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jueves, 5 de septiembre de 2013

"El saltamontes verde", de Ana María Matute: una fábula sobre la importancia de las palabras y de la voz propia

 

     Ficha técnica:


Título: El saltamontes verde   Autora: Ana María Matute
Editorial: Destino        Género: literatura infantil             Páginas: 144     
Publicación: 04/04/2013       ISBN:  978-84-233-4629-5

Sinopsis (editorial):


  "Una vez existió un muchacho llamado Yungo. Vivía en una granja muy grande, cercana a los bosques. La granja muy grande, cercana a los bosques. La granja estaba llena de muchachos de todas las edades, los unos hijos de los granjeros, los otros de los criados. A primera vista, Yungo parecía un niño como los demás, pero los muchachos dejaban pronto de jugar con él, y las gentes no solían hablarle ni pedirle nunca nada. Y es que Yungo no tenía voz."
  Pero Yungo no era mudo, él sabía que su voz estaba en algún sitio, sabía que alguien se la había robado. Y un día, como por arte de magia, mientras pensaba en cómo recuperarla, dibujó en una hoja de su cuaderno una isla muy bonita, rodeada de mar y pájaros, y pensó: "Aquí estará escondida mi voz". Esa misma tarde, Yungo emprendió su viaje hacia el Hermoso País en busca de las palabras, para convertirse en un niño como los demás pero encontró algo más importante, mucho más importante...
   Lo que más me gusta de los libros infantiles o, mejor dicho, de algunos libros infantiles, es la cantidad de lecturas diferentes que admiten. Permiten, así, que niño y libro crezcan a la vez, que descubran cosas nuevas el uno del otro a medida que pasa el tiempo y que el lector extraiga reflexiones, vivencias, enseñanzas y conclusiones nuevas cada vez que regrese otra vez a él vestido con las ropas nuevas que le proporcionan sus propias vivencias, su crecimiento, su camino hacia la madurez.
  Huelga decir que El saltamontes verde es uno de esos libros. Yo lo he estado leyendo con mi niña, que solo tiene cinco años, y es cierto que es un libro para niños un poco mayores, por las exigencias de la propia historia y el vocabulario, pero lo hemos disfrutado mucho, de igual modo. De momento, ella se ha quedado con la trama (un niño huérfano que va por el mundo buscando su voz perdida y que encuentra a un curioso saltamontes verde que susurra al oído de quienes se van encontrando lo que cada uno necesita oír en cada momento), con algunos pasajes y con la moraleja final: intenta hacer que las personas a las que vas dejando atrás en tu camino sean más felices después de haber pasado por sus vidas. 
  Pero este libro habla de muchas cosas más, cosas que (seguro) Lucía irá descubriendo cuando volvamos a él a medida que ella vaya cumpliendo años. Porque este pequeño relato también habla de la búsqueda de uno mismo, de la necesidad de establecer proyectos y alcanzar metas, de la importancia de lo que decimos, de las palabras que pronunciamos; habla de la amistad, de las oportunidades, de la solidaridad, del bien y del mal, de las buenas y las malas personas, de sacarle partido a lo que tienes, de no rendirte, de valorar lo que posees y de hacer lo correcto cuando la vida te dé a elegir entre cumplir tu máximo deseo a costa de alguien.
  Todas estas enseñanzas aparecen entretejidas como cuentas de abalorios de brillantes colores en el tapiz que Ana María Matute teje con sencillez pero belleza. Toma la idea original de la literatura de aventuras y las novelas de aprendizaje para crear una historia sin recovecos en la que borda metáforas tan bellas como las que dedica a las palabras: palabras como pompas de jabón, bonitas y vacías; palabras como piedras negras, que caen, pesadas, y hieren a quien encuentran en su camino; palabras como flores, palabras como una sustancia viscosa, negra y repugnante; palabras que no son lo que parecen y palabras que se elevan al cielo acompañadas de notas musicales. 
  Y la hermosura de las metáforas y las enseñanzas escondidas del relato se completa, en esta edición homenaje, con las maravillosas ilustraciones de Albert Asensio: dibujos llenos de sensibilidad y belleza que completan el texto, sí, pero que también te introducen en él y te abren nuevos caminos para la lectura. 
  En definitiva, una historia maravillosa, como mil lecturas diferentes y muchas reflexiones en las que detenerse; unas ilustraciones bellísimas que completan y suman contenido a la propia historia y una edición cuidadísima y preciosa para una colección que ya estoy deseando continuar.
  Nos seguimos leyendo.


  Agradezco a Destino el envío de este ejemplar.

    Incluyo este libro en los siguientes retos:
  • Desafío100 libros: 778/100
  • Reto Sumando: 20/2013 
  • Reto Genérico: 1/1 infantil

miércoles, 4 de septiembre de 2013

"El fotógrafo de paisajes", de Mercedes Pinto Maldonado: ahondando en las profundidades de los seres humanos, sus dones y sus maldiciones




    

 

 

 

 

 

    Ficha técnica:


Título: El fotógrafo de paisajes                                         Autora: Mercedes Pinto Maldonado
Editorial: Ediciones Tagus      Género: novela, thriller           
Publicación: 14/06/2013       ISBN: 978-84-15623-29-8

Sinopsis (editorial):


  Gonzalo es un joven fotógrafo de treinta y dos años que decide mudarse de Madrid a un pequeño pueblo de Aquitania, Francia, junto con su amigo de infancia Juanma, donde compartirán una casa de alquiler. Lo que parece el comienzo de una nueva etapa de su vida será en realidad un giro radical a su existencia.
      Dotado de un don especial desde que nació, Gonzalo es capaz de leer las mentes de las personas que le rodean, de saber qué es lo que piensan y cómo se sienten física y psíquicamente; don que sin duda le ha marcado desde su niñez y que con el tiempo, lejos de ser una virtud, se convierte en el lastre de un ser solitario que guarda su secreto con celo, hasta ese primer invierno de convivencia con su amigo, en el que día a día le cuenta esa parte de su historia que aún no conoce.
    Después de descubrir la sorprendente habilidad de Gonzalo, Juanma lo convence para indagar sobre una extraña desaparición ocurrida en la aldea. Los dos amigos y una muchacha del lugar, confiando en el don de nuestro protagonista, se verán atrapados en una investigación inesperada.
   Una novela con altas dosis de intriga, sorprendente y conmovedora.
    Me encanta que un autor tenga una buena idea y que la desarrolle bien en su obra. Que le dé vueltas a todas las implicaciones, que analice los pros y los contras, que se cuestione, que se imagine en esa situación y diseccione sentimientos, pensamientos, reacciones... Me gusta que una buena idea esté desarrollada, que te plantee situaciones y, a partir de ahí, te haga reflexionar. Parece una cosa sencilla, pero a juzgar por lo que ocurre en otros libros, no lo es. Pero Mercedes Pinto Maldonado sí lo hace en esta novela: inventa un don extraordinario para Gonzalo, su protagonista, le hace vivir con él e invita al lector a empatizar con él e imaginar qué pasaría si él tuviera ese mismo don o si alguien a su alrededor lo poseyera. Reflexiona y hace reflexionar. Y sobre un don extraordinario construye una novela con una alta dosis de intriga y de humanidad.
    En la primera parte, la autora nos presenta a Gonzalo y su don e, incluso, nos habla de su infancia y juventud a través de la narración que el propio Gonzalo hace en tercera persona, distanciado de sí mismo, interponiendo un espacio desde el que mirarse a sí mismo con menos implicación y más objetividad. Durante un buen puñado de capítulos, Mercedes disecciona el don de Gonzalo, habla de lo que implica tenerlo, de cómo ha moldeado el carácter de Gonzalo, de qué consecuencias tiene... y es ahí donde hacer cuestionarse al lector sobre ese don y sobre todos los dones en general. Pero a medida que avanza la trama, nos vamos metiendo en una historia que tiene más que ver con el thriller, una historia llena de intriga con algún que otro giro sorprendente y que abre el camino a un final con tintes futuristas (lo de la generación de "seres superiores" no me acaba de convencer, pero entiendo que es un posible peldaño más en la escalada de Gonzalo y su don) y mucha humanidad... para bien y para mal.
    Porque además de la reflexión sobre el don de Gonzalo y sus consecuencias, Mercedes también propone una reflexión sobre el amor incondicional, la decepción, el amor imposible, los giros del destino, las almas sucias y las personas sin ética ni escrúpulos incapaces de ver más allá de su propio beneficio. 
    Aunque tengo todos los libros de Mercedes Pinto Maldonado (a ver si les voy encontrando hueco...), solo había leído hasta ahora Pretérito Imperfecto y, la verdad, he encontrado un gran salto de calidad en el planteamiento de la trama y en su desarrollo. Creo que se nota (o por lo menos a mí me lo parece) que Mercedes ha ganado en madurez literaria y ha construido aquí un argumento más enrevesado y un desarrollo del mismo más trabajado, meditado y medido. 
   Si la trama es sólida también lo son los personajes, aunque sean secundarios. De todos conocemos sus razones y su evolución y en su justa medida, cada uno hace avanzar el argumento, en un momento temporal u otro. No hay elementos que sobren en la construcción de esta novela. La única que se me queda un poco colgada es Léa, cuyo personaje me parece en la novela tan leve e insustancial como la propia vida que encarna. 
    Mercedes urde la trama de esta novela con un hilo argumental vigoroso y bien dosificado, unos personajes sólidos y bien desarrollados y un lenguaje sencillo pero cuidado que, en los diálogos, se convierte en coloquial y no obvia los tacos y palabras malsonantes (aunque quizá sean un poco excesivas para mi gusto pero, en cualquier caso, reproducen un idiolecto que se ajusta perfectamente al que podría tener un hombre de la edad y la trayectoria de Gonzalo y a los contextos informales en los que, en general, se mueve dentro de la novela, al tiempo que ofrece información sobre el tipo de relación que une a Gonzalo y a Juanma: habla sin hablar de confianza, de vínculo fuerte, de libertad, de igualdad, de amistad, de hermandad). Consigue así una receta redonda con todos los ingredientes justamente medidos y bien integrados. Al lector solo le queda servir y degustar. ¡Bon appétit!
    Nos seguimos leyendo.




    Incluyo este libro en los siguientes retos:
  •  Desafío100 libros: 72/100
  • Reto Sumando: 30/2013

lunes, 19 de agosto de 2013

"Nacer mujer en China", de Xinran Xue: un doloroso retrato de la situación de la mujer

      Ficha técnica:


Título: Nacer mujer en China. Las voces silenciadas   Autora: Xinran Xue
Editorial: Booket        Género: novela testimonial, biografía Páginas: 304     
Publicación:  23/01/2007       ISBN:  978-84-96580-19-0

Sinopsis (editorial):


   El 1989, con los primeros indicios de apertura del régimen comunista chino, la periodista Xinran Xue inició un programa radiofónico en el que invitaba a las mujeres chinas a hablar de sus experiencias personales. El libro es una recopilación de esos testimonios, tanto de las esposas privilegiadas de los líderes del partido como de las mujeres de los campesinos.
  Desde que tengo uso de razón me ha interesado el universo femenino y, sobre todo, la lucha por la igualdad y la denuncia de las injusticias, humillaciones, vejaciones y situaciones de abuso de poder que la mujer sufre solo por el hecho de serlo, así que en cuanto supe que existía este libro tuve ganas de leerlo. Por unos motivos u otros, lo he ido dejando hasta ahora y tengo la sensación de que, efectivamente, este era el momento de leerlo: no es un libro que se pueda o se deba leer en cualquier circunstancia. Xinran recoge testimonios durísimos, algunos (por no decir todos) realmente desgarradores y creo que es necesario, primero, saber con lo que vas a encontrarte en sus páginas para prepararte para lo que vas a leer y, segundo, estar en un momento de tu vida en que leer este tipo de testimonios te va a enriquecer y no te va a hundir, además de que (creo) hace falta leerlo con tiempo. No es una obra farragosa, el estilo es muy limpio, muy periodístico, no tiene alardes de creación literaria sino el relato puro y doloroso de la situación que viven las voces silenciadas hasta que Xinran les dio voz, pero sí es verdad que las historias requieren una cierta calma para aprehender todo el dramatismo que encierran, además de que las protagonistas merecen que el lector pase tiempo con ellas, que las conozca, que las entienda, que sepa de su sufrimiento.
  El libro mezcla literatura y periodismo para ofrecer algunos de los muchos testimonios recogidos por Xinran durante su época como periodista. Por eso, al relato de las vidas de diferentes mujeres, Xinran suma su pasado y sus propias experiencias relacionadas con la radio y sus vivencias como periodista en una etapa de la historia de China en la que los profesionales de los medios de comunicación están socialmente muy bien considerados, aunque han de lidiar día a día con las exigencias y censuras del gobierno.
  Xinran se propone averiguar cuál es la situación de la mujer en China y el resultado de su investigación no puede ser más desgarrador: mujeres ninguneadas, olvidadas, utilizadas como mera herramienta, violadas, vejadas, injuriadas, encarceladas, humilladas... Ni las esposas de los mandatarios ni las pocas mujeres con éxito profesional se libran de una vida privada desoladora, como ese el caso de la propia Xinran. Me ha resultado pavoroso descubrir un régimen político en el que las personas son meros peones que cumplen determinadas funciones y que son movidos de casilla cuando conviene al juego, sin pensar en sus propias necesidades y vínculos. 
   Xinran desnuda el corazón de las mujeres para mostrar todo lo que guardan dentro: el amor que no se puede mostrar, el amor que espera durante 40 años, el amor a los hijos, el amor a otras mujeres, la incomprensión y, sobre todo, el dolor de la humillación. Porque una de las situaciones más frecuentes de las que se habla es la violencia ejercida contra las mujeres, comenzando por el abuso sexual y la violación. Son muchos los testimonios de violaciones recogidos en el libro, relatos realmente desgarradores que recogen no solo el momento en el que el abuso tiene lugar sino, sobre todo, las terribles consecuencias para quienes lo padecen: el dolor, la enajenación mental, el odio o temor hacia los hombres, embarazos no deseados... La violación es uno de los abusos cometidos contra las mujeres que, personalmente, me parece más abominable: es la humillación por el mero hecho de que uno es hombre y la otra mujer, es la animalización del ser humano, la maldad del que se cree superior y utiliza esa posición de privilegio para herir, la cosificación de la mujer convertida en mero recipiente de ¿placer? Ni siquiera estoy segura de que produzca placer sexual, creo que en muchas ocasiones se queda en el espurio placer que produce a ciertas personas (¿siguen siendo personas? No para mí, desde luego) la dominación del más débil o del que crees inferior a ti, la supremacía del hombre vinculada no a su capacidad intelectual y el mérito de sus obras, sino exclusivamente a sus atributos físicos y su fuerza. 
  Xinran descubre para el lector occidental un mundo de humillaciones desconocido, da voz a las silenciadas para que se hagan oír por todo el mundo. Sus testimonios se convierten en denuncias, en relatos tan reales como desgarradores que ningún lector con corazón puede conocer sin romperse por dentro. Xinran desgrana todo un catálogo de situaciones vejatorias cometidas en nombre de la ideología, del poder, del dinero, de la mera fuerza física y, sobre todo, de una sociedad que relega a las mujeres a un papel no ya secundario sino meramente instrumental, en muchos casos (en este sentido, el último de los capítulos es realmente sangrante).
  Nacer mujer en China me parece un libro magistral, una obra para conocer la situación que muchas mujeres han vivido y que, desgraciadamente, siguen viviendo en muchos rincones del planeta. Una obra para hacer reflexionar y, quiero pensar, también para mover a la acción y que también puede servirnos como aviso en este mundo primermundista, occidental, que creemos avanzado y super moderno pero en el que algunos de sus habitantes se siguen aferrando a la amenaza, la coacción o la violación como método para infundir miedo a la mujer (solo este verano he leído algunos artículos me han dejado patidifusa, en este sentido, como el de esta periodista inglesa que recibió amenazas de violación en Twitter por emprender una campaña para evitar que las mujeres dejaran de estar representadas en los billetes del Reino Unido, la polémica sobre el trato a las mujeres en San Fermín, por no hablar de lo que está ocurriendo en Siria, como las violaciones de niñas utilizadas como arma de guerra, entre otras atrocidades).
  Nos seguimos leyendo.




    Incluyo este libro en los siguientes retos:
  • Desafío100 libros: 82/100
  • Reto Sumando: 20/2013 
  • Reto Autores de la A a la Z: X

miércoles, 14 de agosto de 2013

"Helen no puede dormir", de Marian Keyes: la pequeña de los Walsh muestra su faceta más profesional y también la más oscura


     Ficha técnica:


Título: Helen no puede dormir   Autora: Marian Keyes
Editorial: Plaza & Janés        Género: novela             Páginas: 528     
Publicación:  Abril 2013       ISBN:  9788401354199

Sinopsis (editorial):


   Helen Walsh, detective privada, está pasando una muy mala racha que le obliga a volver a instalarse en casa de sus padres. De repente recibe un nuevo encargo: encontrar al miembro de una banda musical que ha desaparecido justo antes de un concierto importante.

   Helen Walsh no cree en el miedo -es un invento de los hombres para conseguir los mejores puestos y más dinero-, pero lo que no puede negar es que el mundo se está desplomando a su alrededor. Es detective privado y tiene cada vez menos trabajo, la van a desahuciar de su piso y ahora vuelve a encontrarse con todos sus demonios. Y uno de ellos es Jay Parker, un ex novio encantador, aunque nada fiable, que le pide que localice a un cantante desaparecido. En cinco días, Wayne Diffney tiene que tocar en un concierto muy importante, pero se ha esfumado sin dejar rastro. La relación de Helen y Jay acabó tan mal que ella se pone enferma solo con oír su nombre. Además, ahora tiene un nuevo novio, Artie Devlin, muy considerado y muy sexy, y con quien se lleva de maravilla... Si no fuera por su ex mujer, que siempre está por casa, y por su hijo, que odia a Helen... Pero ella nunca obedece las reglas, ni siquiera las suyas propias, y su peor enemigo está en su propia cabeza.
  Cada vez estoy más segura de que, para bien o para mal, Marian Keyes ha abandonado el camino de la literatura chick definitivamente. Quedan toques del humor que caracterizaba a sus primeras obras, pero la chispa, la locura, el romanticismo, la frescura y el ritmo frenético de las novelas con las que adquirió fama mundial ha quedado atrás para dar paso a historias más sosegadas, con más poso, más medidas, algunas de las cuales hablan de cuestiones vitales de suma importancia, más allá de que tu chico te ponga los cuernos o te vayas a quedar soltera para toda la vida. Para mí, lo mejor es que la transición ha sido progresiva, no hay una obra en la que digas: "no, esta no es Marian Keyes, esto es totalmente diferente a Claire se queda sola". No hay una novela bisagra que divida su bibliografía en dos. Creo que ha sido un proceso de crecimiento personal y literario que ha desembocado en lo que hoy son sus novelas: siguen manteniendo un sello personal pero Keyes no se ha limitado a escribir la misma historia y una otra vez, sino que ha evolucionado y ha hecho evolucionar a sus lectores al mismo tiempo. Probablemente, alguno se haya quedado por el camino, pero también estoy convencida de que ha ganado otros muchos en estos casi 20 años que han pasado desde que publicarse Claire se queda sola.
  A pesar de esa evolución, de ese mayor dramatismo, hay algo que las une a todas, más allá del estilo literario de la autora: la reflexión sobre la constante búsqueda de la felicidad, los momentos de crisis y cómo reponerse a ellos, la soledad y las pequeñas alegrías del día a día. 
   En esta ocasión, Keyes regresa a la familia Walsh para contarnos la historia de la pequeña de las hermanas, Helen, a la que ya conocemos de otras entregas. Helen ha crecido, quizás ha también ha madurado pero, desde luego, su vida no se parece a lo que ella querría que hubiera sido. Ni siquiera a lo que muchos lectores nos habíamos imaginado, atendiendo a lo que sabíamos de ella hasta ahora. Helen convive con una enfermedad tan incomprendida como la depresión, explica cómo le hace sentir y las resistencias que encuentra a su alrededor: desde quienes creen que la depresión no es una enfermedad real, hasta quienes no saben cómo reaccionar y acaban dando de lado al enfermo solo porque ellos mismos no saben cómo hacerle frente. Me ha interesado mucho esta parte de la narración porque de pequeña viví un episodio de depresión grave en un familiar muy cercano y no acabé de entender muy bien qué pasaba, ni qué sentía... Así que desde entonces, es una cuestión que me interesa especialmente.
  Poco o nada hay de novela romántica en esta obra y bastante de novela de intriga, detectivesca. Helen es detective privado y ha de investigar la desaparición de uno de los integrantes de un antiguo grupo pop irlandés, a punto de volver a los escenarios, mientras lidia con un nuevo episodio de depresión con tendencias suicidas. La trama relacionada con esta investigación centra la novela y va avanzando sin prisa pero sin pausa gracias al tenaz trabajo de Helen y a una serie de intuiciones a las que le sabe sacar muy buen provecho. 
  Además de la depresión, la actual crisis económica aparece como telón de fondo de la novela y son muchas las ocasiones en las que Keyes trata de acercarse a las consecuencias que está teniendo en un país como Irlanda y, sobre todo, en sus ciudadanos, que son los que, realmente, han tenido que cargar con ella sobre sus hombros. 
   Los capítulos cortos, el estilo ágil, la trama de intriga... todos ellos son elementos que van tirando del lector y que hacen que la novela tenga una fácil lectura, a pesar del dramatismo o la profundidad de algunas situaciones o reflexiones. Sin perder el toque optimista de sus obras, Marian Keyes ofrece en esta novela un retrato realista y humano de una enfermedad tan cercana y a la vez tan desconocida como la depresión a través de un personaje en ocasiones estrambótico pero que se define como una gran luchadora, en todos los sentidos. Un personaje al que merece la pena conocer.
  Nos seguimos leyendo.



    Incluyo este libro en los siguientes retos:
  • Desafío100 libros: 79/100
  • Reto Sumando: 21/2013 
  • Reto Desafía tu estantería: 1/5

lunes, 12 de agosto de 2013

"La arena del reloj", de Mayte Esteban: en cada uno de nosotros hay una novela y un libro de Historia

  

    Ficha técnica:


Título: La arena del reloj   Autora: Mayte Esteban
Editorial: Amazon    Género: novela corta    Páginas: 84   
Publicación:  2012       ASIN: B007WL1DNS

Sinopsis (Amazon):


  Juan José Esteban siempre ha querido recoger sus recuerdos. Lo deja hasta la jubilación, pero una enfermedad terminal se interpone en su camino.
  Escrita a dos voces, La arena del reloj empuja al lector a la reflexión, a mirarse a sí mismo. Mientras el protagonista va repasando su vida, la autora, su hija, expresa los sentimientos que le produce la enfermedad de su padre.
  Empatía, emoción, rabia, rebeldía ante lo inevitable, discurren ante nuestros ojos mezclados con los recuerdos que entrecruzan su historia y la Historia.
   Es difícil acoplarla a ningún género literario concreto, y quizá esa peculiaridad también la hace diferente.
  La arena del reloj aborda universales comunes a todos los seres humanos. ¿Quién no ama a su familia? ¿Quién puede despedirse de ellos sin romperse de dolor?
   No puede tener más razón Mayte Esteba cuando dice, en el prólogo de esta novela que te deja con ganas de más, que cada persona guarda una novela y un libro de Historia en su interior. Eso es lo que he sentido mientras he leído la obra: lo hermosas que pueden llegar a ser las pequeñas historias, las que no tienen grandes afrentas, ni decepciones, ni enormes obstáculos que ir sorteando, esas que se alimentan de las pequeñas alegrías del día a día, de las zancadillas que la vida te va poniendo delante para hacerte más fuerte y de las batallas que se ganan a la larga, cuya victoria se saborea cuando el último grano de arena de tu reloj se desliza hacia el otro lado: la satisfacción de haber vivido una vida plena y feliz. Y el otro gran pensamiento que me ha acompañado mientras leía los recuerdos de Juan José es la cantidad de Historia que guardamos cada uno de nosotros. No esa Historia que habla de grandes guerras, de invasiones y de conquistas, sino la Historia de la evolución, de la prosperidad, del cambio que van sufriendo las sociedades; la Historia de las estrecheces de la posguerra y el camino hacia la abundancia actual. Juan José no fue testigo de la Historia, fue protagonista y así nos los trasmite en los retazos de memoria que comparte con el lector.
  Me ha encantado que alguien me cuente en primera persona cómo era la España de los 40 y de los 50 y de los 60, las décadas en las que Juan José fue niño, adolescente y joven que empezaba a vivir. Todos las conocemos, por referencias, por lecturas, o por las batallitas de tus propios abuelos... pero siempre hay algo nuevo que descubrir. En mi caso, he descubierto parte de la Historia de mi pueblo de adopción, Azuqueca, y de su provincia. Y también de Alcalá de Henares. He disfrutado muchísimo de las historias de Juan José, sobre todo porque las comparaba con cómo funcionan ahora las cosas y me dejaban boquiabierta. En cierto modo, no he leído la novela: ha sido Juan José el que me ha contado su vida, como si de mi propio abuelo se tratase.
  La voz de Juan José es la principal del relato: es el guía que, en primera persona, va mostrando lugares, costumbres, personas, cambios, rincones, pensamientos y sentimientos. Pero también escuchamos la voz de la autora, que va contextualizando mínimamente el relato de su padre, ofreciendo algunos datos complementarios, algún pequeño comentario o análisis de lo explicado y, sobre todo, desnudando su propia angustia, desgranando su tristeza ante la enfermedad y el fallecimiento del protagonista de la historia.
  La narración fluye desnuda, sin florituras ni dosificación de intrigas, más allá de la mera estructuración temporal de la que fuera vida de Juan José: el libro está dividido en tres partes que se corresponden con las tres edades principales del protagonista, infancia, juventud y madurez. Y no necesita más. No necesita fuegos artificiales, ni juegos de palabras, ni alardes de estilo. En estas páginas fluye la literatura como fluye la vida: como un río cristalino que descubre la verdad de la existencia. Si acaso, la autora se permite una preciosa metáfora que da título a la obra y que explica en las páginas finales: la de la vida como reloj de arena que es volteado en cuanto nacemos y cuya arena va cayendo hasta que se agota, sin que sepamos qué cantidad de ella soporta nuestro recipiente ni cuándo caerá el último grano. Un hermoso homenaje que se convierte en un auténtico canto a la vida y al amor que nos proporciona la familia.
  Nos seguimos leyendo.



    Incluyo este libro en los siguientes retos:
  • Desafío100 libros: 80/100
  • Reto Sumando: 18/2013 

lunes, 5 de agosto de 2013

"El sol de Argel", de Esther Ginés: una novela sugerente que dice mucho más de lo que cuenta




    Ficha técnica:


Título: El sol de Argel            Autora: Esther Ginés 
Editorial: Ediciones Carena    Género: novela             Páginas: 276
Publicación: 25/06/2013    ISBN: 978-84-08-11433-8

Sinopsis (editorial):


  Matías tiene treinta años y una vida prometedora, pero decide suicidarse. Martín, su gemelo idéntico, desconoce qué lo condujo a actuar de esa manera. Desorientado e incapaz de pasar página, emprende una acelerada investigación que cambiará su forma de entender la estrecha relación que los unía. Convertido casi en un detective, se sumerge en los últimos meses de vida de su hermano para encontrarse con un Matías desconocido. ¿Con quién se citaba en un antiguo edificio medio derruido en el centro de Madrid? ¿Quién es M., esa misteriosa persona de la que él nunca oyó hablar y que alteró la existencia de Matías? El sol de Argel es una novela de identidades, de cómo no somos quienes creemos o decimos ser. Una historia de búsquedas, de encuentros y desencuentros. Un viaje que todos, en algún momento de nuestra vida, hemos emprendido.
   Si de todas las palabras del mundo tuviera que elegir una sola para definir esta novela escogería sugerente. La primera obra de Esther Ginés me ha parecido muchas cosas pero, sobre todas ellas, sugerente: creo que incluye tantos cabos de los que el lector puede tirar y completar su lectura que confieso que he tardado más en leer este libro de lo que sus 276 páginas me hacían pensar porque había veces que me quedaba parada pensando en algo de lo que había dicho Martín, el personaje central de la novela y su narrador en primera persona, o seguía leyendo mientras mi cabeza andaba desarrollando algo sugerido en el texto, con lo que tenía que volver atrás para retomar el hilo de la narración, porque no me había enterado de nada de lo que había leído en los últimos párrafos. De hecho, es que me ha pasado una cosa curiosísima con esta novela: al principio, reflexiona mucho sobre los gemelos, idénticos en este caso, sobre cómo los padres se esfuerzan en que se vean a sí mismos como dos personajes diferentes, dos entes individuales y no un mismo ser dividido en dos cuerpos. Todo lo que se cuenta en la novela sobre este tema me parece interesantísimo porque es que, además, hace un par de meses vi en el metro a dos señoras como unos cincuenta años, gemelas idénticas, vestidas exactamente igual, y desde entonces he estado pensando mucho en todo eso: en cómo se sentirían, si creerían que son dos personas o solo una, en cómo habrán vivido sus vidas... El caso es que durante la primera parte de la novela, he estado subrayando y anotando todo lo relacionado con esas preguntas previas que yo me había hecho, buscando paralelismos entre la literatura y realidad. Y cuando he llegado a la segunda parte de la obra y he visto que Martín hacía exactamente lo mismo con El extranjero de Camus, novela en la que buscaba a su hermano, explicarse su forma de ser, identificarlo con el protagonista... sinceramente, me he sentido dentro del libro. Así que por ese motivo, por la narración en primera persona y por la disección de sentimientos y sentimientos que realiza he empatizado muchísimo con el personaje central, por lo que he sentido esta novela muy muy dentro.
  La novela comienza como una historia de intriga, con toques policíacos (Martín se convierte en investigador de la muerte de su hermano Matías; como dice él mismo, se disfraza de investigador para buscar las causas de su suicidio); una investigación que va perdiendo su pulso para ir derivando hacia una novela intimista y psicológica en la que Martín va desangrándose, deshojándose, descubriéndose, diseccionando todo lo que tiene que ver con su hermano: desde su pasado en común hasta su presente, su pareja, su diario... Esa novela de introspección volverá a cambiar cuando Matías encuentre a la gran incógnita de la obra, esa M. del diario de Matías, que acabará convirtiéndose en la Mirna que le rescatará del frenético luto en el que se había ido hundiendo. Comienza así una época de felicidad en el libro que tampoco será duradera: Mirna vive en un edificio a punto de ser derribado, así que la fecha del inicio de las obras pende como un espada sobre sus cabezas, enrareciendo su relación. El final, abierto, me ha parecido muy simbólico: ese edificio que fue esplendoroso pero que ahora está en ruinas que empieza a caer definitivamente para construir, sobre él, algo nuevo, abre, también, una nueva etapa en la vida de Martín.
  En realidad, el edificio ejerce una función simbólica desde el momento en el que aparece: primero es el temor a lo desconocido; después, el paraíso en el que ser feliz en medio de la jungla de asfalto madrileña y, finalmente, la esperanza de lo nuevo que está por venir.
   Creo que, como en el caso del edificio, toda la novela permite varias lecturas: a la lectura del argumento como tal y de la trama urdida para desarrollarlo se unen las lecturas personas que cada lector puede extraer al hilo de todas las reflexiones que va proponiendo la autora. Así, hay una clarísima reflexión sobre la identidad propia, sobre quiénes somos y cómo nos presentamos ante los demás frente a la verdad que ocultamos y nos guardamos para nosotros mismos. Matías es el paradigma de este tipo de personalidad cerrada y opaca a la que nadie puede asomarse: ni Carla, su pareja; ni Martín, ni la madre de ambos... ni tampoco M. Su suicido hace caer la máscara tras la que Matías se ocultaba, pero ya es demasiado tarde para conocerle: no ha dejado en el mundo pistas suficientes para saber lo que ocultaba su alma. Todo ello siembra en el lector la duda sobre si realmente conocemos a quienes tenemos cerca, si son lo que nos muestran, hasta qué punto se puede mantener la máscara puesta, cómo nos relacionamos con quienes están a nuestro lado, hasta qué nivel nos desnudamos frente a ellos.
    La identidad (opaca, misteriosa) de Matías contrasta con la de un Martín que se nos muestra en cada página del texto, aunque oculte (o trate de ocultar: para su madre, Martín es un libro abierto) lo que siente a los demás personajes. Hasta que los muros no puedan contener todo lo que guarda dentro y se aleje definitivamente de Matías, derramando sobre Mirna toda la tensión acumulada desde el suicidio de su hermano. 
   La reflexión sobre la individualidad y la dualidad al hilo de los gemelos (potenciada por el juego de los nombres, los espejos, la similitud física y los sueños en los que Martín se convierte en Matías) se une a la referencia a la lucha entre el individuo y la sociedad, manifestada en el libro a través de las múltiples referencias a El extranjero. Y este no será el único guiño metaliterario de la novela: hay continuas trasposiciones de momentos literarios a sucesos acontecidos en la obra, como cuando Martín entra en el jardín de Mirna y se siente como Alicia entrando en el País de las Maravillas, se siente al otro lado del espejo. Son varias las ocasiones en las que Martín echa mano de la literatura para explicar la vida, como ya hemos visto que hizo con el protagonista de El extranjero y su hermano, proponiendo, así, una reflexión sobre el consuelo que nos dan los libros en determinados momentos y sobre la grandeza de una literatura que buscar explicar la vida, hacer las preguntas correctas para que cada lector encuentre las respuestas que anda buscando.
  Creo que Esther Ginés ha creado una novelita muy grande: es pequeña en tamaño pero grande en sugerencias; se lee rápido pero deja poso; dice más de lo que cuenta y nos presenta a unos personajes entrañables y un profundo análisis del ser humano a partir de sus miedos, sus pensamientos, sus máscaras, sus bloqueos, sus sentimientos, sus sueños, sus obsesiones, sus huídas, sus refugios y los mecanismos de su propia memoria.
  Nos seguimos leyendo.      

   Agradezco a Albanta, de Adivina quien lee, que organizara el sorteo y la lectura conjunta de esta novela y a la autora su generosidad para no dejar a nadie fuera y que todos pudiéramos disfrutarla. Ha sido un placer.

   Incluyo este libro en los siguientes retos:
  •   Desafío100 libros: 77/100
  • Reto Sumando: 15/2013           


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