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De como dar la vuelta a la novela clásica de enigmas, Las siete muertes de Evelyn Hardcastle

Me enamoré de su argumento desde el primer momento.
Amor a primera leída.
Aún recuerdo cómo fue. Iba a hacer un nuevo servicio de novedad. Sin ilusión, sin ganas. Más libros que vendrán que al tiempo se irán. ¿Qué pedir? ¿Qué comprar? ¿Otra novela de alguien en crisis que se va al campo a encontrarse a sí misma y aburrir al lector a base de los cuatro tópicos de elogio de campo, desprecio de ciudad? ¿Un ensayo sobre lo mal que está todo? ¿Un libro de realización personal que dice eso de que tú eres maravilloso, el problema son los demás que son malos así que solo preocúpate por ti?
Hacer novedades suele ser muy deprimente.
Entonces la vi.


¿Personas encerradas en una casa con un asesino?
¿Viajes en el tiempo?
¿Bucle de un mismo día?
¿Una novela de enigmas que es una novela fantástica que es una novela de ciencia ficción que es un juego de muñecas rusas que es, como bien me dijo alguien en twitter, un gato jugando de forma sádica con un ratón?
Oh, sí, hemos nacido para conocernos.

Ha sido una experiencia lectora maravillosa. Un puro entretenimiento hecho desde el cerebro del autor al cerebro del lector. Una relectura estupenda de la clásica novela de enigmas (¿Quién ha sido?) que, respetando todas las convenciones de las historias de Agatha Christie o Dorothy L. Sayers, las subvierte y pervierte. Porque si en las novelas de enigmas el lector no podía fiarse de los testigos o sus declaraciones, en ésta el narrador está inmerso en la misma duda continua. Stuart Turton lleva muy lejos la figura del narrador poco fiable. Como lector no podemos fiarnos de los testigos, pero tampoco del detective ya que ni él mismo se fía de lo que ve, oye o se dice a sí mismo.

La fórmula de narrar la novela en primera persona del presente es un acierto; uno de los escasos ejemplos que he encontrado que este tiempo verbal está plenamente justificado. La misma sensación de perdida del autor en los primeros capítulos de la novela es la del lector al igual que la confusión de la investigación o esos momentos de destellos en los que el misterio empieza a esclarecerse.

Novela de enigmas, sí, pero también novela fantástica. Un bucle temporal que atrapa al protagonista y le impele a investigar un día tras otro la misma muerte. Y cuya explicación funciona muy bien (y, además, es preciosa).


Una novela muy entretenida, divertida y angustiosa. Una novela de enigmas diferente. Un juego cruel con el protagonista y el lector donde las pistas están y uno lucha por capturarla todas y decidir qué es real o de quién fiarse. No quiero decir mucho más porque caería en destripes y lo mejor es entrar en esta estupenda historia sin saber mucho de ella y dejarse sorprender.

Así que para estas fiestas ya tenéis una idea de novela para regalar.
Pero antes de dársela al destinatario, leedla vosotros.
Pasaréis un par de días estupendos.

Trilogía victoriana de Félix J. Palma


El mapa del tiempo, ed. Algaida
El mapa del cielo, ed. Plaza y Janés
El mapa del caos, ed. Plaza y Janés
tres novelas de Félix J. Palma

Esto que viene ahora no es una reseña al uso. Es una declaración personal de aprecio de un lector a la obra de este autor.

Reconozco que soy un lector egoísta. No comparto todo lo que leo. Hay libros, ya sean ensayos o novelas, que me emocionan, sacuden, golpean y aturden de los que no hablo. Autores que guardo solo para mí y que pese a que sus obras han cambiado mi forma de ver la vida, el universo y todo, no hablo de ellos. No tienen que ser necesariamente mis autores favoritos, algunos de ellos hace años que no los leo y su obra ha dejado de interesarme. Hablo de escritores o libros que en un momento u otro, golpean y te cambian como lector.

De estos autores no hablo en el blog. Me lo guardo y atesoro. Me refiero a gente como Jane Austen (sentido del humor y creación fina de personajes), Stevenson (sentido de la aventura, la maravilla y que la literatura es algo más), John Irving (la literatura como una mezcla extraña de comedia y tragedia en un mismo momento), Terry Pratchett (sí que he hablado de él, pero la proporción de más de treinta novelas leídas y solo tres reseñadas es significativa), John Connolly (el viaje a los abismos del ser humano), Shaun Tan (un libro suyo cambió mi vida y me hace estar donde estoy ahora mismo), el puñetazo emocional y literario que supuso Knockemstiff, la absoluta y ciega adoración a cómo está escrita Madame Bobary, los juegos literarios de Georges Perec o el abismo moral que supone cada incursión en la obra de Dostoievski, el sentido del humor y la sátira posmoderna de David Foter Wallace, y muchos etcéteras. Autores que me reservo y que no quiero compartir. Y Félix J. Palma, un autor cuya obra me hace feliz.

Leí El mapa del tiempo por una recomendación directa de Susana Vallejo, madrina de este blog en una tertulia de ciencia ficción y fantasía que por el año 2009 se hizo en Igualada (y cuya pequeña crónica se menciona aquí). Al lunes siguientes me hice con el ejemplar que había en la librería y lo devoré en pocos días. La lectura de El mapa del tiempo fue una de las mayores y más felices sorpresas que me había encontrado. ¿Por qué? Por un motivo muy simple, el sentido de la maravilla.

El mapa del tiempo fue un libro que me recuperó el entusiasmo y la sorpresa con la que abría los libros en mi infancia. Las primeras lecturas de Verne, Stevenson, Salgari, Doyle y sí, Wells. El mismo espíritu de aventura, de sorpresa, de viaje con un punto irónico y cargado de humor. Las aventuras y desventuras de un puñado de personajes que orbitan alrededor de la figura de H.G. Wells (al que a lo largo de la trilogía acabas apreciando como a un amigo) y su novela La máquina del tiempo fue un mazazo literario.

La novela es sencillamente brillante y repleta de hallazgos. Desde el juego de ese narrador metomentodo y algo sabihondo, la natural y bien inclusión de personajes reales, una utilización barroca y preciosista del lenguaje que, a la vez, resulta natural y fluida. Una segunda parte sencillamente magistral y que es una de las mejores creaciones literarias basadas en la paradoja temporal. Un libro repleto de sorpresas y maravillas que no se agota en sí mismo y se expande. Y que rompe convenciones y género. Más allá de los injustos prejuicios que pueda inspirar la ciencia ficción, El mapa del tiempo es una excelente novela que puede entusiasmar a cualquier tipo de lector que busque una historia muy bien escrita y narrada.

En El mapa del cielo, Félix J. Palma sube las apuestas. De La máquina del tiempo pasa a La guerra de los mundos, y construye una apasionante historia de aventuras y romance a la vieja usanza apostando por la ciencia ficción, el homenaje a la serie B y multiplicando las referencias sin que estas sean un simple capricho de autor. El mundo victoriano de viajes en el tiempo y dimensiones paralelas crece con personajes, tramas e interrelaciones. Las dos novelas se alimentan en un juego de referencias y puentes, pero a la vez consiguiendo que ambas novelas sean independientes una de otra. Un reto por amor, un extraño que salta por el tiempo, una amenaza enterrada en el hielo. Una novela compleja, muy divertida, emocionante y quizá la más romántica de las tres que conforman la trilogía. De inicio algo lento y con un pequeño exceso de páginas, la novela acaba arrastrando al lector a una lectura entusiasta llena de acción y suspense donde acaba tocando múltiples subgéneros de la ciencia ficción y difuminando las fronteras entre ellos, todo acompañado de ese estilo adictivo al que nos ha malacostumbrado J. Palma.

Y este año por fin nos llegó la esperada conclusión de esta trilogía, El mapa del caos. Como lectores echamos de menos el factor sorpresa de la primera novela, pero el mundo que ha creado Félix J. Palma nos resulta cómodo y familiar. Tanto las tramas como los personajes de la novela ya los sentimos nuestros y reconocemos escenas, momentos y situaciones desde otro punto de vista. Ahora el centro de atención es El hombre invisible sin olvidar a otros libros y autores como Alicia en el país de las maravillas o El sabueso de los Baskerville. Quizá es la más convencional de las tres novelas y donde el narrador se muestra más tímido, pero sigue habiendo en sus páginas un alarde de imaginación y talento admirables. La novela concluya las tramas que las anteriores novelas habían dejado abiertas (aunque en la lectura de las respectivas novelas están admirablemente cerradas) y acaba de explorar a fondo el universo de universos paralelos que ha conformado esta trilogía. De nuevo el lector se ve desbordado por la inventiva y por la maravilla y se siente embargado de esa euforia que solo sabe proporcionar la buena novela de aventuras y ciencia ficción, esa capacidad de ir y ver más allá al romper los límites de nuestra realidad. Un canto de amor a la imaginación pura.

La Trilogía Victoriana es uno de los proyectos más ambiciosos y mejor conseguidos de la narrativa española, considerando género o sin hacerlo. Una obra compleja, densa, bien construida, terriblemente adictiva y entretenida. Que sabe jugar con los géneros, romperlos, ironizar y deconstruirlos y repleta de páginas, imágenes, momentos y secuencias sencillamente brillantes y admirables. Un proyecto que sirve de homenaje a toda la literatura de una época que invitaba a soñar y a llevar la imaginación más allá y que, además, es una emotiva declaración de amor a H.G. Wells, uno de los escritores fundamentales y más influyentes de finales de siglo XIX y XX. Sin su obra, la literatura de género fantástico y de ciencia ficción no sería igual (seguramente más pobre) y, por tanto, la historia de la literatura sería mucho más triste. Cuatro novelas, las tres mencionadas y La isla del doctor Moreau, absolutamente imprescindibles para cualquier lector.

Como lector, ha sido uno de los viajes más placenteros, agradables y vibrantes de estos años. En un momento en que ya llevo un bagaje como lector muy importante a la espalda y cada vez cuesta más encontrar un libro donde admirarse, la obra de Félix J. Palma, estas novelas y sus libros de cuentos, ha sido un hallazgo excelente y un viaje inolvidable. Una obra que me hace feliz como lector y que consigue eso tan difícil de hacerme querer escribir; contagiar el entusiasmo por el arte de explicar historias, de trenzar y forjar palabras con el esfuerzo del trabajo diario, la constancia y la búsqueda de la palabra justa.

Y por todo esto, por el viaje, la aventura y el sentido de la maravilla, gracias.

Otras obras del mismo autor


"Forastera" de Diana Gabaldón

Forastera, Diana Gabaldón
Novela inexplicablemente descatalogada.

Tenía ganas de leer las aventuras de Claire Randall viajando en el tiempo y viviendo muchas vidas a caballo entre la Escocia de 1743 y de 1945. Es una novela que me iban recomendando lectores de diverso pelaje (novela romántica, aficionados a la histórica, de ciencia ficción) y que ahora gracias a la popularidad de la serie y a que saliera elegida entre las sesenta y pico novelas que tengo que leer me ha servido de perfecta excusa.

Así que a la biblioteca a pedirla y a los pocos días la tengo en la edición de bolsillo de Salamandra. Leída con cuidado porque las páginas se despegaban (ninguna sorpresa, creo que este libro junto con la edición de bolsillo de Canciones para Paula son los que más he devuelto en la librería por caída de páginas) y pasándolo muy bien con la historia que me presentaba.

Primero lo primero, el libro es demasiado largo. Con menos, más. Es una de mis máximas. Y en esta caso, se cumple. Con menos páginas, la novela hubiera sido más concentrada y creo que hubiera ganado en profundidad. En este caso, con sus casi setencientas páginas, la novela se dispersa, en ocasiones se encalla en descripciones que no vienen al caso, en repeticiones de disquisiciones de Claire o en alargar alguna trama de forma innecesaria.

Segundo, la trama es un tanto débil. El dilema moral de Claire y muchas aventuras que en ocasiones hace que la narración sea algo episódica. No es que tenga mayor importancia, pero por momentos se añora más consistencia (sobre todo cuando esto coincide con algún momento demasiado extendido).

Por lo demás, estupendo. Un muy buen bestseller. Un libro muy entretenido y un buen pasa páginas. A ver, no es una maravilla, pero resulta honesto, sencillo y realmente adictivo. ¿Por qué? Porque consigue dos protagonistas vivos y con los que al lector no le cuesta empatizar. Claire resulta una heroína completa y compleja con un debate entre épocas bien llevado y resuelto. No es una damisela en apuros ni una dama de hierro. Debilidades y fortalezas. Al igual que carismático resulta el personaje de Jamie; la autora tiene el acierto de no construir unos de esos héroes masculinos que son pura apariencia, físico y testosterona, si no que lo cuida y lo mima haciéndolo creíble y real. Y estos dos personajes están arropados por una buena serie de personajes secundarios que, aunque hay momentos que no se puede evitar la dicomotía entre buenos muy buenos y malos muy malos, se revelan perfectos para la novela y para el mundo que crea la autora.

Lo que más me ha interesado de Forastera es el excelente equilibrio entre novela de aventuras, novela romántica, novela de viajes en el tiempo y novela histórica. Todos los elementos están presentes, pero ninguno machaca a los demás. Bien documentada, pero sin que ello ahogue a los personajes, ni a la trama. El elemento histórico resulta natural y fluye bien. Al igual que las aventuras (Forastera es una de esas novelas donde pasan muchas cosas, como decía mi abuela) o el romance. En este punto agradezco tanto que se evitara el amor a primera vista, los despistes de la protagonista cada vez que ve un músculo, que se tratara el dilema moral entre dos amores (buen triángulo amoroso con siglos de distancia). Resulta realista y como lector lo agradezco. El tema de los viajes en el tiempo, bueno, sí, es superficial, pero resultón. La autora no se complica y juega con la complicidad del lector.

Vamos, que ha sido una lectura provechosa, entretenida y que me ha dejado la mar de contento. Bien escrita, detallista, buenos e interesantes personajes y una trama que, como se dice, engancha. Un buena novela y un buen bestseller.

- ¿Y sobre la serie no dices nada?  Que sabemos que la miras y tiendes a quedarte embobado con Caitriona Balfe y su larguísimo cuello.


Pues sí. Una muy buena serie. Una muy buena adaptación de la novela que dota de mayor profundidad a los personajes (Claire es más dura, Jaime más carismático, Dougal más complejo y el capitán Randall, un villano con miles de matices que resulta fascinante). Buena ambientación, buenos diálogos, gran guión, buenos actores, excelente tratamiento de la personalidad de los secundarios, el cuello de la protagonista, acción bien resuelta y una muy buena utilización de los espacios naturales.

Una excelente sorpresa que espero sirva para que la serie de novelas de Diana Gabaldón dejen de estar descatalogadas. La autora se lo merece y tengo un buen puñado de clientes que estarían muy, pero que muy contentos.


Otra opiniones
A Petrie le gustan los libros
La biblioteca del Korranberg
La gata en el desván

Tres reseñas breves

Las luminosas, Lauren Beukes, RBA, 2013

La chica que debería haber muerto 
persigue al asesino que no debería existir.

Con solo esta frase como pista empecé la lectura de Las luminosas. No sabía de qué iba. No conocía a su autora. No esperaba nada de ella.

La novela se inicia una tarde de verano de 1974 con la conversación entre un tipo llamado Harper y una niña llamada Kirby. Una conversación extraña, tensa, angustiosa aunque el lector no sabe muy bien por qué. Un ambiente violento se va trenzando entre estos dos personajes que se convertirán en los protagonistas. Algo oscuro empieza (bueno, en verdad empezó hace muchos años) y el lector sin quererlo se verá atrapado en una novela apasionante, adictiva, poderosa y diferente. El fascinante viaje que propone una novela que mezcla de forma hábil y genial el género negro, la ciencia ficción y el terror, siendo todo a la vez y única en su género.

Las luminosas es un festival de buena literatura de género para cualquier aficionado a la ciencia ficción, al terror y a la novela negra. Una mezcla de corrientes y géneros efectiva y muy conseguida que atrapa al lector en una maraña de buena literatura. Buenos personajes descritos en pocas, pero sabías pinceladas. Tanto el asesino, como la víctima que sobrevive o el periodista cansado que ayuda a regañadientes a la protagonista en su investigación. Una novela que me ha satisfecho y de la que estoy encantado. Gran dominio del lenguaje, crudeza en los crímenes y dominio de los viajes en el tiempo.

¿Y por qué si me ha gustado tanto le dedico una reseña tan breve? Porque creo que quien decida leer Las luminosas tiene que adentrarse en ella sabiendo lo mínimo posible. Yo lo hice así y ha resultado una lectura fantástica.

La verdad sobre el caso Harry Quebert, Joël Dicker, Alfaguara, 2013
La veritat sobre el cas Harry Quebert, Joël Dicker, La Campana, 2013

Una vieja desaparición.
Una fuerte amistad.
Un libro importante.
Secretos del pasado que vienen a irrumpir en el presente.
Una novela de moda.

La verdad sobre el caso Harry Quebert es una de las novelas que estos días más se mueven en la librería. Un caso de buena campaña publicitaria (fuerte, pero sin agobios) y un tranquilo boca/oreja entre los lectores. La leí más por curiosidad profesional que por interés lector y me encontré con una novela entretenida, rápida, algo adictiva que ofrece mucho menos de lo que promete y que hace pasar un par de tardes de verano entretenidas. Buen dominio de la técnica del género del thriller de investigación. Algo tramposillla (y eso siempre molesta).
¿Problemas? En mi opinión, dos muy importantes.

1. Demasiadas páginas. Larga, muy larga. Con ciento cincuenta páginas menos nos encontraríamos ante un gran ejemplo de best seller de calidad. Las páginas de más alargan innecesariamente la trama y no aportan nada. ¿Ejemplo? Todas esas páginas dedicadas a la madre del protagonista que aporta un toque de humor algo grotesco a una novela que no lo necesitaba.

2. Un tercio final de la novela alargado, enrevesado y caótico. Final sobre final sobre final, sorpresa sobre sorpresa sobre sorpresa. La novela no se acaba nunca y que el tramo final es innecesariamente liado para otorgar siempre una nueva sorpresa al lector. Además tanta sorpresa innecesaria me daba la sensación de que el autor se estaba riendo de mí como lector y caía en la parodia del género.

Por lo demás, entretenida y efectiva para pasar el rato. Eso sí, quien busque algo de gran calidad literaria que se diriga a otra parte. En esto Harry Quebert anda algo justito.

Joyland, Stephen King, Random, 2013

Devin Jones entra a trabajar un verano en el parque de atracciones Joyland. La leyenda de un misterioso asesinado será la sutil compañera de un verano repleto de experiencias que le marcaran para siempre.

Estupenda novela corta del maestro King que se entronca directamente con otras novelas de nostalgia y transición a la madurez del autor. Recuerdo la luminosa y triste El cuerpo y la fantástica y muy perversa Verano de corrupción.

Una novela breve, concisa, muy tranquila, divertida, tierna, emocionante y angustiosa. Mucho cuidado con los personajes y el entorno, un crepuscular parque de atracciones que aporta todo su misterio y su magia. Una novela solida, bien explicada que si bien no es de lo mejor o más destacado de King, sí resulta muy agradable y cercana. Y qué maravillosas y preciosas son las portadas de su edición original. Ilustraciones pulp para una buena novela de descubrimiento y misterio.



"Deus ex machina 2.0" de Mara Oliver

Deux ex machina 2.0, Mara Oliver, Autoedición, 2012

La única superviviente del Instituto Salix Alba revivirá la masacre regresando al infierno en misión de rescate. Para reescribir su pasado tendrá que convertir su cerebro en un ordenador, su cuerpo en una máquina y su corazón en un eco que no interfiera en el destino de los muertos..., pero en un mundo lleno de hologramas, donde nada es lo que parece ser, un latido de más o un solo paso en falso pueden hacer que todo cambie, demasiado.

Una muy agradable sorpresa. Al empezar la lectura de Deus ex machina 2.0 desconocía en qué tipo de viaje iba a verme metido ya que no sabía de qué iba la historia, cuántos protagonistas había, si era fantástica o realista o mil y un interrogantes más. Así que sin ideas preconcebidas abro el libro y leo sus primeras páginas. Y de inmediato me veo atrapado en una novela juvenil de género romántico enmarcada en un mundo futurista (que no distópico, no confundamos términos) donde viajes en el tiempo son posibles, donde la robótica ha alcanzado cotas con las que solo soñamos y donde los juegos con hologramas son una aplicación en más en potentísimos teléfonos móviles y ordenadores de última generación. Y en este mundo nos encontramos con una historia clásica de amor y desamor, triángulo incluído, de supervivencia y amistad. Temas conocidos y lugares comunes que gracias a la habilidad de Mara Oliver como narradora leemos como nuevos. Porque lo que importa es el cómo está narrado lo que nos explican, no lo que nos explican.

Y, valgan todas las redundancias del mundo, me explico.

La novela parte de unos personajes protagonistas y secundarios muy conocidos para aquel lector aficionado a la literatura juvenil de vertiente romántica. Una chica atrapada entre dos formas de amor (vuelta al viejo triángulo amoroso, pero que funciona al presentar una ecuación basada en el pasado/presente - presente/futuro... lo que ha sido y lo que nos queda enfrentado a lo que somos y lo que podemos ser) que resulta creíble porque Mara Oliver mima y cuida cómo están contados y estructurados sus personajes. Lejos de ser meros estereotipos (la chica confundida - el chico responsable - el chico malo) tanto Anám como Manu como Axel resultan creíbles y se convierte en personajes reales con los que el lector empatiza, sufre y se cabrea (en mi caso con Anám por su afán de improvisación y en momentos falta de resolución). Quien sigue este blog ya sabe que no soy amigo de triángulos ya que me suelen parecer forzados y que no aportan a la historia más que confusión, pero en este caso vertebran la historia y dotan la novela de significados: el paso del tiempo, el primer amor, la incomunicación... El trío protagonista está construido con capas y capas de matices y consigue que aunque simpáticos, no sean perfectos (a Anám le falta resolución, Axel es tan bocazas que suele merecerse alguna hostia y Manu es demasiado orgulloso).

Y lo que encuentro un acierto es que la protagonista, a pesar de venir a salvar a los pocos que pueda (no viene a detener la matanza, no puede detener la matanza, pero viene a salvar a aquellos que quería) y de poseer una cualidades especiales, va humanizándose con el paso de los días. Vuelve a sentir el amor que creía recuperado y vuelve a perderse en días de ensoñación, incluso si eso conlleva olvidar su misión. Un robot sofisticado con los implantes cerebrales de una adolescente que lo siente todo otra vez, vuelve a vivir los mismos miedos, incertidumbres y esperanzas y nos demuestras que solo aprendemos de nuestros errores para cometer otros nuevos.

Igual de mimo y cuidado en el tratamiento de los personajes secundarios e igual trabajo de crearlos capa a capa con miedos y contradicciones. No hay personaje perfecto y por eso se hacen reales. Y Mara Oliver consigue eso tan difícil y lo que tanto he comentado por estos lares de otorgar personalidad a las amigas de la protagonista. En Deus ex machina 2.0 no son mera comparsa para resaltar las virtudes de la protagonistas, sino que son y se comportan como amigas (sin competición ni pelea de gatas por un chico) y son personajes con entidad y sus momentos.

Sin embargo, el cuidado con el que Mara Oliver cuida de sus personajes se desdibuja un tanto en el tratamiento del marco. La acción transcurre en el Instituto Salix Alba, lugar bien descrito y aprovechado, pero que resulta algo neblinoso cuando se refiere a los alumnos que en él estudian. En este punto creo que la novela no aprovecha ese potencial humano para disparar la emoción de una matanza de alumnos que no se puede detener. El lector siente empatía por protagonistas y secundarios, pero la masa de alumnos se pierde. ¿Es esto un handicap importante para el disfrute de la novela? No.

Al igual que no lo es alguna página de más (hablamos de una novela extensa de 400 páginas y ya sabéis lo tiquismiques que soy con las páginas) o alguna repetición de conceptos para dejar claros algunos asuntos que el lector ya los tiene, porque la historia es poderosa, fuerte, entretenida y está bien explicada. Es juvenil romántica por lo que hay escenas de cariñitos y amores, decisiones dolorosas y muchas y variadas tensiones, pero consigue no comerse el resto de la historia. La novela no es una simple colección de suspiros, posturitas de chicos, besitos y "no se qué hacer", sino que es una novela futurista de intriga con puntos de acción que revelan las buenas artes de Mara Oliver como narradora.

Aprovecha bien el marco futurista/robótico que inventa, juega bien con la inevitabilidad de la matanza que se producirá, tiene gracia con el diálogo, un vocabulario rico y trabajado, buena mano en la resolución de la escenas y con los giros argumentales. La novela respira credibilidad y verdad. Y tiene una de las escenas más brillantes y emocionantes que he leído este año y que resume muy bien el fondo de la novela; una conversación entre Axel y Anám en una cabina de disckjockey donde se habla de la fragilidad del cuerpo y el alma, de la fortaleza para superar heridas, de la belleza, la muerte, los sentimientos y la redención.

Deus ex machina es una buena y entretenida novela que da la bienvenida a una más que prometedora escritora con una historia que partiendo de elementos clásicos se revela como nueva y original. Gran dominio del lenguaje y de los tempos emocionales y con un puñado de personajes muy bien construidos. Y, además, está llena de sentido del humor y es autoconclusiva; dos de los elementos que más se aprecia y se aplauden en este blog.



Otras opiniones del mismo libro
Ecos de la distancia
Historias que dejan huella

La novela se puede adquirir aquí. Y aquí la página oficial.

Libros a medias II

Ha sido una mala semana lectora. Cuatro libros empezados, cuatro libros dejados poco después de la página 100. Por eso la poca actualización. Porque al no encontrar nada bueno para leer, se me quitan las ganas de escribir y reseñar y empiezo a vagabundear por casa y la librería sin nada que llevarme al coleto, de mal humor, con ganas de nada y buscando algo, lo que sea que me vuelva a despertar el ansia lectora. Como hice a principios de septiembre con otra entrada, hago un repaso rápido y somero de las lecturas empezadas y abandonadas siendo perfectamente consciente de que es una opinión sesgada. Pero, ¿para qué continuar con una novela que no me aporta nada?

El juramento, Kimberly Derting, Lluna Roja-La Galera, 2011
El jurament, Kimberly Derting, Luna Roja-La Galera, 2011

La única de las novelas de hoy que no abandoné esta semana pasada. Intentona de leer hace un mes y medio, pero dejada pronto porque ya la había leído en las catorce o quince presuntas distopías que llevamos este año. Chica especial, amiga maja, sociedad totalitaria, nebulosa en el origen de esa sociedad, chico misterioso, poder especial, revolución, etcétera, etcétera, etcétera. Prou. Cierro el libro y a otra cosa. ¿Me atrevo a decir que eran unas malas setenta páginas (sí, aguanté solo setenta)? No, pero es lo de siempre presentado como siempre. Y ya estoy de lo de siempre un poquito hasta aquí. Y de la maquinaria fotocopiadora de la industria del libro. Y que sale un libro distópico, pues venga quince mil copiando la superficie y olvidando lo importante: buenos personajes y buena forma de narrar lo que pasa. Aburrido hasta la náusea, cerré el libro y a otra cosa.

La esfera, Myra McEntire, Molino, 2011

En cambio, La esfera sí que me pareció una mala novela. Llego de las minivacaciones y me encuentro con un miriada de novedades y esta esfera era una a la que tenía ganas. Me miro la contraportada y los pelos como escarpias por una simple frase: "Conoce a Michael (...) ¿Quién es de verdad ese tipo reservado, misterioso y tan dulce, el único que la entiende?". Tócate los huevos, los adjetivos perfectos para que odie al protagonista y me sepa la reacción de la protagonista. La esfera es diferente, me decían. No. La esfera es lo mismo y más, es el tipo de novela que me pone de los nervios. ¿Por qué? Vamos a ver, Emerson ve fantasmas y piensa que se está volviendo loca. Vale. Es muy fuerte y está super preocupada de lo que está pasando a su alrededor y con su futuro y suerte que tiene una amiga que la entiende y que está más buena que ella porque ellas, claro, no es nada, poquita cosa, lo de siempre, una florecilla del campo a la que ningún chico mira, pero claro quien va a mirar a una loca como ella... hasta que llega Michael y la mira y ella pasa de sus posibles problemas mentales a estar suspirando por el chico, preguntándose como besa, qué músculos tiene, cómo abrazara y escuchar como respira a través de las paredes y... Y en este punto Jorge dice basta de amores obsesivos, de vacíos de personalidad y que toda la trama, los personajes y la forma de contar esté supeditada a la historia de amor de dos (inserte el vocablo que se quiera). Ni los viajes en el tiempo me justifican una historia basada en si me gusta o no me gusta, en personajes poco trabajados y en una de esas protagonistas "metepatas" tan irritantes.

Witch & Wizard, James Patterson & Gabrielle Charbonnet, Alfaguara, 2011
Witch & Wizard, James Patterson & Gabrielle Charbonnet, Estrella Polar, 2011

Empieza bien. Una ucronía con buenos puntos de humor (todo el glosario final de obras muy parecidas a muchas que conocemos), pero perdió mi interés por pocos motivos.

1. Dos voces narradoras que son prácticamente la misma. Cuesta distinguir cuando habla cada uno de ellos y eso me molesta. Y más cuando la novela la construyen sobre capítulos que compiten entre ellos para ver cuál es más corto.
2. Acumulación. La novela parece construida sobre el "vale que..." con el que los niños juegan. Vale que tenemos un estado totalitario, vale que los hermanos son magos, vale que también salen fantasmas, vale que hay dimensiones paralelas, vale que nos vamos sacando poderes de donde sea, vale que... Ep, quieto parao... No, no vale todo y menos cuando me lo metes a cascoporro sin justificar y a lo bruto.
3. Malos de pacotilla. Cuando el malo no da miedo y no se percibe como una amenaza, la novela no funciona.  El Único que es el Único resulta casi cómico... al igual que la enfermera o los soldados. No se percibe una amenaza sino un trozo de carne que es muy malo, mucho, uy qué malo que es, pupa le va a hacer al nene.
4. Atropellado. Acción por acción. ¿Para qué entretenerse en crear un mínimo de personalidad o trasfondo a los personajes? Eso son chuminás. A correr, que pasen cosas, todo el rato, que no se pare, venga, venga, venga... para qué describir, para qué indagar... vamos, vamos, vamos...

Al final acabé aburrido, cansado y de mal humor. Acción por acción, no.

Hojas de dedalera, Victoria Álvarez, Viceversa, 2011

Vaya por delante que el debut de Victoria Álvarez no es una mala novela. Está escrita con gusto, con conocimiento histórico y cariño al oficio. Personajes funcionales aunque algo irritante el terceto protagonista, algún buen momento, pero no conseguí conectar con su propuesta. A medida que avanzaba la novela se me hacía más cuesta arriba y tenía cada vez más la convicción de que menos páginas le habrían ido de perillas. Casi que diría que unas ciento y pico. Llega un momento en que la narración no avanza y se cae en un terreno de nadie que me llevó a dejar un momento la novela con el punto de libro en la estantería y allí se ha quedado. Y la historia... bueno... acepto la parte de los fantasmas, pero la parte de Jack me cuesta más. Supongo que volveré a él en unos días.

R y Julie, Issac Marion, Mondadori, 2011
R i Julie, Issac Marion, Empúries, 2011

Un serio problema con esta novela;  al igual que me cuesta tragarme las películas donde los anímales hablan, me cuestan las novelas de zombis con conciencia. Y R y Julie es la historia de un zombi con conciencia, movimientos, carnet de conducir y lenguaje que se enamora de una chica y como llevan adelante su historia. No me la creí  Mi principal problema con esta novela es que no me creí lo que Issac Marion me explicaba. Desde la sociedad zombi que habita en el aeropuerto, los esqueletos andantes o que al comer cerebro se pueden acceder a los recuerdos almacenados en él (sin estímulos eléctricos ni nada... solo comiendo aunque el trozo de carne esté seco y de días). Y si esto me lo presentan con humor y desenfado, vale. Pero es que además el tono de la novela es de una seriedad aplastante y por momentos roza lo cursi y la pedantería. Además de explicitar el mensaje en más de una ocasión. "Los zombis no son el problema... somos nosotros que nos cargamos el planeta antes". "Todos somos iguales y el amor todo lo puede" (Frases no sacadas del libro de forma literal sino paráfrasis mías, que conste). Y cosas así.

Y cuando ya estaba desesperado, los amigos de Impedimenta publican La juguetería errante de Edmund Crispin, una divertidísima novela de detectives que es la que me ha reconciliado con la lectura. Un cadáver que desaparece, una juguetería que también desaparece, absurdas persecuciones por Oxford, conversaciones literaris, pistas en forma de malos poemas, humor british en cada página y unos personajes irónicos y llenos de carisma. Desde el mismo Gervase Fern hasta el camionero que lee a D.H. Lawrence.


Un placer lector. Próximamente una reseña más extensa.

"Esmeralda" de Kerstin Gier

Esmeralda, Kerstin Gier, Montena, 2011
Verd Maragda, Kerstin Gier, Lluna Roja-La Galera, 2011

Se acabó.

Punto final a una de las mejores trilogías juveniles que se pueden encontrar en la actualidad en las librerías. Capítulo de cierre que reúne lo mejor de la serie salvando algunos de sus escollos (algunos más salvados que otros, todo hay que decirlo), pero que ha conseguido que cierre el libro con una gran sonrisa y que empiece a echar de menos a Gwen, a Xemerius, a Leslie y a tantos otros personajes. A Gideon no tanto, la verdad.

Paso de un resumen argumental por las razones de siempre; si me da pereza hacerlo de uno, imagina de dos volúmenes. Además, quien no lo haya leído todavía se le fastidian algunas sorpresas y chistes y porque no y punto. Así que diremos que Gwen continúa con sus problemas amorosos, sus problemas temporales y sus problemas familiares. Todo con buen sentido del ritmo, carisma a raudales y un estupendo y maravilloso sentido del humor.

Porque esto último es una de las grandes bazas de esta tercera parte. El lector deja de sonreír y pasa a reír. Es una parte más dramática en lo que ocurre, pero a la vez más cómica en cómo lo cuenta. A ver, que nadie piense que la serie Rubí se ha convertido en una parodia o que todo es un continuo ji ji, ja ja que no es el caso, pero da la sensación de que la autora corrige alguno de los excesos de la segunda parte y los reconvierte en grades páginas de humor y psicología adolescente. ¿

Ejemplo? El primer capítulo, unas geniales páginas donde Gwen se lamenta de forma melodramática y exagerada de sus cuitas amorosas comparándose con Julieta o la dama de las Camelias, donde las comparaciones con el sufrimiento se saben pasadas de rosca porque cuando a uno lo rompen el corazón se tiende a exagerar. Pero llega un momento en que la protagonista detiene su lamento porque
1. tiene que seguir investigando y llorar no sirve de nada.
2. tiene que ir al lavabo a mear.
Una vuelta a la realidad y un contrapunto humorístico. Y sobre esto se construye la novela. Fantasía, sí. Peligros, también. Amor, mucho. Pero sin olvidar el realismo y la verosimilitud de los personajes. Si Gwen y Leslie adolescentes, se van a comportar como adolescentes normales y reales.

Es por esto que me gusta esta serie. Por su humor y su normalidad. Y Gwen me gusta mucho. Como me ha gustado cómo se desarrolla el argumento de esta novela y se van atando los cabos sueltos que arrastrábamos desde la primera parte. Y me gusta el final. Puede ser que algún lector esperase más apoteosis o le sepa a poco, pero a mí me ha gustado mucho porque se ajusta a la novela. Todo en la historia es sencillo y sin pretensiones. El final también lo es. Explica y concluye sin fuegos de artificio ni grandes dramas. Y sn empalagosos momentos románticos, sino con un gag. Genial.

Y agradezco mucho a Kerstin Gier que le dedicara unas páginas al personaje de Charlotte para intentar desencasillarla de su papel de prima más guapa, pero más perra. Una escena y rebela lo que en verdad es, una chica con el corazón roto. Una escena divertida, patética y triste que normaliza a un personaje demasiado estereotipado.

Esmeralda es la culminación de lo mejor de esta serie. Acción, muchos diálogos ingeniosos, comedia de salón, viajes temporales sencillos y sin complicación, intrigas, brillantez en la forma de presentar los hechos, tranquilidad narrativa, personajes reales y secundario carismáticos que roban escenas a los protagonistas (como debe ser). ¿Le siguen sobrando algunas páginas? Sí. Pero no importa porque la novela en sí está ajustada y bien presentada. Los personajes respiran. Quizá a esta serie le hubiera ido mejor como saga en dos volúmenes que en tres. Mientras que Rubí presentaba, Záfiro estiraba demasiado y Esmeralda está ajustado. Alargando el primero con las estupenda cien páginas finales del segundo creo que la serie hubiera ganado muchos puntos.

Pero no pensemos en los quizá, sino en lo que hay. Y lo que tenemos en las librerías es una saga refrescante, divertida, vivaz, desenfadada y bien escrita. No es perfecta, le sobran páginas, estira situaciones y en algún volumen desaprovecha a los secundarios, pero tiene grandes momentos cómicos, diálogos vivos, viajes en el tiempo (que eso siempre se agradece), personajes carismáticos, una protagonistas que de verdad es una adolescente normal y real (a pesar de los saltos temporales) con una amiga normal y real, un estilo tranquilo, pero vivo, una historia interesante y un robaescenas como Xemerius con su adicción no confesa a una novela de vampiros adolescentes.


Vamos, que acabé la lectura contento y feliz hasta que pensé... ¿y ahora qué leo? Porque la temporada se presenta dura y aburrida. Añoraré a Gwen.

"El vuelo del dragón" de Anne McCaffrey

El vuelo del dragón, Anne McCaffrey, Roca, 2009 (ed. orig. 1968)

En el planeta Pern, que en su tiempo fue colonizado por los hombres, Lessa, la única superviviente de la familia que gobernaba el fuerte de Ruatha, vive oculta a la espera de poder vengar a sus familiares asesinados. Cuando hasta el lugar llegan los antiguamente celebres jinetes de dragones (ahora desprestigiados porque ya no se les considera necesarios), que tradicionalmente han sido los encargados de velar por la seguridad de Pern y que buscan una nueva reina para regir su destino, Lessa recuerda que la venganza es un plato que se sirve frío.

A partir de ese momento, y sin descanso, se producirán infinidad de quiebros en la historia prevista: batallas que ponen en peligro el futuro del planeta, conspiraciones y venganzas, viajes en el tiempo...

Como dije en otra parte, El vuelo del dragón fue una lectura abandonada. El motivo no fue que la novela no me estuviera gustando, que lo estaba y mucho, sino porque A. se había quedado sin lectura y quería algo de dragones así que de forma gentil le cedí la novela que estaba devorando y me dediqué a otra cosa. Un par de meses después volvía a empezarla y ahora sí, de arriba a abajo. ¿Conclusión?

Pero qué buena que es.

El resumen argumental que como lectores encontramos en la contraportada nos habla de venganza y pensamos que de eso tratará la historia. Ni por asomo. Esa venganza de Lessa se resuelve en las primeras sesenta páginas de la novela, el resto de la historia es su confirmación como compañera de la reina de los dragones y las batallas que los jinetes de Pern llevarán a cabo contra las hebras, organismos alienigenas que amenazan con acabar con la vida en el planeta. El enemigo es un organismo que cae, ni lucha, ni se defiende... un parásito que chupa toda vida que encuentra en su camino... un enemigo al que ya no se recuerda como vencer.


El vuelo del dragón es una curiosa mezcla de ciencia-ficción (que es lo de menos) y fantasía épica (que es lo de más) que mereció en el momento de su publicación como sendas novelas cortas en 1967 y 1968 los premios Hugo y Nébula. Luego se publicaron en un solo volumen que es el que nos presenta Roca. Convirtiéndose en el primer volumen de una larga serie de novelas ambientadas en Pern y una de las grandes influencias en la literatura fantástica posterior. Pienso en las novelas de Temerario de Naomi Novik, en la Dragonlance, en la saga Eragon, etc. La relación personal y cuasi amorosa en algún caso dragón/jinete, las imágenes de vuelo, las batallas en el aire...

Personajes fuertes e intensos. Lessa se revela como uno de esos personajes femeninos a las que no les tose nadie y que muestra signos de fortaleza y rebeldía cuando toca y conviene. Inteligente, decidida, fuerte y hermosa, pero esto último es lo de menos. Jinete de la reina. Despiadada en la venganza. Versada en la manipulación. Quizá su relación con F'Lar caiga en algunos tópicos que más adelante encontraremos en la novela romántica (la indómita y el macho condenados a amarse), pero en mi opinión es pecata minuta y no entorpece la narración de una novela estupenda.

¿Lo mejor? La belleza del lenguaje. El primer encuentro entre Lessa y su dragona Ramoth...

"... una sensación de calor, ternura, afecto puro, e inmediato respeto y admiración, llenó su mente, su corazón y su alma. A Lessa no le faltaría nunca más un abogado, un defensor, un amigo íntimo, que adivinaría instantáneamente su estado de ánimo, sus deseos..."

o el viaje en el intertiempo (vale que si uno analiza con bisturí los viajes en el tiempo y las paradojas la novela puede tambalear, pero la verdad es que tampoco me importó demasiado... la aventura es demasiado poderosa). La novela está cuidada en su lenguaje y en la forma de contar. La importancia decisiva en al narración de las palabras y de qué palabras se traslada a la forma en que Anne McCaffrey escribe su historia. El lenguaje, la palabra escrita juega un papel importante en la novela. En los poemas está encerrada la salvación de Pern de la amenaza de las hebras.

Y la historia es muy entretenida. Muy poderosa. No solo las lucha contras las hebras, sino las conspiraciones políticas dentro del nido de dragones y con los diferentes fuertes. Hábil en la batalla, pero también hábil en la corte. Pocos personajes, bien definidos y un espíritu coral. Y con un muy buen clímax final que no por esperado, es menos efectivo. El lector siente en el rostro las llamaradas de los dragones. Porque ese es otro motivo por el que la novela vale la pena... Salen dragones. Y una historia con dragones siempre es una mejor historia (igual que una historia donde sale un gato, siempre es más interesante).

El vuelo del dragón es una muy entretenida novela de fantasía con elementos de ciencia ficción. Pertenece a ese pasado dorado donde el género iba creciendo y configurándose y contribuyó a la creación de poderosas imágenes que aun perduran. Para los aficionados a la fantasía es imprescindible para conocer de donde venimos y quienes fueron creando este maravilloso género. Un clásico de la literatura fantástica que hay que leer y conocer.

Ah, y aunque es el primero de muchos, es autoconclusivo. Mejor todavía.



Otras opiniones del mismo libro
La Biblioteca del Kraken
No me cuentes más cuentos
De leyenda

"Gimme a call" de Sarah Mlynowski

Gimme a call, Sarah Mlynowski, ed. Alfaguara, 2011

Devi considera que ha malgastado los últimos años de su vida en compañía de Bryan, su novio. Bueno, su ex-novio. Y por culpa de esta relación perdió a todas sus amistades, descuidó sus estudios y ahora ira a una pésima universidad, se peleó con su hermana mayor y ahora siente que no tiene nada. Ni siquiera móvil. Porque por un error estúpido ha ido a parar a la fuente del centro comercial. Muerto. No. Una llamada. Sólo puede llamar a un número. ¿Cúal? Al suyo. Devi solo puede llamarse a ella misma tres años más joven, cuando aún no había empezado a salir con Bryan, cuando aún tenía amigas, cuando tenía todo el futuro por delante. ¿Aprovechará esta segunda oportunidad para intentar dar un giro radical a su vida? Sólo tendrá que convencerse a sí misma...

Detrás de este imposible argumento se esconde una agradable comedia de instituto que me ha deparado unas horas de lectura simpática y poco más (y nada menos). La verdad es que la excusa para la novela es lo peor. Siempre he sido muy reticente a esas historias de chico que se despierta convertido en chica, intercambio de cuerpos (entre enamorados que se pelean, padres que se pelean, hija y madre que se pelean, perro y dueño que se pelean, etc.), hablar con tu  familiar muerto por medio de una emisora de radio o contigo mismo por medio del teléfono móvil, como es este caso. Y más porque no hay una explicación algo ingeniosa que respalde esta situación; suele explicarse por algo mágico y ya está. Y, la verdad, la explicación del mago me sobra en casi todas partes... Quizá la única excepción a esto sea la saga Poderosa, pero, claro, es que la serie de Sergio Klein es maravillosa se pille por donde se pille.

Salvado este escollo (que es mínimo, pero que personalmente me afecta), Gimme a call resulta muy simpática, muy agradable y muy divertida. La Devi del futuro intentará que la Devi del pasado no cometa sus mismos errores (o lo que ella considera que son errores) provocando continuos cambios en la corriente del tiempo que afectará al presente de Devi. De repente se verá en otra casa, con amigas, con diferentes parejas del instituto, con opciones de entrar en nuevas universidades, sin novio, con novio, con diferentes peinados y siempre sin Bryan, la gran amenaza blanca. Esto llevará a situaciones divertidas y a un conflicto entre dos Devis con deseos y necesidades diferentes. Y aunque la Devi del futuro todo lo hace por buenas intenciones, no todas sus decisiones son correctas. Ambas Devis tienen mucho que aprender.

Gimme a call me ha hecho pensar en lo que en la universidad nos dijo un profesor mientras hacíamos una clase de algo que no recuerdo: hagas lo que hagas, te vas a equivocar. Y es que creo eso es el tema central de esta novelita, la imposibilidad de acertar y la necesidad de equivocarse por los propios medios para aprender. Todos hemos soñado con hablar con nuestro yo del pasado y decirle, no hagas esto, no hagas lo otro pensando que nuestro futuro sería mejor. Y no necesariamente. Corregir un error abre la puerta a numerosos errores más. Y algunos de esos errores son necesarios para convertirnos en quien somos. Todo explicado con un tono desenfadado y divertido.

Los personajes están bien trazados, son simpáticos y cercanos. Me quedo con la joven Devi y con una de sus amigas (ahora no recuerdo el nombre, la que siempre viste de negro) y sí que es cierto que a veces Devi del futuro pueda llegar a irritar, pero es por la ansiedad del mismo personaje por intentar cambiar su presente que no es más una excusa enorme para no reconocer que no ha superado la ruptura con Bryan. Porque el otro tema de la novela es el amor. Y más en concreto es una crítica sutil a esa idea de que el amor es exclusividad, son dos y nada más y que sólo con la persona amada se es feliz. Parafraseando, eso no es amor, es egoísmo. El amor es dar y recibir, pero también compartir. Y hacer y crear y ser libre para estar con alguien.

Y esta forma de ver el amor adolescente es estupenda en un momento en que la novela juvenil parece dominada por amores imposibles, amantes que sólo se quieren y necesitan a ellos mismos, por la continua identificación del amor con las palabras como dolor, sacrificio y sufrimiento olvidando que el amor es sobre todo alegría, diversión, coqueteo y amigos y familia y aficiones y películas y chistes malos.

Gimme a call es una novela predecible y que no promete quedarse en la memoria muchos días, pero a la vez es divertida, fresca, ágil, nada pretenciosa y muy simpática.

 Y todo eso, en este blog, ya sabéis que se aprecia mucho.


 Otras portadas para una misma novela.

"El baúl de viaje" de Bianca Turetsky

El baúl de viaje, Bianca Turetsky, ed. Roca, 2011

Louise Lambert es una adolescente de doce años que colecciona vestidos vintage (que según parece son todos esos vestidos anteriores a 1980). Mientras busca un vestido para el próximo baile del insituto, recibe una extraña invitación de una todavía más extraña tienda con mucho más extrañas dueñas. Allí no podrá resistir la tentación de probarse un vestido que parece llevar el mar con él y al instante se verá transportada a otra época, otro cuerpo y otra vida, el de la joven estrella de cine Alice Baxter. Un viaje en el tiempo donde conocerá la historia del vestido y a sí misma.

Unas pocas aclaraciones muy necesarias para la justa valoración de esta novela tan bellamente editada que nos presenta Roca:

Esta novela contiene lenguaje que no entiendo (por ejemplo: moda vintage) o lenguaje que conozco sólo por crecer en una familia donde hay una madre que cose, una hermana que ha estudiado diseño y otra hermana que se pone y se quita mucha ropa (por ejemplo: dobladillo). Esto lo aclaro porque puede ser que a lo largo de la reseña diga alguna estupidez sobre el mundo de los trapos y lo diré desde la más absoluta ignorancia y, aún diría más, el nulo interés. Siempre he considerado absurda la fijación por telas, desfiles, pasarelas, modelos, trapos, diseños o la categoría de semidioses que tienen algunos diseñadores.

Dicho esto, vamos a la novela. El baul de viaje es una novela encantadora. Pequeña, algo frívola, un poco tonta, pero que rezuma encanto por cada una de sus páginas. Consigue el milagro alquímico de hacerme leer una novela llena de descripciones de trapos, de reflexiones sobre moda, de nombre de diseñadores. ¿Y cómo? Para empezar por el tema de los viajes en el tiempo que siempre es agradecido y que aquí se resuelve con la socorrida excusa de "es magia".

Segundo, por una protagonista que pese a no ser un milagro de composición, tiene encanto y gracia. Hace un viaje de maduración personal rollo "como aprendí a quererme" y me acaba resultando simpática. El resto de personajes la verdad es que no están muy elaborados, pero la historia tampoco chirría por esto ya que lo que importa aquí es el marco.

Tercero, la recreación de una época muy concreta. Los vestidos, la forma de hablar, las convenciones sociales, están tratados de una forma correcta y bien documentada. Sin entrar en detalles, pero con gracia suficiente para pasar de una página a otra. Bianca Turetsky escribe de una forma fácil, efectiva, con gracia. Hecho de menos más cuerpo en su novela, más estructura dramática, pero consigue que un individuo al que l moda se la trae al fresco, se lea toda una novela y la siga con interés. ¿Y por qué?

Porque Bianca Turetsky es lo suficientemente inteligente que se da cuenta que pese a que ella es una apasionada de esta moda vintage, el lector puede que no. La anécdota no puede ser el centro de la novela, sino una excusa para hablar de otra cosa. ¿El qué? El legado, el peso de los recuerdos y la conservación de la memoria de los objetos. Porque lo que me ha gustado más de la novela es la pasión con la que habla Bianca de la moda vintage, la misma pasión que con la que hablo yo de los libros de segunda mano.

Y es por esto por lo que la novela deviene a mis ojos una obrita encantadora, porque habla de uno de mis temas, pero partiendo de otro sitio. Para mí un libro usado es el portador de una historia. Una dedicatoria, una fecha, un papel entre sus páginas, un subrayado concreto, una hoja sucia, mojada, etc. El libro ha sido receptor de la historia de sus diferentes dueño hasta que llega a nuestras manos. En estas nosotros nos convertimos en partes de legado, de la historia desconocida que lleva el objeto. Pues esto mismo que a mí me pasa con los libros, le ocurre a Bianca Turetsky con la ropa y se convierte en el eje y el centro de la novela. La historia, la pervivencia de la memoria y el legado del que nos hacen responsables los objetos.

Lástima que la novela se quede en apuntar y no profundice más en estos temas. Se queda un poco en la anécdota y no entra a matar en toda su capacidad. El baúl de viaje es una novela bonita, encantadora y muy divertida, pero donde casi todo es apariencia. Se echa de menos algo más de alma porque por muy bonito que sean los vestidos o la edición, como hemos aprendido por el cine, la belleza está en el interior. Porque por estilo y gracia Bianca puede hacerlo. Por suerte, estamos ante un primer capítulo de toda una serie de libros sobre la historia de vestidos. Y con ellos veremos crecer el estilo de Bianca Turetsky. Y yo estaré por aquí para verlo.

"Zafiro" de Kerstin Gier

Zafiro, Kerstin Gier, ed. Montena, 2011
Blau safir, Kerstin Gier, ed. Lluna Rona / La Galera, 2011

Seré claro y, viendo las opiniones que circulan por otros blogs un poco polémico: lo interesante y lo que vale la pena de Zafiro son las cien últimas páginas. El resto es pura paja. Y con esto no quiero decir que el principio de la esperada secuela de Rubí sea mala literatura. No. El problema es que me parece relleno para estirar la historia; como si Kerstin Gier tuviera un plan para la trilogía y al empezar esta segunda parte le faltara material y lo rellena con besos entre Gwen y Gideon, celos, desconfianzas, un misterio que parece sacado de una aventura de los cinco, mal aprovechados viajes en el tiempo, Gideons suspirados cada dos por tres, repeticiones de escenas (las clases, etc.) retrasando lo que el lector quiere: el baile y la historia de Paul y Lucy.

Zafiro empieza justo donde acaba Rubí. En un confesionario. Gwen consigue más control de sus poderes temporales, conoce mejor esa sociedad secreta, profundiza más en su difícil relación de Guideon y añade misterios y secretos a una historia familiar complicada. En el futuro (¿o es el pasado?) un crucial baile de gala donde asistirá el inquietante Conde de Saint Germain.

A ver, que me ha gustado. Sigo pensando que esta saga es una de las más agradables sorpresas que se han publicado últimamente. Es encantadora, simpática, divertida y fresca. Pero poco ambiciosa. Creo que se conforma con poco y desaprovecha el potencial de los viajes en el tiempo y el carisma de los protagonistas. Porque mientras que las primeras doscientas páginas las encuentro insulsas e insustanciales (ha pasado una semana escasa cerrar la novela y reconozco que recuerdo muy poco de su principio. Y esto es extraño porque os puedo asegurar que tengo una memoria privilegiada para recordar argumentos y personajes). Aporta poco a la historia (más allá de un carta o unos besos) porque todo está explicado o el lector ya lo advierte. Y creo que no sabe explotar todo el potencial de un personaje como la gárgola. ¡Con un poco de ingenio lo que se podría haber conseguido! Pero de repente, Gwen y Guideon se cambian de ropa, se van a un baile y PAM. El final de la novela es esplendido.

Es a partir del baile donde Zafiro encuentra su razón de ser y su sentido como novela. No es un novela romántica. Es una comedia. Es un juego de dos épocas. Es cantar Memory en pleno siglo XVIII. Es en las últimas páginas donde la novela remonta el vuelo y entra en materia: la relación entre los personajes, los secretos, las desconfianzas y los juegos con las paradojas temporales, que siempre son de agradacer.

Pero su principo me aburrió. Le falta chicha. Alarga situaciones, repite gags y cae en los tópicos de la fémina sufriendo y añorando un poco de caso del macho alfa. Y no resuelve y no concreta. No sé... creo que lo que par mí lastra este Zafiro es que sufre un problema de falta de estructura. Y de desaprovechar. Con un material tan infinito como son los viajes en el tiempo, creo que deja pasar grandes oportunidades para tejer una historia compleja y divertida. Lo mismo ocurre con los personajes. Las doscientas primeras páginas son anónidas y aburridas. Las últimas cien, en cambio, Gwen estalla y nos recuerda porqué nos caía tan bien. Por ser normal. No por ser una heroina romántica, si no por ser una persona normal en un ambiente fantástico. Por ser metepatas y torpe.  Por eso nos gusta.

Pero esto no quita que tanto Rubí y Zafiro, con todas sus limitaciones, sea una de las sagas más refrescantes y divertidas que hoy un lector desprejuiciado se puede encontrar en las librerías. Para pasar un rato delicioso y entretenido.

Y, por cierto, pregunta para Montena. ¿Tan difícil, o tan caro, era mantener la estupenda portada original como sí ha hecho La Galera en su edición en catalán? ¿Por qué este baile de máscaras?