viernes, 27 de febrero de 2015

Birdman ( o la inesperada virtud de la ignorancia)




Tras recibir numerosos reconocimientos por parte de la crítica,coronados por ese oscar como mejor película,no me quedaba más opción que darle una oportunidad,dada mi naturaleza curiosa.




Mi sensación tras ver esta supuesta "obra maestra" sin embargo,es mucho más tibia y moderada que cualquier crítica extraida de "filmaffinity",así que viva la diversidad,muchach@s;)


"Birdman" es la historia de un actor en decadencia,un Michael Keaton (que eso sí,hace en mi opinión el papel de su carrera) en la piel de Riggan Thomson,que se hizo célebre por interpretar en la gran pantalla a un superheroe, pero que ahora se encuentra en sus horas bajas,y se propone lograr el reconocimiento perdido a través de una obra de teatro en Broadway. Se da la circunstancia de que el propio Michael keaton interpretó a Batman,y han sido much@s los que han visto aquí un toque autobiográfico,que el propio actor ha desmentido.

A Alejandro González Iñárritu, el director de "Birdman", ya le conocíamos por películas como Babel, 21 gramos, o "Amores perros",todas me gustaron,especialmente la primera,en todas encontré dramatismo y un análisis de la condición humana profunda,multicultural,global y a la vez localista,donde el todo era siempre más que la suma de las partes.

Ahora con "Birdman" se centra en un universo muy concreto,en el epicentro de la cultura nortearemicana,y de forma más específica,en el submundo del cine y el teatro,universos que vive e imagino,del conoce bien sus hieles y sus mieles.
Qué curioso que sin dejar títere cabeza,tod@s hayan caído rendidos a los encantos de "Birdman",él que deja a los críticos por los suelos y en general a los hilos que mueven una industria capaz de llevarte del cielo al olvido,apenas sin pestañear.


En ese olimpo de los dioses aquí caídos,Riggan Thomson,se enfrenta a sus demonios y sostiene una lucha encarecida con su ego (la voz grave,el personaje del superheroe que lo catapultó al éxito) y este duelo en mi opinión,es uno de los aspectos más interesantes de "Birdman".Riggan Thomson frente al espejo,escuchando la voz de su propia vanagloria caída,se deja llevar por los fantasmas de la arrogancia frustrada y nos deja a mi modo de ver un ramillete de secuencias únicas,no exentas de toques surrealistas,que vienen a enriquecer esa recreación del delirio de un gigante vencido.

Por ahí,en esa mezcla de la fantasía y la realidad,me recordó a "Cisne negro" y en ese mirarse al espejo y sostener un diálogo consigo mismo también me vino a la mente " Taxi Driver" con aquel "Are you talking to me?"....


Como ya hizo anteriormente, González Iñárritu despliega un reparto de actrices y actores que están tod@s impecables,aunque he de decir,que me hubiera gustado ver mayor calado en los personajes femeninos.


Así, vemos a un Edward Norton en un personaje tal vez a su medida,dando vida a un actor narcisista y con un gran tirón mediático que sólo es capaz de vivir plena y auténticamente cuando se sube a un escenario.Provocador,rebelde,excéntrico y brillante a la par que egoísta y ególatra, su personaje refleja a la perfección todo ese cúmulo de debilidades-clichés atribuidas a los actores y actrices de ahora y puede que de siempre.




Las únicas actrices que destacan por detras de Keaton y Norton,son Naomi Watts ( que ya había trabajado anteriormente con Iñarritu) y una sorprendente  Emma Stone( Magia a la luz de la luna



A través de Emma Stone (cada vez más brillante) pienso que González  Iñárritu hace su crítica más demoledora hacia una sociedad absolutamente dependiente de las redes sociales a la hora de medir el valor de las personas o las cosas con el ridículo barómetro de la efímera popularidad.


Y ése es otro punto fuerte de la película la crítica feroz a un mundo superficial ,mediatizado,obsesionado por la celebridad o salir del anonimato, más  el mundo del espectáculo expuesto a la crítica y la aprobación,tan voluble y caprichoso,tan absurdo y aleatorio,tan cambiante y olvidadizo.

Toda esta parafernalia de Hollywood y los Oscars,por ejemplo, capaz de ensalzar y ningunear,capaz de lanzar al estrellato o ignorar (intencionadamente a veces) tantas y tantas películas dignas de público y merecido reconocimiento, y lo mismo con las actrices y los actores.Hay en estas galas tantos olvidos que desde mi humilde criterio no perdono ( también en la de los Goya como no),que a veces pienso que mi única "venganza" es reseñarlas a través de los blogs....

És esa crítica  y la lucha del hombre con su ego,lo que más me gusta de "Birdman",así que no voy a entrar a valorar  los falsos planos secuencias,ni aspectos técnicos que no domino porque para eso están las personas que han estudiado Dirección de Cine,a las que cuanto más conozco,más respeto.

En mi opinión, a "Birdman" le sobra ese constante fondo de batería en el deambular por los pasillos del teatro (muy de acuerdo con Atikus ) y para mí,le falta emoción,mayor calado en los personajes femeninos, también muy de acuerdo con el análisis de  jordicine ,a la hora de valorar un exceso de "dejarse ir" en un desenlace abierto,dejado totalmente a la imaginación del espectad@r.

No es mi película favorita de  Alejandro González Iñárritu, me parece que a día de hoy me quedo con Babel,por mucho que algunos la tildaran de presuntuosa,pero "Birdman" sin duda,hay que verla aunque solo sea para disfrutar de su atmósfera,su ambientación,las brillantes interpretaciones, y sobre todo,ese análisis feroz contra el mundo del espectáculo y por extensión,contra una sociedad hueca,que sopesa y valora según la repercusión mediática y se olvida de vivir lo real, con toda la significancia que tiene una vida anónima,más allá de las redes sociales o la hoja de doble filo de la celebridad.


Feliz fin de semana,zinéfil@s

Troyana







 

viernes, 20 de febrero de 2015

Lo sentimos, pero no da la edad para el papel

La entrada de  sobre El Orgullo de los Yankees,  comentaba Juli Gan lo extraño que le resultaba ver a un Gary Cooper ya en los cuarenta, haciendo de estudiante, y eso me ha dado pie para esta entrada, así que gracias por la idea.

No descubro nada si digo que muchos actores, especialmente grandes estrellas, han interpretado papeles cuya edad superaban de largo. De hecho ya se ha convertido en un cliché que en las películas o series que transcurren en un instituto, los alumnos son actores que pasan de los veinte, a veces sobradamente.

Creo que podemos afirmar que es ya un chiste recurrente recordar los treinta años que tenía Olivia Newton-John cuando encarnó a una inocente estudiante en Grease, aunque eran pocos si se tiene en cuenta los treinta y cuatro (sí, 34) de Stockard Channing en aquella época, sin que a nadie le chocara demasiado su famosa Rizzo.

Aunque francamente creo que si algo se puede decir de Grease es que es una película que no se toma muy en serio a sí misma, algo que me parece que la beneficia en mucho, y que poco o nada pretendía resultar verosímil.

Como nota curiosa, el tema de estudiantes interpretados por actores que ya no pasan ni por repetidores, no es nuevo ni mucho menos, y un caso que recuerdo con especial cariño es el drama médico de los cincuenta "No serás un extraño", además de por ser una película de lo más curiosa, porque aparecen como estudiantes de medicina Robert Mitchum, más cerca de cumplir los cuarenta que los treinta y Frank Sinatra que tenía dos años más.

Vamos, que cumplió los cuarenta acabando Medicina. Y es que ya se sabe que Medicina es una carrera difícil. Sobre todo si eres Frank Sinatra.

Lo bueno es que la época en la que se rodó nos ahorra la penosa imagen de ambos vestidos de jovencitos ya que al parecer en aquella década aún era normal que los estudiantes llevaran traje y corbata, con lo cual aún parecen menos estudiantes, aunque por lo menos conservan la dignidad. Algo por otra parte fácil, si eres Robert Mitchum.

Aquí les tenemos junto a nada menos que ¡Lee Marvin! preocupados por quién les va a pasar los apuntes, foto cortesía de este interesante blog, cuya entrada al respecto os recomiendo.


Pero no me voy a fijar en esos casos tan numerosos en que la edad del actor resulta un problema, sino en los que curiosamente pasa desapercibida dicha diferencia.

Primer y llamativo ejemplo, El hombre que mató a Liberty Balance, James Stewart tenía la friolera de 54 años cuando interpretó al recién licenciado que llega al Oeste. Claro que es fácil olvidarse de la edad de nadie, cuando estás viendo una obra maestra interpretada por tan gran actor ¿Verdad?

Lo curioso es que es casi imposible olvidarse de la horrible caracterización de "anciano" del mismo personaje al principio de la película. Y eso que su edad se acercaba más a la del maduro senador que a la del joven idealista del flashback. Como se puede ver en esta fotografía.


La relación de la edad entre dos actores también puede ser un problema, o no serlo en absoluto, a pesar de lo inadecuada. A mí por lo menos jamás me han llamado la atención Cary Grant y Jessie Royce Landis cuando interpretaron a un hijo y su madre en "Con la muerte en los talones", siendo ella tan solo ocho años mayor que su hijo de la ficción.

Que ella tuviera sesenta y tres  años no sorprende mucho, pero es que Grant, que andaba por los cincuenta y cinco podía pasar por alguien de "cuarenta y pocos" sin ningún problema.

Pero es que Cary Grant... era mucho Cary Grant.


Esos mismos ocho años son la misma diferencia de edad que tenían Marisol y su primera (y casi única) madre de ficción María Mahor.

Pepa Flores tenía doce años aunque aparentaba bastantes menos y la pobre María Mahor era una jovencita de apenas veinte años (demasiado joven para el reparto de Grease), pero peinada y vestida con ese look de pelo abultado (o moño bajo) y falda de mezclilla con la que se castigaba a las pobres españolas de finales de los cincuenta, podía aparentar unos cuántos más.

Para rizar el rizo, la segunda (y penúltima) madre cinematográfica de Marisol fue la inefable Isabel Garcés en "Rumbo a Río", que algo difícilmente hubiera podido ser madre a los cuarenta y seis años de la estrella infantil, aunque no tanto de María Mahor, a la que sacaba treinta y ocho años.

Y es que Marisol no tenía suerte con sus padres de ficción, nunca le vivieron los dos, o bien era huérfana absoluta, o había perdido a su padre o madre. En todo caso, a los dos no se los dejaron vivos ni en un solo título de su época infantil, que yo recuerde, y que recuerden en esta web, de donde por cierto he sacado la foto de la primera película de la malagueña.

Claro que menos suerte tuvieron ambas "madres", ya que la Mahor tuvo que soport... digo colaboró con Joselito ese mismo año 1960 (no empezó bien la década) y la pobre Isabel Garcés sufrió en sus carnes los gorgoritos de casi todos los niños cantores de este país: además de coincidir con Marisol varias veces, también tuvo la fortuna de compartir plató con Pili y Mili y de paso, con la más crecidita Rocío Durcal.

Aunque es posible que ningún niño cantor pudiera asustarla después de ver el increíble logro de cantar (o así) sin mover ni un solo músculo de la cara de Sara Montiel en "Mi último tango", no confundir con "El último tango en París", aunque sí se puede confundir con "El último cuplé", porque básicamente era una copia descarada únicamente pensada para explotar el sorprendente éxito de la Montiel intentando pasar por cantante, algo infinitamente más increíble que una niña de ocho años pueda tener un hijo.

Pero así es la magia del cine.


Nota: He calculado las edades atendiendo a los datos de IMDB
Nota 2: Me ha gustado el tema, volveré a atacar!

viernes, 13 de febrero de 2015

Descalzos por el parque

-En este mundo hay los que miran y los que actúan, y los que miran se sientan a mirar lo que hacen los activos. Esta noche tú has mirado y yo he actuado.
-Y fue más penoso mirar lo que tú hacías que para ti hacer lo que yo miraba.

"Descalzos por el parque" Gene Saks
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Hoy os traigo una comedia romántica muy oportuna, no sólo porque mañana sea San Valentín, si no porque además la acción transcurre durante el mes de febrero.

Jane Fonda es una joven divertida y algo inmadura que se acaba de casar con Robert Redford, un abogado serio e irónico. Su matrimonio empieza estupendamente con una luna de miel en un lujoso hotel de Nueva York, sin embargo las cosas se torcerán cuando llegan a su nidito de amor, que resulta ser un pisucho minúsculo repleto de averías situado en un quinto sin ascensor (en el doblaje francés lo cambiaron por un noveno ya que en esa época los quintos sin ascensor eran muy comunes en Francia y no les hubiera hecho gracia el suplicio que le suponía a los personajes subir las escaleras). 

A todo esto hay que añadir la aparición de su vecino de arriba, un dandy sesentón que les enseñará exóticas comidas y peculiares antros donde la pareja descubrirá que no tienen nada en común. Así, el matrimonio caerá en una crisis avocada al divorcio, sin embargo la cosa acabará bien, porque es una película (y digo esto porque el filme está basado en el primer matrimonio de Neil Simon, el escritor de la obra, que sí acabó realmente en divorcio).


Tras cosechar un tremendo éxito en Broadway, "Descalzos por el parque" fue llevada a la gran pantalla manteniendo a Robert Redford (cuya carrera cinematográfica estaba por despegar) y a Mildred Natwick (que fue nominada al Oscar como la madre de Jane Fonda), quienes ya habían trabajado en la obra teatral. Por desgracia para Elizabeth Ashley (pareja de Redford en Broadway) Paramount quería a una actriz famosa para protagonizar la película e inmediatamente pensaron en Natalie Wood. Y seguro que también hubiese bordado el papel, pero Wood estaba de año sabático, así que, tras pensar en Sandra Dee, Geraldine Chaplin o Nancy Sinatra, eligieron a Jane Fonda, que ya era bien conocida para el público (aunque aún faltaban dos años para que la conocieran cachito a cachito en "Barbarella").

Cuando me puse por primera vez "Descalzos por el parque" no sabía si me iba a convencer. La premisa era muy interesante y los actores me gustan bastante, pero ya me había llevado algún chasco con otras comedias de la época tan aclamadas como "Desayuno con diamantes" o "El apartamento" (sí, no me mola "El apartamento", prefiero mil veces "Irma la dulce"). No obstante, a poco que escuché a la pareja interactuando me di cuenta de que iba a gustarme.

Al contrario de lo que sucede con "Desayuno con diamantes" las situaciones, personajes y diálogos de "Descalzos por el parque" son completamente actuales pese a estar en los años sesenta de tal manera que la obra podría ambientarse en nuestros días cambiando tan solo el paisaje, el vestuario y el peinado de las mujeres.

Y es que hoy en día seguimos viviendo las mismas calamidades que los protas de la peli, o sea, pisos sin ascensor, habitaciones minúsculas, vecinos extraños, madres cotillas... y también podemos toparnos con tipos estirados y mujeres espontaneas que pese a su evidente incompatibilidad se casan, discuten, se reproducen y mueren.

En este apartado hay que decir que los dos protagonistas están soberbios, ambos jóvenes y esplendorosos (soy mujer y heterosexual, pero aún así debo decir que el culo de Jane Fonda, cuya blusa está calculadamente metida por dentro, resulta hipnótico), y además los secundarios, Charles Boyer (también estupendo, así como la habilidad de sacarle de escena justo antes de que resulte cansino) y Mildred Natwick son los complementos perfectos para la pareja.

Así, recomiendo "Descalzos por el parque" como una comedia romántica ágil, ingeniosa y divertida (os vais a reír de verdad) con el encanto de los sesenta y de Nueva York por la que no han pasado sus casi 50 años.



Doctora

viernes, 6 de febrero de 2015

Picaresca religiosa celtibérica. (Manuel y clemente, 1986)

Hoy en Zinéfilas una película de tema religioso. No, no estoy programando las pelis de 13Tv, de esas que van de “Marcelino pan y vino”, pasando por “Hermano sol, hermana luna” de Zeffirelli, para acabar echando el último bodrio de ese iluminado integrista de culo regio que es Mel Gibson. No, esta peli es “religiosa” y eminentemente española, porque no hay nada más español que la picaresca, ya sea en forma de novela del XVII, de sobres b del partido del gobierno, de recalificación urbanística o de apariciones marianas. Y de eso va, de apariciones marianas. Nada que ver con el presidente del gobierno sino con la madre de Dios, al menos, eso dicen sus videntes. 


¡Aleluya, herman@s!

Decía que la picaresca es algo típico del carácter celtibérico, y esta peli así lo refleja. Una sátira mordaz de la que dice que es "la historia verdadera de la creación de la iglesia palmariana". Hasta la música incide en la mordacidad, porque no deja de ser un "chundachún" festivo de esos que suenan -aún- en las plazas de los pueblos los días de fiesta. La España de la pandereta, de los pícaros y de las beatonas que dando limosna creen que van a llegar al cielo antes, porque los videntes que dicen ver a la virgen, por si acaso, deben ser pagados, no sea que encima sus "visiones" sean verdad. Así, de este vidente Clemente,  nació la iglesia palmariana. Esta iglesia tan increíble que -dicen- te convierte en obispo por practirar una buena felación y que no duda en hacer santos a Franco o a Hitler. A Franco, y esto es rigurosamente cierto, no sale en la peli, lo tienen colocado en modo estátua delante de una suntuosa cúpula vaticanoide.

El que avisa no es traidor


Pero vayamos a la historia chusca que cuenta esta película, quizá poco conocida, pero muy satírtica. La historia de la iglesia del Palmar de Troya, que es un pueblo de Sevilla. La peli comienza explicando que, el mismo día que Massiel ganara eurovisión, una niñas de aquél pueblo, para que no las regañaran en casa por hacer novillos, dijeron haber visto a la virgen en un árbol. Tiene gracia que la historia comience el mismo día que la serie “Cuéntame”de TVE . 

Videntes-hienas luchando por su sitio


Manuel y Clemente son algo más que amigos y compañeros de trabajo. Son pareja sentimental, vaya. Manuel es un hombre emprendedor y Clemente es un hombre elemental, por no decir simplón. Buscan dar la campanada de sus vidas, pero la cosa, en el tardofranquismo, está muy difícil, hasta que un día de concentración mariana van al descampado del Palmar de Troya donde dicen que la virgen se aparece a unas cuantas videntes que con sus espectáculos se ganan un estipendio. Manolo convence poco a poco a Clemente de que él también haga teatro. Al mismo tiempo, por allí aciertan a pasar algunos guiris atraídos por el revuelo y algún otro emigrado que vuelve a su tierra natal de vacaciones. Todos ven un buen negocio y se asocian cada uno con sus intereses. 

Clemente, el simple, empieza a tener visiones


Al cabo de un tiempo, y gracias a las donaciones de beaturros fáciles de convencer por puro fariseísmo, reúnen pasta como para poder crear su propia congregación. Atraen a un obispo vietnamita para que los haga sacerdotes, a ellos, a sus colegas y a todos los hombres bellos que encuentren por los alrededores. Así, de un videntillo de la virgen nace toda una santa madre iglesia palmariana 

Estrategias para vivir como curas

Perseguidos por el gobierno consiguen convertirse en obispos. Y, a la muerte de Pablo VI la virgen le dice a Clemente que él ha de ser el próximo Santo Padre. 

Habemus Papam palmarianum!


La peli acaba aquí, aunque los chascarrillos que se cuentan del papa Clemente no acabaron ni después de muerto.  La película es poco conocida, pero tiene una dosis de mala leche maravillosa y el dúo protagonista, Juan Jesús Valverde (Manuel) y Ángel de Andrés López (Clemente) está muy correcto. Por cierto, que si queréis ver esta película  -os la recomiendo, porque lo cojonudo es que casi todo es increíblemente cierto- que sepáis que la Iglesia del Palmar de Troya os excomulgará. 

Ficha Técnica: 

Manuel y Clemente (1986) 

Duración: 89 min. 

Dirección: Javier Palmero 
Guión: Javier Palmero. 
Reparto:  
Juan Jesús Valverde……………Manuel 
Ángel de Andrés López………..Clemente 
Luis Olmos………………….….Newman 
Héctor Alterio………………….Serafín 
Concha Gregori………………..Ramonina 
Lu Chien Lo……………….......Obispo vietnamita 


Luis Escobar…………………...Arzobispo de Sevilla