"Quiero la siguiente palabra: esplendor, esplendor es fruto en toda su suculencia, fruto sin tristeza. Quiero grandes distancias. La salvaje intuición de mí misma"
“Te escribo a la medida de mi aliento. ¿Soy hermética como en mi
pintura? Porque parece que hay que ser terriblemente explícita. ¿Soy
explícita? Poco me importa. Ahora voy a encender un cigarrillo. Quizás
vuelva a la máquina o quizás me pare aquí mismo para siempre. Yo, que
nunca soy adecuada”
“No existe nada más difícil que entregarse al instante. Esta
dificultad es dolor humano. Es nuestra. Yo me entrego en palabras y me
entrego cuando pinto”
"Quiero tomar con las manos mi "es". Y como ese pájaro cantaré aleluya al aire. Y mi canto no pertenecerá a nadie pero ninguna pasión sufrida con amor y dolor puede no ser seguida por un aleluya"
Siempre me he sentido inclinado a comparar la obra de Clarice Lispector con un camino: expone una filosofía, una visión vehemente de vida tan propia con coherencia sólida e inquebrantable. Empieza desarrollándose en Cerca del corazón salvaje para culminar en Un soplo de vida. Agua Viva, como es habitual en la literatura de la autora no tiene trama argumental, es un monólogo interno en voz de una pintora que juega con las palabras para sanarse de una relación infructuosa pero sobre todo y predominantemente para conocerse, primero ante el lienzo y luego ante la hoja en blanco.
El punto principal es el desarrollo del concepto "it", en inglés en el original, que la autora usa para dar forma compacta al concepto de "neutro vivo", que aparece en La pasión según G.H. Así, las entrañas del insecto, la forma más primitiva de vida, el acercamiento a la esencia original quedan encerrados en un término impersonal del que carece la lengua portugues y que podría traducirse por la secuencia "isto/isso/aquilo" pero no siendo del todo válido porque la forma primitiva, original y neutra no habita en un espacio o tiempo ni siquiera indeterminados. Existe en la búsqueda de un término adecuado la voluntad de trascenderse a si misma y al lenguaje, anhela la precisión conceptual y nos ofrece el resultado de su pesquisa existencial en la inocuidad del agua, fuente de toda vida.
El monólogo se dirige a un tú que fluctúa pero que se focaliza en el deseo de la protagonista por desambiguarse para poder verse, contemplarse y así autoconocerse.El libro se lee como un compendio de sensaciones que van desde la frustración de no alcanzar el dominio de las técnicas artísticas para poder expresar la totalidad de sus sentimientos hasta un tratado de flores sobre las que establece comparaciones, todo un ejercicio de estilo con el fin de abstraer sus percepciones de la imagen.
Uno de los mejores libros de la autora brasileña en el que todo lector habitual de su obra reconocerá las pautas centrales de su filosofía escrita en una corriente poética existencial. El lenguaje empleado es pura poesía en la que prima la sensación percibida sobre el objeto, la interiorización del estímulo y su desarrollo. Un libro que, por su brevedad, por su carácter de alto en el camino, serviría de lectura iniciática para todos lo que quieran aventurarse a descubrir la prosa de la autora y que conforma una pieza esencial para el lector que ha leído toda su obra anterior y que disfruta reconociendo a Lispector y sobre todo, reconociéndose a sí mismo en el texto.