Me reencontré con esta peli a principios de agosto de 2024, en La 2 de Televisión Española, cuando todavía no estaba apaciguado (¿lo está ya?) el asunto de las elecciones venezolanas del 28 de julio. No sé si, al programar entonces este film de 1982, Televisión Española nos estaba queriendo decir algo, pero lo que sí tuve seguro es que Missing, repito, de 1982, en 2024, más de cuarenta años después, no ha perdido vigencia.
Os cuento algo de su director, Costa Gavras, quien, a sus 91
años, soporta la etiqueta de autor de “cine político”, concepto que debemos
urgentemente revisar y destruir, pero este es un asunto que no voy a tratar
ahora. Me gusta más decir, como dice la Wikipedia en español, que cultiva el
thriller político y la ficción social.
Costa Gavras, nacido en Grecia y emigrado a Francia,
desarrolló en el país galo buena parte de su carrera y luego ha trabajado
también abundantemente en los USA. La verdad es que este buen hombre se ha
metido en todos los charcos. Os pongo algunos pocos ejemplos. En Z (1969)
abordó el terrorismo de estado. En El sendero de la traición (1988), la
extrema derecha rural racista en los Estados Unidos. Y en La caja de música
(1989), los tentáculos del nazismo emigrado al otro lado del charco.
Costa Gavras, además de dirigir, también ha firmado el guion
de muchas de sus películas y ha trabajado también con Joe Eszterhas, guionista
que no es santo de mi altarcito, que me chirría mucho y que está sobrevalorado.
Pero tampoco voy a abrir ahora ese melón, porque tengo que seguir hablándoos de
Missing. Os hago una breve sinopsis de su argumento: Charlie Horman, un joven
norteamericano que reside en Chile con su esposa, desaparece durante las
primeras horas del golpe de estado de Pinochet, en 1973. Su padre, ejemplar
ciudadano de los USA y orgulloso de su democracia, viaja a Chile para buscarlo.
Lo mejor de esta peli es Jack Lemon (da igual cuándo leas
esta frase y da igual a qué película se refiera), aunque hay que reconocer
también el mérito del guion, que construye un arco de personaje, el del padre del desaparecido, que transita
fluidamente desde la confianza absoluta en las instituciones de su país al
desencanto más doloroso cuando se le revela la verdad, revelación que resulta
ser aun más lacerante al comprobar que no se enfrenta solo a unos pocos
funcionarios y militares sin escrúpulos destinados en Chile, sino a
absolutamente todo el sistema institucional y económico de los USA.
Sissy Spacek, como esposa del desaparecido Charlie, hace
bien su papel, pero el personaje quizás se nos antoja hoy demasiado ñoño,
ingenuo o naif.
Los funcionarios americanos están genialmente retratados.
Son mentirosos, sibilinos, retorcidos. No dan la cara jamás y te vencen por
agotamiento, porque construyen un muro de indiferencia y te permiten golpearte
la cabeza contra él todas las veces que sean necesarias, hasta que te quedes
sin cerebro.
Missing está basada en hechos reales. Charles Horman era un
periodista neoyorquino que vivía y trabajaba en Santiago de Chile cuando el 11
de septiembre de 1973 un golpe de estado militar depuso al presidente Salvador
Allende. Horman fue detenido en las primeras horas y ejecutado, pero este hecho
le fue ocultado a su familia, para quien Charlie estaba missing, desaparecido.
Su esposa lo buscó sin éxito y su padre, Edmond Horman (el personaje que
interpreta Jack Lemon no se llama como él) viajó a Chile para ayudar en la
búsqueda.
Así que Charlie, su esposa y su padre existieron de verdad.
Ray E. Davis, el Jefe del Grupo de Asistencia Militar de Estados Unidos en Chile,
existió de verdad. Y Frank Teruggi, uno de los compañeros periodistas de Charlie,
también existió de verdad y también fue ejecutado, tal como nos cuenta la peli.
Missing se basa en el libro “The Execution of Charles
Horman: An American Sacrifice”, escrito por su hermano Thomas (en la peli
Charlie era hijo único), que fue publicado en 1978. Tras el éxito del film,
cuatro años después, el libro volvió a publicarse con el título Missing.
Sé que me ha quedado una entrada poco cinematográfica, que
he hablado de otras cosas más que de puro cine, pero el cine también es esto o,
al menos, también nos conduce a esto. Mi excusa es que Missing acaba con Jack
Lemon anunciando a los funcionarios y militares estadounidenses que tendrán que
enfrentarse a la justicia de su país, que habrá un pleito, y a mí me apetecía
enterarme de qué pasó con el pleito, pero no os lo voy a contar. Solo os digo
que hubo un pleito y, luego, otro pleito.
Y para compensar y acabar hablando de cine, me sumerjo en la
escena en la que a Sissy Spacek, que busca a su marido por todo Santiago, la
pilla la noche y el toque de queda en plena calle y debe refugiarse de los
disparos en la entrada de una tienda, en un escaparate. Allí, aterrorizada,
llega a quedarse dormida y en su duermevela, en un momento en el que abre
mínimamente los ojos, ve trotar por las calles de Santiago un caballo blanco al
que persiguen a tiros, desde un carro de combate, los militares.
Y así se despide vuestra amiga