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lunes, 9 de febrero de 2015

La humillación, de Philip Roth

"Había perdido su magia. El impulso se había apagado. Nunca había fracasado en el teatro, todo lo que había hecho había sido grande y exitoso pero entonces aquello tan terrible ocurrió: no podía actuar. Subir al escenario se convirtió en una agonía. En lugar de tener la certeza de que iba a estar maravilloso, sabía que iba a fracasar. Ocurrió tres veces seguidas y ya la tercera vez, a nadie le importaba, nadie vino a verlo. No podía transmitir nada a la audiencia. Su talento estaba muerto."

A todos nos sorprendió la noticia cuando Philip Roth declaró a los medios que dejaba el mundo de la literatura. Se trata de uno de los escritores más influyentes y laureados del panorama literario de las últimas décadas. Sus declaraciones dieron lugar a todo tipo de especulaciones, el eterno nominado al Nobel abandonaba la literatura y puede que, leyendo entre las líneas de esta novela, la penúltima en su bibliografía, encontremos una explicación, al menos un indicio de lo que llevó a Roth a retirarse.



Simon Axler, un actor de teatro de éxito ya  en la sesentena, acumula ovaciones  y el beneplácito de la crítica. Sin embargo, un día, sin saber muy bien por qué, siente que ha perdido su don, su talento, su inspiración. No se siente capaz de subir a un escenario y transmitir al público la esencia de los personajes que interpreta. La primera parte del libro versa sobre este sentimiento de crisis agónica por la que ronda de manera subyacente el suicidio ante la impotencia y la frustración que le produce no ser quien una vez fue. Autoanalizándose y repasando obra por obra su trayectoria, asaltado por las dudas sobre si alguna vez tuvo talento, la idea del suicidio se hace más sólida y piensa en un revolver que guarda en el desván. La materialización del pensamiento en hecho lo hace reaccionar y decide ingresar por su propio pie en un centro psiquiátrico.

A su salida su agente le ofrece un gran papel pero Axler no se siente capacitado para llevarlo a cabo. A pesar de la insistencia del empresario en lo que termina conformando un diálogo memorable sobre el talento y la capacidad artística, Axler no siente la chispa de talento que le permita salir airoso del proyecto.

Será en la segunda parte del libro en la que que Axler recuperará la esperanza al iniciar una relación con una mujer veinticinco años más joven que él que resulta tan inusual como imposible. Axler iniciará una nueva vida vertiendo ilusiones y proyectos en su nueva compañera, hija de amigos del actor, cuyos padres no aprueban la relación ¿Será esta relación el sustitutivo de la carencia emocional que siente Axler al haber perdido su talento o el primer escalón de un proceso de recuperación a todos los niveles?

El libro, que no contiene más de 140 páginas presenta a un personaje redondo en torno al cuál giran secundarios que a su vez dan lugar a subtramas. Escrito en forma de obra de teatro novelada con la típica estructura planteamiento-nudo-desenlace, Roth explora aquí diversos aspectos de la existencia: la llegada a la edad madura, la crisis que esta puede producir, la propia definición de talento artístico y de cómo se manifiesta o se pierde todo entramado en varios hilos argumentales que pueden llegar a resultar sorprendentes.

Es fácil encontrar críticas bastante negativas sobre esta novela, a mí, sin embargo, me hizo empatizar, aún siendo consciente de que quizás estuviera leyendo demasiado entre líneas, con el personaje principal en más de un aspecto.  No dudaría en recomendarlo, me parece un muy buen relato de autoexploración emocional. No pude tampoco separarme de la idea de que, a través de Axler, quizás, estuviéramos leyendo lo que siente el propio Roth.