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Cosas del espacio virtual. Como un personaje de cuento de navidad de Dickens, un momento sentí que viajaba al DF, a la casa de mi admirado Zaidenwerg, para dejarle un poema de Geoffrey Hill (esa maravilla que abre su Poesía completa con el oportuno título de «Génesis»), y al siguiente que Marcos Canteli, director de la revista 7 de 7, picaba en la puerta y me dejaba un sobre con la lúcida reseña que Pilar Martín Gila ha escrito sobre Perros en la playa. A todos, gracias. Estos gestos de complicidad son como faroles que van iluminando el camino del final de año.
Ah, el original (memorable, deslumbrante) del poema de Hill se puede leer aquí.
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Han Kang: diseccionar la sociedad y el alma coreanas
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Del concurso literario de primavera Seúl Shinmun, que se le otorgó en 1994,
hasta el premio Nobel ahora: estos treinta años de andadura literaria
llegan...
Hace 47 minutos