Con motivo de la publicación de "Albert Camus: Solitude and Solidarity", (Editions Olms), libro recientemente publicado por Catherine Camus, una de las hijas del escritor francés, Adam Gopnik, escritor y crítico literario, indaga sobre la figura del escritor y nos hace conocer detalles poco conocidos de su vida que son, a la vez, muy interesantes.
Nos cuenta que de Camus resaltaba su indudable atractivo físico, del que era consciente y sobre el que solía bromear en cartas a sus allegados durante su única estancia en Nueva York "Sabéis, aquí puedo conseguir un contrato de película cuando quiera"
Otros puntos que Gopnik resalta sobre la figura de Camus es su carácter ejemplar, cómo representaba el "espíritu de su tiempo" y de cómo en Francia se le trata con cierta condescendencia por parte de los académicos: la mayoría valoran con creces su calidad literaria pero no así su calidad como filósofo, siendo siempre menos considerado como tal que Sartre. En Francia, Camus, es más recordado como un gran periodista que un gran novelista, dramaturgo o pensador.
Gopnik señala que si bien el mundo entero lo categoriza como un escritor francés, en Francia es considerado principalmente como argelino o pied-noir, término acuñado más tarde y que se refiere a la clase colonial europea que se habían trasladado a Argelia para formar un hogar. Inconscientemente, este hecho conlleva ciertos clichés que Gopnik compara a los sufridos en América por un escritor proveniente de Mississippi, al que a muchos les insinuaría "una identidad misteriosa y pantanosa". Camus, en contraste con los escritores del norte de la metrópoli, se equiparaba más con el carácter mediterráneo, considerado más "primitivo". Camus fue un gran nadador y un buen futbolista hasta que un brote de tuberculosis lo apartó de estas ocupaciones, tan contrarias, para algunos, a las compartidas por el prototipo más intelectual. Sus orígenes tampoco ayudaban: su padre fue bodeguero en una empresa vinícola que perdió la vida en la Primera Guerra Mundial y su madre una sirvienta que trabajaba en casas de familias ricas francesas en Argelia. "Aunque Camus simpatizara con el nacionalismo argelino en su juventud, Camus era plenamente consciente de que la imagen de explotación colonial tenía que incluir la imagen de su madre fregando de rodillas"
Camus fue un excepcional estudiante de filosofía y escribió una tesis sobre Plotino y San Agustín en los primeros años de su veintena. Se interesó por el comunismo, que luego rechazó, junto con el existencialismo, la idea de Dios y la de forma de gobierno ideal. Partió a Francia en 1940 con el manuscrito de una novela y la ambición de convertirse en periodista. Trabajó para France-Soir y después volvió a Argelia, donde concluyó dos libros. Una vez más volvió a Francia a trabajar en la plantilla del periódico clandestino de la Resistencia "Combat". Fue en esta época cuando publicó "El Extranjero" y un libro de ensayos filosóficos titulado "El mito de Sísifo"
Al cumplir cuarenta años, Camus inició una profunda amistad con Sartre y ambos dominaron la escena intelectual francesa de la década. A pesar de haber estado casado, de tener amantes e hijos, el lazo emocional más profundo que experimentó Camus fue por Sartre y el círculo intelectual que lo rodeaba. Más tarde hubo una escisión temporal entre ambos: Sartre apoyaba ciegamente al Partido Comunista Francés pero Camus lo rebatía desmitificando la Unión Soviética y sus campos de concentración.
Camus llamaba a la tendencia de deshumanizar a aquellos que dificultan el camino de la historia "problema del obstruccionismo" Quería decir que se suele pasar por alto la humanidad de los kulaks, la situación de los pieds noirs (recordemos que él pertenecía a este grupo) o sea cual sea la víctima. La historia siempre sigue su curso. Fue esto lo que le llevó a rechazar el comunismo que tanto le había inculcado Sartre y a pensar que todas las formas de gobierno ideal son erróneas.