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sábado, 4 de noviembre de 2023

Golpe de suerte


 La película 50 de Woody Allen me ha parecido entretenida, audaz, con giros inesperados, un thriller no romántico y tragicómico donde el azar parece ser el gran protagonista.


"Un golpe de suerte" (2023)rodada en París y con reparto en gran parte francés, nos cuenta la historia de una pareja casi perfecta con una posición social más que acomodada, Fanny ( Lou de Laâge)y Jean  enamorados y con profesiones solventes, ven como su vida da un giro inesperado cuando ella, Fanny se cruza accidentalmente con Alain (Niels Schenider ) con quien iba al instituto y del que se enamora pese a tenerlo aparentemente todo con Jean.

La vida y sus cambios que no avisan. Este encuentro pondrá patas arriba todo el mundo de Fanny y por extensión el de Jean.

Y hasta aquí puedo contar ....porque uno de los principales puntos fuertes de esta película es el suspense que nos mantiene enganchados a la historia.

Woody Allen ya mostró su interés por el azar en "Match Point ", la ironía de la vida, ese misterio orden- desorden del que parece que no tenemos ningún control por mucho que nos empeñemos en ejercerlo.

En "Match Point" ,como en "Un golpe de suerte" , Allen se vale del thriller negro, una tragicomedia donde nos hace reflexionar sobre las vueltas que da la vida y lo arbitrario de la buena o la mala suerte .

En" golpe de suerte", retoma ese pulso, y aunque Allen a lo largo de su filmografía ha apostado también por los personajes que forjan su vida también con la voluntad, lo cierto es que " un golpe de suerte" cada personaje parece más bien un títere movido por unos hilos invisibles que no tiene acceso al guion ni al giro inesperado y a veces dramático de los acontecimientos. El eje central vuelve a ser la dialéctica entre la intención y la fortuna.

En relación al reparto, me gustaría destacar la interpretación de Melvile Poupaud  en el papel de Jean y también de como papel secundario a Valerie Lemercier , que da vida a la madre de Fanny. Ella nos recuerda a otros personajes de "Misterioso asesinato en Manhattan", como bien analizan en Fotogramas , ya que su gusto por la novela negra le lleva a adoptar actitudes detectivescas a fin de desentrañar algún que otro misterio.





No sería justo no mencionar la química existente entre los personajes protagonistas, la pareja formada por  Lou de Laâge y Niels Schenider , su enamoramiento, su complicidad, sus paseos y almuerzos en la maravillosa etapa del enamoramiento son la cara luminosa de una película que en modo alguno calificaría de romántica y sí de dulceamarga.

No os la perdáis porque es una película a la que le sobran los motivos para darle una oportunidad.

Feliz fin de semana

Troyana


viernes, 1 de julio de 2022

Nostalgia futura

Hoy se estrena en Netflix el segundo volumen de la cuarta temporada de Stranger Things. La serie, que es uno de los buques insignia del servicio de streaming, empezó en el año 2016, creada por los hermanos Duffer, que nacidos en el año 1984, apostaban por traer al público actual una historia de "coming of age", situada en la década de los 80, basada en las películas de adolescentes y de ciencia ficción que tan populares fueron en esa época, y que todavía forman parte de nuestra cultura popular, por su impacto, entretenimiento y calidad.

La primera temporada fue un bombazo para Netflix, y aunque mantiene sus audiencias en secreto, se supo que fue la tercera serie más vista. Eso junto al éxito crítico, hizo que se siguiera exprimiendo el formato, con dos temporadas más, que aunque podían resultar entretenidas en determinadas ocasiones, se veían lastradas por la repetitividad de la apuesta, los homenajes obligados, el crecimiento desigual de personajes, y en opinión de servidora, de su comportamiento equivocado, más propio de jóvenes de esta época, que de los 80.

En su última temporada, con un giro hacia el género de terror de esa década, y un posible comienzo de cierre de la mitología de la serie (queda aún una quinta temporada confirmada), la serie se ha resarcido, quitando tramas de angustia adolescente más cercana a la actualidad que al momento, y haciendo guiños al desarrollo que había en esas películas que homenajea. Aunque también hay que decir, que pasadas por cierto filtro de nuestra época (como la falta de sexualización, o carencia de la misma, frente a las exhibiciones gratuitas que había en el cine de los 80, aunque sólo fuera en los diálogos). Pero bueno, en general, algunos esperamos con ganas este cierre de temporada, lo cual me hace pensar en esa obsesión por los años 80.

Sí, los 80, donde ¡también se fantaseaba con otras épocas! De hecho, ¿no había una obsesión por los 50? Marty McFly, nos llevó allí en su Delorean, para intentar regresar al futuro. Y no fue el único personaje de esa década, que quería viajar a ese momento de autocines, bandas de moteros, batidos, cantantes de rock y bailes de instituto. Recordemos a Peggy Sue (era 1960, pero casi), a los "jóvenes de Grease", a Baby y su pareja en Dirty Dancing...Había una auténtica obesión por esa época pre-Vietnam, donde se hacía una especie de espejo extraño que había generado la sociedad de los 80, que veía su reflejo fantasioso en los 50.

Pero igualmente, la cosa ocurrió en los 90, cuando fueron los 60 los que se impusieron, con quizá el mayor ejemplo con Austin Powers, el superespía de la época psicodélica que viajaba al final del siglo.

Y es que parece que tenemos una obsesión generalizada por querer pensar que sólo hace unos 35 años se vivía mejor, y se fantasea con una época en la que los jóvenes no han vivido, y los que la vivieron, eran jóvenes y por tanto, tiene un recuerdo en general feliz del momento. Una nostalgia en bucle que podemos ver como se repite una y otra vez.

Lo cual me recuerda a esa gran película de Woody Allen que es Midnight in Paris, en la que un escritor consigue trasladarse a su momento favorito en el tiempo en la capital francesa, y encontrarse así mismo en el proceso, así como enamorarse y hallar el sentido de su vida. Se opta por lo que es la nostalgia, que como dice el film "es la negación, la negación de un presente doloroso". Aunque esto viene con cierto truco, porque como también se dice en la película: "el trabajo del artista no es sucumbir a la desesperación, más encontrar el antídoto al vacío de la existencia".

Y un poco en esto van estos viajes nostálgicos que nos muestra la industria audiovisual, en una huída de la realidad del presente momento, pero para poco sirven si no nos ayudan a sobrellevar nuestro día a día y nos dan esperanza para afrontar el presente, que por supuesto será "nostalgia futura" para otra generación.

Carmen R.

viernes, 19 de febrero de 2021

Rifkin's Festival


Un poco lo mismo de siempre, pero algo peor

Decía Laura Balagué hace unos meses, poco después de su estreno, que Rifkin’s Festival (en adelante, RF) es una peli para incondicionales de Allen y sí, estoy de acuerdo. Estoy de acuerdo y precisamente eso  quiero decir con este subtítulo un poco más malvado: que no encontraremos en este film nada o casi nada que no haya hecho Allen en otros anteriores; por ejemplo: artistas extravagantes y misóginos, amores platónicos o no tan platónicos con muchachas jóvenes y hermosas a las que la vida no trata tan bien como se merecen, bajezas morales de supuestas élites culturales, reflexiones ligeras pero punzantes sobre la vida, el amor y la muerte…

Coincido con Carlos Martínez, crítico de laverdad.es, en que RF no llega a la altura de la mejor de sus últimas películas, Wonder Wheel, de 2017 (la cual tampoco alcanza ni de lejos su última cumbre, que para mí fue sin duda Blue Jasmine), pero es mejor, sin duda, que Tarde de lluvia en Nueva York y, en general, que el resto de las recientes.

 

Dos por el precio de uno

En casi todas las pelis de Allen hay un personaje que identificamos (o creemos identificar) con el propio Allen. A veces no es solo un personaje, sino dos; o tres, como pasa en Hanna y sus hermanas. En Rifkin’s Festival tenemos algo parecido:  Allen se desdobla en dos personajes masculinos. Y me surge la duda: ¿alguna vez ha sido Allen un personaje femenino? Diría que sí, pero tendría que investigarlo con un poquito más de tiempo y calma y lo guardo para otro artículo.

Volviendo a los personajes masculinos, se desdobla Allen, como digo, en, por un lado, un laureado director, intérprete musical que se quita importancia a sí mismo y dice amar la subcultura, cuando lo que ama de verdad son las mujeres y, por otro, en el inconformista, anhedonio que ve que su esposa se pirra por un presunto don perfecto y no puede hacer nada para evitarlo.

Este segundo adora el cine europeo “culto” y el otro, en cambio, lo desprecia.

Uno tiende hacia mujeres mayores y otro, hacia jóvenes, un poco para compensar esos dos yoes, para equilibrarlos.

De los dos, es más protagonista el viejo cascarrabias Morty, al que en otros filmes habría encarnado el mismísimo Allen. Aquí no. Aquí lo encarna otro actor y eso le roba cierta gracia al conjunto.

 

El corazón partío once again

Como apuntaba antes, en RF no solo se desdobla Allen en dos personajes diferentes, sino que se divide también en dos en su actitud crítica y sus sentimientos hacia el cine europeo, pues lo parodia y lo homenajea a la vez. Parodia y homenajea a la vez, con distintos grados (unas veces es más burla cariñosa y otras, más declaración de amor incondicional) a Bergman, Buñuel, Fellini, Godard y Truffaut. Y mete en el saco de sus parodias-homenajes al mismísimo Orson Welles, que, aunque no era rigurosamente europeo, sí quería serlo y casi lo consiguió.

Como digo, no trata igual a todo este cine europeo: hace parodias más descacharranres (esos primeros planos descarnados en blanco y negro, esos rostros tan serios que recitan insustancialidades) y otras más sentimentales y no puede ocultar, por ejemplo, su devoción por Truffaut.

 

San Sebastián tiene cosas…

Sí, como dice la canción popular, “San Sebastián tiene cosas que no tiene el mundo entero”. Así y todo, Allen no alcanza a amar la ciudad. Se le nota. Lo intenta, pero no lo consigue y solo se refiere a ella con los tópicos más manidos que te puedas imaginar: es preciosa y se come muy bien.

Es evidente que Donostia no le hace vibrar, no le fluye la admiración, como le sucede cuando habla de París o de Manhattan. Y tampoco le importa que se dé cuenta todo el mundo de que estos periplos suyos europeos son totalmente alimenticios, meros intercmabios comerciales a los que muestra simplemente un poco de gratitud. Y ya. Ni siquiera diría yo que se esmera sacando el mejor partido a la ciudad. No. Ni siquiera eso.

Lo dejó claro en la rueda de prensa con la que presentó la película. Allen participó desde Nueva York mediante videollamada, declaró literalmente estar encantado de encontrarse en Manhattan y añadió que lo mejor de la película es que le había permitido pasar unos agradables días de vacaciones con su familia.

Porque de Allen se pueden decir muchas cosas, pero que sea pelota, complaciente y bienqueda no.

 

Ficha técnica (www.filmaffinity.com):

Título original  Rifkin's Festival

Año  2020

Duración  92 min.

País  Estados Unidos

Dirección  Woody Allen

Guion Woody Allen

Música  Stephane Wrembel

Fotografía  Vittorio Storaro

Reparto  Wallace ShawnGina GershonElena AnayaLouis GarrelChristoph WaltzSergi LópezRichard KindNathalie PozaDouglas McGrathSteve GuttenbergEnrique ArceTammy BlanchardDamian ChapaGeorgina AmorósYan TualBobby SlaytonAndrea TrepatBen TempleLuz CipriotaKarina KolokolchykovaElena SanzCarmen SaltaManu FullolaIsabel García LorcaKen AppledornRick ZingaleGodeliv Van den BrandtNatalia DicentaStephanie FigueiraNick DevlinYuri D. BrownJohn Sehil

 

Es un artículo de Noemí Pastor

viernes, 25 de octubre de 2019

Agua de otra época: Un día de Lluvia en Nueva York

Existe gente que va a ver películas de Woody Allen como un ritual: van cada año, no importa cual.

Hay otros que siguiendo el ritmo de la política social del momento: las boicotean, sin molestarse.

Otros mostramos interés, y si conviene, vamos.


Con esto dejo claro, que Woody Allen es un director de referencia para mí, pero desde hace ya bastantes años, me cuido de, al menos, saber ligeramente de qué va a ir lo que voy a ver. Aún recuerdo con espanto aquella pesada Melinda y Melinda, o el nihilismo irritante de Si la Cosa Funciona...y viendo que pocas cosas suyas pueden volver a tener la magia de antaño, salvo excepcionalmente Midnight in Paris, me las planteo como películas de sobremesa, y voy si parece que vayan a resultarme entretenidas, como ya me sucedió con Magia a la Luz de la Luna. Así, un sábado por la tarde, en un día frío y lluvioso, muy común donde vivo, pedí mi entrada para la última del realizador neoyorkino: Un día de Lluvia en Nueva York, un título que presagiba que seguiría con humedad dentro del cine, pero al menos sin necesidad de mojarme los pies.


Woody volvía a Nueva York después de una tournée obligatoria por tierras extranjeras. Aunque había visto su serie de Amazon, que sucedía en la Gran Manzana de los años 60, parecía que esta última cita con su ciudad, nos iba a ser vetada porque vivimos en tiempos feroces, y a veces justificados, del #MeToo, y sin entrar en polémicas con una persona que incluso ha ido a los juzgados, finalmente el film ha sido estrenado en Europa.


Rodeado de un casting solido con el nuevo It-Boy de Hollywood, Timothée Chalamet, rodeado de Elle Fanning, la otrora niña-actriz Selena Gómez, y los más veteranos Liev Schreiber, Jude Law, Diego Luna y la habitual Rebecca Hall, Allen nos cuenta una historia sencilla, sobre dos jóvenes universitarios (Chalamet y Fanning), que con inocencia deciden ir a Nueva York por una entrevista que ella debe hacer, y pasar un día en la ciudad.


Lo que comienza de forma sencilla, con un protagonista masculino que es la clásica reencarnación de Woody Allen, y un personaje femenino que es parte de los tópicos de la rubia poco inteligente, nos hacen viajar a un mundo extraño, porque se ve como el actual, pero su corazón quizá está más en los años 50, con un balance que se mueve entre la ingenuidad y el candor, hasta cierto gusto a antaño, que resulta poco habitual en las pantallas de hoy en día.

Esto no resulta negativo, si no más bien lo contrario, pues nos aleja de lo que normalmente nos encontramos en el cine. Es una especie de fabula irreal, de cuento dulce con algún golpe un poco amargo..


Los personajes no son muy profundos, y muchas veces son retratados con brocha gorda, cayendo dentro del tópico. Quizá se escapan de esta imagen, como se puede suponer claramente, el protagonista, Gastby Welles, que con ese nombre homenajea al chico de barrio rico que es, con mucha imaginación y cierta propensión a despreciar sus orígenes, pero sin dejar de aprovechar sus privilegios en cierto grado, como incluso le recrimina la protagonista femenina, una antigua conocida, que también es el otro personaje que está bien retratado: Shannon, que es un buen descubrimiento, porque aunque crees que será la "Manic Pixie Girl" de turno, acaba siendo mucho más profunda e intersante.


¿Es consciente Allen de estos hechos?¿Son sólo ellos los que merecen un retrato con más detalle mientras que el resto son más una imagen lluviosa que sirven a la acción solamente? Eso nos parece, porque aunque regalan buenos momentos y alguna divertida línea, no son más que medios al servicio de lo que se quiere contar. Es curioso pues, que al final del film aparezcan dos personajes femeninos secundarios (uno esperado a lo largo del film y otro fortuito), que tienen carisma e impactan en la historia.


El retrato de Gastby y sus vivencias, nos recuerda un poco a su homónimo literario, y como hemos dicho, parece pertenecer a un mundo que no existe. Un mundo entre la realidad de esa "upper class", la universidad elititista, y la neurosis del mundo del cine que se muestran en la historia.

Sólo puede decir una cosa negativa, y es que quizá hay un pequeño problema que se siente a lo largo del film, y es que llama la atención lo poco actual que son los jóvenes que aparecen en el mismo. Ninguno es adicto a las redes sociales o teléfonos, y esto hace que resulten poco reales, pero especialmente, el protagonista, pues es bastante difícil de creer que alguien de su edad, de la generación, ya Z, parezca de tan otra época, tenga una cultura tan basta de cosas de los años 40, porque aunque sepamos que pertenece la élite, eso no explica esa pasión por el pasado.


Pero bueno, si obviamos ese hecho, que no sabemos si es una cosa hecha a conciencia por el director, o simplemente, el reflejo de que el mismo tiene más de 80 años y no está conectado con el mundo más moderno, la película es un buen entretenimiento con poquísimo drama y una reflexión acerca de lo que creemos ser y lo que finalmente somos.

No digo más, sólo que vayais a verla. Os la recomiendo.

Trailer
Carmen R

viernes, 28 de octubre de 2016

Allen y el azar

Allen y el azar 

¿Por qué?

Este artículo me lo ha inspirado otro, aparecido en la revista Spectres du cinéma, que hablaba de cuatro filmes de Woody Allen que exploran el tema de la culpa y el castigo: Delitos y faltas (1989), Match Point (2005), Blue Jasmine (2013) e Irrational Man (2015).

El artículo de Spectres comenzaba preguntándose por qué Jasmine acaba sola, sin dinero y mentalmente desestabilizada, sentada en un banco de un parque; y por qué, en cambio, Chris, el protagonista de Match Point, o el prestigioso oftalmólogo de Delitos y faltas, no acaban sentados en el mismo banco; por qué también el personaje de Irrational Man no recibe idéntico tratamiento.


¿Moral? ¿Qué moral?

Contesta a esas preguntas Eyquem, quien firma el artículo de Spectres, algo que ya sabíamos: que Allen muestra una gran habilidad al revelar la mezquindad humana, la mentira, las artimañas, las manipulaciones de las que somos capaces; ahora bien, a la hora de moralizar, nos encontramos con el vacío. La moral es precisamente la ausencia de moral: los asesinos se van de rositas, quedan impunes, los crímenes cometidos apenas les crean mala conciencia o, si en algún momento esta los abruma, con el tiempo ese peso se va aligerando hasta desaparecer.

No hay ningún dios vengativo ni justiciero que atrape a los criminales, ni misericordioso que salve a la humanidad. No hay bien ni verdad; solo intereses, pasiones y apetitos que no regula ningún principio. Algunos triunfan, se hacen ricos y famosos, llevan una vida palaciega y desayunan con champán, pero no gracias a sus méritos, sino solo gracias a la suerte.

Al principio americano del tú puedes, del si te esfuerzas, lo consigues, Allen añade: sí, pero, además, la suerte tiene que estar de tu parte. Y ese añadido resulta destructivo, pues anula por completo la premisa.

Así, el protagonista de Match Point se salva de un buen lío gracias al crimen y a la mentira, la suerte le sonríe, la partida le es propicia. Jasmine, sin embargo, lo intenta igualmente; quiere una vida regalada, está convencida de haber nacido para ello. Cuando está a punto de conseguirlo del brazo de un embajador, la mala suerte pone en su camino a una persona que desvela sus mentiras y de nuevo queda sola, arruinada y en la calle. ¿Qué explica que uno triunfe y la otra no? Nada.


Ni determinismo genético ni social

El éxito o fracaso de estos personajes no depende de su origen social ni de una sociedad que premia a los fuertes y alimenta el egoísmo en general. Que provengan de un medio social desfavorecido no les impide triunfar; ni siquiera a Jasmine, que alcnza cumbres sociales habiendo partido de muy abajo. Y viceversa: su medio privilegiado no los protege del fracaso. El mismo ascensor que eleva a unos hace descender a otros: es la suerte y nada más.

Tanto Jasmine como su hermana son adoptadas y culpan a los genes de sus éxitos y sus fracasos: “Has heredado buenos genes”, le dice a Jasmine su hermana. Pero los genes, que se supone que deben explicarlo todo, en realidad no explican nada; es solo una manera de decir que nada condiciona el destino; es el nombre que le damos a la ausencia de explicación. A posteriori sí pueden analizarse las causas de un éxito o un fracaso, pero solo a posteriori.


¿Más filosófico que político?

La vida no es justa. Aceptémoslo. Enseñémoselo cuanto antes a nuestras hijas e hijos, para que vayan aprendiendo, para que lo vayan asimilando. Que tengan presente, sin embargo, que no es culpa suya, sino el resultado del libre juego de los egoísmos y las ambiciones personales, arbitrado por el destino, que se inclina en un sentido favorable o desfavorable, sin ninguna razón.

Esto opina Eyquem en Spectres:

No es que la sociedad sea injusta y nos trate desigualmente según nuestro estrato; es la vida misma. Por eso Allen no denuncia las desigualdades sociales, sino que simplemente habla de la mala suerte, de los golpes del destino que te alcanzan o te evitan, según el capricho del momento.

Allen se da cuenta perfectamente de que hay pobres y ricos, y que es mucho mejor ser rico y guapo que pobre y feo. Pero en Blue Jasmine sugiere también que no existe ninguna palanca, ningún mecanismo que altere ese orden de cosas, pues la injusticia es ese mismo orden. Es más: este orden injusto es en el fondo esencialmente justo, porque iguala las condiciones de todos; es una perfecta igualdad de oportunidades, porque son las mismas para todos, ya que no tienen ninguna razón. Es un orden profundamente justo en su injusticia. No recompensa ni castiga: simplemente sucede. 

Quienes llegan a la cumbre carecen de escrúpulos, son verdaderos sinvergüenzas. Pero quienes fracasan no son mejores; son igualmente egoístas y mentirosos. La única diferencia es que la suerte no les ha sonreído. Les queda el consuelo de pensar que “en realidad” no querían triunfar, que se conforman con ser lo que son y que es vano y presuntuoso querer ir más allá. A la falta de suerte la llaman virtud. Ya lo decía Allen en Annie Hall: “Quizás lo que hay que hacer es no esperar demasiado de la vida”.

La diferencia entre verdugos y víctimas es en la mayoría de los casos el género: en tres de los filmes un hombre comete un crimen cuya víctima es una mujer. Sin embargo, de todos los personajes, la que sale peor parada es Jasmine, la única mujer, a pesar de no ser la culpable directa y ser al tiempo también ella víctima. Aquí Allen, aunque a su estilo, quizás sí se nos ponga un poco político.


Porque no solo hay contenido político cuando se denuncian las diferencias; basta con mostrarlas. Y Allen las muestra, pero a su sutil y peculiar manera. No es Ken Loach.

viernes, 21 de octubre de 2016

Café Society




Ayer por fin,pude ver "Café Society" en el cine.
Dudosa ante varias interesantes alternativas,conforme iba avanzando la película,confirmaba que la elección había sido la correcta.
Ahondaré en la trama sin desvelar el desenlace,quien no quiera adentrarse en el argumento sin haber visto la película,sencillamente,que postergue esta reseña,porque me gustaría invitaros a que compartamos el mensaje que la peli nos deja a cada un@. 

Vaya por delante que me ha parecido una película deliciosa.Bajo un halo de aparente frivolidad,Woody Allen,aprovecha para abordar  los temas que le inquietan,le seducen,le persiguen durante toda su vida y en paralelo,toda su filmografía: la muerte,el amor,la soledad,el sentido de la vida,el destino,el azar.....qué maravilla.


Pero empecemos por el argumento.Café Society está ambientada en el Nueva York de los años 30.
Bobby Dorfman ( (Jesse Eisenberg)vive con sus padres y tiene un hermano gansger.Asfixiado por las peleas de sus padres y las pocas expectativas de futuro para él en la ciudad,decide probar suerte en Hollywood,aprovechando que un tío suyo, Phil ((Steve Carrell),es un poderoso agente que finalmente accede a contratarlo como chico de los recados.


La vida de Bobby dará un giro inesperado desde que conoce a la secretaria de su tío Phil: Vonnie (Kristen Stewart),de la que se enamorará perdidamente a pesar de que ella tiene novio.
Le atrae de ella,además de que es guapísima,su espíritu libre e incorrupto.


Bobby Dorfman,el alter ego de Woody Allen,es un personaje que de primeras enternece:torpe,dulce,como dice Vonnie a modo de cumplido: "tiene la mirada de un ciervo que está a punto de ser atropellado";)


Sus padres,en la película,son Marty (Ken Stott)  que es un tipo brusco pero con una moral clara y Rose (Jeannie Berlin) siempre dispuesta a encontrarle algún defecto a su marido.
Por supuesto son judíos y aunque discuten sin parar,están entregados el uno al otro, y se quieren a su manera.

Bobby huye de todo eso y se va a la meca de los sueños,buscando la ayuda de su tio Phil.
El destino caprichoso pondrá a Vonnie en su camino,de la cual,aún se enamorará aún más al saber que ella en ese momento,no está disponible para él.


Woody Allen aprovecha este punto de partida de un amor no correspondido para hacer un estudio sobre las relaciones sentimentales.Intercambiado los roles de amado-amante  entre Bobby y Vonnie ,Café Society nos muestra además de que manera se puede amar a dos personas a la vez y siempre de manera muy diferenciada.


No somos siempre los mismos,la vida nos cambia,a veces incluso con la misma persona a lo largo de los años, pasamos de desempeñar el papel de amados,dejándonos querer en una relación que nos colma de atenciones y cuidados a desempeñar el rol de amantes que se desviven por agasajar y seducir al otro.



 Y al mismo tiempo,en paralelo,desempeñando uno de estos dos roles,podemos ejercer el rol contrario con otra persona distinta. Es como si esos papeles,el de amante y amado,formaran las dos mitades complementarias y a la vez contrapuestas de uno o dos círculos perfectos.

¿qué satírico guionista ideó este plan en nuestras vidas?

No os perdais "Café Society" tiene una fotografía espectacular,unos actores/actrices que cumplen más que dignamente su papel y como es habitual,una estupenda banda sonora a base de jazz.

Las referencias pictóricas,literarias,cinématográficas,filosóficas,son ya habituales en Allen, y aunque nos quede cierta sensación de melancolía al cierre,lo cierto es que el maestro neoyorkino nos deja una reflexión agridulce en el aire ¿estaremos predispuestos a ansiar siempre lo que no tenemos?¿por qué algun@s de nosotros no se nos da la oportunidad de  vivir dos vidas simultaneamente ?

Café Society lejos de dar respuestas,abre preguntas,como el cine de verdad,ése que nos deja sensipensativos durante días y justo en el momento de salir los títulos de créditos nos deja con ganas de más.

¡Buen fin de semana,cinéfil@s!

Troyana






viernes, 16 de septiembre de 2016

La rosa púrpura del Cairo



(woodyallenpages.com)


-Tom Baxter ha salido de la pantalla y anda perdido por New Jersey.
- Pero, ¿cómo ha podido hacerlo? ¡Es físicamente imposible!
- Bueno... En New Jersey puede pasar cualquier cosa.



(patheos.com)


"¡No! ¡No apaguen el proyector! Se pondría todo negro y desapareceríamos."



 (woodyallenpages.com)

Me aburro de estar aquí sentado sin hacer nada. ¡Soy un personaje dramático! ¡Necesito acción!



(youtube.com)

 - Trabajé muy duro para que mi personaje fuera real.
- Sí. Quizás te excediste.



(themotionpictures.net)


"No conocí a mi padre. Murió antes de que comenzara la película."



(cineplex.com)

"Nunca me hago daño ni sangro. Tampoco me despeino. Son las ventajas de ser imaginario."



(cinemaeman.com)

"Quiero que en la película suceda lo mismo que sucedía la semana pasada. Si no, ¿qué sentido tiene todo?"



(woodyallenpages.com)


- Estaba pensando en algunas cosas muy profundas. Acerca de Dios y su relación con Irving Saks y Levine RH. Y estaba pensando sobre la vida en general. El origen de todo lo que vemos a nuestro alrededor. La finalidad de la muerte, la forma casi mágica que parece en el mundo real, en oposición al mundo del celuloide y las sombras parpadeantes.
- ¿De dónde ha salido este payaso?



 (minnagilligan.com)

"He conocido a un hombre maravilloso. Es ficticio, pero no se puede tener todo."



 (youtube.com)



 - Cecilia, te quiero. Soy honrado, buena persona, valiente y romántico. Y beso genial.

- Sí, pero yo soy real.



Ficha técnica ampliada en cine.estamosrodando.com.

Ver "La rosa púrpura de El Cairo" en YouTube.

Noemí Pastor

viernes, 11 de marzo de 2016

Zelig

¿Habéis oído hablar de Leonard Zelig?
¿No?
Woody Allen nos cuenta su vida en este… documental.


Título original Zelig
Año 1983
Duración 76 minutos
País Estados Unidos
Director Woody Allen
Guión Woody Allen
Música Dick Hyman
Fotografía Gordon Willis
Productora Warner Bros. Pictures

Reparto
Woody Allen, Mia Farrow, Gale Hansen, Stephanie Farrow, Garrett Brown, Mary Louise Wilson, Sol Lomita, John Rothman, Susan Sontag


Sinopsis
Falso documental sobre Leonard Zelig, el hombre camaleón que asombró a la sociedad norteamericana de la 'era del jazz'. Su historia arranca el día que miente al afirmar que ha leído Moby Dick, sólo para no sentirse excluido. Desde entonces, su necesidad de ser aceptado lo lleva a transformarse físicamente en las personas que lo rodean, convirtiéndose así en un fenómeno mediático, en una celebridad sin esencia. Testigo de algunos de los acontecimientos más importantes de los años treinta, encaja a la perfección en todas partes porque asume las características tanto físicas como psíquicas de las personas con quien está para caerles bien.




Los seguidores del gran Woody Allen sabemos que en sus películas hay muchas cosas que se repiten… por lo que también son muchos los que dicen que el neoyorquino hace constantemente la misma película cada año…. Algo con lo que personalmente estoy en desacuerdo pero sí que en su cine se repiten muchas cosas.



En 1983 realizó una película en forma de falso documental en la que nos cuenta la vida de un extraño y camaleónico personaje Leonard Zelig, al que da vida el propio Allen, que resulta ser un misterio para todos.

Como todo documental, se van alternando imágenes reales en blanco y negro sobre los años 20 en los que se desarrolla la historia, imágenes “reales” de la vida del propio Zelig con “entrevistas recientes” (alrededor de 1968) ya en color con diferentes “testigos” o “estudiosos” del protagonista, logrando con todo ello convencer al espectador de que le están contando hechos reales.



Teniendo en cuenta los medios disponibles en 1983, en Zelig nos resulta verdaderamente sorprendente cómo Woody Allen logra convencernos de que estamos viendo un documental real. Para que las imágenes parecieran reales, es decir, antiguas y sucias, los técnicos ensuciaron y estropearon las cintas logrando así ese efecto. También lograron incluir imágenes de Zelig en secuencias reales de la Alemania nazi o de la época de la Depresión Económica de Estados Unidos.



En cuanto a los diferentes cambios físicos que experimenta el protagonista y el argumento en sí, no dirá apenas nada porque lo bueno es ir descubriéndolo poco a poco con ese sentido del humor característico que caracteriza al director.

La actriz y pareja del director entonces, Mia Farrow da vida a la Doctora Fletcher, que fascinada por Zelig, se encarga de estudiar el caso y tratar de dar una explicación a los hechos que se nos relatan.



Como ya he dicho, no se trata de una película convencional por lo que sólo la recomiendo a los fans de Woody Allen –los que no la hayan visto todavía, claro- o para aquellos que disfruten de ver una maravillosa rareza ya que disfrutarán son esta extraña y diferente propuesta del gran Woody Allen.


viernes, 23 de octubre de 2015

Irrational Man




Por si alguien lo dudaba, el genio de Allen sigue intacto.
Y lo acaba de demostrar con "Irrational Man".




La película gira en torno a la atormentada vida del profesor de filosofía Abe Lucas (Joaquin Phoenix), que llega a una nueva universidad a dar clases y allí conocerá a dos mujeres muy distintas: Rita Richards( Parker Posey), una profesora casada y a la vez cansada de su matrimonio,y otra más joven,Jill Pollard,una estudiante (Emma Stone) que terminará irremisiblemente enamorada de él.



Para quienes me lean y no gusten de profundizar en el argumento,ya aviso que divagaré en algunas entretelas de la película,así que quien no quiera más información hasta haber visto la pelí, quizá sería mejor postergar esta reseña aquí,aunque más  que una entrada cinematográfica al uso, ésta pretende ser una conversación con vosotr@s de tu a tu acerca de algunas cuestiones de índole filosófico que plantea el genio neoyorkino aquí.



Me pregunto si estamos ante el mejor trabajo de Allen después de Match Point (2005),
porque vuelve a involucrarse en muchos de los temas que allí abordaba y que en realidad nunca le dejaron de interesar: el crimen,el azar,son dos elementos claves y reincidentes que dan pie a emprender un debate filosófico en torno a la ética,la moral,la condición humana y como no,el destino o el caótico azar.



Woody Allen vuelve a sugerir que no hay nada escrito ni predestinado, que todo es azar, caos, un juego de infinitas posibilidades en el que no subyace orden divino ni predestinación.

Que la pelota caiga a un lado u otro de la red (Match Point) es una cuestión de probabilidad, como de probabilidad es que un asesinato no llegue a ser culminado por ejemplo por el afortunado tropiezo con un fortuito objeto adquirido en su día además de un modo casi aleatorio y banal.

Algo insignificante  hace que el devenir de los acontecimientos lo convierta en relevante y casi esencial.
El universo por tanto está regido por la casualidad, el caos, el desorden azaroso. No hay plan trazado que no pueda ser alterado por mucho que estén atados sus cabos y estudiados sus pormenores. Ni siquiera en dilemas morales  existe una justicia divina que perjudique o beneficie a las elecciones que pensamos libres.
Al final, que una buena acción sea recompensada no influye de su sintonía con la ética sino de la mera casualidad.
Es un pensamiento con múltiples lecturas, porque ¿dónde queda entonces el esfuerzo y el intento de reconducir una vida en una determinada dirección?
Pero también de alguna manera es un pensamiento liberador de arrogancia y ambición,  por mucho que traces y planees, la vida con sus múltiples variables imposibles de medir, sorprende (a veces ,a traición) para desbaratar tus constantes intentos de control.

Allen nos deja al ser humano el papel de peón de ajedrez expuesto a múltiples jugadas en manos de un jugador/a impredecible, sin juicio ni moral.
Si es un Dios, es un dios que no escucha ,que no ve, que no responde de forma equitativa y justa, es más bien un Dios neonato que juega con nuestras vidas y atina o falla por pura casualidad.
Es una lectura atea, nihilista, que pone al azar en el trono de toda explicación sobre lo que sucede en nuestra vida.
Él ya se hacía estas y otras preguntas en Annie Hall, en Match Point,en el Sueño de Casandra,en Misterioso asesinato de Manhattan, en Delitos y Faltas,en realidad en todas y cada una de sus películas.
DE hecho ¿ es ésta en una segunda parte de Match Point?¿el otro reverso de la moneda?


Vuelve Allen a analizar el crimen (¿perfecto o imperfecto?) presente en parte de su filmografía 'Delitos y faltas', 'Misterioso asesinato en Manhattan' o la citada 'Match Point',pero también muy presente en  Hitchcock o en Orson Wells.

Vuelve a tocar sus dudas existenciales: 
el paso del tiempo y la crisis de la edad,el sentido o sinsentido de la vida y la profesión que ejercemos,el amor aquí más como una distración en medio del caos y el vacío más que como un motivo real para seguir viviendo, la muerte e incluso aquí la filosofía ( esa asignatura que ahora en España se cuestiona si ha de seguir o no en los planes de estudio) como un arma de doble filo que te hace más consciente y por tanto, ¿más feliz o más infeliz?

 Y otro elemento sale a la palestra en boca del profesor atormentado: la intuición versus la lógica o la razón.Se apuesta en medio de toda esa filosofía existencialista,por escuchar las corazonadas,por no abandonar el instinto animal.


No quisiera dejar de elogiar la interpretación de Joaquin Phoenix y de Emma Stone,ella por cierto,está espléndida. Hay como un juego simbólico de opuestos entre el ying-yang,él en este caso desempeñaría el lado más oscuro y ella con su tez blanca y sus enormes ojos " burtinianos" ( de Tim Burton) el lado de la luz.


Da la sensación de que Woody Allen está más interesado en el mensaje que en la forma, en transmitirnos un debate sobre la fina línea que a veces separa el bien del mal ¿por qué sino un asesinato puede surgir del deseo de ayudar a una persona vulnerable e indefensa?
¿acaso están tan lejos el bien y el mal? ¿el fin justifica los medios?


Allen nos deja un buen ramillete de dilemas morales en una sociedad postmoderna que genera incertezas y de la que sin duda se refugia en los grandes maestros de la literatura y la filosofía:
Dostoievski, Heidegger, Simone de Beauvoir,kant ,Kierkegaard...etc...etc..(por dios,no permitamos que desaparezca la filosofía)

No os perdais "Irrational Man" es perversa,intelectual,con toques de humor negro, muy filosófica y nihilista,pero también de diálogos ágiles y muy brillantes,pero sobre todo,con un tramo final,completamente inesperado y vertiginoso.



Buen fin de semana zinéfil@s,

Troyana