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14 de julio de 2013
Anatomía del Señor Respuesta (y 2)
Si el Estado financió todas las travesías del Señor Respuesta sin detallar cuáles fueron por actividades privadas, tampoco ha explicado por qué nuestro estadista cruzaba el charco hasta con nueve escoltas, y elegía hoteles de lujo en vez de recurrir a las embajadas para economizar los gastos de hospedaje. Curiosamente, durante aquellos viajes personales al extranjero, Aznar se dedicaba a criticar al Gobierno que le costeaba todos sus gastos con dinero público. Es decir, con el dinero de esos mismos impuestos que ahora él nos propone bajar. En una patriótica entrevista que concedió hace poco, el señor Respuesta lanzó un warning muy de su estilo: «A mí, lecciones de lealtad, cero». De lealtad, no sé. Pero alguna que otra lección de aritmética tampoco le vendría mal. Así podría explicarnos mejor cómo maneja sus números. O cómo en su flamante propuesta de reforma fiscal, realizando un ejercicio de eufemismo que merecería de paso unas cuantas lecciones de lingüística, nos sugiere «impulsar un uso más intenso de las tasas y precios públicos ligados a la prestación tanto de servicios generales (transportes, infraestructuras, educación superior) como de servicios de ámbito local (basuras, saneamiento, depuración de aguas)». Si no he entendido mal, y aún retengo algo de mis pobres estudios de Lengua y Matemáticas en la enseñanza pública, lo que el Señor Respuesta nos propone es algo así como una regla de tres inversa: el dinero público es a mis viajes privados, lo que los recortes públicos serán a los servicios que tú tengas que pagar. Con estadistas así, ¿para qué necesitamos a la troika? Como muy bien diría una esposa escarmentada: cuidado con los ex.
12 de julio de 2013
Anatomía del Señor Respuesta (1)
Inquieto por la decadencia de España sin él, el ex estadista Aznar insiste últimamente en recordarnos su cara y sus caretas. Bien nos consta que Bush, en aquel rancho donde los zapatos eran más altos que las mesas, lo llamaba Anser. Tampoco era mal nombre, porque Anser suena a answer, y hoy Aznar viene teniendo respuesta para todo: la crisis, el paro, las relaciones internacionales, la reforma fiscal. Hasta para la burbuja inmobiliaria que, con fervoroso patriotismo, él mismo se encargó de inflar. El señor Respuesta, como todos los ex salvadores, resulta prodigiosamente eficaz cuando gobierna de manera imaginaria. No hay nada como aprender del desastre propio. Más impropio, no obstante, le ha quedado el bigote, sumido en tiempos de recorte. El bigote del señor Aznar ha dejado de pertenecerle, como si se lo hubieran privatizado o tuviese problemas de déficit. El cabello, eso sí, continúa en su puesto. Firme, inalterable. Pelo en forma de dogma. La ideología empieza en la cabeza, y sin duda el señor Respuesta piensa con el pelo. Observando sus imágenes recientes, da la impresión de que le cae holgado el traje, a lo Camps. Como si la ex presidencia le quedara grande. Incluso la corbata le queda un poco más larga. Como si le pesase. Como si de esa corbata pendieran las armas de destrucción masiva, el 11-M, su despedida en falso, la medalla del Congreso de Estados Unidos, la ley del suelo, la trama Gürtel y demás complementos de moda. No sabemos por qué hay serias contradicciones entre las declaraciones tributarias de la FAES y las facturas de las empresas Gürtel que contrató la propia fundación. Lo que sí sabemos es que la firma patrimonial de Aznar ingresó por sus actividades privadas casi un millón de euros en apenas dos años. Al parecer, el anterior Gobierno financió con dinero público los viajes del Señor Respuesta al extranjero, sin especificar si fueron por compromisos privados y remunerados. Quizá se trató de pequeños estímulos para un joven emprendedor, de esos que tanto abundan en esta España que nos han dejado las corbatas, los oráculos y los tecnócratas.
29 de junio de 2011
El valiente tardío y el miope precoz
Zapatero siempre tiene razón a posteriori. O sea, cuando ya es tarde. Rajoy nunca se equivoca porque jamás nos cuenta lo que piensa. Lo hará sólo cuando gane. Ambas maneras de ser son un plan de gobierno. «El problema», ha explicado el presidente en su último debate, «es de sistema productivo. El sector de la construcción llegó a alcanzar el 7,5% del PIB, tres puntos más que la zona euro. Sin la aportación negativa del sector inmobiliario, hoy la economía española estaría creciendo el 2%. No podemos volver a crecer y crear empleo del modo en que lo hicimos en el pasado». Si eso mismo lo hubiera denunciado en la primera legislatura, cuando aún gestionaba el superávit, habría parecido un valiente. Por su parte, Rajoy sigue resultando más elocuente como aforista cómico que como político conservador. En un momento ebrio del debate, soltó: «Cuando un herido sangra, no es momento para graduarle la visión». Él, por si acaso, ya tiene las gafas puestas.
3 de abril de 2011
ZPero
Zapatero se va, pero ya se había ido. Zapatero renuncia a la reelección, pero el electorado había renunciado a él. Zapatero lo anuncia ahora para no hundir a su partido en las próximas elecciones, pero las elecciones serán su próximo hundimiento. Zapatero tuvo una primera legislatura llena de valentías sociales, pero su segunda legislatura ha estado llena de cobardías financieras. Zapatero supo reformular la izquierda gobernable, pero su mano izquierda se volvió ingobernable. Zapatero ha aceptado hacer el trabajo sucio, pero ha dejado sin trabajo al socialismo. Zapatero se va como muchos queríamos, pero nos deja al PP que muchos no queremos.
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26 de enero de 2011
Sed de mal
Rajoy se engolosina, se entusiasma, se autocorona: «España tiene sed de urnas». Viendo su discurso, de pronto me acuerdo de Touch of Evil, la película de Orson Welles que se tradujo como Sed de mal. Curiosamente, la sinopsis oficial de la película concluye diciendo: «Una lucha feroz se desata entre los dos hombres, pues cada uno de ellos tiene pruebas contra el otro». Rajoy argumentará que Zapatero (o Rubalcaba) han estado al timón en tiempos de naufragio. Los otros dos replicarán que él fue el beduino mayor del tristísimo desierto aznarista. Los españoles tienen sed de urnas, amenaza Rajoy. Y ya se sabe que, cuando uno se muere de sed, se conforma con cualquier brebaje.
10 de enero de 2011
El arte de golear
Dos célebres culés se han pasado todo el año sin decirnos si continuarán en sus cargos: Guardiola y Zapatero. Uno, porque se cansa de golear. Otro, porque está harto de que le metan goles.
12 de noviembre de 2010
La carrera
En Seúl, sobre hojas secas, Cameron y Zapatero corren juntos. El presidente inglés suda una camiseta que proclama a su isla como eje del mundo. El presidente español se abriga con los colores de su país, que está pasando frío. Cameron y Zapatero corren, corren. Tratan de darse prisa. No saben cuál de los dos llegará antes a los próximos recortes sociales. En la línea de meta, mientras tanto, sonriente, consumiendo isotónicas, Rajoy aguarda para dar el relevo. Se siente muy capaz de superar sus marcas.
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