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29 de enero de 2014
Enérgicamente (2)
Experta en hacer del interés general un negocio privado, el período aznarista se caracterizó por convertir a sus cargos políticos en futuros consejeros, directivos o asesores de las mismas multinacionales que se hicieron con el control de los recursos públicos y se expandieron por el mundo, en especial por Latinoamérica. No casualmente, esa es la región que ahora se encuentra inmersa en un continuo conflicto con dichas empresas, a causa de la mala gestión de sus recursos naturales o infraestructuras básicas: el petróleo y la luz en Argentina; el gas en Bolivia; o el canal de Panamá, en reciente disputa con la constructora Sacyr. Según los cálculos históricos, durante los trabajos del canal murieron más de veinte mil obreros: se derramó tanta sangre como agua. Dentro de unos cuantos siglos, si los historiadores siguen ahí, quizás aquella monumental obra se narre igual que la construcción de las pirámides. Esclavos incluidos. La gran conquista estadounidense en Panamá no fue tanto técnica (pasando del canal a nivel con que fracasaban los franceses a un sistema de esclusas) como sanitaria. Erradicaron la malaria y la fiebre amarilla que transmitían los moquitos de la zona, diezmando sin remedio a los operarios franceses. En cierta forma, la grandeur perdue terminó de consumarse en Panamá, con la victoria de los mosquitos nacionales.
27 de enero de 2014
Enérgicamente (1)
La energía es ese prodigio que solemos dar por sentado hasta que escasea o sube de precio. Sólo entonces nos hacemos ciertas preguntas que, en defensa propia, convendría hacerse independientemente de las circunstancias. ¿A quién le pertenece la energía? ¿Debe ser un negocio como cualquier otro? ¿Hasta qué punto es legítima su liberalización, y cómo de ajeno a su gestión debe permanecer el Estado? En las últimas fiestas, la corriente eléctrica se interrumpió en Buenos Aires durante semanas, dando lugar a una dantesca mezcla de calor y oscuridad, de sofocos y miedos. Tras una evaluación de las instalaciones, se comprobó que eran obsoletas o insuficientes. Una de las empresas responsables del suministro era Endesa, que produce y distribuye electricidad en Argentina, Brasil, Chile, Colombia y Perú. Podría decirse que Endesa es una empresa española, si no fuera porque en realidad es propiedad de la italiana ENEL, dueña del 92% de su capital. El Ministerio de Economía italiano controla casi un tercio de dicha compañía. Si, pese a las devastaciones de Berlusconi, Italia es miembro estable del G-8 mientras España jamás pasó de suplicar una silla cerca de esa mesa, es precisamente por cosas como esta. El sector energético español se liberalizó por completo entre 1998 y 2003. Es decir, durante las dos legislaturas de Aznar, a quien la ciudadanía reeligió por mayoría absoluta igual que en Argentina hizo con Menem, por mencionar a dos presidentes que basaron su economía en la privatización de los recursos nacionales. Valdría la pena reflexionar sobre nuestra responsabilidad, ya sea por sufragio o por omisión, en estos procesos de usurpación de los bienes colectivos. Responsabilidad que no se limita a encender, o a pagar, la luz.
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13 de septiembre de 2013
Las olimpiadas de lo pequeño (y 2)
Muchos tuvimos una desagradable sensación de pasado, de losa embarrada, al seguir la exposición de la candidatura olímpica de Madrid. Allí estaban, radiantes como una corbata en mitad de un vertedero, el presidente del Gobierno y líder de un partido cuya entera financiación está en gravísima tela de juicio; la accidental alcaldesa y esposa de un ex presidente de cuyo nombre no podemos evitar acordarnos; y también el políglota heredero de una monarquía salpicada de fraudes familiares. Es difícil organizar el futuro apoyándose en lo más cuestionable del pasado. Más allá del tragicómico desempeño de la inenarrable Ana Botella, no parece casual que se trate de una autoridad política que ningún ciudadano madrileño eligió. No sólo porque nunca fuese candidata a su puesto, sino porque en nuestro modelo de democracia las listas electorales son como las partidas presupuestarias: impuestas, tristes y cerradas. Imagino la rabia y frustración que mi generación y las siguientes, acostumbradas a manejar otras lenguas (sin necesidad de haberse educado en un régimen de privilegio como el príncipe), habrán sentido desde España al contemplar cómo sus supuestos representantes se muestran tan incapaces de aprender inglés como de crear empleo. Mientras unos pocos dinosaurios nadan en la abundancia del café con leche, muchos jóvenes se ahogan en varios idiomas a la vez.
14 de julio de 2013
Anatomía del Señor Respuesta (y 2)
Si el Estado financió todas las travesías del Señor Respuesta sin detallar cuáles fueron por actividades privadas, tampoco ha explicado por qué nuestro estadista cruzaba el charco hasta con nueve escoltas, y elegía hoteles de lujo en vez de recurrir a las embajadas para economizar los gastos de hospedaje. Curiosamente, durante aquellos viajes personales al extranjero, Aznar se dedicaba a criticar al Gobierno que le costeaba todos sus gastos con dinero público. Es decir, con el dinero de esos mismos impuestos que ahora él nos propone bajar. En una patriótica entrevista que concedió hace poco, el señor Respuesta lanzó un warning muy de su estilo: «A mí, lecciones de lealtad, cero». De lealtad, no sé. Pero alguna que otra lección de aritmética tampoco le vendría mal. Así podría explicarnos mejor cómo maneja sus números. O cómo en su flamante propuesta de reforma fiscal, realizando un ejercicio de eufemismo que merecería de paso unas cuantas lecciones de lingüística, nos sugiere «impulsar un uso más intenso de las tasas y precios públicos ligados a la prestación tanto de servicios generales (transportes, infraestructuras, educación superior) como de servicios de ámbito local (basuras, saneamiento, depuración de aguas)». Si no he entendido mal, y aún retengo algo de mis pobres estudios de Lengua y Matemáticas en la enseñanza pública, lo que el Señor Respuesta nos propone es algo así como una regla de tres inversa: el dinero público es a mis viajes privados, lo que los recortes públicos serán a los servicios que tú tengas que pagar. Con estadistas así, ¿para qué necesitamos a la troika? Como muy bien diría una esposa escarmentada: cuidado con los ex.
12 de julio de 2013
Anatomía del Señor Respuesta (1)
Inquieto por la decadencia de España sin él, el ex estadista Aznar insiste últimamente en recordarnos su cara y sus caretas. Bien nos consta que Bush, en aquel rancho donde los zapatos eran más altos que las mesas, lo llamaba Anser. Tampoco era mal nombre, porque Anser suena a answer, y hoy Aznar viene teniendo respuesta para todo: la crisis, el paro, las relaciones internacionales, la reforma fiscal. Hasta para la burbuja inmobiliaria que, con fervoroso patriotismo, él mismo se encargó de inflar. El señor Respuesta, como todos los ex salvadores, resulta prodigiosamente eficaz cuando gobierna de manera imaginaria. No hay nada como aprender del desastre propio. Más impropio, no obstante, le ha quedado el bigote, sumido en tiempos de recorte. El bigote del señor Aznar ha dejado de pertenecerle, como si se lo hubieran privatizado o tuviese problemas de déficit. El cabello, eso sí, continúa en su puesto. Firme, inalterable. Pelo en forma de dogma. La ideología empieza en la cabeza, y sin duda el señor Respuesta piensa con el pelo. Observando sus imágenes recientes, da la impresión de que le cae holgado el traje, a lo Camps. Como si la ex presidencia le quedara grande. Incluso la corbata le queda un poco más larga. Como si le pesase. Como si de esa corbata pendieran las armas de destrucción masiva, el 11-M, su despedida en falso, la medalla del Congreso de Estados Unidos, la ley del suelo, la trama Gürtel y demás complementos de moda. No sabemos por qué hay serias contradicciones entre las declaraciones tributarias de la FAES y las facturas de las empresas Gürtel que contrató la propia fundación. Lo que sí sabemos es que la firma patrimonial de Aznar ingresó por sus actividades privadas casi un millón de euros en apenas dos años. Al parecer, el anterior Gobierno financió con dinero público los viajes del Señor Respuesta al extranjero, sin especificar si fueron por compromisos privados y remunerados. Quizá se trató de pequeños estímulos para un joven emprendedor, de esos que tanto abundan en esta España que nos han dejado las corbatas, los oráculos y los tecnócratas.
20 de diciembre de 2012
Poderoso caballero (y 2)
En cierta ocasión le preguntaron al expresidente Aznar qué cualidad prefería en una mujer. Sus prominentes abdominales respondieron sin dudarlo: «Que sea mujer». Una mujer-mujer no sería una mujer tartamuda, ni una mujer al cuadrado. Sino aquella que se queda pasiva. Que acepta el rol histórico que le tocó en herencia. Que se comporta, en suma, exactamente como esperan los hombres-hombres. Entre la biología elemental y la Edad Media, el ministro Gallardón afirma que la maternidad es lo que hace a las mujeres «auténticas mujeres». Y si de paso pueden tener unos cuantos retoños, y poco tiempo para cosas como el trabajo o la política, mejor que mejor. Virginia Woolf tituló este sofisma Killing the Angel in the House. Gallardón ha declarado su intención de «defender a una sola mujer que quiera ser madre y no pueda». Tan o más grave sería no querer (o no estar en condiciones) de ser madre, y que el Estado te fuerce a serlo. Habrá que recordarle al gallardo ministro que una madre es mucho más que un mamífero. Que la reproducción es una opción y no un destino. Y que, mientras su Gobierno siga descuidando la incorporación laboral de las mujeres, los servicios educativos para menores de 3 años, las leyes de dependencia o la igualación de los permisos de maternidad y paternidad, la mujer podrá ser toda una madre, pero seguirá siendo media ciudadana.
26 de enero de 2011
Sed de mal
Rajoy se engolosina, se entusiasma, se autocorona: «España tiene sed de urnas». Viendo su discurso, de pronto me acuerdo de Touch of Evil, la película de Orson Welles que se tradujo como Sed de mal. Curiosamente, la sinopsis oficial de la película concluye diciendo: «Una lucha feroz se desata entre los dos hombres, pues cada uno de ellos tiene pruebas contra el otro». Rajoy argumentará que Zapatero (o Rubalcaba) han estado al timón en tiempos de naufragio. Los otros dos replicarán que él fue el beduino mayor del tristísimo desierto aznarista. Los españoles tienen sed de urnas, amenaza Rajoy. Y ya se sabe que, cuando uno se muere de sed, se conforma con cualquier brebaje.
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