Dos novelas más del reto. Y quedan... aun quedan muchas.
Los 100, Kass Morgan, Alfagura
Cien jóvenes delincuentes han sido seleccionados para participar en la misión de control para recolonizar la Tierra. Son chicos y chicas de edades y procedencias distintias, algunos peligrosos, otros, ahora en peligro. Tras un brutal aterrizaje, los cien llegan a un maravilloso y salvaje planeta que solo han contemplado desde el espacio. Se cree que la atmosfera terrestre es tóxica e inhabitable. Ha llegado el momento de averiguarlo.
Mientras se enfrentan a los peligros de este mundo desconocido, los cien tratarán de formar una comunidad, pero si quieren sobrevivir tendrán que aprender a confiar los unos en los otros, e, incluso, deberán dar al amor una segunda oportunidad, otra vez.
Fallida por casi todos lados. Parte de una idea interesante (la primera exploración de la Tierra tras una catástrofe para ver si cumple las condiciones idóneas para su posterior repoblación), pero en seguida se convierte en un batiburrillo de influencias mal ensambladas (Los juegos del hambre, El señor de las moscas, las secuelas originales de El planeta de los simios, Perdidos, manuales de los Jóvenes Castores de superviviencia, etc.) que convergen en una historia desestructurada, esquemática y con un grave problema de cronología interno.
Ignoro si la autora quería poner en práctica la idea de que el tiempo es relativo, pero en Los 100 no tenemos ni idea de cuánto tiempo pasa. Da la sensación de solo han pasado unos días, pero hablan de semanas. Los personajes comentan que tienen recursos para semanas, pero a los dos capítulos dicen que no tienen ni para una, para volver a hablar de semana. Pasan pocos días, pero los personajes se comportan como si llevaran meses en su nuevo hogar. Mientras tanto, en el espacio, las acciones de esos personajes parecen no casar con lo que sucede en la Tierra, y en principio es narración paralela. Un caos, vamos, que para mí desmonta todo el entramado narrativo.
Personaje planos y estereotipados y, pese a llamarse Los 100, nunca sabremos la vida de más un puñado de estos por lo que la novela podría pasar a titularse La docena sin problema. Se habla de unión, de grupo, de comunidad, pero en ningún momento eso se percibe al leerlo. Están los cinco protas, algunos satélites, un poco de bulto y la nada infinita. Además, se cae en eso tan irritante de darle mucha más importancia a los posibles problemas amorosos de los protagonistas (pasados comunes, nuevas atracciones, viejas atracción, besitos entre los árboles, un par de triángulos amorosos, etc.) que al desarrollo coherente del argumento. De nuevo forzar los amores, se carga la novela.
Y una curiosidad, ¿dónde cagan y mean estos personajes? Porque es algo de lo que no se habla. Y son cien personas con sus necesidades y, seamos sinceros, eso en un paraje hostil es un problema serio que demanda una acción inmediata si se quieren evitar enfermedades o que el paraje se vuelva inhabitable. Podrá parecer una tontería, pero es uno de esos detalles que acaban marcando la diferencia si quieres dotar de un mínimo de realismo a la propuesta.
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Las sucias calles del cielo, Tad Williams, RBA
Bobby Dollar es un ángel que trabaja de abogado de almas atrapadas ente el Cielo y el Infierno. Un día las almas empiezan a desaparecer y ni "Arriba" ni "Abajo" saben nada. Añade la instrucción de un ángel nuevo, un enorme monstruo que quiere matarle, una demonio demasiado atractiva y la burocracia del Cielo entre otros asuntos no hacen de esta la mejor semana para nuestro protagonista.
Las sucias calles del cielo me ha parecido una muy entretenida novela de fantasía y un perfecto divertimento para distraer unas horas. Mezcla de novela clásica negra y fantasía (el protagonista, por ejemplo, parece un buen cruce entre Philip Marlowe, John Contastine y Harry Dresden, pero con personalidad propia), se nos presenta un mundo complejo y en equilibrio entre las fuerzas del Cielo y la Oposición. Lo interesante es que este mundo esta dominado por las convenciones, los tratados y una férrea burocracia que como todas, ahoga más que ayuda. Buena historia de investigación, buenas escenas de acción y buenos personajes secundarios (aunque resultan muchos más interesantes los "malos" que los "buenos", como pasa siempre, vamos). Y mucho humor, lo que se agradece mucho.
Al principio me costó entrar en el mundo que nos proponía Tad Williams al ir deteniendo cada tanto la narración para explicarnos como es este universo fantástico lo que en cierta manera ralentiza la lectura. Entiendo perfectamente que se haga así; es un mundo fantástico en el que entramos sin referentes y sin conocer todo el complejo entramado que lo sustenta, pero por momento rompe el ritmo de la novela.
Una buena y entretenida historia. Quedo a la espera si en algún momento se llega a publicar su continuación.
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