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domingo, 24 de junio de 2012

Viento del este, viento del oeste, de Pearl S. Buck

"Todo lo que decía mi marido era nuevo y estaba lleno de interés. No me cansaba nunca de oírle hablar de los extranjeros y sobre todo de sus maravillosos inventos: de los grifos de donde sale agua fría o caliente, de las estufas que funcionan sin combustible, de las máquinas que van por el agua y de otras que navegaban bajo el agua. Y, en fin, ¿qué decir de esos aparatos maravillosos que vuelan?"

Hoy os traigo la historia de una dicotomía cultural, Oriente y Occidente, dos puntos opuestos que tratan de encontrar un punto intermedio en común, una historia cuyo contexto son los choques y las barreras culturales y el deseo de flanquearlas. Viento del este, viento del oeste es la primera novela de Pearl S.Buck, una prolífica y sublime autora estadounidense ganadora del Pulitzer y del Nobel de Literatura reconocida por ser un estandarte del biculturalismo y por haber interiorizado dos modos de vida muy distintos cuyo fruto ha sido la creación de una extensa obra muy notable y reconocida a nivel universal.

                                                              
La novela es mucho más que la historia de Kwei-Lan, es también una ventana a la vida cotidiana china, a las costumbres y al modo de pensar. No existe una caracterización exhaustiva de los personajes, que se nos irán presentando en la vida del día a día a medida que la protagonista relata la historia. Y es esta una de las características claves de la novela: está escrita en primera persona como un relato a una señora extranjera , a la que se refiere como hermana y que juega el papel de su confidente. El estilo, directo y fluido, da la impresión de que somos nosotros los confidentes de Kwei-Lan, la autora reproduce en muchas ocasiones el tono y el modo conversacional, hecho que dota al texto de gran agilidad y sencillez, es por lo tanto un texto de lectura fácil.
                                                  



"Con la distensión producida y un mejoramiento en mi estado de salud, empecé a gozar de una nueva libertad. Era joven, y mis pies no se habían anquilosado todavía como los de las mujeres más viejas que yo, en las que existe, además, el peligro de perderlos. Los míos no estaban más que entorpecidos. Pronto empecé a andar con mayor soltura, las escaleras ya no me parecían tan dificultosas"

Kwei-Lan es una joven china educada a la manera tradicional, hará comentarios con respecto a las impresiones que le han inculcado sobre los occidentales como pueblos carentes de un bagaje cultural tan sólido y milenario como el chino, devotos de las supersticiones más básicas y con una falta de civismo evidente. Me sorprendió esta descripción del modo occidental y comprendí que me encontraba ante la primera barrera de las muchas que írán apareciendo hasta el final. Kwei-Lan está prometida desde antes de su nacimiento con un joven médico chino que acaba de finalizar sus estudios en Estados Unidos. Su futuro marido luchará contra la madre de Kwei-Lan, que está convencida de que los dioses han separado Oriente y Occidente porque no deben estar mezclados y le presentará a su esposa un mundo nuevo de libertad que ella no siempre logra comprender. No sólo será Kwei-Lan la que tenga que hacer frente a su madre, que encarna los valores más tradicionales de la cultura china, su hermano se casará con una norteamericana. Los protagonistas encontrarán el lazo de unión entre Oriente y Occidente en un emocionante episodio final en el que también descubrirán qué es lo que puede traer a un punto común a Oriente y a Occidente.

Recomendaría esta novela a todo lector que desee descubrir costumbres milenarias de China en contraste con la cultura occidental así como los numerosos datos curiosos que van apareciendo a la vez que se disfruta de una maravillosa historia.


Pearl S. Buck (1892-1973) nació en Estados Unidos pero a los pocos meses de edad emigró con sus padres a China. Bilingüe y bicultural creció bebiendo de las dos fuentes de pensamiento, Oriental y Occidental, hecho que más tarde se haría patente en su obra. Fue galardonada con el Premio Pulitzer de Literatura por su novela La buena tierra que espero tener la oportunidad de reseñar en un futuro, y el Nóbel de Literatura en 1938. Autora de una extensa obra en diferentes disciplinas literarias destaca por sus descripciones de escenas costumbristas de los dos lados del Atlántico y encarna el sólido lazo que puede unir a las dos culturas. Vivió en China la primera mitad de su vida para volver a Estados Unidos donde siguió con su labor literaria y se consagró, además, a diversas obras humanitarias.