Título: Los vecinos de Guau Guau son una pesadilla
Ilustradores: Mark Newgarden y Megan Montague Cash
Editorial: Océano Travesía
Género: álbum ilustrado, cómic
Páginas: 56
Publicación: 2016
ISBN: 9786077357216
Un álbum sin palabras que despertará el interés de los lectores de todas las edades gracias a su deslumbrante concepción visual y al dinamismo del relato. Los autores recurren a una estética cercana al cómic para contar las aventuras de Max Guau, un simpático perro que, una noche, se enfrenta a una pandilla de gatos, quienes se han robado su cama. Lo que parece un simple hurto se transforma en una vertiginosa aventura que tiene mucho de sobrenatural y que llevará al protagonista enfrentar insospechados peligros en la casa vecina. Del primero al último cuadro, la historia se desarrolla con admirable ritmo, arrastrando al lector y sorprendiéndolo gracias a los incidentes de la trama y a las vueltas de tuerca del argumento, las cuales van del realismo a lo sobrenatural. En este libro, el concepto y la ejecución no podrían estar más logrados. Un verdadero regalo para los lectores. Kirkus Reviews Un libro que se lee rápido pero al que uno desea regresar muchas veces. Mo Willems, autor de ¡No dejes que la paloma conduzca el autobús!
Nunca he sido muy aficionada al cómic pero de este libro me llamó mucho la atención que no tuviera palabras. Soy una enamorada de las palabras pero también estoy convencida del poder evocativo de las imágenes y del mucho juego que dan con los niños. Por eso solicité este libro a Boolino y ahora te hablo de él.
Lo bueno de esta propuesta es que no solo se puede hacer una única lectura. Las viñetas e ilustraciones cuentan una historia, claro está, pero creo que son tan sugerentes que es fácil encontrarles más de un significado a algunas de ella, de modo que, aunque el argumento global sea igual para el común de los lectores, hallaremos diferencias de matices entre unos y otros. Mi hija y yo hemos hecho la prueba y, aunque es verdad que las dos hemos llegado a las mismas conclusiones finales, diferíamos en algunas causas y en algunas interpretaciones.
Los vecinos de Guau Guau son una pesadilla nos habla de travesuras, de las eternas luchas entre perros y gatos, de protección, de cariño, de meterse en la vida de los demás y hasta de fenómenos sobrenaturales. Y lo hace con mucho humor, un ritmo fabuloso, y con sencillez y complejidad al mismo tiempo.
Y con un manejo del color maravilloso. Los colores sobrios que sirven de fondo de a las ilustraciones se llenan de magia con los blancos de los gatos, el amarillo de Guau Guau y un montón de detalles más que nos hacen recorrer la historia de principio a fin solo fijándonos en cómo unos colores nos llevan a otros. O cómo unas viñetas nos llevan a otras utilizando los colores como transición. Hasta tal punto, que podríamos inventar una historia solo con los colores que aparecen, algo que pienso poner en práctica en algún taller.
Recomendado para niños de seis a ocho años, esta obra es un auténtico regalo que puede devorarse o paladearse, dependiendo del ansia de cada uno por conocer el final de la historia (o su siguiente capítulo, porque la sucesión de escenas concede un ritmo fabuloso a la obra). O al que puede volverse para descubrir matices, juegos y detalles que se pasaron por algo en la primera lectura. O en la segunda. O en la tercera.
Un libro, pues, para leer, disfrutar... y volver a leer. Y disfrutar.
Nos seguimos leyendo.
Lo bueno de esta propuesta es que no solo se puede hacer una única lectura. Las viñetas e ilustraciones cuentan una historia, claro está, pero creo que son tan sugerentes que es fácil encontrarles más de un significado a algunas de ella, de modo que, aunque el argumento global sea igual para el común de los lectores, hallaremos diferencias de matices entre unos y otros. Mi hija y yo hemos hecho la prueba y, aunque es verdad que las dos hemos llegado a las mismas conclusiones finales, diferíamos en algunas causas y en algunas interpretaciones.
Los vecinos de Guau Guau son una pesadilla nos habla de travesuras, de las eternas luchas entre perros y gatos, de protección, de cariño, de meterse en la vida de los demás y hasta de fenómenos sobrenaturales. Y lo hace con mucho humor, un ritmo fabuloso, y con sencillez y complejidad al mismo tiempo.
Y con un manejo del color maravilloso. Los colores sobrios que sirven de fondo de a las ilustraciones se llenan de magia con los blancos de los gatos, el amarillo de Guau Guau y un montón de detalles más que nos hacen recorrer la historia de principio a fin solo fijándonos en cómo unos colores nos llevan a otros. O cómo unas viñetas nos llevan a otras utilizando los colores como transición. Hasta tal punto, que podríamos inventar una historia solo con los colores que aparecen, algo que pienso poner en práctica en algún taller.
Recomendado para niños de seis a ocho años, esta obra es un auténtico regalo que puede devorarse o paladearse, dependiendo del ansia de cada uno por conocer el final de la historia (o su siguiente capítulo, porque la sucesión de escenas concede un ritmo fabuloso a la obra). O al que puede volverse para descubrir matices, juegos y detalles que se pasaron por algo en la primera lectura. O en la segunda. O en la tercera.
Un libro, pues, para leer, disfrutar... y volver a leer. Y disfrutar.
Nos seguimos leyendo.