Estoy realmente conmovido con la respuesta que La vibración del hielo está teniendo entre algunos amigos blogueros. Ahora es Antonio Rivero Taravillo, enorme traductor, actual biográfo de Cernuda y tal vez la persona que más sabe entre nosotros de literatura celta (y de all things Irish en general), quien dedica unas cariñosas líneas al librito. Muchas gracias, Antonio. (No os perdáis, por lo demás, el relato de su impagable viaje "cernudiano" a Estados Unidos.)
Mi recuerdo es para Álvaro Valverde, víctima de la estulticia con que de nuevo se manejan los asuntos culturales en nuestro país. No sé yo si está Extremadura (si está ningún sitio) para prescindir de una persona de su categoría al frente de la Editora Regional. Digo categoría personal; la otra se sobreentiende. Y qué maneras de hacerlo, además. Me consuelo leyendo Desde fuera (Tusquets), su más reciente libro de poemas. Un libro de madurez, de espléndida madurez. Pienso que ahora, quizá, Álvaro tenga más tiempo para escribir los poemas que sus lectores necesitamos leer. Porque sí, regresar cada poco a ciertos poetas es una necesidad. Yo confieso mi dependencia de la escritura ceñida, precisa, clara y profunda a la vez, de Álvaro Valverde. Este libro se ha hecho esperar, pero me ha devuelto la emoción con que leí en su día Una oculta razón, el libro que me lo descubrió y que sigo prefiriendo, sin duda por razones sentimentales, entre los suyos.
Han Kang: diseccionar la sociedad y el alma coreanas
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Del concurso literario de primavera Seúl Shinmun, que se le otorgó en 1994,
hasta el premio Nobel ahora: estos treinta años de andadura literaria
llegan...
Hace 1 hora