Título: Mientras agonizo
Autor: William Faulkner
Editorial: Anagrama
Género: novela contemporánea, experimental
Páginas: 248
Publicación: 2008
ISBN: 9788433973207
Es un orgullo presentar la versión definitiva de "Mientras agonizo", fijada en 1985, a partir de las galeradas originales, compulsadas con el manuscrito autógrafo y la copia mecanografiada por el propio autor. Quinta novela de William Faulkner, "Mientras agonizo" es una de sus obras maestras y uno de los libros por los que sentía más aprecio. Lo escribió, según él mismo explicaba, en seis frenéticas semanas, de madrugada, mientras trabajaba como bombero y vigilante nocturno de la central eléctrica de la universidad de Mississippi. Relata la peripecia de una familia de blancos pobres, los Bundren, que recorren los parajes rurales del Sur con el cadáver de la esposa y madre en un ataúd para enterrarla en una parcela de su propiedad. Esta aventura tragicómica, en la que se entremezcla un humor de tintes ácidos con la más arrolladora desolación, está narrada mediante una sucesión de monólogos interiores de los diversos personajes: el patriarca familiar, los hijos y la propia muerta, que habla al lector desde «el otro lado», desde el más allá. Y en este viaje con ecos grotescos de la Odisea homérica y de episodios bíblicos, Faulkner introduce los temas y obsesiones que fecundan su literatura: la decadencia del Sur, el viaje iniciático, la culpa que atormenta a los personajes, la transgresión y su castigo, el peso opresivo del pasado.
William Faulkner era otro de mis grandes débitos literarios. ¡Menos mal que Carmen y amig@s me va ayudando a ponerme en paz con los grandes escritores que en el mundo han sido!
He de decir que leer Mientras agonizo (publicada originalmente en 1930) no ha sido una tarea fácil. No lo es, al principio de la novela, porque cuesta seguir el hilo y saber quién habla y sobre quién habla. Porque la novela se construye sobre un buen puñado de fragmentos (monólogos interiores y algo de narración) de varios de los protagonistas de la obra que nos van contando lo que va ocurriendo desde su personal punto de vista. En total, son 15 los narradores, así que, ya digo, hay que superar, en primer lugar, la extrañeza que puede provocar un texto como este y el estilo en el que está contado (e, incluso, la sordidez y la crudeza de lo que se cuenta) y, en segundo lugar, la confusión de no saber quién habla ni qué pinta en el relato.
Pero, aunque cuesta, me ha gustado mucho esta técnica porque es como cuando llegas a una familia extraña de buenas a primeras y tienes que aprender a situar quién es cada uno y cómo es. Y no hay nadie que te lo cuente, tienes que ir deduciendo su personalidad de cómo habla, de lo que dice y de lo que los demás van dejando entrever sobre él.
Así, poco a poco, el lector va completando el puzle que forma la familia Bundren, una familia peculiar de la que acabamos descubriendo sus dinámicas, sus comportamientos, sus taras (no me atrevo a decir sus virtudes, porque en general toda la novela es sórdida y bastante tremenda), sus afectos y sus secretos.
Los Bundren realizarán un viaje largo, lleno de contratiempos y hasta de frustraciones, que conecta con el tópico literario del viaje del héroe y con el género épico y la novela de aventuras pero que está envuelto en profunda modernidad, tanto por el enfoque de lo narrado (aquí hay pocos heroísmos, hay más sensación de fracaso, de falta de honestidad, de egoísmo) como por la forma: al final, esos 59 capítulos y esos 15 narradores nos permiten adentrarnos en la historia de manera muy impresionista, a golpe de pensamientos, de escenas sueltas, de recuerdos del pasado, de flashes de un futuro incierto y del polvo del camino.
Una novela, pues, coral en todos los sentidos (no solo porque haya muchos personajes sino porque sus voces son el único asidero del lector para amarrar la historia), profunda, sórdida y escrita con técnicas literarias que me han cautivado. Así que, sin duda, repetiré con Faulkner.
Nos seguimos leyendo.
He de decir que leer Mientras agonizo (publicada originalmente en 1930) no ha sido una tarea fácil. No lo es, al principio de la novela, porque cuesta seguir el hilo y saber quién habla y sobre quién habla. Porque la novela se construye sobre un buen puñado de fragmentos (monólogos interiores y algo de narración) de varios de los protagonistas de la obra que nos van contando lo que va ocurriendo desde su personal punto de vista. En total, son 15 los narradores, así que, ya digo, hay que superar, en primer lugar, la extrañeza que puede provocar un texto como este y el estilo en el que está contado (e, incluso, la sordidez y la crudeza de lo que se cuenta) y, en segundo lugar, la confusión de no saber quién habla ni qué pinta en el relato.
Pero, aunque cuesta, me ha gustado mucho esta técnica porque es como cuando llegas a una familia extraña de buenas a primeras y tienes que aprender a situar quién es cada uno y cómo es. Y no hay nadie que te lo cuente, tienes que ir deduciendo su personalidad de cómo habla, de lo que dice y de lo que los demás van dejando entrever sobre él.
Así, poco a poco, el lector va completando el puzle que forma la familia Bundren, una familia peculiar de la que acabamos descubriendo sus dinámicas, sus comportamientos, sus taras (no me atrevo a decir sus virtudes, porque en general toda la novela es sórdida y bastante tremenda), sus afectos y sus secretos.
Los Bundren realizarán un viaje largo, lleno de contratiempos y hasta de frustraciones, que conecta con el tópico literario del viaje del héroe y con el género épico y la novela de aventuras pero que está envuelto en profunda modernidad, tanto por el enfoque de lo narrado (aquí hay pocos heroísmos, hay más sensación de fracaso, de falta de honestidad, de egoísmo) como por la forma: al final, esos 59 capítulos y esos 15 narradores nos permiten adentrarnos en la historia de manera muy impresionista, a golpe de pensamientos, de escenas sueltas, de recuerdos del pasado, de flashes de un futuro incierto y del polvo del camino.
Una novela, pues, coral en todos los sentidos (no solo porque haya muchos personajes sino porque sus voces son el único asidero del lector para amarrar la historia), profunda, sórdida y escrita con técnicas literarias que me han cautivado. Así que, sin duda, repetiré con Faulkner.
Nos seguimos leyendo.
Incluyo este libro en los siguientes retos:
- Reto 100 libros: 32/100
- Reto Genérico: 22 (2/3 familiares)/40
- Reto Olvidados: 10
- Reto Leemos en Digital: 9/12