Me toca por azar cerrar el año en esta aventura en la nos hemos embarcado las zinéfilas.Pensé en cerrar con una película esperanzadora,algo así como "Qué bello es vivir" un clásico que much@s revisionamos año tras año,como si de un ritual navideño más se tratara.
Pero ya no había vuelta atrás,porque cayó en mis manos una película de Win Wenders a la que le tenía muchas ganas: "París-Texas",un clásico moderno de 1984 de ésos que dejan huella,y aunque ya me lo advirtieron,de ésos que es imposible no se queden clavados en tu cabeza.
En medio de la nada,en algún punto de algún desierto de Texas,aparece un hombre exhausto,perdido,deshidratado.Se trata de Travis ( Harry Dean Stanto),que ha estado caminando sin rumbo fijo hasta llegar al límite de sus fuerzas a una especie de cantina en mitad del desierto.
Desde allí,avisan a su hermano y su cuñada que viven en Los Angeles y su hermano tan pronto tiene noticias de Travis acude a su encuentro pues pronto sabremos que ha estado prácticamene desaparecido durante cuatro años.Durante su ausencia,su hermano y su cuñada se han hecho cargo de Hunter,el hijo de Travis,que tiene ahora 7 años y que apenas le recuerda.
Su hermano llevará a Travis a su casa y provocará el reencuentro con su hijo,Hunter,un reencuentro que para el niño es más bien un descubrimiento que le supondrá un reajuste y le llevará su tiempo.
Hay escenas como la proyección del vídeo casero en la que por primera vez vemos a ,Jane(Natassja Kinski),madre de Hunter,que están rodadas con una delicadeza extema.
El espectador/a, en ese momento a través de los ojos de Travis, mientras contempla las imágenes de otro tiempo, ya intuye todo el amor que ha sentido y siente por Jane,aun sin que sepamos todavía si está viva o muerta.
Es a través de las conversaciones de Travis con el niño,cómo vamos intuyendo que Jane sigue con vida aunque Travis ignore su paradero.Hunter le dice a Travis que él siente que ella anda y habla en alguna parte,igual que le sentía a él cuando él no estaba.Sin palabras nos deja el niño que con su amor,le hace sentir padre a Travis de forma natural y espontánea mucho más efectivo que cualquier modelo de padre que Travis pudiera encontrar en las revistas.
Tras el reencuentro con Hunter,Travis se da cuenta de que está en deuda con ese niño,y ahí empieza su búsqueda de Jane,a la que se une Hunter,que no quiere separarse de su recien descubierto padre y por otra parte,quiere conocer a su madre,de la que apenas tiene recuerdos.
Gracias a su cuñada,Travis tiene la pista de que Jane está en Houston,ya que desde un banco de esa ciudad,envía dinero períodicamente para el sustento de Hunter.
Travis encuentra por fin a Jane en algo así como un prostíbulo y de forma anónima ,a través de una cabina con un cristal que les impide verse,Travis le relata la historia de sus vidas.
Así sabremos que Travis y Jaen se conocieron muy jóvenes y que se querían,pero la inseguridad de Travis y su dependencia hacia el alcohol,así como la sensación de estar atada a un bebe que no buscó por parte de Jane,echan a perder esa ilusión que tenían antes de que Hunter naciera.
A partir de ahí,deducimos que la relación se deteriora e incluso en su día les roza la tragedia,hasta que Jane se va con su hijo,dejándolo más tarde a cargo de sus cuñados,y Travis viéndose solo,comienza a vagar sin rumbo en busca quizá de ese París que está en Texas,donde había comprado una parcela de tierra y donde al parecer sus padres hicieron el amor por primera vez.
Y así volvemos al punto de partida,porque a través de esa conversación en la cabina,una de las más profundamente emotivas que se hayan visto en la pantalla,conoceremos los motivos del sufrimiento de Travis y de Jane, y ese amor maltrecho sobre el que quizá pese demasiado la culpa y el dolor que se causaron en otro tiempo.
El periplo de Travis a través de la América profunda,esa América rural de llanuras y carreteras interminables, que por momentos me ha recordado a "Una historia verdadera" de David Linch,no podía acabar con el reencuentro con Jane.Da la impresión que el camino de redención de Travis, no ha hecho más que comenzar,porque Travis arrastra una culpa que ha de saldar provocando el reencuentro de Jane con Hunter.
Sus errores,sus "pecados" han de redimirse en soledad,y poco le importa ya su felicidad cuando siente ha de reparar todo el daño provocado y aún le queda una misión que cumplir.
Win Wenders nos deja una película que supone un viaje no tanto exterior como del propio protagonista en lucha contra los demonios de su pasado,que él siente no sólo han destruido su vida,si no también la de los que más quería.Es ésta la odisea de un hombre que se tuvo a sí mismo por enemigo y que sólo reparando lo que contribuyó a romper,podrá empezar a reconstruirse.Un hombre corriente,cuya abnegación y renuncia sólo se comprende si se imagina su culpa y su dolor.
Poco más,sólo diré que es una de las mejores películas que he visto,y no hablo sólo del año que se acaba, que Harry Dean Stanto no interpreta a Travis,es Travis y que la historia conmueve hasta la médula.Ya veis,quise hacer algo esperanzador,y sin desvelar finales,"París-texas" es túnel y es luz.
Féliz año 2011,mucha salud y prosperidad,mucho cine y mucho amor!
Troyana