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lunes, noviembre 18, 2019

novedades

   
Quiere la casualidad que una parte importante de los trabajos que he ido haciendo estos meses vean la luz ahora, en noviembre, ¡todos a la vez! Hago recuento por si algún lector curioso tiene interés o ganas de acercarse a esas páginas:
 


En el número 431 de la revista Quimera aparece un extracto de un libro de notas en preparación –supongo que el sucesor de Perros en la playa– con el título de «Poética del sonámbulo».

El dossier central del nuevo número de Turia está dedicado al gran poeta polaco Zbigniew Herbert. El dossier, coordinado magistralmente por Xavier Farré, recoge el trabajo de hasta quince autores, incluido mi artículo «La piedra y la perla» (en la sección de inéditos aparece también un poema reciente, «Secuela»).




El poeta Carlos Iglesias Díez me entrevista por extenso –una entrevista más escrita que hablada, en realidad– en la revista asturiana Anáfora a propósito de mi libro de ensayos La puerta verde.

He escrito el prólogo del nuevo libro de Raúl González García, su segundo poemario, Fuga de nieve, que acaba de ver la luz en Verbum. Un libro que preserva como pocos la frescura y la intensidad casi alucinatoria de las visiones juveniles, y que profundiza en el surco abierto por los poemas de Los fuegos del agua.

También es de ahora mismo la antología bilingüe (español / inglés) Streets Where to Walk is to Embark. Spanish Poets in London (1811-2018), editada por Eduardo Moga y traducida por Terence Dooley para la editorial Shearsman Books, que recoge una muestra amplísima de los poemas que escritores españoles de dos siglos hemos dedicado a Londres. Mi trabajo aparece representado con el poema «Días de 1998», que recuerda la hospitalidad –y la compañía– de mis viejos amigos Maria Cristina Fumagalli y Jon Dean.




lunes, febrero 02, 2009

herbert / heaney

Hay varias razones para colgar el poema que Seamus Heaney le dedicó al poeta polaco Zbigniew Herbert en su penúltimo libro, Electric Light. La primera, y más evidente: la presencia de Heaney en Madrid este mismo jueves (no diréis que no insisto, pero la ocasión bien lo merece). También quería celebrar la aparición del primer libro de ensayos de Herbert en español (Naturaleza muerta con brida, El Acantilado, 2008) y agradecer a Xavier Farré su hermosa traducción, a la espera de poder leer Un bárbaro en el jardín (dice Xavier que saldrá este año). Por último, hace unos días, en el taller de Hotel Kafka, leímos y comentamos uno de los grandes poemas de la primera época de Herbert, «Piedra» («La piedra es la criatura / perfecta // igual a sí misma, / vigilante de sus fronteras…»), una especie de teogonía negativa que dice más que muchos tratados de historia sobre la atmósfera espiritual de la Europa de posguerra. Cruces y coincidencias (o no tanto) que pedían, exigían casi, la cita íntegra de estos versos.


Para la sombra de Zbigniew Herbert

Tú fuiste uno de aquellos, a espaldas del viento del norte,
a quienes Apolo favorecía con su visita
en la estación helada. Y entre tu gente tú
eras nombrado heraldo cada vez que partía
y la tierra callaba y la promesa del verano se frustraba.
Aprendiste a tocar su lira y la mantuviste afinada.


Trad. J.D.