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miércoles, 4 de octubre de 2017

"Platero y yo", de Juan Ramón Jiménez: una auténtica maravilla



Título: Platero y yo
Autor: Juan Ramón Jiménez
Editorial: Anaya
Género: novela, prosa poética, costumbrismo
Páginas: 200
Publicación: 14/02/2000
ISBN: 978-84-207-2636-6

 La edición de este "Platero y yo" ha sido atentamente cuidada por Ana Suárez Miramón. Sus explicaciones previas sitúan a Juan Ramón Jiménez en la literatura de principios de siglo. El revelador estudio final expone las claves temáticas y formales más importantes en la obra. Y en la lectura de cada página el alumno estará siempre orientado con ayuda de las oportunas notas y comentarios que realzan y esclarecen las múltiples sutilezas de un texto aparentemente sencillo y, a la vez, de una extraordinaria riqueza simbólica.
   Aprovechando que este verano íbamos a pasar nuestras vacaciones en Mazagón (Huelva), muy cerquita de Moguer, localidad natal de Juan Ramón Jiménez, le propuse a Lucía que leyéramos juntas Platero y yo (o al menos una parte) y visitáramos después la casa natal del autor. La primera parte del plan salió bien pero la segunda... no tanto: el día que habíamos reservado para acercarnos a Moguer, la casa estaba cerrada. Y lo peor es que ya no teníamos más días para verla. Así que nos quedamos con la fachada y un paseíto por el pueblo que, la verdad, es precioso.
    Yo creo que había leído ya esta obra del Premio Nobel Juan Ramón cuando era pequeña (al menos, como supongo todos o casi todos, me sabía el comienzo y recuerdo haber tenido el libro de pequeña, así que supongo que lo habría leído) pero no recordaba el contenido en sí. Así que ha sido como descubrir por primera vez una obra que, con todo merecimiento, ha pasado a la Historia de la Literatura y se ha convertido en todo un clásico.
    Además, el momento relajado de las vacaciones me permitió paladearla. Y es que creo que a Platero hay que leerlo así: despacio, saboreando cada palabra, cada impresión de color, cada imagen táctil, cada metáfora, cada descripción, cada costumbre, cada cuadro (porque más que escenas, son cuadros los que encontramos en esta obra) que Juan Ramón pinta para nosotros.
    Obviamente, a Lucía le costó entrar en la obra y no la ha terminado. Y ello, no solo por el lenguaje poético y "todas esas palabras raras" que aparecen (pero que están debidamente explicadas en esta edición de Anaya, que me ha gustado mucho y que me parece muy, muy práctica para quienes se acerquen a esta obra) sino porque el ritmo y, sobre todo, el desarrollo de la trama son totalmente opuestos a lo que los niños de hoy en día (y buena parte de los adultos) están acostumbrados. Hoy predomina la acción, la intriga, la aventura y Platero es calma, sosiego y belleza en cada palabra. Hay, pues, que cambiar el chip y creo que es algo que hay que ir haciendo poco a poco, no de golpe, en dos semanas antes de las vacaciones. Así que le iré dando capítulos a Lucía o textos que vayan teniendo más cosas que solo aventura, a ver si voy acostumbrando su paladar. Aunque no es un objetivo nuevo: este verano ha estado leyendo capitulitos de El lazarillo de Tormes, que ese sí que es exigente con el castellano antiguo.
    Me ha encantado redescubrir este libro sobre todo por la parte sensioral, el trabajazo de Juan Ramón por transmitir todas esas sensaciones e impresiones sensoriales (luz, color, calor, tacto...) a traves de las palabras, pero también por el fondo de la obra. Un fondo que se nos presenta en forma de escenas sueltas, muchas de ellas costumbristas, pero que nos hablan de muchísimos temas interesantes: la pobreza, la infancia, la injusticia, la violencia, la brutalidad del hombre, la naturaleza, la vida en los pueblos, las costumbres de la época... 
     La extraordinaria sensibilidad y capacidad literaria y poética de Juan Ramón quedan claramente expuestas en esta obra que es un auténtico tesoro y, desde luego, una de las joyas de nuestra literatura.
     Nos seguimos leyendo.
   Incluyo este libro en los siguientes retos:
  •  Reto 100 libros57/100
  •  Reto Genérico: 31 (1/2 clásicos)/40
  •  Reto Olvidados11 (1914)

viernes, 28 de julio de 2017

"Al calor del verano", de John Katzenbach: explorando la relación entre asesino y confidente

Gracias a Ediciones B, estoy revisando buena parte de la obra de John Katzenbach para Anika entre Libros, cosa de la que estoy encantada. Hoy rescato para el blog su primera novela, Al calor del verano.

Título: Al calor del verano
Título Original: (In the Heat of Summer, 1982)
Autor: John Katzenbach
Editorial: Ediciones B Colección: MAXI,Biblioteca Katzenbach
Copyright:
© John Katzenbach, 1982
© Ediciones B, S.A., 2017
Traducción: Nora Escoms
Edición: 1ª Edición: Marzo 2017
ISBN: 9788490703441
Tapa: Blanda
Etiquetas: películas, psicópatas, sociópatas, asesinos en serie, género negro, misterio, intriga, literatura estadounidense, novela, periodismo, thriller, soldados, opera prima, guerra de Vietnam, periodistas, estrés postraumático
Nº de páginas: 384

Argumento:

  Tras la muerte de una joven, el asesino se pondrá en contacto con un periodista para anunciarle que esta solo es su primera víctima y que quiere que los ciudadanos de Miami sientan un pánico extremo. Cumplirá su amenaza y seguirá matando y llamando a Anderson para alimentar el morbo de sus lectores, mientras el periodista buscará la manera de pararle y descubrir cuál es su motivación oculta. Lo que no sabe Anderson es el coste personal que tendrá para él dejarse enredar en la tela de araña que el llamado Asesino de los Números ha tejido a su alrededor.

Opinión:

  Me encanta que Ediciones B se haya propuesto ir reeditando las antiguas novelas de John Katzenbach. Gracias a esa iniciativa podemos disfrutar ahora de la primera escrita por el autor, publicada originalmente en 1982 y cuya acción tiene lugar en 1975 (y ello es importante tanto por la cercanía de la Guerra de Vietnam como por las alusiones a determinados sucesos históricos que tuvieron lugar en la época, así como por un clima general, muy diferente al de hoy en día).
  "Al calor del verano" es una estupendísima obra prima que abrió a Katzenbach (y con razón) las puertas del reconocimiento literario aunque es cierto que se nota una cierta... no sé si llamarlo inocencia pero sí, desde luego, una mayor simpleza en la trama y en la configuración psicológica de los personajes. Con esto no quiero decir que la trama no sea compleja ni que los personajes sean planos. Nada de eso. Lo que quiero decir es que Katzenbach ha ido creciendo como escritor con cada una de sus novelas y las últimas tienen un nivel de elaboración, introspección y reflexión que he percibido en menor medida en este estreno literario.
  Sea como fuere, el autor afila ya sus mejores armas en esta primera novela: la inmersión en el mundo del periodismo, un psicópata que no mata por matar sino que tiene razones para hacerlo y un hilo conductor (en este caso un periodista, que ejerce de protagonista y narrador en primera persona) que tiene sus propios conflictos morales y personales.
  Como luego haría en "Juicio final", Katzenbach echa mano de su oficio (fue periodista especializado en tribunales de un periódico de Miami) para ofrecernos una trama francamente atractiva y lo que (al menos para mí, que soy periodista) es más importante: una reflexión sobre los límites del periodista y del periodismo, sobre las difusas fronteras entre la obligación de informar, el derecho a la información y el puro morbo; el papel social de los medios de comunicación; el poder que consigue la prensa ocultando o publicando determinadas informaciones; la colaboración de los medios con la policía en la resolución de casos criminales; si debe primar la información al ciudadano o la captura del asesino; la espectacularidad que ya de por sí añaden los mass-media a cualquier suceso criminal (simplemente, por ejemplo, poniendo nombre a un asesino, como ocurre aquí, al que la prensa bautiza como "el asesino de los números" porque va numerando a sus víctimas y dejando un papel en ellas con el número que ocupan en su particular carrera asesina); la repercusión de ciertas noticias en la población en general (si un enfoque, por ejemplo, sirve para provocar una oleada de pánico o para calmar los ánimos), etcétera, etcétera, etcétera.
  Pero lo mejor es que todas estas reflexión (muchas de la cuales aparecen explícitamente en la novela en boca o bien del narrador y protagonista o de sus diálogos con su jefe de redacción, la policía u otros personajes secundarios) no nos desvían de la preocupación principal del lector: ¿quién es el asesino de los números y por qué está matando a gente tan dispar (una joven, una madre con una hija, dos ancianos...) e inocente?
  Ese es uno de los grandes temas de la novela: cualquiera puede ser víctima de un lunático como el asesino de este libro. Nadie está a salvo y ni quiera nuestra conciencia limpia nos pone a salvo de muertes como las que se describen en "Al calor del verano".
  Esa falta de culpabilidad por parte de las víctimas enfada y preocupa a los ciudadanos de Miami pero, además, ayuda a sembrar el terror entre ellos. Y eso es justo lo que quiere el asesino: que padezcan el mayor de los pavores, que vivan una situación de pánico extremo, como la que pueden experimentar los soldados que participan en una guerra.
   Y ahí hay otro de los grandes temas de la novela: la guerra y sus consecuencias para quienes intervienen en ella. Desde el shock de matar a sangre fría hasta el estrés postraumático, Katzenbach ahonda en la psique del soldado para ofrecernos una reflexión profunda y concienzuda sobre lo que cualquier enfrentamiento bélico puede llegar a causar en las mentes de quienes participan en ellos. Más allá de los intereses sociales, políticos, económicos o de cualquier índole que desencadenan una guerra, el autor baja a lo concreto, a quienes han de ejecutar órdenes, a quienes han de matar a gente que no les ha hecho nada, a quienes, en realidad, son tan víctimas como quienes resultan muertos.
   Katzenbach recurre en esta novela a un recurso que hemos visto en otras muchas obras literarias, cinematográficas e, incluso, en la realidad: el asesino se pone en contacto con un periodista para ir dando cuenta de los crímenes que va cometiendo. Creo que los diálogos entre Anderson y el criminal son intensos y están francamente logrados y me ha gustado mucho cómo uno y otro se retratan en estas conversaciones. Además, la relación personal que el periodista establece con el asesino le cambia, transforma su perspectiva sobre muchas verdades universales en las que él creía ciegamente y le hace ver que no siempre las cosas son como él pensaba. Al mismo que tiempo que, obviamente, también cambia sus circunstancia vitales y la que había sido su vida cotidiana hasta el momento.
  En definitiva, una obra intensa y reflexiva en la que ya podemos ver el estilo cuidado y aparentemente sencillo de Katzenbach, que nos pone frente a temas la mar de interesantes y que fue llevada al cine en 1985 gracias a una película titulada "Noticias escritas con sangre" y protagonizada por Kurt Russell, Mariel Hemingway y Andy García.
    Enlace a la reseña original.
   Nos seguimos leyendo.

lunes, 12 de junio de 2017

"El cuento de la criada", de Margaret Atwood: una distopía aterradora



Título: El cuento de la criada
Autora: Margaret Atwood
Editorial: Salamandra
Género: novela, distopía
Páginas: 416
Publicación: 2017
ISBN: 978-84-9838-801-5

  Amparándose en la coartada del terrorismo islámico, unos políticos teócratas se hacen con el poder y, como primera medida, suprimen la libertad de prensa y los derechos de las mujeres. Esta trama, inquietante y oscura, que bien podría encontrarse en cualquier obra actual, pertenece en realidad a esta novela escrita por Margaret Atwood a principios de los ochenta, en la que la afamada autora canadiense anticipó con llamativa premonición una amenaza latente en el mundo de hoy.
  En la República de Gilead, el cuerpo de Defred sólo sirve para procrear, tal como imponen las férreas normas establecidas por la dictadura puritana que domina el país. Si Defred se rebela —o si, aceptando colaborar a regañadientes, no es capaz de concebir— le espera la muerte en ejecución pública o el destierro a unas Colonias en las que sucumbirá a la polución de los residuos tóxicos. Así, el régimen controla con mano de hierro hasta los más ínfimos detalles de la vida de las mujeres: su alimentación, su indumentaria, incluso su actividad sexual. Pero nadie, ni siquiera un gobierno despótico parapetado tras el supuesto mandato de un dios todopoderoso, puede gobernar el pensamiento de una persona. Y mucho menos su deseo.
  Los peligros inherentes a mezclar religión y política; el empeño de todo poder absoluto en someter a las mujeres como paso conducente a sojuzgar a toda la población; la fuerza incontenible del deseo como elemento transgresor: son tan sólo una muestra de los temas que aborda este relato desgarrador, aderezado con el sutil sarcasmo que constituye la seña de identidad de Margaret Atwood. Una escritora universal que, con el paso del tiempo, no deja de asombrarnos con la lucidez de sus ideas y la potencia de su prosa.
   Desde que inauguré el Reto Mujeres Laureadas tenía ganas de leer esta novela, fruto de la pluma (y la cabeza pensante) de Margaret Atwood, Premio Príncipe Asturias de las Letras en 2008, entre otros muchos reconocimientos. Pero (siempre pasa lo mismo) lo vas dejando, lo vas dejando... hasta que a HBO se le ocurre hacer una serie con cuyas promos no deja de ponerte los dientes largos y hay que leerlo a toda prisa para no tropezar por ahí con ningún spoiler que te destripe la novela.
     Y menos mal que lo hice porque ¡menuda novela! Desde el primer momento tuve una sensación de incredulidad, de dolor, de miedo, de... casi me atrevería a decir de agresión. Atwood te mete de lleno en un mundo distópico que, para qué vamos a engañarnos, da mucho miedo. Un mundo distópico ultraconservador en el que las mujeres hemos vuelto a ser meros portadores de la semilla de la vida y como tal se nos trata (aunque soy consciente que decir "hemos vuelto a ser" es mucho decir, de eso hablaré más adelante). Un mundo distópico en el que las mujeres no tienen derecho ni a tener nombre propio y solo toman el del hombre que las posee (DeFred, DeGlen...). Un mundo terrorífico que, como todo régimen, también tiene sus corruptelas y sus subterfugios legales.
    La narradora nos va desvelando poco a poco los entresijos de ese universo pavoroso sin demasiados aspavientos. La autora juega con los tiempos narrativos (presente y pasado) para introducir la reflexión de Defred en el relato y para jugar con los sentimientos del lector en los momentos en los que habla en presente y nos va mostrando casi en vivo y en directo lo que va ocurriendo. Al final, uno descubre la justificación de ese cambio de tiempos narrativos aunque esa justificación se queda más en el ámbito de la propia historia; la verdadera razón ya la hemos sentido mientras leíamos.
    Además del pasado que se refiere a ese mundo distópico, hay un pasado que nos habla de un mundo bien parecido al nuestro. Un mundo en el que las mujeres se maquillaban, se bañaban en biquini, iban a la peluquería y leían revistas femeninas. De alguna manera, hay una crítica a esa frivolidad, a esas superficialidad que a veces sentimos como impuesta y a veces pensamos que nos define. Pero también a una defensa feroz de esa manera de vivir a través del pánico que se nos muestra cuando las perdemos.
    Hay crítica y hay reflexión en esta novela pero buena parte de ellas corre a cargo del lector. De hecho, me parece que sería un libro excelente para un club de lectura, porque puede dar lugar a interpretaciones diferentes y, por lo tanto, a debates muy interesantes. Por ejemplo, me encantaría hablar sobre la maternidad obligatoria que se propone en la novela: la infertilidad es, en ese mundo distópico, casi una plaga y las mujeres fértiles están "condenadas" a tener hijos, sin opción. Mi reflexión al respecto me ha llevado a pensar en todas las sociedades en las que, en el fondo, así es, la maternidad es una imposición, algo que no es que la mujer pueda o no pueda hacer, sino que debe hacer. Pero, en el fondo, he pensado que eso ocurre en todas las sociedad, con más radicalidad o menos, y que todas hemos tenido que oír el "¿y vosotros para cuándo?" o el "¿y cuándo vais a por la parejita?" como si una no pueda elegir no tener hijos o quedarse solo con uno.
    Esta reflexión me lleva al pensamiento que dejaba colgado al principio de la reseña. Es cierto que las mujeres hemos avanzado muchísimo pero... hasta cierto punto o determinadas cuestiones no seguimos ancladas en el patriarcado. He leído comentarios tildando esta novela de inverosímil, por estar ambientada en Estados Unidos y no he podido por menos que pensar en la ingenuidad de quienes los escribieron. ¿Que no podemos volver a una sociedad así? Yo de este mundo me lo creo todo y viendo la involución que estamos sufriendo en muchas cuestiones... yo no me atrevería a decir que este libro no sea una advertencia en vez de ciencia ficción.
     En definitiva, me ha entusiasmado esta historia que, sí, deja mal cuerpo (muy mal cuerpo) pero que abre las puertas a muchas reflexiones interesantísimas sobre el papel de la mujer, el sexo, las normas dictatoriales y las corrupciones que subyacen a todo régimen cerrado y castrante y como este.
     Nos seguimos leyendo.
   Incluyo este libro en los siguientes retos:
  •  Reto 100 libros31/100
  •  Reto Olvidados9
  •  Reto Leemos en digital: 9/12

sábado, 27 de mayo de 2017

"La Reina del Sur", de Arturo Pérez Reverte: una novela trepidante




Título: La reina del sur
Autor: Arturo Pérez-Reverte
Editorial: DeBolsillo
Género: novela contemporánea, intriga, aventura
Páginas: 544
Publicación: mayo 2015 (primera edición: 2002)
ISBN: 9788490626597

 «Sonó el teléfono y supo que la iban a matar. Lo supo con tanta certeza que se quedó inmóvil, la cuchilla en alto, el cabello pegado a la cara entre el vapor del agua caliente que goteaba en los azulejos. Bip-bip. Se quedó muy quieta, conteniendo el aliento como si la inmovilidad o el silencio pudieran cambiar el curso de lo que ya había ocurrido. Bip-bip. Estaba en la bañera, depilándose la pierna derecha, el agua jabonosa por la cintura, y su piel desnuda se erizó igual que si acabara de reventar el grifo del agua fría. Bip-bip. En el estéreo del dormitorio, los Tigres del Norte cantaban historias de Camelia la Tejana. La traición y el contrabando, decían, son cosas compartidas.»
   Me ha costado bastante buscar una femme fatale para complementar la correspondiente categoría de la Yincana Criminal. No es un tipo de personaje que me atraiga mucho y tampoco he encontrado en las novelas que he leído a lo largo de mi vida una mujer fatal que me ha llamado la atención. Además, no es un personaje con el que comulgue especialmente, sobre todo si nos atenemos a su definición más canónica (en la Wikipedia, por ejemplo, se habla así de este personaje tipo: "Una mujer fatal —de la expresión francesa femme fatale— es un personaje tipo, normalmente una villana que usa la sexualidad para atrapar al desventurado héroe. Se la suele representar como sexualmente insaciable. Aunque suele ser malvada, también hay mujeres fatales que en algunas historias hacen de antiheroínas e incluso de heroínas. En la actualidad, el arquetipo suele ser visto como un personaje que constantemente cruza la línea entre la bondad y la maldad, actuando sin escrúpulos sea cual sea su voluntad"). En definitiva, que no encontraba ni una historia ni un personaje que me atrajeran lo suficiente como para leer una novela que encajara en el epígrafe de esta semana. 
   Luego me acordé de esta Reina del Sur de Arturo Pérez-Reverte y me dije: "voy a probar, a ver si encaja en la categoría". Y es cierto que Teresa Mendoza no encaja en el modelo de femme fatal más tradicional pero sí que se ajusta a la configuración más moderna del personaje tipo, a eso de que actúa sin escrúpulos y se mueve constantemente en la línea que separa la bondad de la maldad. Y si no la bondad, lo que podríamos llamar normalidad.
   Sobre todo porque, hasta cierto punto, nos es presentada como una mujer a la que las circunstancias han convertido en lo que es. Tuvo la suerte o la desgracia de nacer donde nació, de tener un novio metido en el tráfico de drogas, de ir a la cárcel y conocer a otra mujer que le propondría otro negocio relacionado con las drogas... Al final la sensación que he tenido es que, bueno, la pobre mujer no tenía otro remedio que dedicarse al contrabando y al narcotráfico. Y eso... pues me ha dejado un poco a medias. Porque, sí, Teresa es una narcotraficante con todas las de la ley pero me hubiera gustado que estuviera... no sé... más convencida de ello.
   El resultado final es que una no sabe si es heroína o villana, víctima o verdugo. Y me gusta el juego, la propuesta de que todos podemos ser lo uno y lo otro depende de cómo reaccionemos a lo que nos ocurre o de cómo nos tomemos lo que nos pasa o de las decisiones que tomemos o dejemos de tomar. Pero para una protagonista de estas características con la que me topo... pues me hubiera gustado que su dibujo estuviera más definido, que fuera más fuerte y decidida, aunque en este caso fuera para mal.
   Más allá del personaje principal, me ha gustado mucho el ritmo, la estructura y la trama de la novela (incluido un giro final que yo no esperé y que le dio sentido a muchas cosas, al tiempo que dio también un vuelco a la estructura que me gustó mucho). La novela se lee muy fácilmente gracias a la prosa ágil y bien construida de Pérez-Reverte y al propio tema en sí, atractivo e interesante.
   De igual modo, también me gustó mucho el juego metaliterario, el guiño a la autoficción que se incluye: el del escritor que recoge documentación y realiza entrevistas para escribir una obra sobre Teresa Mendoza. Cambiar la perspectiva y apoyar la narración en "testimonios reales" me parece que le da un toque muy peculiar a esta novela, un toque que me ha gustado mucho.
  Este juego metaliterario también da pie a un cambio de narradores y, por lo tanto, de puntos de vista que también me ha resultado interesante. En la novela escuchamos la voz en primera persona del escritor que se documenta para construir o,  mejor, reconstruir la vida de Teresa Mendoza y los capítulos o fragmentos así presentados se van entrelazando con los narrados en tercera persona, en los que sí se nos habla de la vida de la Reina del Sur, desde un punto de vista más objetivo y alejado. Y que, además, no juzga, lo cual me ha resultado curioso teniendo en cuenta el tema de fondo que se trata en la obra.
   Y, finalmente, también me ha encantado toda la ambientación de la novela. El autor consigue que la obra sepa a México, a corridos y a narcotráfico. Y aunque es cierto que se queda con esta parte tópica del país (la que le interesa para la novela, claro está), también es verdad que levanta como pocos ante los ojos del lector un ambiente perfecto que es más que un mero escenario en el que situar la acción y que hace no solo que la novela se lea mejor o sea más realista, sino que logra que casi casi se viva, se escuche y se huela.
    En definitiva, Pérez-Reverte nos ofrece una gran novela, interesante y bien tramada, ambientada de una forma excepcional y con un personaje principal que despierta muchas preguntas y reflexiones en el lector.
     Nos seguimos leyendo.
   Incluyo este libro en los siguientes retos:
  •  Reto 100 libros27/100
  •  Reto 25 españoles16/25
  •  Reto Olvidados: 7
  •  Reto Leemos en Digital: 7/12

sábado, 20 de mayo de 2017

"La playa de los ahogados", de Domingo Villar: una novela policíaca canónica muy interesante

http://www.siruela.com/catalogo.php?id_libro=2825&completa=S



Título: La playa de los ahogados
Autor: Domingo Villar
Editorial: Siruela
Género: novela policíaca, intriga
Páginas: 448
Publicación: 2009
ISBN: 978-84-16465-03-3

  Un marinero ahogado en la costa gallega.
   Un pueblo que calla.
   Un misterio por resolver…
   Una mañana, el cadáver de un marinero es arrastrado por la marea hasta la orilla de una playa gallega. Si no tuviese las manos atadas, Justo Castelo sería otro de los hijos del mar que ­encontró su tumba entre las aguas mientras faenaba. Sin testigos ni rastro de la embarcación del fallecido, el lacónico inspector Leo Caldas se sumerge en el ambiente marinero del pueblo, tratando de esclarecer el crimen entre hombres y mujeres que se resisten a desvelar sus sospechas y que, cuando se deciden a hablar, apuntan en una dirección demasiado ­insólita.
   Un asunto brumoso para Caldas, que atraviesa días difíciles: el único hermano de su padre está gravemente enfermo y su colaboración radiofónica en Onda Vigo se está volviendo insoportable. Tampoco facilita las cosas el carácter impulsivo de Rafael Estévez, su ayudante aragonés, que no acaba de adaptarse a la forma de ser del inspector.
   Tenía pendiente de leer esta novela desde poco después de que saliera a la venta, allá por 2009, pero por hache o por be (y no por falta de ganas) la he ido dejando y dejando y dejando. El estreno en 2015 de la película basada en la novela, protagonizada por Carmelo Gómez (actor que me encanta), volvió a incrementar mis ganas de leer esta novela pero no ha sido hasta que vi que la Yincana Criminal pedía una novela cuya acción transcurra en un ambiente rural cuando le he dado el empujón definitivo. Una vez leída la novela, comento mis impresiones sobre ella.
     Lo primero que he de decir es que no ha defraudado mis expectativas. La playa de los ahogados en una novela policíaca bastante canónica, con su asesinato por resolver y su pareja de investigadores. También el desarrollo es lineal y la resolución final también entra dentro de los cánones del género. Así pues, los amantes de la novela policíaca más tradicional (la que sabe más a género negro que a thriller) estarán encantados con ella.
    Y como toda novela policíaca que se precie, tiene un protagonista tremendamente atractivo, en este caso, no porque haga locuras o se salte todos los procedimientos y normas sociales (como hemos visto en otras obras del género) sino que se gana al lector por su sobriedad y su carácter reflexivo. Leo Caldas es uno de esos personajes a los que es fácil imaginar y recrear y con los que apetece pasar tiempo, así que seguiré leyendo tanto el libro anterior (Ojos de agua) como Cruces de piedra, la tercera entrega protagonizada por él.
    Camina al lado de Caldas su ayudante Rafael Estévez, contrapunto en casi todos los sentidos de Caldas, lo que convierte a esta pareja en un elemento que funciona muy bien dentro de la novela, sin salirse, nuevamente, de los cánones del género. Iracundo e impulsivo, Estévez es lo opuesto a Caldas y, además, añade el punto si no humorístico, sí gracioso de la novela.
    No son tan canónicos los dos elementos de la novela de los que voy a hablar ahora. Por un lado, el paisaje. Es cierto que cada vez estamos acostumbrados a la novela negra que se desarrolla en ambientes rurales o naturales pero creo que no había leído hasta ahora ninguna en la que el peso de lo marítimo fuera tan importante. La playa de los ahogados sabe a Galicia por los cuatro costados y a uno de sus oficios más tradicionales: la pesca. Creo que Villar consigue engarzar el guiño a las costumbres y los modos de hacer de los marineros y pescadores con una intriga policíaca que mantiene el interés hasta el final. Y me ha resultado muy interesante el acercamiento a este mundo tan desconocido para mí.
    El segundo elemento novedoso (y que me ha encantado) es la apertura de todos los capítulos con la definición de una palabra que será importante para lo que ocurre en sus páginas. Me ha resultado una forma muy agradable de entrar en cada nuevo capítulo y me ha gustado mucho el guiño lingüístico y, hasta cierto punto, metaliterario, por cuanto la inclusión de varias de las acepciones de una sola palabra me ha hecho pensar en el quehacer literario, en la búsqueda del significado más preciso y en lo sugerentes que pueden llegar a ser las palabras por sí mismas, sin arropos ni compañías, en la sólida desnudez de su puro (o sus puros) significado.
  Y, obviamente, como periodista y ex trabajadora de la radio, me ha encantado todo lo que tiene que ver con el programa en el que colabora Caldas, tanto la parafernalia que hasta cierto punto se critica en la obra (las sintonías, el engolamiento de la voz, la presentación exagerada de ciertos personajes) como el reconocimiento, el cariño y las reacciones que las personas con las que se va topando en la investigación muestran a Caldas cuando descubren que es el Patrullero de las Ondas.
     Nos seguimos leyendo.

   Incluyo este libro en los siguientes retos:
  • Reto 100 libros: 29/100
  • Reto 25 españoles: 17/25
  • Reto Olvidados: 8
  • Reto Leemos en Digital: 8/12

lunes, 8 de mayo de 2017

"La chica danesa", de David Ebershoff: una historia que da mucho que pensar

http://www.anagrama-ed.es/libro/panorama-de-narrativas/la-chica-danesa/9788433969378/PN_477


Título: La chica danesa
Autor: David Ebershoff
Editorial: Anagrama
Género: novela contemporánea
Páginas: 347
Publicación: 18/04/2006
ISBN: 9788433969378

 Copenhague, en 1925. Greta y Einar son una pareja de jóvenes pintores. Ella es conocida, sobre todo, por sus delicados, sugestivos retratos de mujeres. Pero aquella tarde, la modelo no ha venido. Y Greta le pregunta a Einar si por una vez, para que ella pueda terminar la parte de abajo de un cuadro, él se pondría un par de medias de seda, se calzaría unos zapatos de tacón, acaso también un vestido que le permitiera acabar de pintar los pliegues de la falda. Einar acepta, y el instante en que la seda del vestido se desliza por su cuerpo supone una revelación, el momento de la sensación más verdadera, como cuando se sumerge en el mar en verano. Pero el océano de esta zambullida, que ya no tendrá vuelta atrás, es un mundo de sueños, el sueño por ser Otro. Y así, acompañado por Greta -porque ambos habitan ese oscuro espacio secreto entre dos personas que constituye un matrimonio-, Einar recorrerá un arduo camino al final del cual se encuentra una mujer llamada Lily Elbe, que fue Einar, y que ahora es una chica danesa.
   ¡Menudos debates ha generado este libro en las reuniones del club de lectura! Claro que no es para menos: que el punto de partida sea un matrimonio en el que el hombre descubre que le gustaría ser mujer (y, encima, gracias a su esposa)... no es para menos. ¿Qué haríamos si estuviéramos en el lugar de Greta? ¿Y en el de Einar/Lily? Lo dicho, los debates han sido numerosos... e intensos.   
    No nos hemos puesto de acuerdo en las reflexiones (y las discusiones) que ha suscitado el contenido del libro, ni tampoco en el estilo del libro. A algunas de las chicas del club les parecía demasiado lento... y es verdad que Ebershoff utiliza un lenguaje bastante pictórico, quiero que pensar que en un intento de asociar la lectura a la profesión de los personajes principales: pintores. Pero también es verdad que ese estilo preciosista ralentiza la acción y, en el fondo, a veces he tenido la sensación de que se quedaba en la superficie del detalle y no entraba en la psique de los personajes, uno de los puntos más importantes (para mí) de la novela.

  De hecho, otro de los peros que le hemos puesto es que a veces los personajes nos han resultado un poco fríos. No sabemos si por la cultura que representan, tan diferente a la española, o por el dibujo que nos hace de ellos el autor o porque conscientemente quiere mantener cierta ambigüedad pero lo cierto es que nos hubiera gustado algo más de análisis de las emociones y reacciones que suscita un caso así.
    En la nota final, el autor aclara que tampoco se trata de una biografía del primer transgénero conocido en la historia, sino que simplemente es una recreación de lo que podría haber sido la vida en ese matrimonio tan peculiar. Leyéndola, hemos querido pensar que esa ambigüedad o ese no querer entrar en según qué temas o emociones está conscientemente planteado por el autor e, incluso (quizá) justificado. Así es el lector el que debe rellenar esos huecos, vestir con las emociones (e, invitablemente, con la ideología) propias a los personajes e imaginar qué sentirían si se vieran en su piel.
   Y no es fácil. Es un tema tan controvertido que afecta tan directamente a tu forma de entender tantas cosas (la relación de pareja, la sexualidad, la amistad, la convivencia...) que, ya digo, hemos debatido mucho (pero que mucho) sobre cómo nos sentiríamos, reaccionaríamos y actuaríamos si nos viéramos en un caso así, tanto por parte de Einar/Lily como por parte de Greta.
    No nos ha dado tiempo a ver la película en el club pero quienes la han visto nos han contado que el libro profundiza mucho más en los personajes y que, por lo tanto, la peli se queda un poco corta respecto a la novela. Pero que merece la pena verla aunque solo por la magistral actuación de Eddie Redmayne. Así que tomo nota.   
     Nos seguimos leyendo.
   Incluyo este libro en los siguientes retos:
  •  Reto 100 libros: 16/100
  •  Reto Genérico: 14 (3/5 narrativa contemporánea)/40
  •  Reto Olvidados: 5
  •  Reto Autores de la A a la Z: E 11/25

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