Portada de una edición portuguesa |
"El susto que nos suspende viene de dentro"Al empezar a escribir esta reseña, sé de antemano que no puedo ni debo extenderme demasiado ni desvelar demasiados detalles de los que conforman esta brevísima novela que apenas llega a las cien páginas. Detalles, hay una infinidad de ellos que se agrupan casi como fotogramas de una película para crear un imagen global, una sucesión de escenas que formarán las brevísimas veinticinco historias que componen el libro. Es esta una de las características principales, la habilidad del autor, a través de un lenguaje muy directo y carente de artificios, de componer una escena vívida, en la mayoría de ocasiones sórdida y que a veces roza el surrealismo.
El estilo que presenta Gonçalo M. Tavares, (Luanda 1970) en esta novela es, por lo tanto, difícil de definir. Obtuvo el Gran premio de Cuentos de la Asociación Portuguesa de Editores "Camilo Castelo Branco" pero más que a cuentos, el lector parece enfrentarse a crónicas de noticias con toques poéticos; símiles desgarradores y muy decriptivos "...como alguien traicionado por una mujer o por la muerte de su padre" y aliteraciones en los escasos diálogos, a veces para ensalzar el tono dramático "Te lo dije. Te lo dije" y magníficas paráfrasis para describir los objetos más comunes "Mi lápiz localizador de bellezas"
La novela se centra en el lado oscuro de la naturaleza humana, provocando un sentimiento de escándalo o asombro ante lo repugnante de algunas historias. El autor parece querer ir en contra de esta reacción insinuando que así es la vida y la naturaleza humana, que los tonos oscuros son comunes a todos y forman una parte del todo. Así, los temas específicos de los relatos tratan la supremacía abusadora del fuerte contra el débil, la locura, la fealdad y la falta de inteligencia, la basura, la resignación, la frustración, el mal por el mal...
"No pongas el corazón delante de los ojos porque así no ves las cosas"El libro trata también el tema de la felicidad "algo que no hay que buscar pero sí esperar" y deja un rayo de esperanza entre este universo oscuro porque "cada día es una hipótesis para vivir"
Recomendaría este libro a todos los que quieran iniciarse en los libros más oscuros de Gonçalo M. Tavares, como la celebrada tetralogía El Reino, de la que yo he tenido ocasión de leer Jerusalén. Es un libro breve que cuesta leer, no por el estilo sino por cómo nos vemos enfrentados a temas de los que solemos desviar la vista aunque, en este caso, una vez comenzada la lectura es difícil parar hasta llegar al final. El contenido del libro presenta pocos pasajes agradables pero el plano de la forma es magnífico y sublime, lo que hará que el lector desenvaine su "lápiz localizador de bellezas" para anotar o subrayar citas que invitan a la reflexión sobre los lados más oscuros del alma.
Gracias a @Offuscatio de offuscatio.wordpress.com por hablarme hace unas semanas del libro que, a pesar de ser de un autor muy admirado por mí yo no conocía y a @LilVia de lilvia.blogspot.com por sus puntos de vista sobre la obra y en su reseña.
Gonçalo M. Tavares se ha convertido para muchos en un referente esencial de las letras portuguesas. José Saramago, Premio Nobel de Literatura de 1998 exclamó en una ocasión refiriéndose al joven autor portugués "No hay derecho a que escriba así con sólo 35 años. Dan ganas de pegarle"