La triste realidad es que estamos viviendo una crisis. Las vacaciones son más cortas, el fondo de armario es el mismo que el del año pasado, las cenas fuera de casa son menos frecuentes y las fiestas nocturnas casi inexistentes. Ahora, invitamos a los amigos a casa a cenar y a tomar unas copas después de cenar en el mismo salón de casa. Esto es algo inofensivo… ¿o no?
Título en español El guateque
Título original The Party
Año 1968
Director Blake Edwards
Guión Blake Edwards, Tom Waldman, Frank Waldman
Fotografía Lucien Ballard
Productora Warner Bros. Pictures
Duración 99 minutos
Reparto
Peter Sellers, Claudine Longet, Marge Champion, J. Edward McKinley, Fay McKenzie
Sinopsis
Hrundi V. Bakshi es un patoso actor de origen hindú que se encuentra rodando una película en el desierto. Por sus continuas meteduras de pata, es despedido del rodaje. Inesperadamente, recibe una invitación para asistir a una sofisticada fiesta organizada por el productor de su última película. Gracias a Hrundi, en la fiesta se producirán las situaciones más disparatadas.
Se trata de una comedia principalmente visual. Presenta algunos diálogos divertidos pero básicamente, sus puntos fuertes están en las secuencias donde en ausencia de diálogos nos presentan unas situaciones que, aunque a priori inofensivas, se ven transformadas como si de una bola de nieve se tratase, en situaciones cómicas absurdas, todas ellas protagonizadas y producidas de la manera más inocente e insospechada por nuestro bobalicón protagonista.
El inocente, cándido y tontorrón personaje principal está interpretado por el actor británico Peter Sellers. Se trata de un personaje de origen hindú, por lo que vemos a Sellers con un tomo de piel moreno y los ojos pintados, pero lo que más destaca es su acento a la hora de hablar. De fama mundial en este momento, gracias a su interpretación del torpe Inspector Clouseau de La pantera rosa (1963) de Blake Edwards y todas su secuelas, Peter Sellers se alejó de la comedia en otras películas como Lolita (1962), ¿Teléfono rojo? Volamos hacia Moscú (1964) ó Bienvenido Mr. Chance (1974), pero aunque estas películas le consagraron como buen actor, el público siempre lo recordaremos en la comedia disparatada.
En cuanto a su vida personal Peter Sellers, perteneciente durante toda su vida a la masonería (asociación secreta de personas que profesan principios de fraternidad mutua cuyo objetivo es la búsqueda de la verdad a través de la razón y el desarrollo intelectual y moral del ser humano, además del progreso social) se dice que era una persona inestable, obsesiva, que consumía drogas, enigmática, celosa y que huía de la vida pública. Él mismo confesaría que no tenía una personalidad propia fuera de sus personajes y que no era fácil convivir con él.
Esta difícil personalidad hizo que el lo profesional tuviera problemas con actores y directores. En el rodaje de El guateque tuvo sus roces con el director de la película Blake Edwards, con el que ya había trabajado anteriormente y con el que estaría sin hablarse durante los siguientes siete años hasta el rodaje de El regreso de la Pantera Rosa (1975).
Con sus más y sus menos, tanto Peter Sellers como Blake Edwards lograron realizar una comedia visual que nos engancha, nos divierte y nos asombra en cada secuencia.
Desde el primer momento sentimos simpatía por el causante de tantos momentos disparatados que parece imposible que puedan ocurrir. De lo más inocente y tonto, surge con lío tremendo en el que el resto de los personajes van cayendo sin remedio y haciendo así que la situación sea más disparatada si es que eso es posible.
Personalmente, una de la secuencias -por supuesto cien por cien visual-, que más me divierte en el momento en el que Hrundi V. Bakshi (Sellers) llega a la fiesta y entra en la casa. Una camarera abre la puerta y le invita a entrar. Lo mira de arriba abajo y se fija en que uno de sus zapatos blancos está manchado de barro. La camarera lo invita a entrar y se retira. Entonces es cuando nos muestran que dentro de la casa hay un pequeño estanque que hay que cruzar a través de un pequeño puente. Al ver el agua, Hrundi, decide, disimuladamente, meter el pie en el agua para limpiar el barro con tan mala suerte que el zapato se le descalza y se va flotando sólo debido a un corriente de agua. Hrundi se queda descalzo y es a partir de entonces cuando empieza la ‘caza del zapato perdido’ a través de los diferentes estanques de agua comunicados que se distribuyen por el salón de la casa…
Este zapato pasará de estar flotando en el agua a estar volando y a aterrizar en la bandeja de los aperitivos… ¿qué cómo es esto posible? Pues sinceramente no lo sé, pero en este guateque todo es posible.
Otro de los personajes clave para la comedia es uno de los camareros, que a pesar de ser un personaje secundario, y en principio sin importancia, es el causante de muchos gags muy divertidos y que no estaría bien que revelase. Y es que con un camarero borracho puede pasar de todo…
Ya he mencionado anteriormente al director de la película, Blake Edwards, que también firma el guión de El guateque. Director de grandes comedias como La Pantera Rosa (1963), Desayuno con diamantes (1961), 10, la mujer perfecta (1979) ó ¿Victor o Victoria? (1982), etc…
Y siempre asociado a las películas de Blake Edwards nos encontramos con el gran compositor Henri Mancini que junto con Don Black, compuso las dos canciones que se escuchan en la película Nothing to Lose y The Party El resto de la banda sonora está formada por la música que ameniza el guateque que estamos viendo.
Continuamente presente en todo momento tenemos el agua, que al formar parte del decorado de la casa, también está implicada en muchas de las situaciones disparatadas de la película. Bueno, el agua y también el elefante, los bailarines rusos, el pollo volador, el camarero borracho…
Una comedia disparatada que hace que la próxima vez que invitemos a unos cuantos amigos a una fiesta en casa, nos pensemos muy mucho a quién invitar porque ¿quién no tiene un amigo de esos que la acaban liando?