La palabra se estira con cada movimiento de quien lee. Doblándote subrayas la longitud del verbo. Cuando elevas el libro, la atención se sostiene igual que un músculo. Me tienta imaginar
el personaje al que te abrazas, en cuáles adjetivos te detienes. Celebro tus rodeos de
asombro o de pregunta. Quién pudiera de ti recibir esos ojos con idéntica hondura. Eres lo que hace
falta. Gramática en acción. Un cuerpo de sintaxis. Esa última línea donde se hacen un nudo temblor e inteligencia.
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23 de abril de 2013
15 de abril de 2013
No sé por qué
esta mansa costumbre del salvajismo ajeno
cuando contemplo el placer en los otros
mi parte fugitiva se complace
espiando al que no soy
fornicando sin mí
veo reflejos
perversiones caseras
feliz de estar aquí con nadie
(del nuevo poemario doble No sé por qué y Patio de locos, editorial Pre-Textos, 2013. Más información, aquí.)
12 de abril de 2013
El norte de los mapas es el ojo (y 2)
Más allá de sus altibajos, Mapa está plagada de aciertos cardinales. Acaso mejor narrador que escritor, Siminiani manipula el tiempo con delicioso pulso en esta ópera prima, convirtiendo en presente todo lo que toca. Su gracia es la reacción, los reflejos poéticos ante el azar. Entre Perec y Wenders, con una pizca de Jaime Rosales, el autor logra una especie de taller visual en marcha, donde ejercicio y epifanía se dan simultáneamente. Como una herramienta que tomara progresiva conciencia de su poder, la cámara se vuelve cada vez más libre, más capaz de extraviarse y expresarlo. Eso cuenta también Mapa: el incierto aprendizaje de una mirada. El protagonista secreto es el Otro, ese en el que nos transformamos al observarnos. Lo contemplado va generando su glosa, haciendo de la película una seductora neurosis, incapaz de capturar una imagen sin cuestionar al dueño del ojo. ¿Toda descripción desemboca en la introspección? Algo hay aquí de novela de misterio donde la incógnita es la propia identidad. El protagonista se marcha a la India para huir de sus circunstancias y, como es lógico, se tropieza consigo mismo. Lo que queda al final es una pensativa épica de la soledad. Todo el relato tiene la estructura de la creación en cualquier campo: la persecución del tema, el tanteo de una clave que se ignora. Esta búsqueda queda sintetizada en un plano memorable. Un corredor callejero mueve las piernas sin avanzar, esperando a que el semáforo se ponga al fin en verde. Siminiani no metaforiza, sale a buscar la metáfora. Va de caza al lenguaje. Quizá por eso viaja: para buscarle un escenario a su actitud. La película no cuenta una aventura, la aventura sucede porque se está contando. El único milagro consiste en sostener el estilo. Durante una de sus excursiones, Siminiani encuentra a un niño que salta una cuerda mientras le grita «¡Mira, mira!». El narrador obedece. Y enniñece con él. Y se hace un mejor viejo. El resto, por suerte, es cine.
9 de abril de 2013
El norte de los mapas es el ojo (1)
Veo, espío Mapa, primer largometraje del talentoso León Siminiani. En ella se detecta un fenómeno habitual en la literatura, pero más bien infrecuente en el cine: la autoficción narrativa. La reflexión estética con los materiales de la experiencia inmediata. Quizá mi preferida en ese género, y también la más perfecta, sea Stories we tell de Sarah Polley. En el ámbito español se me ocurren los ejemplos paradigmáticos de En construcción, de José Luis Guerín, o El sol del membrillo, de Víctor Erice. Pero en aquellos casos el protagonista no era exactamente, como aquí, el narrador mismo. Su intimidad desorientada y fértil. Mapa es un autodocumental donde lo contemplado se propone retratar a su propio observador. Se trata, por lo tanto, de una indagación en la sustancia del cine. Todo empieza y termina en un viaje. Por supuesto, la ida difiere radicalmente de la vuelta: para eso se narra. Superados los primeros minutos, que se resienten de algún que otro cliché, la película de Siminiani se transforma en uno de los experimentos más originales, delicados y frescos que he visto últimamente en castellano. Si pienso en esta combinación de bajo presupuesto y alta creatividad, me vienen a la memoria la encantadora comedia mexicana Temporada de patos, la obra maestra uruguaya Whisky, la parábola argentina (y cortazariana) Buena Vida Delivery, el extraño documental Los rubios o esa inolvidable desolación guaraní que se titula La hamaca paraguaya. Quizás al cine español le haga bien asumir que, en vez de aspirar a una industria francesa con menos euros, existe otra puerta con más horizonte: aprender de Latinoamérica. Esa sería la diferencia entre seguir llorando y hacernos llorar.
5 de febrero de 2011
Planchar de noche
Desde mi nueva ventana veo otras ventanas. En una de ellas, a lo lejos, a través de los párpados de los visillos, una vecina plancha. Es zurda, veo. Y plancha. Es sábado por la noche. Y ella plancha. La soledad es eso.
1 de febrero de 2011
Cuerpos extraños, 2
En una nueva entrega del proyecto Cuerpos extraños, Daniel Mordzinski fotografía el significativo sombrero de la narradora argentina Pola Oloixarac. El sombrero medita intermitentemente frente al mar de Cartagena. Tomo nota de algunos de sus pensamientos.
Nadie tiene un perfil inmaculado. Un perfil inmaculado no es de nadie. Ser mirados nos mancha, pero esa mancha es tan epidérmica como la propia piel. Sólo un cutis profundo resiste los contrastes entre el sol y las tinieblas. Nunca sabremos qué opina un perfil. Alrededor del personaje observado se trazan constelaciones: lo estelar es eso. Hay algo de astronomía en alguien que se queda pensativo. Qué excelente sombrero, el pensamiento. Y a través de los huecos, que también hablan, se cuela la luz.
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© Daniel Mordzinski. Cartagena de Indias, Colombia, 2011.
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Nadie tiene un perfil inmaculado. Un perfil inmaculado no es de nadie. Ser mirados nos mancha, pero esa mancha es tan epidérmica como la propia piel. Sólo un cutis profundo resiste los contrastes entre el sol y las tinieblas. Nunca sabremos qué opina un perfil. Alrededor del personaje observado se trazan constelaciones: lo estelar es eso. Hay algo de astronomía en alguien que se queda pensativo. Qué excelente sombrero, el pensamiento. Y a través de los huecos, que también hablan, se cuela la luz.
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8 de diciembre de 2010
Aforismos espías
Wikileaks es al Estado lo que Google a la vida privada. A quienes miran, los miran. El que busca, es buscado. Sólo los pequeños secretos causan grandes asombros.
24 de octubre de 2010
Desconocidos
Qué conmovedor caminar. Qué profundo cruzarse con desconocidos. Paseo por Bilbao mientras llueve. Veo a una mujer obesa sosteniendo un paraguas anaranjado frente a la ría. El paraguas no la cubre, sus pies se están mojando. Ella mira la ría. Veo a un hombre sentado en un portal. Lleva puesto un traje viejo, una corbata amarillenta. Revisa los papeles de su portafolios como si no lloviera, como si no fuese domingo. Veo a un taxista dormido frente a un semáforo rojo, con la cabeza sobre el volante. Veo a una inmigrante en una cafetería. Con pañuelo en la cabeza, extremadamente delgada. Come galletas de manera brutal, triturando la masa, lamiéndose los dedos. Su silla está rodeada de migajas. Los demás la observamos con desaprobación. Cuando termina de devorar su merienda, se agacha a recoger con una servilleta todas las migajas, las deposita en su plato, lo lleva hasta la barra y se marcha, dejando su mesa inmaculada. Camino de nuevo, vuelvo a mi hotel. Me asomo al espejo. No reconozco a nadie.
17 de octubre de 2010
¿Cuál es el pozo?
Y de las profundidades emergió el Gran Hermano. Nada nuevo bajo la tierra. Claudio prometió casarse. Mario dice que el jefe no era Luis, sino él. Yonny había sido infiel. Etcétera. Los mineros y sus familias piden cobrar para hablar con los medios, que han lucrado con ellos. Chile deseaba héroes y se encontró con hombres. El mundo esperaba mártires y se encontró con trabajadores. Los héroes y los mártires se inmolan para alimentar al poder. Los hombres y los trabajadores sólo quieren dinero, que alimenta a su gente. Dice el novelista y ex minero Rivera Letelier que los rescatados pasaron de un infierno conocido (el subterráneo) a otro desconocido (el espectáculo). Más de uno deseará volver a la mina. A esconderse. A la sensata oscuridad. El pozo somos nosotros.
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