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domingo, octubre 16, 2011

field commander cohen

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Era un disco lejano del comandante Cohen, nueva piel para la vieja ceremonia, quién por el fuego, quién junto al agua, con ángeles volando que hacían el amor bajo un ala improbable, pintada torpemente por la vieja censura. Era el disco del hotel Chelsea, era esto lo que querías, hay una guerra –como si hubiera olido, muerte de un mujeriego, su futura pendencia con el guerrero Spector–, y la voz condensada, arrastrándose sobre un fondo espartano de guitarras y banjos socarrones. Crecíamos extraños y la voz ayudaba, daba claves. Decía: no sabréis más que ahora, no hay descanso, tomad esta intemperie y haced algo con ella, lo que podáis. Sigue diciéndolo. ¿Y quién diré que llama?

(El Cuaderno, La Voz de Asturias, 16/10/2011)


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domingo, septiembre 13, 2009

cohen / 4 poemas breves


Leonard Cohen vino ayer a Madrid, por fin. Un concierto de tres horas y cuarto, generoso y pletórico, lleno de matices y pequeños reconocimientos. Nos costó dejar nuestro sitio, quitar los ojos del escenario mientras los operarios comenzaban a retirar instrumentos y cables.
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Estábamos ya en la calle, sudorosos y alegres, tratando de escapar de la multitud y encontrar el camino a casa, cuando vi en el suelo, cerca de un portal mal iluminado, un pequeño cuaderno de pastas negras. Miré a mi alrededor, pero nadie parecía reparar en él. Me agaché a recogerlo. Al abrirlo por las primeras páginas, descubrí estos pocos versos que alguien había escrito en diagonal con letra cuidadosa y apretada. Cuatro poemas muy breves, casi ráfagas.



VERANO: HAIKU

Silencio
y otro silencio aun más profundo
cuando los grillos
dudan



PUES LO POSEO TODO

Te preocupa que pueda dejarte.
No te dejaré.
Sólo los extraños viajan.
Dueño de todas las cosas,
no tengo adónde ir.



EL AMOR ES UN FUEGO

El amor es un fuego
Quema a todo el mundo
Desfigura a todo el mundo
Es la excusa que tiene el mundo
para ser feo



ALGUIEN QUE COME CARNE

Alguien que come carne
quiere hincar sus dientes en algo
Alguien que no come carne
quiere hincar sus dientes en otra cosa
Si por un momento
todo esto te interesa
estás perdido
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Trad. J.D.

lunes, noviembre 17, 2008

un poema de leonard cohen

LA CANCIÓN DEL CORNUDO

Si esto parece un poema
ya te aviso desde el comienzo
que no era mi intención.
No quiero convertir nada en poesía.
Lo sé todo de ella
pero eso ahora no importa.
Esto es algo entre tú y yo.
Personalmente, me importa un carajo
quién llevó a quién:
de hecho, me pregunto si algo me importa en verdad.
Pero se supone que un hombre debe decir algo.
En cualquier caso: la ahogaste en cerveza,
te la llevaste a tu cuarto, pusiste los discos apropiados,
y en una hora o dos todo acabó.
Lo sé todo de la pasión y el honor
pero por desgracia aquí no pintan nada:
ah sí hubo pasión ya me imagino
e incluso un poco de honor,
pero lo importante era ponerle los cuernos a Leonard Cohen.
Joder, ya que estamos, puedo decírselo también a ella.
No me queda tiempo para escribir más.
Debo rezar.
Debo esperar junto a la ventana.
Lo repito: lo importante era ponerle los cuernos a Leonard Cohen.
Me gusta esa línea porque incluye mi nombre.
Lo que realmente me pone enfermo
es que todo sigue como antes:
todavía soy una especie de amigo,
todavía soy una especie de amante.
Pero no por mucho tiempo.
Por eso os aviso.
De hecho, me estoy transformando en oro.
Es un proceso largo, dicen,
ocurre por etapas.
Esto es para informaros
que ya me he transformado en piedra.

Trad. J.D.

lunes, octubre 27, 2008

leonard cohen / cuatro poemas


Visto el éxito (siempre relativo, claro está) que han tenido los tres poemas de Leonard Cohen que colgué la semana pasada, repito la operación y cuelgo cuatro más, en un tono bastante más irónico (aunque la melancolía nunca está muy lejos). Creo que os gustarán.

La foto es espléndida, por cierto. Tengo la sensación de que fue tomada en Grecia en algún momento de los años sesenta, pero no me hagáis mucho caso. La he sacado de una página web, pero no he encontrado ni rastro de su autor.


ME PREGUNTO CUÁNTA GENTE EN ESTA CIUDAD

Me pregunto cuánta gente en esta ciudad
vive en cuartos amueblados.
De noche, cuando contemplo
ante mí los edificios
juraría que veo un rostro en cada ventana
mirándome,
y cuando me vuelvo
me pregunto cuántos regresan a sus mesas
y escriben esto.


LA MÚSICA SE NOS INSINUÓ

Quisiera recordar
a la dirección
que las bebidas están aguadas
y la chica del guardarropa
tiene sífilis
y la banda está compuesta
por antiguos monstruos de la SS
Sin embargo ya que es
Nochevieja
y tengo cáncer de labios
me pondré el
sombrero de papel en mi
magulladura y bailaré


ME GUSTARÍA LEER

Me gustaría leer
algunos de los poemas
que me llevaron a la poesía
no recuerdo una línea
ni tan siquiera una pista

Lo mismo
ocurrió con el dinero
las chicas y las conversaciones de madrugada

Dónde están los poemas
que me llevaron
lejos de lo que amaba

hasta llegar aquí
desnudo con la idea de encontrarte


QUÉ HAGO AQUÍ

No sé si el mundo ha mentido
Yo he mentido
No sé si el mundo ha conspirado contra el amor
Yo he conspirado contra el amor
Que exista la tortura no es un alivio
Yo he torturado
Incluso sin la nube atómica
yo habría odiado
Escuchad
yo habría hecho lo mismo
aunque no hubiera muerte
no seré sostenido como un borracho
bajo el frío grifo de los hechos
niego la coartada universal

Como una cabina de teléfono vacía
revivida en la memoria
como los espejos de una sala de cines al salir
como una ninfómana que une a miles
en extraña hermandad
espero
una a una vuestras confesiones

trad. J.D.

lunes, octubre 20, 2008

leonard cohen / tres poemas


Revisando antiguos cuadernos (la clásica maniobra de despiste cuando no tengo la cabeza para escribir), encuentro algunos poemas del maestro Cohen que traduje hace lo menos diez años. Me fascinan estos pequeños poemas, escritos en la época en que trabajaba en su primer disco: su ternura, su ironía, su brevedad punzante y a la vez hospitalaria. Ojalá os gusten (hay más, ya los iré colgando en los próximos días).



POEMA

He oído hablar de un hombre
de voz tan bella
que si tan sólo dice sus nombres
las mujeres se entregan a él.

Si permanezco mudo junto a tu cuerpo
mientras el silencio florece como un tumor en nuestros labios
es porque oigo a un hombre subir las escaleras
y aclarar su garganta tras la puerta.



CANCIÓN

Casi me fui a la cama
sin recordar
las cuatro violetas blancas
que puse en el ojal
de tu jersey verde

y cómo te besé entonces
y tú me besaste
tímida como si nunca
hubiera sido tu amante



REGALO

Me dices que el silencio
se encuentra más cerca de la paz
que los poemas
pero si de regalo
te trajera silencio
(pues conozco el silencio)
dirías
Esto no es silencio
sino otro poema
y me lo devolverías.
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