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martes, 26 de mayo de 2015

Trilogía de la frontera #3 Ciudades de la llanura, de Cormac McCarthy

"La lección de vida más dura:  Quizás que cuando las cosas se van, se van y ya no vuelven"

-"Quizás, de todas formas, algunos hombres consiguen lo que quieren"
- "Nadie. O quizás solo por poco tiempo para después perderlo. O quizás para probar al que sueña que el mundo de sus anhelos hecho real no es en absoluto el mundo"

"El mártir que desea las llamas deja de ser merecedor de ellas"

" Todos sus sueños anteriores habían sido lo mismo. Algo tenía miedo y él había llegado a consolarlo"

"Si pienso en lo que quería de niño y sobre lo que quiero ahora no son la misma cosa. Supongo que lo que quise no es lo que quiero... ¡ Diablos! No sé lo que quiero. Nunca lo supe... Cuando eres niño tienes algunas ideas sobre como será todo. Al ir creciendo te vas retrayendo. Creo que terminas intentando minimizar el dolor"

Cormac Mccarthy reúne a John Grady Cole, protagonista de la primera entrega de la trilogía y a Bill Parham. protagonista de la segunda en esta fascinante última parte.

A pesar de las escaseces y la precariedad a la que se ven abocados debido a una sequía que asola el territorio de la hacienda en la que trabajan, ambos protagonistas llevan una existencia feliz, traban una amistad inquebrantable y disfrutan de su estilo de vida bucólico de una forma que roza el hedonismo.

Reflexiones a la luz de dos lunas en las que el autor acentúa el carácter con el que otorgó a los personajes en sus respectivas entregas terminan de conformar los perfiles a ojos del lector. John Grady Cole es idealista, apasionado y leal mientras que Bill Parham es más pragmático, realista y prefiere mantener los pies en el suelo.

La trama se complica cuando John Grady Cole se enamora de una prostituta durante una visita a un prostíbulo al otro lado de la frontera. Hará todo lo que esté en su mano para casarse con ella, pues es un amor correspondido, más llevado por la pasión que por la razón, esta última representada en la voz de Parham que le pide actuar con cautela. Eduardo, el dueño del prostíbulo, un cuchillero experimentado y también enamorado de la prostituta complicará la situación y John Grady Cole luchará a vida o muerte por la consecución de un sueño.

No obstante, el libro no discurre en sus renglones sino entre ellos. Las citas elegidas muestran bien el carácter filosófico que desentraña lo inexorable de la vida y que culmina con un epílogo en el que el autor desarrolla, entre lo real y lo onírico, la propia consciencia del concepto "vida", las expectativas y las consecuencias, a todos los niveles, de esta.

Es el epílogo la parte más férrea del libro y la que, quizás, cohesiona las tres partes de la trilogía. La consciencia de la vida observada en retrospectiva cincuenta años después de lo acaecido. "Un sueño dentro de un sueño no es un sueño" puede resultar la cita más reveladora del epílogo que cuestiona la propia existencia y el propósito de esta mediante un lirismo aturdido y casi inocente ante la posible revelación de una realidad magnánima que seguirá siendo un misterio. Ante la sensación de casi creer tocar con los dedos la revelación se produce un impulso hacia atrás en la que las dudas sobre la identidad y el propósito de la vida se acrecentan tanto que solo queda volver a dormir para volver a despertar en la absoluta incertidumbre existencial.

lunes, 4 de mayo de 2015

Trilogía de la frontera #1: Todos los hermosos caballos, de Cormac McCarthy

“Se detuvo a medio camino para mirar atrás. De pie y temblando en el agua y no de frío porque no hacía ninguno. No le hables. No la llames. Cuando se acercó, él le tendió la mano y ella la tomó. Era tan pálida en el lago que parecía estar ardiendo. Como una luz fosforescente en un bosque tenebroso. Que ardía sin llama. Como la luna que ardía sin llama. Sus cabellos negros flotaban en el agua alrededor, caían y flotaban en el agua. Ella le rodeó el cuello con su otro brazo y miró hacia la luna en el oeste no le hables no la llames y entonces volvió su rostro hacia él. Más dulce por el hurto de tiempo y carne, más dulce por la traición. Grullas que anidaban y se sostenían sobre una pata entre las cañas de la orilla sur habían sacado sus esbeltos picos de debajo de las alas para vigilar. ¿Me quieres?, preguntó ella. Sí, dijo él. Pronunció su nombre. Dios mío, sí, dijo.” 

"Las cicatrices tienen el extraño poder de recordarnos que nuestro pasado es real"



Oiréis con frecuencia que este primer tomo que conforma la Trilogía de la Frontera es más romántico,  menos estridente en lo que se refiere a la violencia, más lírico y hay parte de razón en ello pero ¿cuándo no ha sido McCarthy lírico? ¿Cuándo no ha servido la poesía para expresar tanto lo oscuro como lo claro? En todo caso, el cambio que se percibe tiene más que ver con el ritmo cadencioso del libro, con la concatenación de hechos en un flujo algo más impasible en la forma pero que consigue provocar un dinamismo similar en el lector como en novelas más acometedoras en el plano formal.

El relato empieza cuando John Grady Cole, a la muerte de su abuelo, decide regentar el rancho familiar para explotarlo. Al ser el rancho pripiedad de su madre y al decidir esta venderlo, John Grady Cole decide lanzarse a la aventura con su gran amigo Rawlins. El propósito es cruzar la frontera de Méjico y encontrar allí trabajo como vaqueros. Justo antes de cruzar la frontera se reunirán con un misterioso adolescente que monta un magnífico caballo y es un gran tirador. La actitud de Grady y de Rawlins ante el adolescente, que en un principio parece seguirlos será determinante para comprender la psicología de los personajes.

Tras un episodio que involucra una gran tormenta, el adolescente perderá su caballo y los dos amigos intentarán ayudarle a recuperarlo infringiendo así las leyes locales. Pronto se separarán, John Grady Cole y Rawlins encontrarán trabajo en un rancho y Grady se enamorará de la hija del hacendado ante la oposición de la abuela de la joven. 

John Grady Cole junto a Suttree, uno de los personajes más perfectos y redondos creados por McCarthy. A lo largo de la historia presenciaremos el ímpetu de su juventud, el coraje algo insolente aunque inocente dada su escasa edad y su sentido de la amistad, la lealtad y la justicia. Grady es el incentivo primario para embarcarse en esta aventura a ambas líneas de la frontera, un personaje que cautiva, del que Mccarthy saca cada rasgo casi en cada escena haciendo de él una creación perfecta.

Por supuesto que recomiendo las dos primeras partes de esta trilogía, la segunda es aún mejor si cabe que la que hoy traigo al blog y se pueden leer indistintamente. Advertir solo de que la tercera parte sí debe ser leída en último lugar porque los protagonistas son los personajes principales de las dos primeras entregas.

lunes, 16 de diciembre de 2013

Hijo de Dios, de Cormac McCarthy

"Cada hoja que le caía por la cara ahondaba su tristeza. No volvería a ver cada una de las hojas que dejaba atrás. le caían por el rostro como velos, algunas ya amarillas, con venas como delgados huesos atravesados por los rayos del sol. Había decidido seguir cabalgado porque no podía volvery el mundo ese día era tan agradable como ninguno. Cabalgaba hacia su muerte."

Un golpetazo de realismo en pleno sur de Estados Unidos, algo a lo que McCarthy nos tiene acostumbrados y de lo que podemos ser testigos en esta protonovela, que junto a la anterior, La oscuridad exterior, preparan el terreno para el desarrollo temático en novelas subsecuentes como Suttree y de forma más directa Meridiano de Sangre. Hay mucho de esta última en Hijo de Dios. McCarthy nos compele a señalar con el dedo a un hombre acusado falsamente de violación. Lester Ballard huye alejándose, aislándose hasta vivir bajo tierra mientras se desvelan , en su divagar, sus más oscuros instintos.


La autodeterminación de Ballard por existir al margen de una sociedad opresora, condenatoria y que salvaguarda la opinión individual bajo una opinión colectiva apoltronada para eludir la exposición de las propias miserias, es el hilo conductor del deambular por páginas y corresponde al camino físico y psíquico del protagonista. Huérfano, sin techo, vulnerable, cebo fácil, Ballard debe huir para preservar su vida sin saber que cada paso será uno más a su propia degradación personal. A cada paso de Ballard McCarthy nos desafía y nos remueve la conciencia, Ballard se va animalizando, alejándose de su humanidad hasta llegar a habitar una cueva. Ballard-víctima se va alejando de la sociedad-verdugo para convertirse él mismo en verdugo. A través de episodios sórdidos vamos asistiendo, a través de una prosa que reproduce desde el lenguaje más coloquial hasta la poesía en prosa más exquisita,  a la transformación del protagonista mientras trata de sobrevivir a la intemperie.

Es, por lo tanto, un relato sobre la perversidad implantada, quizás congénita, que se genera y se desarrolla cuando el vulnerable es aislado de la sociedad. En ocasiones, Ballard intentará, aunque no de la manera más hábil, conectar con individuos puntuales siendo siempre rechazado. McCarthy nos da las dos caras de Ballard: un ser violento, despiadado, con tendencias sexuales degeneradas y sin embargo, nos desafía en los episodios que relatan el deseo de integración y sobretodo, a través del título del libro a comprender que, al fin y al cabo, Ballard, por despreciable que pueda llegar a ser,  es un hijo de Dios.

¿Recomendarla? Por supuesto, por dura y cruda que pueda resultar. Apunta a un lado al que no queremos mirar, nos hace descender de nuestro convencimiento ético universal sobre el bien y el mal para tenderle la mano a otro hijo de Dios, para intentar comprenderlo, para, sin moralismo explícito,  llegar a ser más humanos.

lunes, 27 de mayo de 2013

Trilogía de la frontera #2: En la frontera, de Cormac McCarthy

"No hay más que un mundo en el que todo lo imaginable es necesario porque este mundo que también nos parece algo de piedra, flores y sangre no es en absoluto una cosa sino un cuento y todo en él es un cuento y cada cuento la suma de todos los cuentos menores que son el cuento en sí y contiene a su vez todos ellos. Todo es necesario. La menor de las cosas y esta es la dura lección, nada debe ser obviado, nada debe ser desdeñado. Las costuras no son visibles, ni el ensamblaje, la forma en la que está hecho el mundo. No tenemos la capacidad de decidir lo que podría ser sustraído u omitido. No tenemos manera de saber lo que debería permanecer de pie o lo que debería caer. Y esas costuras que no están a la vista son sin duda el cuento en sí mismo y el cuento no tiene morada o lugar para existir a no ser que sea narrado y ahí vive y hace su hogar y por esta razón nunca podemos dejar de narrar. No hay final de narración. Y... en cualquier sitio... bajo cualquier nombre o por ninguno... todos los cuentos son uno. Bien oídos todos los cuentos son uno"



Sur de los Estados Unidos, primera mitad del siglo XX. Se empieza a percibir la ola de cambios que transformarán la geografía del país en un territorio en el que hasta ahora reinaba  un silencio casi absoluto. Billy Parham es un adolescente que atravesará la frontera hacia México en tres ocasiones a la vez que crece, mientras se despide de la vida tal y como la había conocido, mientras aprende a vivir.
En este Western que se lee como testimonio histórico-topográfico y Bildungsroman, la prosa de McCarthy tiene un sabor diferente. Resulta inevitable resistir la tentación de tender un puente entre el paso físico a través de la frontera y el paso de la adolescencia a la edad adulta. Como viene siendo habitual e la obra del autor, hay mucho más allá de lo que encontramos en la superficie, debemos introducir la mano en la tierra para extraer la esencia y la pureza que yace en el subtexto.
Las alegorías, como es común en la obra de McCarthy son recurrentes: la naturaleza humana evocada por la relación con los animales es patente: los caballos y el miedo a lo inminente, una loba herida y apresada que lucha por su supervivencia hasta el último aliento y un perro que al final de la obra evidenciará los cambios en Billy de una manera magistral son parte de las interacciones con el entorno que, de forma iconográfica, presentan la visión del autor en un tono existencialista.

La diferencia más notable con respecto a otras obras de McCarthy es, sin duda, la casi ausencia de escenas de violencia tan presente en obras anteriores. No se puede afirmar que En la frontera carezca por completo de ésta pero es de otro cariz, más focalizada en la imposición de lo preceptivo, en los esfuerzos requeridos por adaptarnos a las inclemencias. Es, por lo tanto y en gran parte, un tipo de violencia existencial más que física.

Una característica que comparte el libro con otras obras del autor como La carretera o La oscuridad exterior es la secuencia de encuentros a lo largo del trayecto: Billy descubrirá el despertar sexual y aprenderá lecciones de vida de una serie de personajes que conversarán con él: una joven mexicana que espera un hijo, un anciano a quien le extrajeron los ojos pero que consigue ver con más claridad que quien los conserva... Las conversaciones contienen referencias religiosas y versan sobre lo abstracto y lo metafísico alternándose con la minuciosidad con la que McCarthy describe el paisaje, combinando el dialecto sureño con el léxico específico adecuándolo a las situaciones y haciendo exceder al autor en el uso del lenguaje.

Huelga decir que recomiendo En la frontera. A pesar del encuadre temático y de género que presenta, es eminentemente un Western, se encuentra entre los libros que más he disfrutado del autor, una novela que susurra más que grita en la que un personaje memorable se despoja de la piel de la niñez para enfrentarse al mundo como adulto, a cambios forzados casi inapreciables, a un ritmo pausado pero de constante progresión siempre ascendente. Una gran obra de un aún mayor escritor.

lunes, 18 de marzo de 2013

El Sunset Limited, de Cormac McCarthy

"La civilización occidental se esfumó finalmente por las chimeneas de Dachau pero yo estaba demasiado encandilado para verlo"

"El que no cree tiene un problema. Se ha propuesto desentrañar el mundo, pero cada vez que descubre algo que no es verdad deja otras dos dudas en su sitio"

Seguimos descubriendo a Cormac McCarthy, esta vez, a través de una obra de teatro escrita y representada en el 2006, el Sunset Limited. Algunos expertos prefieren evitar el término "trama" para hablar de teatro, suelen utilizar preferentemente el término  "acción", algo que se presenta como un pequeño obstáculo   porque la obra carece de acción, de movimiento, es estática, con un solo decorado como fondo y hace pensar en las últimas películas de Ingmar Bergman, en las que prima el diálogo sobre decorados y atrezzo.

Únicamente dos personajes dan vida a la obra, Blanco y Negro, desprovistos de nombre y con el color de piel como sola alusión descriptiva. Negro es un criminal supuestamente rehabilitado gracias a su fe en Dios que salva a Blanco del suicidio en las vías del Sunset Limited. La obra empieza en el precario apartamento de Negro que trata de convencer a Blanco para que desista de su decisión. Tendrá comienzo una lucha dialéctica entre ambos que tomará argumentos de las fuentes de la historia, la filosofía, la literatura y sobre todo de la religión que Negro utilizará para disuadir a Blanco y que Negro  rebatirá dejando traslucir su profundo desencanto.

La combinación de colores que McCarthy ofrece nos hace pensar irremediablemente en un tajitu cuyos puntos complementarios se van desvaneciendo, un tajitu del que una hipotética fusión de colores no daría ningún tono de gris sino un blanco y negro indisolubles; dos polos opuestos equidistantes sin ningún tipo de punto de inflexión, a medida que avanza el diálogo, las posturas se tornan más extremas y el negro y el blanco más vivaces. Una oposición directa constante. La vida y la muerte, la fe y el ateísmo, la bondad y la maldad, la esperanza y el desencanto, un duelo de dos mentes inteligentes que razonan cuando una vida está en juego, una vida que para Negro es un valor supremo que pertenece a Dios y que para Blanco pertenece al hombre y cuyo fin depende de su libre elección.

"La dialectica del sermón presupone siempre una maldad"

La Biblia y sus eneseñanzas es un argumento recurrente de Negro para convencer a Blanco. Negro ha encontrado la fe y cree en el bien inherente e innato del ser humano a pesar del descarrilamiento, Blanco es un ateo convencido y presupone la maldad del ser humano para el que, de otro modo, no sería necesario ningún tipo de adoctrinamiento ni dogma que, según éste, ha servido diversos propósitos y ha acabado en ocasiones con civilizaciones enteras. Esta cita es un ejemplo claro de batalla dialéctica tal y como se presenta en la obra.

Dos posturas opuestas que casi fuerzan al lector a tomar partido por una o por otra, que lo obliga a reflexionar sobre la naturaleza humana y sobre el libre albedrío; una lectura impactante que retumba horas después de haber llegado a su fin y que me hicieron pensar que llegados a ese punto no habría ningún libro que pudiera salvarme. Una lectura que no dudaría en recomendar no sin advertir que puede herir ciertas sensibilidades por la vehemencia con que ambos discuten defendiendo a ultranza el color del cristal a través del cual ven la vida.


Existe una versión para televisión dirigida y protagonizada por Tommy Lee Jones en en papel de Blanco y por Samuel L. Jackson en el papel de Negro. Una versión altamente recomendable por su fidelidad al texto original y por las magníficas interpretaciones.

lunes, 18 de febrero de 2013

Suttree de Cormac McCarthy

"Curioso como los designios menores se unen para llevar a un hombre a esto. Las miles de peleas y las mandíbulas destrozadas, las palizas, las botellas rotas y las puñaladas que no se sabe de donde vienen, Para él quizás, todo ocurrió en silencio o ¿cómo sonaría el estruendo del disparo que alojó la bala en su cerebro? Estos pequeños enigmas del espacio. del tiempo y de la muerte"

 "¿Qué tipo de hombre es tan cobarde como para no preferir caer una vez en vez a permanecer tambaleándose para siempre?"

"Pero no hay límites absolutos en la desgracia humana. Las cosas siempre pueden ir a peor"

Suttree es, sin lugar a dudas, una de las mejores lecturas que  leí el año pasado. Una novela semi autobiográfica en la que Cornelius Suttree es el protagonista absoluto, un hombre de edad indeterminada que abandona su vida anterior para trasladarse a vivir a una casa flotante en Knoxville, a orillas del río Tennessee. Allí, interactuará con otros personajes, en su mayor parte propensos al crimen y al consumo de alcohol y allí es donde Suttree brillará con luz propia en episodios grotescos, a veces hilarantes y otras dramáticos, que se combinan en una novela de extensión considerable desmarcando a su protagonista como uno de los más apasionantes que he conocido este año

Un hombre contextualizado en Knoxville

Poco sabemos de la historia de Suttree, sabemos que dejó a su familia atrás, mujer e hijos, padre, por el que siente algo parecido al odio y madre, por la que guarda un afecto nostálgico. La primera vez que sabemos de Suttree lo encontramos escudriñando el trabajo de la policia que rescata un cadáver del río. Por su manera de hablar y expresarse sabemos que Suttree tiene poco en común con las personas con las que comparte su día a día, quizás lo veamos mejor situado en el contexto que él mismo abandona, sin embargo, es en Knoxville donde  encuentra su lugar: es un personaje taciturno y poco dado a las palabras en vano pero hace muestra de una gran generosidad y desapego por los bienes materiales y sirve de voz de la conciencia de un joven , Harrogate, que da pie a los episodios más cómicos de la obra por su constantes tentativas de hacerse rico y, en especial, por sus sorprendentes desahogos sexuales con sandías , afición que lo lleva a pasar una temporada en prisión. En este periodo asistiremos a diversos momentos claves en la vida de Suttree: como su pasado lo persigue a Knoxville en forma de un familiar que va a buscarlo y que él rechaza, cómo se dispone a asistir de incógnito al funeral de uno de sus hijos fallecidos, la soledad, su catastrófica relación con las mujeres y por último la enfermedad. Poco importa lo que ocurre antes o lo que ocurre después, Suttree, tal y como lo conocemos, está ligado al periodo de Knoxville, lugar que abandona en ocasiones y al que vuelve y del que su marcha definitiva nos vuelve a sumergir en el misterio.

El río, metáfora de la vida  a la deriva

Un tema recurrente en  literatura y en las artes; ríos que desembocan en el mar, que supone la muerte, el constante fluir es símbolo distintivo de vida.. Para Suttree el río lo es todo. Vive en él, de él obtiene su sustento y es su principal fuente de recursos, pesca para luego vender en el mercado. En uno de los episodios más llamativos vemos como Suttree ofrece pescado a una mujer que encuentra a la orilla del río, tal y como está contado este episodio vemos características llamativas del protagonista que contribuyen a incentivar la empatía del lector por el personaje. Su generosidad se ve correspondida por la mujer con una invitación a comer con el resto de la familia, esta reunión surgirán planes de un negocio poco prometedor, la venta de perlas de mejillones encontrados en el río en el que Suttree contribuye y del que las consecuencias no son las esperadas. Así, gran parte de los personajes con los que el protagonista tiene relación parecen acompañar al río a la deriva.

Suttree como héroe

Puede parecer que haya poco de heróico en el carácter de Suttree. Quien tenga en cuenta su vida anterior a Knoxville quizás le reproche el abandono de su familia y de todo convencionalismo sin embargo creo que es en esto último donde radica el heroísmo del protagonista. Es capaz de causar una gran empatía en los lectores por su bondad innata, por su rechazo a la autoridad y a lo prestablecido, por la conciencia plena de su libertad individual como bien más preciado y por un intachable código moral que aplica a lo que le ha tocado vivir en Knoxville. La abismal profundidad del personaje se hace patente desde el principio y va creciendo a medida que vamos avanzando hasta un final revelador que deja, sin embargo, una pregunta sin responder ¿Qué será de Suttree?

Hasta ahora he recomendado sin dudarlo toda la obra de McCarthy, este libro no puede ser de ningún modo la excepción porque es quizás el que más he disfrutado junto con La oscuridad exterior. Creo que es un autor indispensable y que el Pulitzer por La Carretera, aunque merecido debería haberle sido otorgado por alguna de sus obras anteriores que me parecen más representativas de su esencia.. Habiendo leído ya gran parte de la obra del autor me gustaría recomendar, aparte del premio Pulitzer, que sin duda lo merece, de manera más encarecida el resto de sus libros. Fue toda una suerte adentrarme con mis compañeros del Café Literario en el resto de obras del autor, de no haber sido así quizás aún estaría vagando perdido por La carretera sin tener consciencia de la grandeza de uno de los autores que más me han marcado y del que este año espero terminar de leer el resto de publicaciones..

lunes, 1 de octubre de 2012

Meridiano de sangre, de Cormac McCarthy

Preparándome a conciencia para una nueva lectura de McCarthy me decidí esta mañana a revisar mis impresiones sobre los libros del autor que he leído este año y me he dado cuenta de que me faltaba por reseñar Meridiano de sangre o el rojo atardecer del Oeste.

El libro abre con tres citas, dos literarias (a continuación) y una extraída de la prensa.

"Vuestras ideas son terroríficas y vuestros corazones tenues. Vuestros actos de piedad y crueldad son absurdos, entregados sin calma, como si fueran irresistibles. Finalmente, teméis a la sangre cada vez más. A la sangre y al tiempo" Paul Valéry
"No se debe creer que la vida de la oscuridad está hundida en la miseria y perdida en el pesar. No hay pesar porque el pesar es algo que se traga la muerte y la muerte y morir son la mera vida de la oscuridad"                    Jacob Boehme 

En esta ocasión McCarthy me engaño, me hizo creer que una lectura que me estaba resultando a priori bastante menos exigente que La oscuridad exterior no acabaría frustrándome y sumiéndome en una leve crisis, en gran parte, debida al epílogo con el que acaba. ¿Por qué empezar por el final? Quizás porque el prólogo que cierra la obra ha sido objeto de debates entre literatos por su mensaje críptico que se presta a tan diversas interpretaciones. Sin embargo, y a riesgo de nunca llegar a una idea clara sobre la conclusión, la obra se sustenta de por sí y es imprescindible en la trayectoria del autor.

Nos encontramos en el Oeste americano, en la época de John Joel Glanton y su banda, personaje histórico relevante en la trama que nos ayuda a situarla a mediados del siglo XIX. Un joven huérfano de madre de  unos diecisiete años, conocido como el chaval, no hay una sola alusión a su nombre, se pone en camino huyendo de su hogar en el Sur hacia el Oeste. Es testigo de una acusación pública llevada a cabo por un juez, el juez Holden, que acusa al sacerdote del pueblo de violación y zoofilia. Es el primer contacto que tiene el lector con uno de los personajes más desconcertantes de la obra. Más tarde, el chaval se involucrará en una pelea en un bar de la que saldrá vencedor y que suscitará el interés del capitán White, un supremacista americano a cuyo grupo se unirá en dirección a México, donde será encarcelado y rescatado junto a otro prisionero, Toadvine por Glanton y su banda. En el recién encontrado grupo se encuentrta Holden que participa, como el resto, en las masacres perpetradas a órdenes de Glanton. Empieza aquí el juego psicológico al que nos reta McCarthy. El juez Holden es un personaje casi místico, de sapiencia casi infinita, muy superior a la del resto del grupo, habla de moral aunque es sanguinario y despiadado en sus hazañas. Glanton es un personaje mucho más plano, violento de principio a fin, cruel en su tarea de arrancar la cabellera a indios e hispanos. La dicotomía principal la presentan Holden y el chaval llevando al lector a despreciar al primero y a empatizar con el segundo a riesgo inminente de estar completamente equivocado. Los dos personajes correrán en paralelo hasta el final llegando ambos, el chaval ya como el hombre y Holden, a un final que culminará en un hecho trágico de una sordidez insólita, como un lamento ahogado en risas desatadas.

A destacar, es siempre inevitable hacerlo, la prosa superior de McCarthy y el estilo empleado para retratar un fondo de línea violenta y sórdida hasta puntos extremos que hacen cuesta arriba la lectura. En este caso y a título personal, resalto las escenas  de violencia estática sobre las más convencionales,  la violencia que queda en el aire después de una masacre que no está, en ocasiones ni siquiera descrita, el resultado de un episodio cruel que permanece suspendido en el tiempo son, sin lugar a dudas, los efectos que me causaron mayor aprensión. La obra difiere de otras por características propias, referencias a la mística y al mundo de la magia y en la idea del destino, desvelada por unos gitanos acosados que temen por su vida al encuentro de la banda de Glanton.

Cormac McCarthy
Recomendarla, por supuesto, no sin antes advertir que la obra es dura y violenta. Cada capítulo comienza con un encabezamiento que contiene unos epígrafes que nos indican claramente lo que vamos a encontrar. El desarrollo es siempre inquietante. La obra incita al profundo análisis psicológico de los personajes, nos dejaremos llevar por lo que nos indica McCarthy y tenderemos a enjuiciar y a elaborar opiniones sobre los protagonistas que, probablemente, no se correspondan del todo con la realidad. Imprescindible en la obra global de McCarthy y un gran libro de un genio que, aunque cueste, por el motivo que sea, merece la pena no obviar.

Aquí tenéis las impresiones de Jordi @Lilvia , las de Simonita @alessqdr, las de @Atram14 y de @Manel2071

martes, 31 de julio de 2012

La oscuridad exterior, de Cormac McCarthy

"He visto la maldad humana hasta no saber por qué Dios no ha apagado el sol y se ha ido"

Hasta ahora he leído tres libros de Cormac McCarthy, "La Carretera", "Meridiano de sangre" y "La oscuridad exterior". Debo decir que es este último el que más me ha gustado leer, el que más he disfrutado aun siendo el más críptico de los tres. Disfruté de la prosa del autor, quizás una de las figuras que más admiro a pesar del desafío que supone enfrentarse a sus obras, llegué a ser parte integrante del viaje sin rumbo fijo que supone adentrarse en el paisaje sureño extensamente descrito en las páginas y fui testigo del desarrollo de la trama, no siempre claro, muy simbolista y sobre todo mucho menos minimalista que en "La Carretera"obra que le supuso el Pulitzer. Es un libro fuertemente marcado por le pecado y la penitencia, por un vagar constante por el purgatorio para expiar penas a través de un paisaje inhóspito, de situaciones hostiles a las que asistimos perplejos, a veces impotentes ante la inexorable oscuridad que envuelve la obra de principio a fin. McCarthy es un genio, maneja las más evocadoras descripciones y el uso del dialecto sureño que combina con una maestría asombrosa, la forma en la que está estructurada la novela es un vivo ejemplo. Cada capítulo comienza con un encabezamiento en cursiva que nos presenta a tres hombres avanzando por el territorio, como si fueran una amenaza, describiendo los actos viles de los que son autores y a la vez usando símbolos y metáforas bellísimas para describir el paisaje. Al acabar el texto en cursiva conocemos al resto de los personajes, a Culla y a Rinthy-hermanos- y al vendedor ambulante.


Montes Apalaches, en la región histórica Sur
de Estados Unidos, lugar donde transcurre la
acción.

La trama abre con el complicado parto de Rinthy, joven sureña que no llega a los veinte años de edad. Momentos después de haber nacido el niño su hermano Culla lo lleva al bosque y lo abandona allí. Al volver a casa le cuenta a Rinthy que el niño ha muerto a causa del parto y que lo ha enterrado. Cuando Rhinty descubre la mentira y supone que el niño ha sido encontrado por un vendedor ambulante se pone en camino para recuperarlo. A su vez, Culla hará su camino sobreviviendo y buscando a Rhinty, teniendo ambos que enfrentarse a situaciones sórdidas que causarán una gran tensión en el lector. Al principio de cada capítulo aparecerán esos misteriosos hombres y se irá desvelando el terrible secreto que esconden los dos hermanos que parecen abocados a un trágico destino.

Siempre me acerco a McCarthy con temor, no sólo por el miedo de no saber si llegaré al núcleo de la obra sino por las sensaciones que es capaz de transmitir, son retazos que provocan angustia, miedo, un sentimiento de claustrofobia y de desespero. No me cansaré de recomendar el libro pero quizás deban abstenerse todos aquellos lectores que pretendan que el autor lo dé todo hecho; no es el caso. El libro es un pozo sin fondo, las insinuaciones dan lugar a numerosas interpretaciones, el libro fue leído en una lectura conjunta con mis compañeros del Café Literario @gancedo, @LilVia ,y @Offuscatio que redactó una genial reseña. Para mí fue relativamente fácil descifrar las referencias bíblicas y gracias a la lectura conjunta pude ver otras vertientes en la interpretación de la obra muy interesantes. Valoro especialmente y sobre todo la capacidad literaria y el estilo del autor, es, sin duda, uno de los autores de los que más disfruto pese a las dificultades que presenta y espero volver pronto a él con "Trilogía de la Frontera"


viernes, 11 de mayo de 2012

La Carretera, de Cormac McCarthy (novela y película)

"La Carretera" es una de las obras más importantes del escritor estadounidense Cormac McCarthy (1933) galardonada con el Premio Pulitzer en 2007 en la categoría de novela de ficción. 

Tras una catástrofe no descrita, un padre y un hijo se ven obligados a sobrevivir en un mundo arrasado donde no hay huella alguna de civilización y donde son, como parece en un principio, los únicos supervivientes. La descripción de los parajes donde se encuentran da a entender que todo ha sido reducido a cenizas, se mencionan repetidamente  que "todo está cubierto de polvo negro"

 El padre y el hijo, de los que no conocemos el nombre en ningún momento, inician un viaje hacia la costa sur con la esperanza de encontrar un clima más benigno bajo el temor de no ser capaces de sobrevivir al invierno en un lugar donde todo tipo de vegetación y vida animal se ha extinguido. Parten con dos mochilas y un carro cargados de víveres y se ponen en camino hacia lo desconocido sorteando todo tipo de obstáculos, plantando cara al hambre y a las inclemencias climatológicas. A medida que va avanzando la novela encontramos momentos de gran tensión que ponen en peligro la vida de los protagonistas. Descubrimos entonces que no están solos, que hay supervivientes de la catástrofe y que algunos han recurrido al canibalismo y al saqueo para sobrevivir.

Lo que más me llamó la atención y puede ser que sea además lo que más me gustó del libro es el debate ético e incluso filosófico que surge en la mente del niño a medida que van sorteando obstáculos. El padre le da una pistola con una carga limitada y le explica que tiene que usarla si encuentran saqueadores o caníbales en su camino.Algunas acciones del padre desencadenan dudas en el niño que incluso llega a no comprender a su padre y a cuestionar sus valores; el padre, armado de paciencia y en algunos momentos en frases llenas de ternura le explica que ellos dos son "los buenos". Este debate culmina en el encuentro con un enigmático anciano al que el niño insiste en ofrecerle comida, el padre aprovecha la ocasión para pedir información pero solo encuentra respuestas carentes de información y llenas de sarcasmo.

Sabemos desde casi el principio del libro que el hombre está enfermo ya que "tose sangre", en episodios de fiebre aparece en su recuerdo, que la novela resuelve con flashbacks que recrean diálogos y situaciones, su mujer, que cometió suicidio llevada por el desespero ante la situación inminente a la que se tenían que enfrentar.

Disfruté mucho de la lectura del libro, algo me decía que tenía que adentrarme bien en la trama, leer hasta bien avanzada la historia y es algo que le recomiendo a todo futuro lector.

La Carretera, 2009 (película)
Siempre que existen adaptaciones cinematográficas de los libros que leo intento verlas. Tomo la película como una interpretación personal y comparo la visión del director con la mía. En este caso, la película de John Hillcoat es bastante fiel a la novela. Viggo Mortensen hace el papel del padre y ofrece una actuación bastante convincente. Otros actores importantes que aparecen son Robert Duvall, en el papel del anciano y Charlize Theron, en el papel de la esposa del hombre y madre del niño. Una de las licencias principales que se permite la película es el tiempo de pantalla concedido a Charlize Theron, que supera al de otros personajes secundarios, entre ellos el anciano, y que son más relevantes en la novela.

Si bien la película reproduce con fidelidad el texto de la novela, salvando algunas pequeñas diferencias, en este caso, como en la mayoría aunque no siempre, el libro es infinitamente superior.

"La Carretera" es una historia envolvente, salpicada por cuestiones filosóficas y trascendentales y quizás uno de los libros más apasionantes que he leído en lo que va de año.