No digo nada nuevo si aseguro que Alejandro Palomas es uno de mis escritores favoritos y que de él leería hasta la lista de la compra. Así que cuando publicó esta obra y nos la ofrecieron para reseñarla en Anika entre Libros no solo no dudé (a pesar de ser algo diferente a lo que nos tiene acostumbrados) sino que di palmas con las orejas de felicidad. Y todavía no he parado de darlas: leer algo así siempre es un placer y un motivo para ser un poquito más feliz.
Título: Las dos orillas
Título Original: (Las dos orillas, 2016)
Autores: Alejandro Palomas, Fernando Vicente
Editorial: Destino
Colección: Varios
Copyright:
© Alejandro Palomas, 2016
© Ilustraciones, Fernando Vicente, 2016
© Editorial Planeta, S.A., 2016Ilustraciones: Color
Edición: 1ª Edición: Noviembre 2016
ISBN: 9788423351671
Tapa: Dura
Etiquetas: familia, animales, amor, crossover, relatos, duelo, muerte, más allá, mascotas, libros ilustrados, literatura española, perros, culpa, emociones, sentimientos, limbo
Nº de páginas: 84
Argumento:
Rulfo y Max, los dos perros de Fer, se encuentran en una suerte de limbo mientras Rulfo está en coma tras un accidente. Allí, Max, ya fallecido, le contará cuál es el secreto para que Fer le deje marchar a la otra orilla, la de los perros fallecidos pero cuyos dueños han sabido superar su pérdida. Así Fer podrá tener un perro en cada orilla y ser feliz con el recuerdo de uno y el cariño del otro.
Opinión:
Alejandro Palomas nos prometió que volvería a la familia protagonista de "Una madre" y "Un perro" y lo ha cumplido. También nos advirtió que no sabía ni cómo ni cuándo. Y, añado yo, ni en qué formato, porque lo ha hecho con esta obra que no es una novela, sino un cuento ilustrado que será fácilmente leído tanto por los seguidores de lo que ya podemos considerar saga, como por quienes no hayan leído nada hasta la fecha (la historia está lo suficientemente bien explicada como para ser comprendida sin haber leído los dos libros anteriores, aunque, claro está, si los has leído, mejor que mejor), como también por jóvenes y niños de a partir de unos doce o trece años.
Es la versatilidad de una historia sencilla, pero muy muy potente, que retoma el universo de "Un perro" y que, hasta cierto punto, rellena uno de los huecos de aquella novela: ¿qué pasó con Rulfo mientras estuvo en el veterinario tras el accidente? Sabemos qué hace Fer. Bueno, en realidad, qué hacen Fer, Amalia y los demás... Pero ¿dónde estuvo Rulfo?
Aquí descubrimos su viaje a través del río que separa las dos orillas de la vida y la muerte o, tal vez, dentro de la propia muerte, la orilla de quienes son recordados con cariño y sensación de felicidad y quienes no han podido acudir todavía a esa orilla porque su fallecimiento no ha sido superado por quienes quedan del lado de los vivos.
Es lo que le pasa a Max, el anterior perro de Fer, el protagonista de esta saga de novelas, atrapado entre los remordimientos, el dolor por la pérdida y la culpabilidad por no haber estado con su gran danés cuando perdió la vida. Anclado en esas emociones negativas, Fer no avanza: ni es capaz de despedirse de Max ni de dar la bienvenida, como merece, a Rulfo, su nuevo perro. Pero dicen los que tienen mascotas que su poder es inimaginable y que el cariño que son capaces de mostrar cura todas las heridas. En este caso, no será menos y Rulfo (eso sí, con ayuda de Max y del secreto que le contó durante su encuentro) abrirá una nueva puerta para Fer.
Palomas retoma no solo el universo de "Un perro" y a sus protagonistas, sino que también hay una gran continuidad en cuanto al tono, el contenido, los temas tratados (el valor de la familia, el amor -venga de donde venga-, el dolor por la pérdida, la añoranza de los que se han ido, la impotencia, la culpabilidad...) y el protagonismo absoluto de los sentimientos y las emociones.
Sí he notado una gran diferencia y es que aquí, por tratarse de un cuento (cuya acción debe ser más concentrada), el autor obvia las elipsis y los saltos temporales y nos regala una historia mucho más sencilla y lineal.
Al universo de emociones y familia que crea Palomas se le une, en esta ocasión, las ilustraciones (pictóricas, descriptivas y llenas de belleza) de Fernando Vicente. Un complemento perfecto para una historia que no deja de darnos alegrías.
Enlace a la reseña original.Nos seguimos leyendo.