Título ¿Quién puede matar a un niño?
Año 1976
Duración 100 min.
País España
Director Narciso Ibáñez Serrador
Guión Narciso Ibáñez Serrador (Luis Peñafiel)
Novela Juan José Plans
Música Waldo de los Ríos
Fotografía José Luis Alcaine
Productora Penta Films
Reparto
Lewis Fiander, Prunella Ransome, Antonio Iranzo, Miguel
Narros, María Luisa Arias, Marisa Porcel, María Druille, Lourdes de la Cámara,
Roberto Nauta, Luis Ciges
Sinopsis
Tom y Evelyn son una pareja de turistas ingleses que viaja a
una población costera española para disfrutar al fin de una tardía luna de
miel. Sin embargo, cuando llegan, se quedan decepcionados: el lugar es
demasiado bullicioso para pasar las tranquilas vacaciones que ellos habían
planeado. Deciden entonces alquilar una barca para visitar una pequeña isla en
la que Tom había estado cuando era más joven. Su sorpresa será mayúscula cuando
descubran que los únicos habitantes de la isla son niños, unos niños que,
animados por una misteriosa fuerza, se rebelan contra los adultos.
El realizador de cine y televisión, guionista, director
teatral y actor Narciso Ibáñez Serrador, Chicho, siempre ha reconocido su admiración por
el cine y las historias de terror inspirándose muy a menudo en el maestro
Alfred Hitchcock. Pero ha sido un revolucionario de la televisión con series y
programas como Un, dos, tres… responda otra vez, Historias de la frivolidad,
Waku Waku, Hablemos de sexo o la gran Historias para no dormir.
Al cine se dedicó más durante sus primeros años de carrera,
antes de quedarse definitivamente en el mundo de la televisión y aunque las
películas que ha dirigido no son muchas, hay dos que destacan especialmente: La
residencia (1969) y ¿Quién puede matar a un niño” (1976).
Además de pertenecer al mismo género -suspense/terror- ambas
películas tienen muchos puntos en común: sus protagonistas son actores
extranjeros, todo se desarrolla en un lugar aislado y solitario, la atmósfera
es tensa y sobre todo claustrofóbica.
Chicho pretendía que ¿Pero quién puede matar a un niño?
estuviera protagonizada por Anthony Hopkins (Psicosis, 1960) pero por
compromisos del actor no pudo ser… Lástima porque creo que hubiera sido un gran
acierto. A Chicho no le convenció del todo la interpretación del australiano Lewis
Fiander como protagonista aunque sí la de la actriz Prunella Randsome.
Personalmente ambos me han gustado.
Un punto muy importante es que, Chicho, guionista de la
película bajo el pseudónimo de Luis Peñafiel, quería que la pareja protagonista
(ambos extranjeros) hablaran entre ellos en inglés y que fuera él, que también
hablaba español, el que le fuera traduciendo a su mujer las conversaciones con
los lugareños haciendo así que ante los extraños sucesos que van ocurriendo y
para proteger a su mujer, que además está embarazada, no le traduzca el total
de las conversaciones, provocando más desconcierto aún en el personaje de ella.
Sin embargo, durante la postproducción, los productores quisieron que ambos
actores fueran doblados para evitar así utilizar molestos subtítulos. Esto
hace que el desconcierto de ella ante los hechos se nos muestre como un poco
extraño a los espectadores.
La película comienza con secuencias de documentales de
diferentes guerras en las que los niños son las grandes víctimas, algo que aunque
al principio se nos haga extraño en un punto fundamental para entender lo que
se nos contará a continuación.
Estupenda la banda sonora de Waldo de los Ríos, en la que
destaca un canción infantil que unas voces infantiles tararean y que logran
intranquilizar e incomodar al espectador. Incluso en algunos momentos nos
recuerda a las inconfundibles notas de Tiburón (1975).
Como nota curiosa, y a pesar de desarrollarse en una isla,
la película fue rodada en Toledo, añadiendo posteriormente el sonido del mar y
de gaviotas. Las escenas de costa se rodaron en Almuñécar, Menorca y Sitges.
Además el propio Ibáñez Serrador tiene un pequeño cameo al principio de la
película.
A los cinéfilos nos vendrá a la cabeza películas como La
semilla del diablo (1968) o El pueblo de los malditos (1960).
Recomiendo ¿Quién puede matar a un niño? y La residencia a
todos los amantes del género y por su puesto las increíbles Historias para no
dormir.
Y sin poder comentar nada más, sólo diré que me ha gustado
mucho el final porque… ¿quién puede matar a un niño?