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lunes, 15 de septiembre de 2014

Canadá, de Richard Ford

"Solo se es bueno si se puede hacer el mal y se decide no hacerlo"

"Todo ocurre cuando estamos donde no debemos y el mundo se mueve hacia atrás y hacia adelante según ese principio"

"Lo que he aprendido es que se tiene una mayor probabilidad de sobrevivir si se toleran las pérdidas, si se consigue no ser  escéptico, si se conecta lo desigual con un todo que preserva lo que es bueno, incluso si lo que es bueno no es fácil de encontrar.

"Lo que hicimos, lo que no hicimos, lo que soñamos, al final, viene a ser lo mismo"






"Primero contaré lo del atraco que cometieron nuestros padres..."  Con todas las cartas sobre la mesa desde las primeras líneas da comienzo el relato de Dell, un adolescente de quince años procedente de Dakota del Norte que ve su vida transformada de la noche a la mañana cuando la policía llega a su hogar a detener a su padre y a su madre por haber atracado un banco. De la quietud y calma provista por la seguridad de un hogar en apariencia normal, Dell y su hermana gemela, Berner, de carácter e intereses opuestos, deberan aprender a lidiar con una vida sin tutela y lo harán de manera diferente. Berner seguirá sus impulsos y huirá mientras Dell se dejará arrastrar por los hechos. Seguiremos el camino de Dell.

La segunda parte del libro narra el paso de la frontera a Canadá de Dell y la insólita vida que allí le espera al cuidado de un misterioso americano con un pasado oculto y con un futuro en el que parece que Dell jugará un rol determinante, ya nos lo advierte Ford en el primer párrafo del libro "..lo de los asesinatos viene después"

El libro es una mezcla de historia de iniciación y odisea circunspecta en la que seguimos a Dell en primera persona a lo largo del pasado que conoce, de un presente turbador y de un futuro incierto. A partir de la exposición de hechos clara y directa de la primera parte, acompañamos a Dell al otro lado de la frontera en un texto que se vuelve más parco en descripciones y más rico en retazos que perfilan la personalidad del misterioso americano que lo acoge intensificando así el suspense: solo vemos lo que Dell ve, solo oímos lo que Dell oye y así se va desliando la trama hasta un clímax inesperado. En una tercera parte, más breve y separada de las otras dos por varias décadas, Dell, a través de evocaciones desencadenadas por un ultimo encuentro con quien dejó atrás volverá a su pasado en un emocionante episodio que cierra el libro con un final esplendido.

No se trata de mi primer encuentro con Ford, había leído con anterioridad El periodista deportivo y El día de la independencia; dos libro más que avalados por la crítica, sin embargo y contra todo pronóstico Canadá se ha posicionado en un lugar preferente con respecto a los dos que me hicieron conocer al autor y es sin lugar a dudas uno de mis libros favoritos del año.