Título: El silencio de la ciudad blanca
Autora: Eva García Sáenz de Urturi
Editorial: Planeta
Género: novela negra, policíaca, thriller, misterio, intriga
Páginas: 480
Publicación: 12/04/2016
ISBN: 978-84-08-15416-7
Tasio Ortiz de Zárate, el brillante arqueólogo condenado por los extraños asesinatos que aterrorizaron la tranquila ciudad de Vitoria hace dos décadas, está a punto de salir de prisión en su primer permiso cuando los crímenes se reanudan de nuevo: en la emblemática Catedral Vieja de Vitoria, una pareja de veinte años aparece desnuda y muerta por picaduras de abeja en la garganta. Poco después, otra pareja de veinticinco años es asesinada en la Casa del Cordón, un conocido edificio medieval. El joven inspector Unai López de Ayala —alias Kraken—, experto en perfiles criminales, está obsesionado con prevenir los crímenes antes de que ocurran, una tragedia personal aún fresca no le permite encarar el caso como uno más. Sus métodos poco ortodoxos enervan a su jefa, Alba, la subcomisaria con la que mantiene una ambigua relación marcada por los crímenes… El tiempo corre en su contra y la amenaza acecha en cualquier rincón de la ciudad. ¿Quién será el siguiente?
Una novela negra absorbente que se mueve entre la mitología y las leyendas de Álava, la arqueología, los secretos de familia y la psicología criminal. Un noir elegante y complejo que demuestra cómo los errores del pasado pueden influir en el presente.
¡Cómo nos ha gustado este libro que hemos leído en el club de lectura de Azuqueca! Tanto, que vamos a ver si conseguimos que la autora venga a charlar un rato con nosotras. Tanto, que estamos planteándonos visitar Vitoria (y hasta una de mis compis se ha hecho ya un croquis con lo que hay que ver, según el libro).
Y es que una de las grandes bazas de esta novela es su ambientación. Yo no he visitado nunca Vitoria pero, después de leer El silencio de la ciudad blanca, tengo la sensación de haberlo hecho. Eva G. Sáenz de Urturi nos mete tan de lleno en la ciudad e imbrica tan bien la historia que nos cuenta con los lugares en los que esta se desarrolla que, realmente, el lector tiene la impresión de ver con sus propios ojos una ciudad que quizá no ha visitado nunca. Así que imagina cómo estaban las chicas de mi club que sí han visitado Vitoria...
También contribuye a esta sensación de estar sumergida en lo que ocurre cómo está contada la historia. La autora tiene un estilo trabajado y cuidado que permite llegar a la trama de forma directa, sin enredos ni complicaciones, pero, al mismo tiempo, sabe manejar los hilos ocultando de esa trama para lograr una novela negra que avanza casi casi a ritmo de thriller.
En este sentido, creo que hay dos puntos muy a favor de esa intriga. Por un lado, el comienzo. Saber que al protagonista le van a dar un tiro nada más empezar a leer no solo no te desanima o desmotiva sino todo lo contrario: te hace valorar más al oponente y logra que tengas el alma en vilo, pensando en cuándo llegará ese tiro (y qué desenlace tendrá. Cosa sobre la que, por cierto, ha habido desacuerdo en la última reunión del club).
El segundo punto a favor de la intriga es el manejo del ritmo pero también del tiempo. Sáenz de Urturi intercala dos líneas temporales (que sabes que van a estar relacionadas de alguna manera porque si no, ¿qué pinta ahí? Con lo cual estás todo el rato comiéndote el coco a ver de qué manera pueden estarlo) para hacernos llegar la historia: una ambientada en la actualidad (aunque, como he dicho, el hecho de que empiece con el momento final de la novela ya es una manipulación del tiempo más -y muy interesante-) y otra que se desarrolla cuarenta años antes y cuyos hechos serán determinantes para lo que está ocurriendo.
Pero no solo eso. Durante toda la trama actual, la autora juega con lo ocurrido durante los últimos años y una serie de asesinatos que se llevan desarrollando en la ciudad desde entonces. Constantemente, pues, vamos viajando en el tiempo (ya sea mediante narración directa o mediante referencias o relatos que nos llegan a través de diferentes personajes), lo que contribuye a generar interés e intriga en el lector.
También contribuyen a generar interés (o, por lo menos, ese ha sido nuestro caso) los personajes. Nos ha parecido que todos son interesantes, que todos están llenos de matices, que todos tienen algo para conquistar al lector. Desde el abuelo (todas hemos querido tener un abuelo así. Incluso saber educar a nuestros hijos siguiendo su filosofía de vida) hasta el propio Kraken, todos tienen algo que enseñar, algo sobre lo que hacernos reflexionar. Y eso es algo que me encanta en las novelas.
En definitiva, una historia bien contada e interesante, una ambientación espectacular y unos personajes tremendamente humanos hacen de esta una novela que se pueda (y casi se deba) recomendar a diestro a siniestro.
Nos seguimos leyendo.
Y es que una de las grandes bazas de esta novela es su ambientación. Yo no he visitado nunca Vitoria pero, después de leer El silencio de la ciudad blanca, tengo la sensación de haberlo hecho. Eva G. Sáenz de Urturi nos mete tan de lleno en la ciudad e imbrica tan bien la historia que nos cuenta con los lugares en los que esta se desarrolla que, realmente, el lector tiene la impresión de ver con sus propios ojos una ciudad que quizá no ha visitado nunca. Así que imagina cómo estaban las chicas de mi club que sí han visitado Vitoria...
También contribuye a esta sensación de estar sumergida en lo que ocurre cómo está contada la historia. La autora tiene un estilo trabajado y cuidado que permite llegar a la trama de forma directa, sin enredos ni complicaciones, pero, al mismo tiempo, sabe manejar los hilos ocultando de esa trama para lograr una novela negra que avanza casi casi a ritmo de thriller.
En este sentido, creo que hay dos puntos muy a favor de esa intriga. Por un lado, el comienzo. Saber que al protagonista le van a dar un tiro nada más empezar a leer no solo no te desanima o desmotiva sino todo lo contrario: te hace valorar más al oponente y logra que tengas el alma en vilo, pensando en cuándo llegará ese tiro (y qué desenlace tendrá. Cosa sobre la que, por cierto, ha habido desacuerdo en la última reunión del club).
El segundo punto a favor de la intriga es el manejo del ritmo pero también del tiempo. Sáenz de Urturi intercala dos líneas temporales (que sabes que van a estar relacionadas de alguna manera porque si no, ¿qué pinta ahí? Con lo cual estás todo el rato comiéndote el coco a ver de qué manera pueden estarlo) para hacernos llegar la historia: una ambientada en la actualidad (aunque, como he dicho, el hecho de que empiece con el momento final de la novela ya es una manipulación del tiempo más -y muy interesante-) y otra que se desarrolla cuarenta años antes y cuyos hechos serán determinantes para lo que está ocurriendo.
Pero no solo eso. Durante toda la trama actual, la autora juega con lo ocurrido durante los últimos años y una serie de asesinatos que se llevan desarrollando en la ciudad desde entonces. Constantemente, pues, vamos viajando en el tiempo (ya sea mediante narración directa o mediante referencias o relatos que nos llegan a través de diferentes personajes), lo que contribuye a generar interés e intriga en el lector.
También contribuyen a generar interés (o, por lo menos, ese ha sido nuestro caso) los personajes. Nos ha parecido que todos son interesantes, que todos están llenos de matices, que todos tienen algo para conquistar al lector. Desde el abuelo (todas hemos querido tener un abuelo así. Incluso saber educar a nuestros hijos siguiendo su filosofía de vida) hasta el propio Kraken, todos tienen algo que enseñar, algo sobre lo que hacernos reflexionar. Y eso es algo que me encanta en las novelas.
En definitiva, una historia bien contada e interesante, una ambientación espectacular y unos personajes tremendamente humanos hacen de esta una novela que se pueda (y casi se deba) recomendar a diestro a siniestro.
Nos seguimos leyendo.
Incluyo este libro en los siguientes retos:
- Reto Sabuesos: 11
