Te quiero más que a la salvación de mi alma

Te quiero más que a la salvación de mi alma
Catalina en Abismos de pasión de Luis Buñuel
Mostrando entradas con la etiqueta Arreola JJ. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Arreola JJ. Mostrar todas las entradas

ALICIA MEXICANA

La feria, JJ Arreola, p. 131
Pitirre andaba en el jardín.
En una banca estaba sentada una señora con una niñita en los brazos. La niña le gustó a Pitirre. "¿Me deja darle una vueltita a su niña?", le dijo Pitirre a la señora.
Pitirre se llevó a la niñita entre unas matas de trueno. Sacó una botellita y le dijo que bebiera un traguito. La niña dio un trago grandote. Luego comenzó a crece y crece. Se hizo una muchacha grande. Más grande de lo que Pitirre quería. Luego se casó con ella y tuvo su noche de bodas bajo las matas de trueno.
Después sacó otra botellita y la muchacha volvió a  dar un trago grandote. Luego comenzó a hacerse chiquita, chiquita. Pitirre la tomó en sus brazos, le puso un caramelo en su boquita y se la llevó a su mamá. , .. .
La señora dijo: "Qué niño tan mono.' Luego le dijo a la niñita: "Dile muchas gracias." Pero la niña, que se había hecho muy chiquita, ya no sabía hablar. Sólo hizo; ''Ta, ta" Miró a Pitirre con mucho sentimiento, no por lo que le había hecho bajo las matas de trueno, sino por haberla dejado tan chiquita.

Cosas como ésta hacía Pitirre en el jardín.

ARREOLA

La feria, JJ Arreola, p. 74-75
Una ciudad con zona de tolerancia es como un cuerpo con un tumor muy grave y que puede ir creciendo aunque todo el cuerpo esté limpio. Antes, Zapotlán era como una cara con espinillas. Sí, señores, la prostitución es el cáncer de la sociedad, y nuestro pueblo se siente ahora muy contento con su gangrena, porque ya sabe dónde la tiene. El núcleo está en la calle de Lerdo y doña María la Matraca lo fortalece y lo ramifica por Guerrero y Morelos. ¿Muy bonito, no?
- A mí se me hace que todo esto del tumor y las espinillas sale sobrando. Lo que pasa, mi querido Marqués, es que a ti te gusta ir de día con las muchachas, porque de noche te da miedo, y ahora más. Todo aquello es un enjambre de briagos y de cuicos. Antes ibas por la calle, como quien no quiere la cosa. Entrabas a tomar la copa, y luego lo que sigue, entre doce y una. Es bueno para las espinillas. Y nadie se daba cuenta, porque güilas habia por todas partes, con o sin cantina. Pero ahora, cada que agarres por Guerrero o bajes la Colorada, la gente te mira como diciéndote adónde vas: a poner el dedo en la llaga, a solazarte con el tumor de Zapotlán. ¡Ah, qué mi Marqués tan elegante!
-Vi al Perico Verduzco. Anda rete asustado. Fue el que bailó la última pieza con la Gallina sin Pico. Dice que estaba platicando con ella en la puerta del hule, allá donde ustedes saben, _por el Callejón del Diablo. También estaban otras muchachas, risa y risa, ya ven, el Perico es muy hablador. Y en eso que ven una mariposa negra, así de grande. "A mí se me iba a parar primero dice el Perico, pero me quité. Y se le va parando a la Gallina''
-¡Ándale Gallina, ya te llevó la chingada!
Las otras se metieron corriendo. La Gallina sin Pico se quedó callada, muy seria, viendo la mariposa que se fue volando, porque ni la mataron. Luego dice el Perico que le dijo. "Vamos a bailar.'' Y allí nomás se le resbaló a media pieza. Todos creían que se estaba haciendo, para asustar a las otras muchachas, por lo de la mariposa. Pero no. Clavó el pico de de veras. "¿Y qué tal,dice el Perico Verduzco, si se me para la mariposa a mi?" Y allí anda que no sale del susto.
-No cabe duda de que el señor presidente municipal es un hombre progresista.
-A mí me da lo mismo: con tal de que las haya, no me importa dónde estén.
-Yo perdí mi casa. No me dieron por ella ni lo que valía el solar
- ¡Gracias a Dios que se acabó este espectáculo para mis hijos! Yo vivo frente al Callejón del Diablo
-Lo que son las cosas, la Gallina sin Pico dijo que a ella primero la sacaban muerta, y ya ven, se le cumplio,  la sacaron del callejón con las patas por delante.
-Pero si en todas las ciudades civilizarlas hay zona de tolerancia. Hasta en Tamazula se nos adelantaron y nos pusieron el ejemplo.
-Con tal de que no tengan que cambiar todo el pueblo para allá, a la orilla de la laguna.
-Ahora, todo aquel que vaya por allí ya sabe a lo que va. Antes uno podía caer en la tentación, anduviera donde anduviera.
-¡Cuida tus pasos, pecador, que no vayan por el camino del mal!

-Ahora llego más pronto, voy más aprisa, casi corriendo… ¡El camino está de bajada!

CASAS DE MALA NOTA

La feria, JJ Arreola, p. 72-73
-Y pensar que todavía hay quienes critican al presidente municipal, siendo que ésta es una de las pocas cosas que tenemos que agradecerle: haber limpiado todo el pueblo de las casas de mala nota. Más vale tener un lugar de a tiro echado a la perdición que no todas esas lacras desparramadas por el cuerpo de Zapotlán. Acuérdense nomás del Callejón del Diablo, ahora de San Ignacio, en el mero centro de la ciudad, casi a un lado de la Parroquia y a una cuadra del Palacio Municipal,
-Todos los médicos tuvimos que prestar nuestra colaboración porque el compañero encargado del departamento no se daba abasto. Yo estuve yendo varios días a la Presidencia a echar una mano. Nunca me imaginé que hubiera tantas en Zapotlán, seguro porque nadie las ha visto juntas. Examiné como treinta y más de la mitad estaban enfermas; casi ninguna había pasado por manos de un médico y la cosa no les gustaba, fíjense, como que les  daba vergüenza. Una se puso a llorar y no se dejaba introducir el dilatador, el pico de pato, como dicen ellas.  Después se quedó muy triste y me miraba con rencor como si yo le hubiera quitado los seis centavos. Cuando le entregué su tarjeta de registro, firmada y sellada, para qué es más que la verdad. Sentí feo. Antes, era una aficionada y ejercía sin título. Ahora, gracias a mí, ya tiene uno y tal vez le sirva para toda la vida…

-A mí me cayó en las manos Concha de Fierro. ¿Han oído hablar de ella? Yo creía que eran mentiras, pero es la pura verdad Lleva tres meses con Leonila y sigue virgen y mártir porque todos le hacen la lucha y no pueden. Es la principal atracción de la casa. Y claro que no pueden, porque se necesita operarla. Se enojó porque no le dimos su tarjeta, ¿habráse visto? Quedó libre y no quiso salirse de la cárcel hasta que vino Leonila por ella. Antes de irse me preguntó que cuánto le costaba la operación. Pero Leonila le dijo: "¿Estás loca? Ya quisiéramos todas haber empezado como tú. Ojalá y nunca halles quien te rompa para que sigas cobrando doble y acabes tu vida de señorita…"

PIRUJAS

La feria, JJ Arreola, p. 71
-Bueno, ya basta. Palo dado ni Dios lo quita. Lo malo es que haya habido tanto escándalo. A muchas tuvieron que sacarlas a fuerzas porque se les venció el plazo y no se fueron por la buena. Hubiera usted visto cómo trataron en el laberinto a los policías y a las gentes del juzgado que fueron a un lanzamiento de pirujas; el que no salió arañado se quedó sin camisa, y ni modo, eran mujeres. A la Trafique la tuvieron que sacar entre cuatro y en peso para subirla al camión. A don Tiburcio le rompieron los lentes de un manotazo y de milagro no lo dejaron tuerto. Lo que les iban diciendo por el camino, del presidente municipal para abajo, es lo que nadie ha oído en toda su vida. Ya. en el Municipio, armaron una grita de todos los diablos. Dicen que en castigo, a las más rebeldes se las echaron a los presos, para que las pusieran en paz, porque los policías no ajustaron. Buenó, eso dicen…

 -Dicen que a la gente se le ha pasado la mano en las denuncias y que no contento con señalar a las que de veras le hacen al áijale, algunas viejas quedadas se aprovecharon para echar de cabeza a más de una muchacha decente, diciendo que la habían visto entrar y salir de tal o cual casa colorada.

LAS CUSCAS

La feria, JJ Arreola, p 70
Ahora somos una ciudad civilizada: ya tenemos zona de tolerancia. Con caseta de policía y toda la cosa. Se acabaron los escándalos en el centro y junto a las familias decentes.
-Yo, cada vez que pasaba por Las Siete Naciones, le tapaba a mi hijo los ojos con el rebozo.
-Pero piense usted también en los demás, en las familias decentes que viven por allá. Nosotros aquí muy a gusto en nuestros barrios limpiecitos) y ellos con semejante vecindad.
-No en balde se estuvieron quejando y hasta hicieron una junta pata que no les echaran allá la vida alegre, pero ya ve usted, perdieron y ni modo.
-Muchos se han ido de sus casas.
-Las han vendido a como dio lugar, perdieron el dinero y la querencia, con tal de no estar revueltos entre las priscapochas.
-La que salió ganando fue doña María la Matraca. Todas sus casitas quedaron en la zona.
-Ya desde antes tenía dos o tres alquiladas para el refocile, y dizque las adaptó para que le pagaran más renta.
-Dicen que alguien le dio el pitazo y estuvo compre y compre propiedades por todo ese rumbo.
-Hay quien asegura que todo el callejón de lerdo es de ella y que no contenta con cobrar las rentitas, le está metiendo dinero al negocio.
-Válgame Dios, una mujer decente, que vivía de sus abejitas, y que ahora nadie la baja de madrota…
-Ella no tiene la culpa. Sus propiedades estaban allí desde un principio, y allí le cayeron las cuscas como llovidas del cielo…

-Hizo bien. Yo hada la misma cosa si estuviera en su lugar.Casitas que le daban ocho o diez pesos de renta, ahora no las baja de treinta y cincuenta. Le llovió en su milpita, como quien dice…
Foto de Cartier-Bresson, México 1934

INCIPIT 781. LA FERIA / JJ ARREOLA

Somos más o menos treinta mil. Unos dicen que más, otros que menos. Somos treinta mil desde siempre. Desde que Fray Juan de Padilla vino a enseñarnos el catecismo, cuando Don Alonso de Ávalos dejó temblando estas tierras. Fray Juan era buena gente y andaba de aquí para allá vestido de franciscano, con la ropa hecha garras, levantando cruces y capillitas. Vio que nos gustaba mucho danzar y cantar, y mandó traer a Juan Montes para que DOS enseñara la música. Nos quiso mucho a nosotros los de Tlayolan. Pero le fue mal y dizque lo mataron. Dicen que aquí, dicen que allá. Si fue en Tuxpan, lo hicieron cuachala. Si fue aquí, nos lo comimos en pozole. Mentiras. Lo mataron en Abola a flechazos. Sea por Dios.

Antes la tierra era de nosotros los naturales. Ahora es de las gentes de razón. La cosa viene de lejos. Desde que los de la Santa Inqulsici6n se llevaron de aquí a don Francisco de Saavedra, porque puso su iglesia aparte en la Cofradía del Rosario y dijo que no les quitaran la tierra a los tlayacanques. Unos dicen que lo quemaron. Otros que nomás lo vistieron de judas y le dieron azotes. Sea por Dios, lo cierto es que la tierra ya no es de nosotros y allá cada y cuando nos acordamos. Sacamos los papeles antiguos y seguimos dale y dale. "Señor Oidor, Señor Gobernador”

WIKIPEDIA

Todo el saber universal a tu alcance en mi enciclopedia mundial: Pinciopedia