viaje de auto descubrimiento... ver como surgen las tramas y los personajes sobre el papel en blanco y siempre me cuentan pequeños destellos de quién soy yo... el escritor es un ladrón que roba experiencias aquí y allá y luego hace ilusionismo... todos los personajes tienen que tener algo del autor para estar vivos... Como decía al principio, el documental se inspira en el libro, pero para los amantes del maestro de la novela de espías recomiendo que lo lean después de ver el documental. Viene a ser un aperitivo. Almudena Fernández Ostolaza.

sábado, 18 de junio de 2022

El Rocío, documental maldito (1980)

 Hace ya varios años que vi este impactante documental acerca del fenómeno de la romería de la virgen del Rocío (Huelva) En él se da un repaso histórico y antropológico de cómo se ha llegado a ese álgido punto de fervor religioso popular. Sin embargo, aunque el documental, que costó mucho trabajo filmar y editar, es didáctico y brillante, se convirtió en maldito.

Durante una hora larga sus autores se dedican a explicar el devenir de esta tradición y, para ello se remontan hasta que la iglesia se conforma en la vieja Hispania romana. Histórica y antropológicamente bien documentada, explica cómo el alto clero y la nobleza al alimón con la rica burguesía, que han mandado desde entonces y eso es algo que no tiene visos de cambiar, se han dedicado a enajenar al pueblo llano de tal manera que han conseguido convertirlos en obedientes seres manipulados.  No dice nada que no se sepa ya, como que la romería popular es clasista en realidad, por poner un ejemplo. Este devenir del documental, claro está, molestó tanto a la jerarquía de aquella España "de la transición" que consiguieron arrastrar a los tribunales a su director, Fernando Ruiz Vergara. Esa es su parte maldita. 


El documental se rodó con un respeto impecable, pero diciendo verdades como catedrales, si se me permite el chiste, y eso picó tanto a los pudientes en cuestión que hicieron lo posible por prohibir la exhibición de la cinta y arruinar la vida del director del documental. Estaba visto que, aunque nos vendían "la transición" como si fuera el paraíso, España seguía siendo cuartelera y de misa dominical.

Fernando Ruiz Vergara, el director, y Ana Vila, la guionista, habían vivido la revolución de los claveles en Portugal, y, a pesar de que no tuvieron  impedimentos y de que el ministerio de cultura la seleccionó para el festival de Venecia, cuando algunos "españoles de bien" vieron el documental, se armó tal escándalo que este acabó secuestrado por las autoridades.


El motivo de la indignación de esa gente que manda tanto es que, en un momento del documental, cuando se explica la manipulación de la derecha  del sentir popular durante la República, un vecino del pueblo explica como un alcalde y fundador de la hermandad rociera fue el instigador del exterminio de rojos al ganar los sublevados en la zona. Eso, claro, no gustó nada y se intentó matar al mensajero, el documental, además de sentenciar a Ruiz Vergara a dos meses de arresto y una multa que lo dejara temblando, para aviso a navegantes. El vecino que habla en la cinta y la guionista, Ana Vila, resultaron absueltos al hacerse cargo Ruiz Vergara de toda la culpa, si es que la había, lo cual pongo en duda. Resumiendo: Fernando Ruiz Vergara terminó residiendo en Portugal, dado el maltrato en su tierra. 

La cinta siguió secuestrada hasta que se decidió exhibirla mutilada y el doloroso proceso de tribunales, siempre con sentencias en contra del director, acabó con su carrera cinematográfica. Así es España, me temo, que culpa de atentados contra el honor a directores de cine que plasman en sus cintas narraciones de hechos cuyos autores no ven oprobio en sus matanzas. En fin, zinéfilas todas, no hay mayor argumento para la justicia que el ver el documental con ojos curiosos y desprovistos de prejuicios. Háganlo.  Por cierto, aquí está el documental sobre el documental. Rizando el rizo:


Juli Gan. 

viernes, 27 de marzo de 2020

La Trinchera infinita y el fenómeno de los topos

La alarma sanitaria nos tiene confinadas en nuestras casas, pero podemos salir a la ventana y/o terraza a que nos de el aire para ver el paisaje y que nos vean. En España en los días inmediatos al final de la guerra civil hubo un numeroso grupo de individuos que se vieron obligados a esconderse en sus propias casas por haber perdido la guerra. A estos hombres se les conocería como "los topos", tal y como quedó recogido en un libro donde sus autores, Jesús Torbado y Manu Leguineche, se dedicaron a recoger los testimonios de estos enclaustrados entre sus propias paredes por miedo a ser encerrados en cárceles previa tortura o ser fusilados.

Cartel 

Basándose en el libro y centrándose en la historia de Manuel Cortés,  alcalde de Mijas (Málaga), Manuel H. Martín dirigió en 2011 un documental titulado "30 años de oscuridad". El documental, que ganó el Goya en su categoría, es narrado por el alcalde, al que presta su voz Juan Diego y su esposa, cuyo hilo narrativo es interpretado por Ana Fernández, que lleva la presión de saber a su marido encerrado y aún así tener que enfrentarse a la vida real en medio del franquismo más cruel. La cinta, además, cuenta con las aportaciones de Jesús Torbado, uno de los periodistas que dio a conocer el fenómeno de los encarcelados en sus propias casas, Ronald Fraser, autor de "escondido", la biografía de la reclusión del alcalde de Mijas y María de la Peña, nieta del alcalde, que explica el miedo que se vivía en su casa y el peso de guardar el secreto de tener un abuelo escondido.



Este escalofriante documental sirvió de punto de apoyo para que el trío Garaño, Arregi y Goenaga montaran el film "la trinchera infinita". Este trío ya había realizado en tándem alguna otra obra como "80 egunean"o "Loreak" (Goenaga y Garaño)y la aplaudida "Handia" (Arregi, Garaño), de esta última, nuestra compañera Noemí, hizo un espléndido articulo.

Historia real 

Los vascos vuelven a crear un ambiente casi literario para contarnos la historia de Higinio (Antonio de la Torre) escondido por su esposa Rosa (Belén Cuesta), la cual las pasa canutas para sobrevivir en un ambiente opresivo y amenazante guardando la vida de su marido enclaustrado. Belén Cuesta se llevó el merecidísimo Goya a la mejor interpretación protagonista. No es la primera vez que una actriz encasillada en papeles cómicos sorprende para bien en un duro papel dramático. No nos olvidemos de que María León se llevó el premio a mejor actriz revelación por otro papel de víctima, torturada y sufridora derrotada de la guerra en "la voz dormida".

El documental

Pero la trinchera infinita no es la única peli que ha contado la historia de un topo. En 1986 Fernando Fernán Gómez dirige y protagoniza "Mambrú se fue a la guerra"en la que él es un comandante respublicano escondido bajo la pila de lavar de su casa, un invento ingeniosísimo. A la muerte de Franco su esposa revela a la familia la existencia viva de Emiliano, padre, suegro y abuelo. Toda la alegría de la "resurrección" se truncará por la ambición cochina de unos familiares encabezados por el yerno machista y vocinglero (Agustín González) y la hija de débil carácter (Emma Cohen) que ven que continuar con el enterramiento en vida del viejo republicano les reporta más beneficios ya que la "viuda", que no lo es, María Asquerino, tiene derecho a cobrar viudedad de mando militar con atrasos incluidos, y eso no puede acabar bien.

La peli de Fernan Gómez

Esta peli de Fernán-Gómez se llevó el Goya a mejor interpretación protagonista por este papel en la primera entrega de estos premios donde este director y actor presentaba otra peli, "el viaje a ninguna parte", que le reportó el triunfo en las categorías de mejor peli, mejor dirección y mejor guión, basado en una novela suya.

Miedo por tu vida

Mientras "la trinchera infinita" narra la angustia y el miedo de las décadas de encierro y cómo mina la vida de un matrimonio que vive con un peso insoportable, sobre todo, Rosa, en "Mambrú se fue a la guerra", el drama empieza cuando la esposa revela a la familia la supervivencia del topo. Hay muchas otras diferencias entre ambas películas, claro está. No es lo mismo realizarla once años después del fallecimiento del dictador que al haber pasado ya casi medio siglo. En la historia de Fernán Gómez el topo decide salir, por miedo,  una vez haya muerto Franco (noviembre de 1975), mientras que en la película del trío vasco el topo sale al cumplirse la amnistía de los llamados treinta años de paz (abril de 1969). Al final lo terrible es que fue cierto que hubo un  grupo de individuos escondidos en sus casas por miedo a las represalias que tomaran los vencedores de la guerra hacia ellos. A estos individuos se les llamó "los topos".

Desde el confinamiento, Juli Gan.

viernes, 21 de diciembre de 2018

Apuntes para una película de atracos


Cada año empiezo el Festival de Cine de San Sebastián con la pretensión de ver 120 películas, asistir a todas las ruedas de prensa, entrevistar a alguien y publicar puntualmente mis reseñas. Es curioso, cada año me llevo la misma sorpresa cuando no puedo cumplir mis propósitos. Comienzo a consolarme cuando las que no veo son muy famosas.: "esta ya la estrenaran" me digo, pero cuando son documentales, películas tibetanas o directores desconocidos me entra una gran inquietud pensando que me las he perdido para siempre. Me pasó con Ni juge, ni soumise que no se ha estrenado, por lo menos en Donostia y temía que me pasara lo mismo con Apuntes para una película de atracos.Tengo que reconocer que no sabía nada de Elías León de Siminiani, ha hecho varios cortos y un solo largo:  Mapa del que no había oído hablar en mi vida (y eso que acabo de descubrir que tuvo muy buenas críticas). Pese a este desconocimiento, su película me llamó la atención. Es un documental basado en la figura de el Flako, un atracador de bancos por el método del butrón al que se conocía como el Robin Hood de Vallecas y que fue detenido en 2013 y condenado a siete años de cárcel.
Director y protagonista

El director nos cuenta su fascinación por las películas de atracos y cómo, al conocer la noticia, decidió que tenía que contar la historia de este hombre. La película, como indica su título, no es la historia de los golpes o la vida de un ladrón, sino el proceso de conocimiento y amistad entre ambos hombres. León de Siminiami escribió a la prisión de Estremera donde estaba detenido Carlos Iglesias (en la película no dicen su nombre, pero las hemerotecas están llenas de noticias sobre él). Cuando le contestó y por fin se conocieron, pactaron no hablar para nada de los atracos antes del juicio por si podía interferir en su proceso.
El documental muestra un camino largo y laborioso. Cuando ves una película, la devoras en noventa minutos (o más si es de un director moderno/pesado) sin apreciar toda la carga que hay detrás. Desde las ideas, la búsqueda de financiación, la reflexión sobre el mejor modo de contar lo que quieres.
Director en heroica exploración
de alcantarillas
Aquí vemos todo eso, la inquietud antes de conocer al atracador ¿cómo será?; las excursiones del director y su mujer por los barrios y sucursales donde se cometieron los robos; visitas a las alcantarillas; la idea de el Flako de escribir una novela contando su vida; la oposición de su mujer a que salga en el documental por si puede perjudicar a su hijo. Llega el juicio y la condena; el director y su mujer se enteran de que van a ser padres; transcurre el embarazo y nace Laura; la niña ya camina, conoce al hijo del atracador y caminan de la mano entre juguetes. Después el Flako empieza a tener permisos y charlan en la calle, le muestra qué bocas de alcantarilla eran buenas para sus fines; habla de su padre que le enseñó el oficio…
La prisión de Estremera: in the middle of nowhere
La historia te produce sentimientos encontrados, a veces te interesa mucho lo que cuenta sobre cómo lo organizaban, otras te da pena, en algunos momentos te parece que es un hombre con un tremendo afán de protagonismo y sientes que también tú formas parte de la historia, te has involucrado.
Otro acierto de la película es el grafismo, dibujos que se intercalan, rostros camuflados detrás de trozos de fotografías de cine, escenas de películas de atracos. Todo recuerda la fascinación del director por el tema.
Tuvimos la suerte de que en la sesión a la que acudimos estaba el protagonista. Por lo visto llevaban unos días de promoción y en algunos pases estaba el director y en otros el Flako, con su máscara para que no se le reconozca. Me cayó mucho mejor en persona, me pareció menos ególatra, no parece que se la haya subido a la cabeza el haber hecho una película, aunque, por supuesto, está ilusionado con la idea de que su libro se publicará en enero. Se titulará Esa maldita pared, como una canción que ponía su padre (y después él) al terminar un atraco. No sé qué calidad literaria tendrá el libro, pero me han quedado ganas de leerlo, de saber más y, desde luego, de ver la siguiente película que haga León de Siminiani.
Laura Balagué (Mona Jacinta)

viernes, 16 de febrero de 2018

FREDERICK WISEMAN


Yo soy una zinefila de pacotilla porque, para cuando me he aprendido el nombre de un director, tengo que haber visto tres o cuatro películas. Esto resulta muy incómodo porque puede llevarte a ver ladrillos por no recordar un director que aborreces o a perderte una perla de alguien a quien admiraste. Doy gracias a Dios que ha grabado en mi memoria que no soporto a Lars Von Trier, lo que me librará de futuros sufrimientos y porque, al fin, me he aprendido el nombre de Frederick Wiseman. También es cierto que me lo he aprendido cuando el hombre tiene ya 83 años y no sé si querrá jubilarse, pero también he visto que me quedan un montón de sus documentales por ver (no sé cómo de fácil será) y, por lo tanto, me quedan muchas horas de disfrute pendientes. La primera que vi fue La dance y la elegí porque me gusta el ballet.
La dance
Me gustó mucho, pero, además, me sorprendió. No se trata solo de hacer un buen documental sobre el mundo de la danza, es algo mucho más profundo. Te mete en todos los rincones de la Ópera de París, sigues a los bailarines, a los directivos, al personal que trabaja en vestuario cosiendo lentejuelas y cintas de raso a las zapatillas… Pero, como he ido viendo con posteriores documentales, el montaje es un proceso muy complejo.
Wiseman estudió Derecho, pero, sorprendentemente, en vez de montar uno de esos despachos tipo The good wife, decidió dedicarse a dirigir documentales. Además, sus obras son largas, complejas y siempre comprometidas (imagino que poco del gusto de muchos políticos). Pues, pese a todos estos elementos en contra, ha conseguido vivir de ello, ser un referente mundial y rodar más de 40 documentales.
Yo me he visto tres y creo que cada uno me ha asombrado más que el anterior. Y eso que, a priori, este hombre no parecería encajar con mis gustos. Como sabéis, soy una ardiente defensora de las películas de 90 minutos, formato casi en desuso. Pues la última que vi de Wiseman duraba 197 minutos ¡y no me aburrí! No solo son largas, son complejas sin parecerlo. Su forma de trabajo es ir al lugar que le interese y rodar de 4 a 6 semanas. Junta horas y horas de material y luego hace un cuidadoso trabajo en el montaje. Él ha visto algo que nos quiere transmitir y para ello utiliza lo que precisa. Tuve la suerte de ver su última película Ex libris en el festival de San Sebastián donde había un coloquio con él tras la proyección. Le pregunté por qué no optaba por un formato como las series. Si disfrutábamos tanto con sus películas, me daba pena pensar en lo que nos perdíamos. Me dijo que no, que todo lo que no aparece no tiene interés “es muy aburrido”, añadió. Sus obras me recuerdan a los trabajos de investigación cualitativa, donde recoges montones de material que has de leer y releer para encontrar el sentido al discurso que encierra. Y eso es muy difícil. Requiere inteligencia, paciencia, capacidad de abstracción y honestidad.  En mi opinión, Wiseman tiene todas esas cualidades.
National Gallery

El segundo documental que vi fue National Gallery. Desde entonces tengo una verdadera perra con visitarla. También 180 minutos paseando entre cuadros, restauradores, los que tienen que conseguir el dinero, los diferentes públicos. Y todo ello compone una historia. No estoy segura de captar todo lo que quiere contarnos, pero os aseguro que disfruto mucho. Es como con la poesía, a lo mejor no entiendes el significado profundo, pero solo la música ya te hace feliz.
Ex libris: The New York Public Library
Por eso fui a ver Ex libris: The New York Public Library completamente entregada a la causa. En esta Wiseman quiere enseñarnos lo mejor de Estados Unidos (dijo que lo peor ya lo conocemos: Trump). Y desde luego, no sabéis cómo lamento no tener una sede de la National Library en mi barrio. Como dice alguno de los que aparece “una biblioteca es mucho más que un depósito de libros”.
Y ahora tengo que explorar por Amazon a ver si voy encontrando obras suyas. Me encantaría ver la primera que dirigió: Titicut Folies, sobre una prisión psiquiátrica en Massachussets. Estuvo prohibida en varios estados por la crueldad con los reclusos que mostraba; High School, que muestra los abusos de poder en una escuela secundaria; Model; que intuyo que muestra el mundo de la moda despojado de bastante glamour; At Berkley, sobre la famosa Universidad. Pero vamos, cualquiera que consiga la veré. A ver si me culturizo un poco.
Os dejo los trailes para que os hagáis una idea
Laura Balagué

viernes, 11 de marzo de 2016

Zelig

¿Habéis oído hablar de Leonard Zelig?
¿No?
Woody Allen nos cuenta su vida en este… documental.


Título original Zelig
Año 1983
Duración 76 minutos
País Estados Unidos
Director Woody Allen
Guión Woody Allen
Música Dick Hyman
Fotografía Gordon Willis
Productora Warner Bros. Pictures

Reparto
Woody Allen, Mia Farrow, Gale Hansen, Stephanie Farrow, Garrett Brown, Mary Louise Wilson, Sol Lomita, John Rothman, Susan Sontag


Sinopsis
Falso documental sobre Leonard Zelig, el hombre camaleón que asombró a la sociedad norteamericana de la 'era del jazz'. Su historia arranca el día que miente al afirmar que ha leído Moby Dick, sólo para no sentirse excluido. Desde entonces, su necesidad de ser aceptado lo lleva a transformarse físicamente en las personas que lo rodean, convirtiéndose así en un fenómeno mediático, en una celebridad sin esencia. Testigo de algunos de los acontecimientos más importantes de los años treinta, encaja a la perfección en todas partes porque asume las características tanto físicas como psíquicas de las personas con quien está para caerles bien.




Los seguidores del gran Woody Allen sabemos que en sus películas hay muchas cosas que se repiten… por lo que también son muchos los que dicen que el neoyorquino hace constantemente la misma película cada año…. Algo con lo que personalmente estoy en desacuerdo pero sí que en su cine se repiten muchas cosas.



En 1983 realizó una película en forma de falso documental en la que nos cuenta la vida de un extraño y camaleónico personaje Leonard Zelig, al que da vida el propio Allen, que resulta ser un misterio para todos.

Como todo documental, se van alternando imágenes reales en blanco y negro sobre los años 20 en los que se desarrolla la historia, imágenes “reales” de la vida del propio Zelig con “entrevistas recientes” (alrededor de 1968) ya en color con diferentes “testigos” o “estudiosos” del protagonista, logrando con todo ello convencer al espectador de que le están contando hechos reales.



Teniendo en cuenta los medios disponibles en 1983, en Zelig nos resulta verdaderamente sorprendente cómo Woody Allen logra convencernos de que estamos viendo un documental real. Para que las imágenes parecieran reales, es decir, antiguas y sucias, los técnicos ensuciaron y estropearon las cintas logrando así ese efecto. También lograron incluir imágenes de Zelig en secuencias reales de la Alemania nazi o de la época de la Depresión Económica de Estados Unidos.



En cuanto a los diferentes cambios físicos que experimenta el protagonista y el argumento en sí, no dirá apenas nada porque lo bueno es ir descubriéndolo poco a poco con ese sentido del humor característico que caracteriza al director.

La actriz y pareja del director entonces, Mia Farrow da vida a la Doctora Fletcher, que fascinada por Zelig, se encarga de estudiar el caso y tratar de dar una explicación a los hechos que se nos relatan.



Como ya he dicho, no se trata de una película convencional por lo que sólo la recomiendo a los fans de Woody Allen –los que no la hayan visto todavía, claro- o para aquellos que disfruten de ver una maravillosa rareza ya que disfrutarán son esta extraña y diferente propuesta del gran Woody Allen.


viernes, 4 de septiembre de 2015

Electric Boogaloo: Chuck Norris, aerobic, posesiones y ninjas

Y para volver del verano ¿qué mejor que un documental, verdad? Vale, no suena muy prometedor, pero realmente es ameno y muy, muy divertido: Electric Boogaloo, la loca historia de Cannon Films.

¿Os acordáis de Cannon? Los que seáis asiduos del canal de cine de Paramount aún podéis (queráis, o no) ver sus películas con cierta frecuencia. Resumiendo mucho podríamos decir que fueron los productores de las películas "de" Chuck Norris y Charles Bronson.


De hecho, en el documental, uno de los trabajadores de la Cannon explica que durante un cierto período de tiempo, le pedían que todos los guiones que recibieran los debía poner en dos montones, "los montones de los Chuck": Norris y Bronson.

Y cómo dice "Da igual que se hubiera tratado de Cumbres Borrascosas, hubiera tenido que hacerla Chuck Norris o Charles Bronson". Dejo de vuestra cuenta imaginaros quién hubiera sido más "inolvidable" en el papel de Heathclif.

Sin embargo, despachar dicha productora con tan solo esa definición, sería injusto y mucho menos divertido de lo que realmente es.

Su listado de películas es mucho más amplio y contradictorio: empezaron básicamente con porno suave, o con cualquier argumento al que se le añadían unos cuántos desnudos. Aunque para ello el propio Menahem Golam  se presentara en los rodajes para encargarse de que las actrices se quitaran el sujetador.

Y se hicieron famosos - y ricos - con las películas de acción y explosiones, pero también financiaron cine de autor, al tiempo que inventaban el género de ninjas y  musicales descacharrantes (como el Electric Boogaloo del título), películas ciencia-ficción épicas y hasta estrenaron una película de terror (involuntariamente) apta para todos los públicos.

Reconozco mi ignorancia, siempre había pensado que la Cannon era una máquina de hacer dinero invirtiendo lo menos posible, copiando cualquier fórmula de éxito, ofreciendo bazofia sin rubor alguno.

Para entendernos, siempre les había considerado el equivalente cinematográfico a los fabricantes (y digo "fabricantes" con toda intención) de choped, y sus (sub)productos me producían igual sensación física.

Pero lo que el documental de Mark Hartley nos desvela es qué había mucho más bajo esa fachada, y que en realidad, no se trataba de hacer dinero a través del cine (malo), sino de conseguir dinero para poder seguir haciendo cine (malo) .

Pero empecemos por el principio: Menahem Golam  dirigía y producía películas en su Israel natal, cuando se asoció con su primo Yoram Globus  juntos obtuvieron grandes éxitos (grandísimos) que les hubieran permitido mantener un negocio muy próspero de por vida. Pero los primos, en especial, Menahem Golam  no eran simples negociantes, eran realmente, grandes cinéfilos.

Y el sueño de cualquier cinéfilo es ir a Hollywood, eso y ganar un Oscar, porque esa es la idea, aunque sea difícil de creer, viendo los resultados.

Los primos, en su momento de mayor gloria

Y es que, si algo definía a Menahem Golam  era su amor al cine, de niño, iba al cine unas cuatro veces por semana, y de adulto, junto a su primo Yoram Globus, según los testimonios, solo hablaban de cine, pensaban en cine, y aprovechaban cualquier momento libre para ... ver cine.

Y eso es lo más sorprendente de "Electric Boogaloo: La loca historia de Cannon Films", como nos ofrece una visión de Goram como un romántico, dispuesto a hacer cine sea como sea. Pero ¿Por qué un cinéfilo, una persona que había visto cine hasta el delirio, y que lo amaba así, solo hacía películas nefandas?

Según uno de los muchos entrevistados para el documental (cito de memoria): "Todo el mundo tiene malas ideas, pero es que él solo tenía ideas malas". Bueno, eso podría ser una explicación.

Otros entrevistados en "Electric Boogaloo: La loca historia de Cannon Films" afirman que tenía que ver con que su gusto eran cien por cien israelí, y que nunca encajó del todo con el gusto de los americanos, especialmente cuando quería hacer cine específicamente americano.

Otros dicen que simplemente no tenían ningún criterio "Si hubiéramos puesto a un mono a escoger guiones, lo hubiera hecho mejor".

Otros, que la velocidad en producir películas era tan sumamente elevada, que era imposible que se pudiera cuidar lo más mínimo cada una de las producciones. Y es que al parecer, la estrategia de la compañía era una constante huída hacia adelante. Jamás había que preguntarse por qué un título había fallado, había que estrenar rápidamente otro, y rezar para que éste triunfara y cubriera las pérdidas del anterior.

Por supuesto el bajo presupuesto tenía algo que ver con la falta de calidad de las películas, y sin duda es lo que justifica decorados de cartón piedra, falta de días de rodaje, y muchas otras carencias.

Pero es que en sus producciones hay algo que no justifica de ninguna manera la falta de dinero, algo que podríamos llamar un plus de mal gusto. Y no solo eso, de incoherencia, de ideas absurdas, de combinar géneros imposibles de mezclar.
Sí, también produjeron Masters del Universo

Y eso es lo que más fascina a Mark Hartley, el director y guionista de "Electric Boogaloo: La loca historia de Cannon Films", tanto que se olvida un poco - digamos que pasa sobre ese tema de puntillas - de la forma terrible de tratar a sus empleados y colaboradores de la Cannon y de que probablemente Menahem Golam  y Yoram Globus eran dos personas con las que jamás hubieras querido trabajar (ni conocer).

Y obvia todo esto, quizá seducido por el lado romántico de la Cannon, o quizá demasiado interesado por describir la increíble galería de anécdotas que ha conseguido recopilar ¿y quién no estaría deseando contarlas? Veamos unos ejemplos.

- Cómo Menahem Golam  intentó explicar a un chimpancé que iba a "actuar" en una de sus películas de las motivaciones de su personaje.

- Y cómo, poco después, dicho chimpancé fue sustituido por un enano con un disfraz barato de mono.

- Las increíbles combinaciones de géneros a las que Menahem Golam  era tan aficionado: Aerobic, posesiones y ninjas; extraterrestres y vampiros, extraterrestres desnudas, por supuesto.

- Cuando Menahem Golam  gritó a sus colaboradores que quería a "la chica de la piedra" para protagonizar "Las minas del rey Salomón" y se quedó de piedra (perdón por el chiste) al contemplar a Sharon Stone en la cinta, cuando él esperaba a Kathleen Turner (protagonista de "Tras el corazón verde" y "La joya del Nilo")

Electric Boogaloo, itself

Son tantas y tantas las demostraciones de que la vida y forma de hacer negocios de Menahem Golam  y Yoram Globus era mucho más interesante como guión a cualquiera salido de su productora, que uno no puede culpar a los responsables de "Electric Boogaloo: La loca historia de Cannon Films" de que al final, nos haga querer un poquito a esta delirante pareja, y hasta nos haga olvidar aquella vez que renegamos cuando nos pusieron en un autocar, a traición, "Delta Force" o "Desaparecido en Combate 2", que por cierto fue producida antes que la primera porque ...

Si queréis saber por qué, o cómo terminaron produciendo una ópera con Franco Zefirelli, o el último Superman que contó con Christopher Reeve, o cómo se les ocurrió crear la primera películas "de ninjas", os invito a ver esta rápida, ágil y abiertamente humorística sucesión de entrevistas a colaboradores de la productora, empleados y actores, junto a algunas de sus escenas más descacharrantes.

En serio, no os arrepentiréis. Palabra de profesora de aerobic poseída por el espíritu de un ninja.

Loque

viernes, 7 de noviembre de 2014

El último adiós de Bette Davis

Este año se cumple el 25 aniversario de la entrega del Premio Donostia a Bette Davis, fallecida días después de recoger el premio en San Sebastián. Por este motivo, y en su recuerdo, se ha hecho el documental al que hoy me refiero.


El último adiós de Bette Davis
Año 2014
Duración 76 minutos
País España
Director Pedro González Bermúdez
Guión Pedro González Bermúdez
Música Guillermo Farré
Fotografía Raúl Cadenas
Productora TCM Original

Sinopsis
Un documental que reconstruye la visita que la legendaria actriz Bette Davis realizó al Festival de San Sebastián, para recibir el Premio Donostia a toda su carrera, en 1989, hace 25 años. Durante seis días en su habitación, planificó con detalle sus apariciones públicas. Pocos días después de lo que fue la última actuación de una de las grandes estrellas del Hollywood clásico, Bette Davis murió en París. Rodeada de momentos inolvidables, la visita no tardó en convertirse en una de las grandes leyendas de la historia del Festival.



Considerada una de las mejores actrices de su generación, Bette Davis llegó a San Sebastián en septiembre de 1989 para recibir el Premio Donostia en el Festival Internacional de Cine de San Sebastián. Se convertía así en la primera mujer que recibía este galardón. La actriz de 81 años, ya muy enferma, no quiso dejar pasar la oportunidad de recibir uno más de los múltiples premios que su extraordinaria carrera le había proporcionado quizás a sabiendas de que sería el último reconocimiento al que podría asistir.  

En este documental dirigido por Pedro González Bermúdez, nos muestran, mediante los testimonios de aquellos que estuvieron con la loba en aquellos pocos días qué hizo la actriz durante su estancia, cómo se comportó con el público y la prensa o cómo se realizaron los preparativos de su visita y estancia en el Festival. 

A pesar de ser incondicional de la Davis, tengo que decir que este documental no es para todo tipo de público sino para los fans de la actriz. Personalmente y con un poco de tristeza, he visto el documental con muchas ganas, sabiendo que me iba a gustar conocer  más sobre Bette, una Bette físicamente apagada pero con la misma fuerza interior que nos conquistó en sus mejores películas.

Queda claro que a pesar de aquel cuerpo menudo, excesivamente delgado, de inestable movimiento y en parte paralizado seguía siendo carácter, temperamento y personalidad y que su genio, su mala leche, su sentido del humor y su sarcasmo seguían intactos. Seguía siendo Bette Davis. Le gustaba el reconocimiento y rodeada del humo de su cigarrillo atravesó medio mundo para recibirlo por última vez sin dejar ver que ya no tenía fuerzas. 

No sólo son testimonios lo que podemos ver y oír sino imágenes de la actriz a su llegada al Hotel María Cristina, parte de la rueda de prensa y de las sesiones fotográficas o el momento en que le entregaron el Premio Donostia en el Teatro Victoria Eugenia. No se trata de una biografía ni de un repaso a su filmografía, pero es imposible que no nos vengan a la mente la Margo Channing de Eva al desnudo (1950), la Julie Marston de Jezabel (1938), la Regina Giddens de La loba (1941) o la Baby Jane Hudson de ¿Qué fue de Baby Jane? (1961).

Al término del Festival, Bette Davis permaneció en el hotel unos días más, pero su estado de salud empeoró y se decidió su traslado inmediato al Hospital Americano de París donde la Gran Dama del Cine, querida, temida y odiada a partes iguales, falleció el 6 de octubre de 1989.


Este es el trailer del documental:


No voy a recomendar ver este documental pero sí que quiero decir que aquellos que desconozcan la carrera de Bette Davis se animen a ver alguna de sus mejores películas y salvando ya el paso del tiempo y de los cambios que ha sufrido el Cine, comprueben por sí mismos la gran actriz que fue. Un rostro que, gracias unos ojos de mirada penetrante y expresiva, era capaz de transmitir y hacer sentir al espectador lo que se propusiera.



viernes, 17 de enero de 2014

Máscaras y calcetines


¿Qué hago hablando de máscaras, con lo mucho que falta todavía para Carnaval? ¿Qué pasa con los calcetines? ¿Que nos vamos a Galicia y allí hace fresco?

Que no, que no, que os voy a hablar de un corto y de una película.


¿Qué fue antes? ¿El corto o la película?
Esta pregunta tiene sentido en muchos casos, pero para mí que en este, ahora, no lo tiene, porque en el caso de Máscaras, la película, y el corto Calcetin(e)s, el proyecto son dos por uno. Y la lío más si digo, porque es cierto, que la película es el making-of del corto.

Me explico
Como la web del proyecto (www.proxectomascaras.com) lo explica bastante bien, la parafraseo y os cuento que Máscaras es un largometraje documental que relata cómo dos grupos de personas, sin experiencia y con capacidades diferentes, consiguieron hacer equipo para crear, rodar y estrenar Calcetin(e)s, un corto de ficción, amor e intriga. O sea, cine dentro del cine, ¡con lo que nos gusta!

La web es bastante chula y completita: echad un vistazo para enteraros bien de todo. Os recomiendo especialmente conocer a los personajes, porque son las verdaderas estrellas del proyecto, y como tales brillaron el día del estreno.
 
 
¿Quién anda detrás de esto?
Yo conocí el proyecto a través de Julen Iturbe, quien, a su vez lo conoció de Isabel Iglesias, la productora, quien nos conduce finalmente hasta el director, Iago González.
Si quieres conocer a todo el equipo, aquí lo tienes: http://www.proxectomascaras.com/quienes-somos/, aunque la mejor manera de conocerlo es que te veas Máscaras, sin duda.
 
 
¿Cómo verlo todo?

La peli Máscaras está en la plataforma Filmin, concretamente aquí, a un módico precio, como comprobaréis. Ya sabéis que Filmin ofrece la opción, no solo de ver cine (y series de televisión), sino también de regalarlo. Os lo digo por si algún día queréis hacer un obsequio y no sabéis qué.

Si te apetece, en este enlace tienes el tráiler de Máscaras y el corto Calcetin(e)s:
https://vimeo.com/enimaxes
Y, para que mires más cosas, te enlazo también el blog de Calcetin(es) (http://calcetins.blogspot.com.es) y su tráiler (http://www.proxectomascaras.com/trailer-calcetines).

Espero que todo esto os dé entretenimiento, buen rollo y diversión para mucho rato.

Hasta la próxima se despide vuestra amiga

Noemí Pastor

viernes, 19 de julio de 2013

Searching for sugar man



Una noche a finales de los 60, a orillas del río cubierto de una espesa niebla, en un pequeño local de Detroit, actúa Sixto Rodríguez. Allí están dos productores, que se marchan muy satisfechos con su gran descubrimiento. Parece un hombre sin un techo bajo el que cobijarse. Cuando le citan, siempre elige una esquina de cualquier barrio. Publican un primer disco destinado a alcanzar un gran éxito. Canta de espaldas al público y se empeña en mantener su nombre, con poco gancho comercial. ¿Tal vez no ambicionaba fama y reconocimiento? Lanzan un segundo álbum y el fracaso es estrepitoso. Si tenía todo a su favor ¿por qué no triunfó?  Desaparece de la escena musical, como tantas otras promesas truncadas.



Una chica viaja a Sudáfrica a ver a su novio. En el equipaje lleva un disco de Rodríguez. Se quedan alucinados y el fenómeno crece y crece…. Para muchos será la banda sonora de su vida. Himnos antisistema contra los poderes establecidos.



Dos fans indagan sobre ese ídolo enigmático. Cuentan con la foto de una portada de vinilo como único punto de partida. Las letras de sus canciones podrían aportar pistas. Corren extrañas leyendas sobre su muerte…. La película narra cómo van resolviendo el misterio. Un artículo que pretende cerrar el círculo se convierte en la llave maestra. Vidas que se transforman y el retorno de una voz que de otra manera jamás hubiéramos llegado a escuchar. Recientemente tocó en Barcelona.



Su música, su voz cadenciosa y grandes canciones:

Porque he perdido mi trabajo  dos semanas antes de navidad
y busqué a Jesús en una alcantarilla
y el Papa dijo que ése no era su jodido asunto.




Me pregunto cuántas veces te derrotaron.
Y me pregunto cuántos de tus planes fracasaron.

Me pregunto sobre el amor que no puedes encontrar
Me pregunto sobre esa soledad que es mía




All those colours to my dreams

Desde los primeros comentarios que me llegaron, tenía una enorme curiosidad por este documental. Dirigido en 2012 por Malik Bendjelloul. Coproducción Suecia – Reino Unido. Web oficial: 



Multipremiado (algo que ayuda, y mucho, a su distribución y promoción): Oscar, BAFTA, Festival de Sundance, National Board of Review (NBR), etc.

El director nos traslado a lo más genuino de este hombre, ajeno durante años a lo que sucedía con sus discos en un lejano país. Real e increíble.

Sudáfrica me hizo sentir como una especie de príncipe.



Una propuesta que une dos de mis pasiones: cine y música. Un documental con dosis de intriga y una estructura sólida y original. El acercamiento a una persona, Sixto Rodríguez, fiel a sus valores. Vivencias de dos fans, marcados de por vida por sus canciones. Cómo afecta a su familia y al propio protagonista el devenir de tan extraordinarios acontecimientos, y cómo lo aceptan y asumen. Y de fondo, el Apartheid en Sudáfrica, al son de melodías que ensalzan la libertad, la igualdad y la lucha contra la injusticia.



Aquí os dejo su primer disco al completo.




Biquiños veraniegos.


LU

domingo, 29 de mayo de 2011

Bebés

DIRECTOR: Thomas Balmes. MÚSICA Bruno Coulais (conocido por Los chicos del coro). FOTOGRAFÍA Jérôme Alméras, Frazer Bradshaw y Steeven Petitteville. Francia 2010, 79 min. WEB OFICIAL

4 bebés, desde el nacimiento hasta que comienzan a dar sus primeros pasos.

Ponijao, la menor de un total de diez hermanos, pertenecientes a la tribu Himba (Opuwo – Namibia).

Bayarjargal, a la que llaman Bayar, (Mongolia, cerca de Bayanchandmani).

Mari, hija única de una pareja dedicada a la moda (Tokio – Japón).

Hattie, hija única de padres ecologistas (San Francisco - Estados Unidos).

"No quería hacer una caricatura de cada país. De la familia africana, me interesa su desconexión completa de las cosas materiales; de la japonesa, su hipertecnología.”

Idea original de Alain Chabat, quien "quería rodar un documental de animales pero con bebés". Balmes empieza a dar forma a esta peculiar propuesta:


"Mi película se basa en los milagros de la existencia, que no se pueden poner en escena. No hay ni un solo plano de la película que pudiera escribir yo en un guión. Eso es lo original y lo que le da la fuerza. Antes de empezar, ni siquiera sabía adónde podía llevarme el proyecto".

A pesar de vivir inmersos en culturas muy diferentes, les une ese afán por descubrir lo que les rodea y por ganarse los mimos maternos. Todos gatean, balbucean y expresan con sonrisas y muecas su contento o enfado.

“Los niños de Namibia y Mongolia son capaces de divertirse con un rollo de papel higiénico, con el viento en la cara, observando moscas durante toda la tarde. Me gustaría que mis hijos tuvieran eso."

A mi me fascinó la familia de Mongolia, ese baile al final del embarazo, esa forma de arroparlo, envuelto, con dos lazos, ambos padres con el bebé en la moto, un gallo a su lado dentro de la casa, su expresión facial ante los cantos, sus lloros intermitentes y ese hermanito mayor que tanto le hace rabiar.

Resultan muy divertidas las variopintas relaciones con los animales, el gato casero, el ganado en el campo, un perro bonachón que recibe las “caricias” infantiles, el espanto ante las jaulas del zoo.

Excelente documental que provoca sonrisas, ternura y sorpresa. Con una banda sonora repleta de piezas deliciosas.





Al final, con los créditos, vemos a los pequeños y sus familias en el momento actual.

Las declaraciones entrecomilladas de Thomas Balmes están extraídas de una entrevista publicada en La Vanguardia.

LU