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30 de abril de 2020

Génesis, Covid.19


Y el Papa dijo amén en la plaza vacía
y nadie respondió desde las nubes
y nadie respondió desde el espejo
porque todas las voces estaban bajo tierra
dulcemente acunadas por dejar de existir.


Y la Bolsa se hinchó como un pulmón
y contó las monedas del oxígeno
y desvió su aire hacia unas islas 
amarradas al mar con puntos de sutura
donde sólo hay lagartos y excepciones.

Y todos los países fueron uno
pero por sobre todo cada cual
porque muchos debieron elegir
entre virus y panes y unos pocos guardaron
un trozo de futuro en la nevera.

Y los supermercados se poblaron
de animales en busca de animales
de familias pastando todas blancas
en un campo de alcohol papel y plástico
y los guantes tecleaban el código del miedo.

Y cada sanatorio fue tormenta
y los techos llovieron y las puertas volaron
y el hilo de la vida se hizo nítido
y en los pasillos iba y venía la verdad
sin que nadie pudiera preguntarle.

Y las abuelas los abuelos vieron
con sus pieles de redes pescadoras
con las manos manchadas de memoria
con los ojos cegados de tanta lucidez
transformarse el derecho en aritmética.

Y la tecnología se hizo cuerpo
en quien ya la tenía y fue fantasma
para quienes tan sólo tenían cuerpo
y cantamos canciones que rimaban
y dijimos que nunca olvidaríamos.

Y muy pronto las voces nos quedamos calladas
en el lugar de siempre en los rincones
con zumbidos de mosca en un limbo diabólico
que es frontera entre el canto y el silencio
entre el luto y la amnesia de estar vivos.

19 de febrero de 2018

Fractura, 5 (Carmen)


En el colegio crecí mucho por culpa de las monjas. Supe aguantar y arreglármelas sola. Con las chicas revoltosas como yo, alternaban sin parar castigos y recompensas. Era caricia y palo, caricia y palo. Hasta que te volvías capaz de cualquier cosa con tal de seguir recibiendo caricias. Hay que reconocer que las monjas fueron muy pedagógicas conmigo. Me apartaron de cualquier tentación religiosa. Al principio se hacían las buenas. Se te ponían dulces. Y en cuanto se ganaban tu confianza, empezaban a decirte qué debías hacer y con quién ir. No estoy segura de hasta qué punto me portaba mal. Sólo sé que me hacían la vida imposible. A mis hermanas no tanto, o eso cuentan ahora. Me dormía y me despertaba con culpa. Culpa de jugar. De reírme demasiado. De levantar la voz. De escuchar la radio. De no hacer los deberes. De hacerlos mal. De pintarme las uñas, porque era pecado. Y especialmente de mentirle a la hermana Gloria. Todo me daba culpa en el colegio. Por eso ahora nunca me arrepiento de nada.


[de la nueva novela Fractura (Alfaguara). Más información, aquí.]

11 de enero de 2016

Where the Fuck Did Monday Go?


1. 
Cuando oscurece,
relucen las estrellas como hielo, y el espacio que cruzan
esconde alguna cosa elemental. No Dios exactamente. Quizá más
como un ser a lo Bowie en purpurina, estrecho de caderas: 
un Starman, as cósmico planeando, balanceándose,
muriendo por hacernos entender.
(...)

2.
No deja pistas. Pasa inadvertido, rápido como un gato. Eso
es Bowie para ti: Papa del Pop, coqueto como Cristo. Una obra
adentro de otra obra, él está dos veces registrado.
(...)

3.
Bowie, quiero creerte. Sentir tu voluntad
igual que el viento antes de la lluvia.
Como quien simplemente todo lo obedece
dejándose llevar por esa danza hipnótica,
como si algo con el poder de hacerlo
hubiera alzado la mirada y dicho:
                                                 Adelante.


(Fragmentos del poema "Don't You Wonder, Sometimes?", del libro Life on Mars de Tracy K. Smith, traducidos por Andrés Neuman. Existe también una edición española: Vida en Marte, con traducción de Luna Miguel. El título del post cita un verso de Girl Loves Me, canción del nuevo y póstumo disco de David Bowie, Blackstar.)

22 de mayo de 2014

Barbarismos

(Celebrando la publicación del nuevo libro Barbarismos. Más información, aquí.)


autoestima. Montaña rusa de un solo pasajero.

bandera. Trapo de bajo coste y alto precio.

corazón. Músculo peculiar que, en vez de levantar peso, lo acumula.

democracia. Ruina griega. || 2. ~ parlamentaria: oxímoron.

escuchar. Extraer música del ruido. || 2. Acción y efecto de prepararse para interrumpir.

ficción. Acontecimiento que aspira a suceder.  || 2. Versión menos evidente de lo real.

goleador. Individuo que celebra lo que merecieron otros.

humor. Facultad de parodiar las propias convicciones, o sea, de pensar. || 2. Flujo interno de la tragedia. || 3. ~ negro: ejercicio mediante el cual un humorista comprueba si sigue vivo.

imperfección. Belleza que permite ser intervenida. || 2. Perfección mejorada por el escepticismo.

joder. Verbo transitivo de admirable polivalencia.

kitsch. Mal gusto de buen gusto.

leer. Acción de viajar hasta donde uno se encuentra. || 2. Acción y efecto de vivir dos veces.

maternidad. Momento de plenitud de una trabajadora antes de ser despedida.

noticia. Ocultación de otra noticia. || 2. Lo que en este mismo momento está dejando de importar.

ñu. Especie rumiante protegida con el noble fin de que no se extingan los crucigramas.

orilla. Mitad de un lugar. || 2. Comienzo del puente.

pornografía. Modalidad ansiosa de autoconocimiento. || 2. Deseo trágico de ver algo siempre ligeramente distinto de lo que estamos viendo.

querer. Extraño afecto hacia alguien que no es uno mismo.

reconciliación. Tregua acordada entre dos cónyuges con el objeto de perfeccionar su ruptura. || 2. ~ nacional: desmemoria pactada entre dos bandos que se recuerdan perfectamente.

santo. Individuo tocado por un don divino para elegir a sus biógrafos.

traducción. Único modo humano de leer y escribir al mismo tiempo. || 2. Texto original que se inspira en otro. || 3. Amor retribuido palabra por palabra.

urna. Recipiente que acoge los restos de un individuo. || 2. En las jornadas electorales, ídem.

viejo. Joven tomado por sorpresa.

WC. Oficina con un solo empleado.

xenófobo. Individuo al que le repugnan sus propios ancestros.

yo. Conjetura filosófica.

zoofilia. Doctrina que predica el amor entre semejantes.

23 de noviembre de 2013

Abecedario Beatle


APPLE: dícese de la manzana que se pudre rápido.

BAJO: instrumento que McCartney reinventó por no desear tocarlo.

CUARTETO: Santísima Trinidad, más uno. 


DYLAN: droga que influyó en Lennon a mediados de los sesenta.

EPSTEIN: corbata que ilumina la caverna.

FAN: individuo razonable, hasta que habla de los Beatles.

GRACIAS: palabra que jamás escuchó George Martin.

HELP: petición de auxilio tras sufrir repetidos accidentes de esquí.

IGUALDAD: desequilibrio mediante el cual Ringo cobraba lo mismo que Paul.

JESUCRISTO: estrella que osó considerarse casi tan popular como los Beatles.

KLEIN: segundo pulpo del jardín.

LISÉRGICO: sentido común de Lennon.

MAHARISHI: iluminación que produce verdades trascendentales como el Álbum Blanco.

NOWHERELAND: patria general.

Ñ: única letra para la que Lennon y McCartney no tuvieron música.

ONO: conjunción negativa. 


PEPPER: único sargento con más autoridad que un general.

QUIMERA: decimocuarto LP.

REVOLVER: disparo que revive a quien lo escucha.

SOLO: sustantivo y adjetivo en los que Harrison fue especialista.

TUCSON: localidad de Arizona a la que 
volveremos siempre. 

U.S.S.R.: antípoda y destino de Miami Beach.

VÉRTIGO: período histórico comprendido entre 1963 y 1969.

WALRUS: animal mitológico.

X: opinión de Pete Best sobre sus ex compañeros.

YEAH: conjunción afinada.

ZURDO: naturaleza del individuo sumamente diestro.


14 de octubre de 2013

La teta y el patriarca (y 2)

Se podría argumentar que desnudarse públicamente no es más que otra manera de reproducir la objetualización de la mujer. Ante esta objeción, en una entrevista reciente, la líder de Femen en España respondió: «la diferencia radica en que eliges cuándo enseñar tu cuerpo para molestar. Tengo el control sobre él y lo muestro como pancarta». En otras palabras, existe una diferencia fundamental entre aceptarse como objeto sexual cuando el patriarcado lo ordena, y mostrar el cuerpo propio de manera estridente cuando el patriarcado preferiría el silencio. Las activistas están en su perfecto derecho de mostrar sus cuerpos para molestar al poder, aunque sería preferible que los mostrasen para hacernos pensar a los ciudadanos. Por lo demás, la líder española de Femen estudió en un colegio de monjas y recibió esa educación escolar religiosa que tanto desearía propagar el actual Gobierno. Resulta difícil omitir que las tres mujeres que irrumpieron en el Congreso (como suele ocurrir en las intervenciones de esta agrupación) eran jóvenes, delgadas y más bien atractivas. Si se trata de un movimiento de protesta con cierta vocación representativa, no estaría de más que incorporasen en sus acciones a mujeres con cuerpos más corrientes y menos cercanos a la iconografía publicitaria. Ahora bien, ante esto también cabe otra respuesta, la que dio en su facebook la escritora Elvira Navarro: «se suele acusar a Femen de reproducir estereotipos patriarcales, pero este movimiento también puede leerse como una forma de deshacerlos: de repente unas tías que parecen salidas de un anuncio de champú no hacen lo que se espera de ellas, que es limitarse a gustar». Si tres simples desnudos nos dan para tanto debate, contradicciones y contrarréplicas, entonces estamos ante algo mucho más profundo que una mera agitación. Por lo demás, mientras las tetas de Femen provocan el repudio del patriarca Gallardón, la Comunidad Autónoma que él mismo presidió ha paralizado los diagnósticos precoces del cáncer de mama a 30.000 mujeres, en un miserable intento de reducir costes. Esa es la diferencia entre ir por ahí señalando con el dedo a unas mujeres, y que unas mujeres metan el dedo en nuestras llagas.

11 de octubre de 2013

La teta y el patriarca (1)

Tres jóvenes activistas de Femen dejaron al descubierto sus ideas, su cuerpo y nuestras contradicciones al irrumpir en el Congreso. Al igual que sucede con el arte performático, lo más interesante de su intervención no es tanto la obra en sí como la ola de reacciones e interpretaciones que genera. Al margen de su puesta en escena, la iniciativa ha cumplido su objetivo: provocar un debate tan urgente y radical como las medidas machistas de Gallardón. La respuesta del PP ha sido previsible y plana, adjetivos que encajan con sus siglas. Varias diputadas del partido han descalificado la actuación de Femen, haciendo un superficial énfasis en los desnudos y evitando opinar sobre el fondo de su protesta o la reforma legal que encabeza el ministro. Muchos pensarán, y tendrán razón, que aparecer desnudas en el Parlamento no es una medida de buen gusto. Tampoco lo es dejarnos en pelotas con las decisiones que allí se toman por mayoría simple. El señor Gallardón, procreador general, se apresuró a comentar que la protesta constituye una «falta de respeto a la soberanía popular». Si tanto le preocupa la soberanía popular, lo coherente sería convocar un referéndum acerca de sus propuestas, que hacen retroceder a España 30 años en la conquista del derecho de las mujeres a decidir cuándo y cómo han de ser madres, en lugar de ser sujetos pasivos de la biología y, para colmo, de gobernantes conservadores como él. Ahora bien: como mucha otra gente, ante la protesta de Femen he sentido una mezcla de simpatía por la causa y objeciones hacia la forma. Lo más discutible es quizás el eslogan que esgrimieron las activistas: «El aborto es sagrado». Antes de lanzarse a juzgarlo literalmente, como intentaron hacer interesadamente el ministro y sus obedientes parlamentarias, puntualicemos que la mención de lo sagrado parece trabajar aquí en una doble dirección. En primer lugar, invierte el tópico que suele funcionar como lema antiabortista: si el derecho a la vida es sagrado, el derecho a la libertad individual también. En segundo lugar, denuncia las intrusiones de la moral religiosa en la legislación civil. Incluso para discrepar del eslogan, convendría tener en cuenta estos matices. Dicho lo cual, personalmente sigue pareciéndome erróneo: no es que el aborto sea un derecho sagrado. Es que precisamente la sacralización de ciertos conceptos terrenales y profundamente ligados a la ideología (la familia, los roles de género, el sexo, la libertad individual) nos impide debatirlos desde la racionalidad ciudadana.

6 de mayo de 2013

Contra la salvación

En su Manual de infractores, Caballero Bonald mira al cielo del suelo y anota: «Emigra la verdad como las aves». Menos atento a estas incertidumbres, el señor Wert, ministro -por así decirlo- de Cultura, declaró durante la entrega del Premio Cervantes que la poesía del autor nos «redime, salva y libera». Hay que tener talento, no sé muy bien de qué clase, para elogiar tan mal. Si algo logra la palabra poética en general, y la del premiado en particular, es minuciosamente lo contrario. Incomodar, implicar, sacudir. A algunos se les nota la ideología hasta cuando felicitan. Un poeta, a diferencia de un sacerdote, rara vez pretende salvarse. Más bien quiere entender por qué no hay salvación. Anticipándose al ministro, Caballero Bonald dejó dicho en Las horas muertas: «Juntas están mentiras y verdades/ en la contestación de cada día».


29 de marzo de 2013

Semana Santa o no tanto (y 2)

Si nos atenemos a la cuidadosa elección del nombre y a los significados de sus gestos, cabe deducir que Bergoglio es un hombre particularmente consciente del poder de los símbolos. Un Papa, en cierto modo, literario. No en vano alguna vez dio, según cuentan, clases de literatura. Quizá por eso mismo me inquieta su manejo de las metáforas y sus connotaciones. «Nuestra vida es un camino», fueron sus primeras declaraciones, «y cuando nos paramos la cosa no va». No estoy seguro de a qué paradas se refería. Pero creo que muchos agradecerían que el Vaticano se parase un momento a investigar los casos de pederastia internacional y corrupción financiera que ha tenido. Y que se detuviera a reflexionar por qué resultan tan frecuentes. El Pontífice poetizó también sobre la necesidad de edificar la Iglesia con «piedras fuertes», para que no le ocurra «lo que les sucede a los niños en la playa cuando hacen castillos de arena». Considerando el terrible expediente de abusos que continúan impunes, esta alusión veraniega a la infancia no me sonó precisamente oportuna. Sabemos que el Papa acudió a rezar a la basílica de Santa María en un Ford, vehículo menos lujoso que el que utilizaban sus antecesores, decisión que le granjeó fervorosos aplausos. Por desgracia, si para el resto del mundo el Ford puede ser un coche corriente, para los argentinos es además la marca de los célebres coches en que los militares acudían para secuestrar a los desaparecidos. Me cuesta entender que Bergoglio no recordara este detalle, de sobra conocido en la historia nacional, cuando eligió vehículo. O quizá se acordó perfectamente, y le pareció una sutil respuesta. La prosa del Pontífice está llena de recovecos. En eso no podemos negarle la maestría.

26 de marzo de 2013

Semana Santa o no tanto (1)

Entre el estereotipo y el desconocimiento, las potencias occidentales han recibido el nombramiento de Bergoglio como si se tratase de una decisión revolucionaria. Sin embargo, de dónde sea el Papa me parece poco relevante. La institución a la que representa tiene unos intereses que no van a cambiar por esa anécdota geográfica. Los antecedentes de Bergoglio como cardenal en la Argentina nos lo presentan con un perfil más conservador y diplomático de lo que muchos creen o desean. Lejos de ese «fin del mundo» del que proclamó provenir, sus contactos, decisiones, manifestaciones y silencios lo retratan como alguien dedicado a escalar a lo más alto. El Pontífice supo situarse entre dos corrientes opuestas de la Iglesia argentina, distanciándose tanto del sector ultraderechista (representado por el arzobispo Aguer y el Instituto del Verbo Encarnado) como de las posiciones sociales de Curas en Opción por los Pobres (OPP). Teniendo en cuenta los conflictos internos que amenazan al Vaticano, dudo que el Santo Padre se moleste en proponer cambios en su posición respecto a grandes cuestiones como el divorcio, el rol de la mujer, la homosexualidad o los anticonceptivos. Es decir, respecto a todo aquello que afecta realmente al «pueblo» que él mismo invocó, tras décadas de ausencia en los discursos papales. Bergoglio es, sin duda, un comunicador inteligente y eficaz. Por eso, tal como hizo en su país, se concentrará en cultivar determinados gestos públicos de humildad, austeridad y llaneza, convenientemente difundidos por los medios de comunicación. Llamémoslo marketing celestial. En cuanto a su actuación durante la dictadura militar, imagino que ahora aparecerán testimonios, llamativamente tardíos y oportunos, que tenderán a discutir las siniestras acusaciones que nadie refutó durante casi cuarenta años. Llamémoslos silencios elocuentes.