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lunes, 23 de septiembre de 2013

La pasión según G.H. de Clarice Lispector

"Perdí algo que me era esencial y que ya no lo es. No me es necesario igual que si hubiese perdido una tercera pierna que hasta entonces me hubiera imposibilitado caminar pero que hacía de mí un trípode estable. Perdí esa tercera pierna. Y volví a ser una persona que nunca fui. Volví a tener lo que nunca tuve: sólo dos piernas. Sé que solo se puede caminar con dos piernas pero la ausencia inútil de la tercera me hace falta y me asusta, era la tercera pierna lo que hacía de mí algo encontrable por mí misma sin ni tan siquiera necesitar buscarme"
"Ayer por la mañana, al salir de la sala hacia el cuarto de la empleada nada me hacía suponer que estaba a un paso del descubrimiento de un imperio. A un paso de mí. Mi lucha primaria por la vida más primaria se iba a abrir con la ferocidad tranquila y devoradora de los animales del desierto. Iba a enfrentarme dentro de mí con un grado de vida tan primario que estaba cerca de lo inanimado. Sin embargo ningún gesto mío indicaba que yo, con los labios secos por la sed, iba a existir"
Conviene empezar la reseña con fragmentos del primer capítulo del libro para poner de manifiesto el tono del relato en retrospectiva del que Lispector se sirve para narrar la experiencia de G.H.. El punto de inflexión está marcado por la entrada de la protagonista en la habitación de una empleada de hogar a la que acaba de despedir. Cuando se dispone a limpiar la habitación a fondo se sorprende de que todo en su interior está impoluto a excepción de tres dibujos que encuentra en la pared, pintados con carbón. Un pensamiento la asalta: "esta mujer me odia" y cavilando sobre el hecho descubre una cucaracha saliendo del armario. La reacción es cerrar la puerta con fuerza dañando al insecto kafkiano que supura sus entrañas blancas.
Ante esta visión, G.H. ,sentada al borde de la cama contemplando al insecto a punto de morir, toma conciencia de sí misma y del mundo , experiencia que culmina  en un hecho insólito que supondrá una revelación existencial. Poco conocemos de G.H. más que las iniciales de su nombre que se encuentran en una maleta. G.H. puede hacer referencias a las siglas de "género humano" o a una breve secuencia aislada en un espacio indefinido en el que la identidad se irá diluyendo. En una serie de capítulos cortos concatenados, la última frase del precedente es la primera en mayúsculas del siguiente, el relato irá avanzando y la protagonista despojándose de lo accesorio de la identidad hasta equipararla con lo "neutro vivo", la forma primaria de vida en la que se observan influencias del concepto de Dios y naturaleza de Spinoza, constante en las obras de Lispector. "La vida humanizada, había humanizado demasiado la vida" Así, G.H. dejará de ser para pasar a existir, dejará atrás su individualismo humano para formar parte de un todo vivo.

Para asemejarse a lo "neutro vivo" uno debe trascenderse a sí mismo hasta el punto en el que el lenguaje es en vano, las limitaciones lingüísticas y la incapacidad de abarcar  los conceptos es una de las preocupaciones recurrentes de la autora y en varios párrafos modificará la sintáxis y el léxico sirviéndose de  neologismos y estructuras propias, más que añadir, Lispector malea el metal rígido para amoldarlo al contexto y desafiar al significado.

G.H. relata la experiencia a un tú indefinido, quizás el lector, quizás su "yo" desambiguado para comprenderse, para asimilar la nueva visión de mundo que la ha transformado en un flujo de conciencia de un existencialismo similar al de Sartre aunque más intimista, menos descarnado  y pesimista y sobre todo mucho más lírico. A partir de una experiencia, en esta y en la mayoría de novelas de la autora existe una ruptura, la percepción se transvasa al interior alterando la sangre y los humores, renovándose y aceptando el medio desde un "yo" modificado.

La coherencia y cohesión de la totalidad de obras de Clarice Lispector es sorprendente. Marcadas por un "no estilo" indescriptible e inclasificable ofrecen unas pautas filosóficas claras que encuentran uno de sus puntos álgidos en "La pasión según G.H" y que culminan en su última obra, Un soplo de vida (Pulsaciones) y de los que aparecerán retazos en sus novelas menores como La hora de la estrella.

Quizás se trate, aunque discutiblemente, de la obra más relevante de la escritora brasileña, el tono de angustia existencial que se va filtrando por las páginas del libro culmina en la propia revelación del lector que sentirá como se resquebraja una coraza para dejar el contenido al aire, la alusión al insecto es muy descriptiva, sentirá como llega del entendimiento a la intemperie para ser regado por la percepción más que por el lenguaje. La inmensidad del concepto "vida" arraigada en su propio origen y despojada de lo superfluo.