Jonathan Mayhew me escribe para anunciarme el envío de su nuevo libro, un estudio de la recepción y la influencia que la obra de García Lorca ha tenido entre los poetas norteamericanos (Apocryphal Lorca: Translation, Parody, Kitsch, The University of Chicago Press, 2009). Hablamos de Jack Spicer (que mientras traducía sus poemas escribió varios «garcialorcas» apócrifos), de Merwin, de Rexroth… y de Robert Creeley, que tiene un poema titulado, precisamente, «After Lorca», aunque no sé –como veremos– si el texto definitivo tiene mucho que ver con el poeta granadino.
Si no recuerdo mal, «After Lorca» pertenece al primer tranco de la obra de Creeley (1926-2005) y fue escrito en Mallorca, donde vivió con su esposa Ann entre 1951 y 1955. He revisado tantas veces la traducción que ya no sé si queda algo del impulso original. No es representativo del tono posterior de Creeley, pero me gusta por su ternura y su suave ironía, y también por la ingenuidad con que incrusta, casi al sesgo, su pequeña crítica social.
Según Lorca
La iglesia es un negocio,
y los ricos son hombres de negocios.
Cuando repican las campanas,
los pobres vienen en tropel,
y, cuando un pobre muere,
le ponen una cruz de madera
y se dan prisa con la misa.
Pero si muere un rico
pasean por la calle el Sacramento
y una cruz recamada, y van doucement, doucement
camino al cementerio.
Y esto a los pobres les encanta
y les parece una locura.
Mayhew, que lo ha estudiado, me da la fuente original del poema, unos versos tradicionales recogidos en su día por Antonio Machado y Álvarez, Machado padre:
Cuando muere un hombre pobre
va solito al entierro,
pero cuando muere un rico
va la música y er clero.
Como dice Mayhew, «el poema de Creeley parece una ampliación de estos sentimientos populares». En cualquier caso, el verso inicial sigue teniendo no poca vigencia, visto lo que estamos teniendo que aguantar por ese frente.
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