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"Scarlet" de Marissa Meyer

Scarlet, Marissa Meyer, Montena
Crónicas lunares II

Hace más o menos un año y medio...
(¡Cómo pasa el tiempo!
Sí, estás más gordo.
Y tienes canas.
Y viejo.)
... terminé la reseña de Cinder diciendo que en un par de días me pondría con la lectura de Scarlet. Como solía comentar cuando trabajaba de detective privado en Manila, "No soy un hombre que pasará a la historia por cumplir sus promesas" y ese par de días se convirtió en un intervalo entre febrero de 2013 y junio de 2014. ¿Y por qué la leo ahora? Andaba perdido en un mar de malas lecturas (simpática historia que no aportan nada, insoportable novela donde lo escandaloso no es que dos hermanos estén chingando si no lo mal escrito que estaba toda esa... basura, etc.) y llevaba unos reciclándome e higienizando el cerebro con clásicos de principios del XX, cuando me cruce con esas muñequita de la portada y me dijo que, venga, ha llegado el momento.
Pues si me lo dice una portada con voz arrulladora, será. Y a leer.

¿Y qué tal? Bien. Muy bien. Como la primera parte de estas Crónicas lunares, pero mejor. Historia más afinada, menos previsibilidad en esta, algo más de profundidad en el mundo, toneladas de acción y consiguiendo que alguno de los personajes se llenen de carisma y cercanía.

¿De qué va? Pues la abuela de Scarlet desaparece. Acompañada de un joven apuesto que responde al nombre de Lobo sale a buscarla. Por su lado, Cinder huye y se encuentra con un simpático cadete, perdón capitán, llamado Thorne, su nave robada y un montón de espacio donde ocultarse. Sus dos caminos se cruzarán.

Scarlet toma como punto de partida el cuento de Caperucita Roja. Como en el caso de Cinder, la autora toma elementos reconocibles (la capucha, la abuela, el lobo malo, el bosque como viaje, etc.) y los utiliza, transforma y versiona para encajarlos con naturalidad y sin que huela a pastiche en una historia de ciencia ficción con toques de fantasía. No soy muy amigo de las revisiones de cuentos infantiles porque suelen acabar siendo pastiches, burdas copias o forzadas interpretaciones de los cuentos, pero en este caso funciona muy bien. Los elementos del cuento clásico se integran bien sin que chirríen con la historia y como elementos que ayudan a esta. Además, la historia de Scarlet y Lobo se alterna con la trama de la primera parte. La autora no se olvida de Cinder ni de Kay y consigue integrar ambas aventuras en un mismo argumento (aunque sea tirando de un deus ex machina un pelín forzado)

Vamos, una buena novela de aventuras, con buenos personajes (me gustó Thorne, al que imagino como un joven Nathan Fillion con su coqueteo descarado y su extraña lealtad) y dos protagonistas femeninas que dejan de lado dependencias y victimismos. Personalmente, me quedo con Cinder. Romance no forzado ni anulador. Sentido de la aventura. Villanos de una pieza sin mucho matices como tienen que ser los villanos de cuento. Un mundo que necesita exploración, pero del que se van dando detalles muy interesantes y que acaba de esa forma algo abrupta que me encanta y que dejan las ganas de abalanzarse sobre Cress. Ah, ¿qué no está publicada? Esperemos que Montena la publique.

Cróncias lunares es una serie que realmente merece la pena. No son cuentos cursis ni afectados. Son buenas novelas de acción y aventuras que saben jugar con los cuentos y darles una nueva visión y vida. No son perfectas, vale, pero son entretenidas, están bien escritas y son honestas. ¿De cuántas se puede decir esto?



- Jorge...
¿Sí?
- Una pregunta.
Adelante.
- ¿Por qué has comentado que prefieres a Cinder que a Scarlet? La frase está en medio de la reseña sin venir mucho a cuento y...
¿Lo he dicho?
- Sí. ¿Puedes explicarlo?
Es personal...
- Venga, si esto no lo lee nadie.
Bueno... El motivo que prefiera a Cinder es que... bueno... uno de mis fetiches eróticos es la figura de la mecánica de naves espaciales.
- ¿Las mecánicas? Hermosas mujeres cubiertas de grasa arreglando un Mercedes.
No, coches, no. Mecánicas de naves espaciales. Tienen que ser de naves espaciales. Si no, no funciona.
- Qué raro eres...
Lo sé. Pero es que Kaylee Frye...
- Kaylee...

Y la tontá se acaba entre suspiros.

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"El libro de Jade. Saga Vanir 1" de Lena Valenti

El libro de Jade. Saga Vanir I, Lena Valenti, Omicrón / DeBolsillo

Primer volumen de la conocida saga Vanir, una larga serie de novelas románticas paranormales que a la chita callando ha ido ganando un buen número de lectores y un espacio en las librerías. Una historia de ambiente celta que relata la interminable lucha entre vanirios (que no vampiros) y bersekers (que no hombres lobo) contra vampiros y hombres lobo (ahora sí). Todo claro, con el elemento protagonista de mucha pasión, mucho sexo, muchos buenorros y algunas tortas.

¿De qué va esto? Vale. Por un lado tenemos a Caleb, un vanirio, un ser inmortal y atormentado que está rebueno. Vive obsesionado con la idea de vengarse de una organización científica que tortura e investiga con sus hermanos de raza. Está dispuesto a todo. Hasta a secuestrar, vejar, violar, humillar, herir e intentar destruir psicológicamente a Eileen, la hija del científico jefe. Ella no sabe nada, pero él no la cree. Y así, con la fuerza y el dolor, arranca una difícil relación entre dos protagonistas que los llevará a transitar caminos plagados de mitología, sangre, familias, dolor, arrepentimiento, descubrimiento del amor eterno, páginas de más y en el volúmen que tenía en las manos, una auténtica plaga de errores de edición, faltas de ortografía y frases sin sentido.
Bueno, más o menos. Ya sabéis que hacer resúmenes argumentales no es lo mío.

Una más de las quince novelas que los lectores del blog decidieron que tenía que leer y comentar. Así que me fui con mi mejor sonrisa a la biblioteca y después de ordenar las colecciones de narrativa juvenil y fantasía, pedí el libro, lo trajeron y en un par de tardes me lo leí. Y, bueno, entretener, entretiene, pero como novela es justita, justita, nada original y con una edición tan espantosa que no tendría que haber salido así a la venta. A punto estuve de dejar de leer por culpa del pésimo trabajo de edición y corrección. Con un sencillo trabajo se podrán haber evitado la mayor parte de los errores y faltas. Ignoro si en ediciones posteriores se ha arreglado, pero la edición que leí yo era un espanto.

Y sobre la novela en sí.
Lo dicho antes, entretener, entretiene. Aunque al final se me hizo un poco cuesta arriba, creo que Lena Valenti tiene mano para presentar personajes, giros en la trama y en las escenas sexuales. Crea una dinámica de personajes y una velocidad de narración que invita a pasar páginas y a mantener al lector atento (aunque yo reconozco que por momentos me aburrí ya que también creo que la novela está algo estirada y con algunas páginas menos, hubiera sido mucho más). Pero a la vez la novela presenta largas partes que parecen escritas por otra persona. Me explico.

Durante las primeras cien páginas hay una narración torpe y atropellada con extraños saltos de punto de vista que con posterioridad están mejor trabajados, una acumulación de marcas de objetos (ropa, relojes, teléfonos, etc.) que en mi opinión lastraba la narración, pero que después desaparece para dar paso a descripciones más neutras y efectivas, donde hay una pobreza narrativa que contrasta con la viveza de páginas posteriores, etc. Y esto reaparece en un par de ocasiones más a lo largo de la novela lo que produce en mi opinión una descompensación de tonos y formas en la novela, como si se hubieran unidos dos borradores diferentes o dos estadios distintos de escritura de la novela. El libro de Jade me produjo una sensación de desequilibrio narrativo que me chirrió.

Al igual que la historia. Pese a que el ambiente celta con reminiscencias vikingas prometía interesante, el argumento acabó por terminarse por una amalgama en ocasiones mal cosidas de ideas con procedencia muy distintas. Desde los universos narrativos de J.R. Ward o Sherrilyn Kenyon, hasta sagas como Underworld Resident Evil, imagineria de cómic, novela romántica y fantasía urbana, etc., en mi opinión esta primera novela de la saga no logra imponer su historia como algo diferente y original quedándose como reflejo de tantas otras.

Y su pareja protagonista no abandonan los patrones de la convencionalidad. Desde el rechazo inicial hasta el posterior enamoramiento (que me resulta poco creíble debido a cómo se conoce la pareja) la relación prosigue unos caminos conocidos y que empiezan a estar algo trillados. Quizá sea la pareja protagonista el punto más débil de la novela, tanto su concepción como en su desarrollo ya que no encuentro en ellos ningún punto que los diferencie de otros protagonistas en otras novelas (y no puedo dejar de pensar en Wrath y Beth, la pareja protagonista de Amante oscuro, salvando las distancias).

Caleb corresponde al prototipo de héroe romántico atormentado. Perfección física, tendencias violentas, celoso, posesivo, pero capaz de un gran arrepentimiento cada vez que mete la caga (y en esta novela lo hace unas cuantas veces y en grados de importancia). Eileen es una de esas protagonistas femeninas perfectas en todo, y que todo lo hacen bien. Amables, cariñosas, duras, hermosas y capaz de revelarse como una gran luchadora con un mínimo de entrenamiento previo (mención merece la escena de la pelea de Eileen contra los hombres lobo; quizá una de las peleas peor narradas que he leído y que redunda en lo que he comentado más arriba, el desequilibrio narrativo que presenta toda la novela. Momentos que están bien contados seguidos de algunos ejecutados de forma muy torpe). Mucho más interesantes resultan los personajes secundarios. Más vivos y mejor resueltos que la pareja protagonista y que imagino protagonizarán los siguientes volúmenes de la serie, en especial Daana.

Pero, pese a todo esto, la novela entretiene. Imagino que a lo largo de los libros siguientes la saga se irá afinando y encontrando su sitio. Creo que Lena Valenti tiene intuición y mano. En la novela se puede apreciar en ciertos momentos (especialmente los más cotidianos y en el tratamiento de los secundarios), pero en general me ha parecido una novela bastante floja. Supongo que esto se debe a una historia convencional, una pareja protagonista muy vista y una estructura vacilante y de calidad muy dispar. Y a esto se le añade una edición con tantas faltas de ortografía, frases sin sentido, mala puntuación, etc., lo que no consigue que la editorial se gane mis simpatías.

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"El Talent" de Gerard Guix

El Talent, Gerard Guix, Estrella Polar, 2012

¡Por fin llegó a mis manos la conclusión de la muy apasionante trilogía fantástica de Gerard Guix! Después de meses esperando la conclusión de las hostias que se prometían hombres lobo y zombis, del enfrentamiento entre Axel y Odin en el marco de una Barcelona apocalíptica, de un retraso de casi dos semanas en su publicación, abro un paquete en la librería y allí está esa portada roja con una Sagrada Familia destruida. Y zas, en dos días leída con ganas y expectativas altas. Y no me ha defraudado nada. Lo que quería lo he encontrado, la resolución de los conflictos, todos los flecos atados, batallas, muertes, destrucción, apocalipsis y un final triste, oscuro y deprimente que no es muy habitual encontrar en el género juvenil.

¿De qué va? Conclusión del enfrentamiento entre Odín y Axel. Más información en la reseña de la primera parte y de la segunda.

Digamos de entrada y para dejar las cosas claras que Gerard Guix ha escrito una de las mejores trilogías fantásticas en lengua catalana (la mejor juvenil, sin duda) y viene a dar aire fresco a una literatura en ocasiones demasiado encallada en la aventura benevolente y en la tradición del relato realista de toda la vida. Sin prejuicios, con espíritu lúdico y una mirada irónica y algo paródica del género, Gerard Guix se lanza a la aventura de una trilogía fantástica total. No se conforma con una simple batalla, sino que se lanza al premio máximo: nos jugamos el final del mundo.

Y lo hace en un espacio reconocible: Barcelona. Sí que Axel y Odin parece que sean los protagonistas, pero en realidad la protagonista de la trilogía es la ciudad. Un enorme homenaje apocalíptico. Barcelona aparece, se palpa, se vive y se reconoce. Los espacios más emblemáticos de la ciudad como escenario y motor de la historia. Pocas veces he visto un espacio urbano tan bien utilizado y exprimido en virtud de la historia y los personajes.

Aunque el factor que más me ha interesado de esta novela y de la trilogía en general es como engarza cada uno de los elementos que han ido apareciendo para que los tres libros se conviertan en uno solo. A diferencia de otras trilogías donde el argumento es acumulativo (van pasando cosas una detrás de otra y el argumento es de avance), la trilogía de El prodigi es circular y actos, frases o detalles que aparecen en el tercer libro redefinen, amplían o maticen cosas del primer volumen. Los hechos y las acciones de los personajes no solo afectan a lo que están viviendo en ese momento, sino que amplían las repercusiones de lo que ha pasado. Ante esto solo puedo quitarme el sombrero y confesar que algunos de lo que en mi primera reseña encontraba pequeñas máculas en la novela (rapidez en la aceptación de lo paranormal, la falsa naturalidad de algunos personajes en declararse cazavampiros, etc.) no eran eso, sino fruto de una conciencia de obra total y de una mala lectura por mi parte. Gerard Guix es astuto, listo y como buen escritor, un gran prestidigitador.

Este afán de historia total se ve en la misma estructura de esta novela: saltos temporales que no son gratuitos sino que buscan ese afán totalizador de toda la historia, explicar los orígenes y el por qué de todo dejándolo todo bien atado. Esto, claro, obliga al lector a hacer ejercicios de memoria para situar cada personaje que en apariencia era secundario y luego se descubre como principal e importante, una frase dicha o una mirada que pasa desapercibida y luego deviene fundamental. Un esfuerzo que como lector agradezco mucho porque noto el respeto que Gerard Guix siente por mí y que no me lo dará masticado o fácil.

Y ese final... apocalíptico, oscuro, deprimente, cruel. E irónico y paródico. La trilogía El prodigi como reformulación y parodia de un género muy querido donde los buenos y malos se difuminan y todos acaban en... malos.

Así pues, sí, estoy contento y entusiasmado con esta novela y esta trilogía. Una gran lectura y, repito, quizá la mejor trilogía fantástica escrita en catalán. Ahora invitar a descubrirla y que las editoriales se lancen a su caza y traducción para llevarla lo más lejos posible.

"Orquídea blanca" de Carmen M. Cañamero

Orquídea blanca, Carmen M. Cañamero, Eterno Retorno (auto-edición), 2012

Adquirí un ejemplar de Orquídea blanca sin saber qué me encontraría dentro de sus páginas.Conocía a su autora por medio de su blog y desde el momento en que supe que tenía una novela que quería leerla. Me comentó problemas con la editorial, de reescritura, de correcciones y que ya me avisaría cuando la nueva versión estuviera preparada. Hasta que hace unos meses Carmen me comentó que la novela ya estaba disponible y poco después recibí mi ejemplar en casa. Y un día y medio después, lo acabé.

Edrick llega con su familia adoptiva a un pequeño pueblo de Letonia para empezar una nueva vida. No tiene buena relación con sus padres y solo quiere que le dejen en paz. Pero la tragedia, el descubrimiento de un secreto que le ocultaba su padre adoptivo y conocer a Poème, una chica especial y alegre que parece alimentarse solo de dulce y carne casi cruda, harán que su vida de un vuelco y se vea inmerso en una guerra que lleva siglos produciéndose.

Como resumen ya sé que es bastante chugo, pero para que os hagáis una idea. Lo mejor es pasar de ideas preconcebidas y adentrarse en la historia que nos propone Carmen libre de prejuicios y con ganas de pasarlo bien. ¿Y qué encontramos? Una novela de corte juvenil de corte fantástica y romántica que siendo consciente del género y de las convenciones que lo vertebran, consigue erigirse con una voz propia y una personalidad que convierte lo ya visto, en algo nuevo. Vamos, que la gracia de Carmen en contar esta historia hace que una enésima lucha entre criaturas fantásticas o el relato de un amor prohibido suenen a nuevos.

¿Cómo? Buscando nuevas formas de explicar la historia. Un punto de vista masculino, una protagonistas alegre y divertida muy alejada de todas esas sufrientes patológicas, narcisistas y dependientes que pueblan el género, cuidado con el entorno, el marco y los personajes secundarios, variados y provistos de su momento y su personalidad. Una historia que recupera la idea de la lucha de siglos, pero matizando buenos y malos para que converjan en muchos grises. Y consigue eso tan difícil que la unión de muchas criaturas mágicas de diferentes procedencias (la tradición oral, la cinematográfica, la literatura popular juvenil, etc.) quede como algo natural y necesario para la historia y no suene a pastiche o refrito.

Al leer Orquídea blanca se percibe el cariño, el trabajo y la dedicación que la autora ha puesto en su obra. Es una novela cuidada; escrita con buen estilo y mimo en la palabra, con buenos personajes a los que dedica páginas y palabras para hacerlos reales, pero (y ahora vienen los peros) por momentos se torna algo confusa. Me explico, ignoro si apareció en escena Madame Tijeras y se dedicó a ir segando partes de la historia porque algún momento se me hizo confuso y algo falto de desarrollo (por ejemplo, algunas partes del principio y partes de la lucha final donde tuve que releer para ubicar qué había pasado). Noto a faltar páginas (¡milagro!) que me expliquen más. No los sentimientos o pensamientos de los protagonistas, que están muy bien trazados, sino lo que sucede. ¿Resta esto esto a la novela? No, pero en mi opinión le resta algo de la intensidad que consigue con los personajes, el diálogo vivo y un buen uso de las descripción tanto de ambientes como de lucha o situaciones.

He leído con gusto, ganas e interés esta Orquídea blanca donde Carmen demuestra voz propia y cuerpo de escritora. Una novela autoeditada que puede competir de tú a tú con muchas novelas publicadas en este país y que cuentan con amplia difusión y distribución. No solo competir, sino que a algunas les da mil patadas en una lucha cuerpo a cuerpo.

Y me quedo con ganas de leer más de Carmen M. Cañamero, ya sea una continuación de Orquídea blanca (porque hay continuación aunque agradezco mucho que la novela se cierre en sí misma) u otras aventuras literarias. Y que lo por leer tenga la misma exigencia como autora que ha demostrado en este primera novela.

El libro se puede adquirir aquí.

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"L'enginy" de Gerard Guix

L'enginy, Gerard Guix, Estrella Polar, 2011

Continuación de aquel Prodigi que tanto me entretuvo, pero que a tan poco me supo. Pillada en la librería con ganas de saber por qué caminos se adentraría Gerard Guix después de dejar a dos bandos a punto de darse hostias. Por un lado, Axel con sus muertos. Por el otro, Odín y sus hombre lobo. En medio, una Barcelona sitiada y destruida y un grupo de pringados..., perdón, supervivientes que sólo quieren salir de la ciudad... pero no pueden.

Gerard Guix sube la apuesta y sale airoso. Siguiendo la norma no escrita de que las segundas partes deben ser más fuertes, más largas y más oscuras, L'Enginy se rebela como una novela superior a su primera parte. Es más fuerte, más dura, más sangrienta y mucho más oscura. Todo aquel hálito de literatura juvenil o cierta inocencia en el planteamiento de la historia se deja a un lado para construir una historia terrible (en el buen sentido de la palabra, se entiende).

Con L'enginy nos acercamos más a la novela de terror pura que a la novela juvenil de aventuras que insinuaba la primera parte. Gerard Guix ha escrito una historia de miedo. Me recuerda mucho al Stephen King de Cell o a algunas historias del mejor Clive Barker. Un novela cruda y fuerte con sus buenos y agradecidos momentos gores. Ejemplo sabroso, una comida en un restaurante.

Y es que la apuesta que hace la novela por meterse casi de forma directa en el género de terror es de aplauso. En mi opinión, era el camino lógico para limar las aristas que tenía la primera parte. Y en un gran acierto por parte de Guix, elimina de un plumazo la dicotomia de buenos y malos para crear un enfrentamiento entre malo y malo con unos pobres desgraciados por medio. Alex deja de ser ese niño algo quejica de la primera parte para irse convirtiendo en un monstruo. Odin deja de ser el monstruo de la primera parte para irse dotando de algo de humanidad. Esto no quiere decir que se haga bueno o majo o humanitario. No. Se enfrentan dos egos, dos monstruos y poca cosa buena puede salir de este enfrentamiento. Poca cosa buena para los personajes, porque el lector se lo pasa estupendamente con una novela repleta de tensión, estilo conciso y cuidado. Ambiental y descriptivo. Barcelona en su esplendor apocalíptico.

La novela profundiza más en el personaje de Odín relatando su pasado y su origen. Abre el abanico de personajes y los que en la primera parte eran sombras o coro, se individualizan y empiezan a moverse (algunos convertidos en agradables sorpresas). Las alianzas, las intrigas y las pequeñas escaramuzas. Los momentos de batalla son crueles y sanguinarios. Los momentos de desesperación de los personajes son crudos (estupendo el momento de los supervivientes humanos en el apartamento y las latas de judías...). El panorama que presenta Gerard Guix en esta historia es pesimista y desesperanzado.

Y como se agradece esto en la literatura juvenil; algo diferente que refresca la estantería de las librerías.

Quizá se le puede achacar a L'enginy es el de muchas segundas partes. Son un puente... un territorio de nadie que ni presenta ni concluya. El prodigi anuncia una impresionante batalla que en esta novela no se produce. Las fichas se mueven, los jugadores distribuyen ejércitos, intrigas y traiciones, los líderes comprueban sus puntos débiles y fuertes, los pringados corren de un lado a otro llevando con ellos una serpiente... y todo se queda preparado para la tan anunciada batalla... Como lector me sentí un poco frustrado... las expectativas por la guerra eran altas y en cierto sentido al concluir la segunda parte me quedé en el mismo punto que al acabar la primera. Que ya sé que no es así... la historia ha ganado en madurez y profundidad y psicología, pero... ains... no puedo quitarme ese puntito. Y alguna página de más que daba a la novela algún punto muerto (sobre todo en Collserola).

Sea como sea a la espera quedamos de la tercera y definitiva parte de una saga que ha crecido en estilo, gracia e interés y acabo convirtiéndose en una de las series que más me entretuvo el año pasado. Esperemos que no se demore mucho y pronto podamos asistir al advenimiento de Ragnarök, la batalla final, el destino de los pocos humanos que corretean por Barcelona, el amorío de Axel y, posiblemente, el fin de los tiempos.

Tengo muchas ganas.

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"Acosado. Crónicas del druida de hierro I" de Kevin Hearne

Acosado. Crónicas del druida de hierro I, Kevin Hearne, Minotauro, 2011

Después de unas cuantas lecturas decepcionantes e inacabadas es muy agradable encontrarse con una novela de aventuras sin pretensiones, agradable, rápida, de consumo rápido y leve permanencia en la memoria como libro que ha proporcionado unas horas de diversión. Y este Acosado me ha dado todo eso además de despertarme el gusanillo de investigar sobre la mitología celta. No es la gran novela de fantasía del año, pero sí que es una novela honesta y sincera con lo que es: un gran divertimento lleno de referencias culturalmente dispersas (también conocidas como frikis), dosis de acción, un poco de fantasía urbana y cierto aire a Serie B que me resulta muy agradable. ¿De qué va esto?

Atticus O'Sullivan es uno de los últimos druidas que quedan sobre la tierra. Tiene dos mil y picos años con la apariencia de veintiuno. Es librero y tiene una espada mágica que le reclama un dios que ha jurado destruirle. Vive tranquilo hasta que le advierten que el dios ya sabe donde está y que viene a por él.Su tranquila vida corre peligro. Y empiezan las hostias.

Acosado es un divertimento. Una novela de puro entretenimiento para pasar unas horas en buena compañía. No invita a grandes reflexiones ni a cambiar de vida, pero tampoco lo pretende. No hay pretensión de crear una gran obra, sino de presentar lo que es: algo correcto y entretenido. Una novela honesta en sus limitaciones y ya sabéis que en este blog eso se aprecia mucho. Por momento recuerda a esas películas de la Universal de los cuarenta de La zíngara y los monstruos; esas películas donde aparecían vampiros, monstruos, hombres lobos mezclados y revueltos. Aquí nos encontramos con druidas, dioses de los diferentes panteones, magos, brujas, vampiros, demonios y hombres lobos. Así, a lo bruto. Y pese a mis reticencias en las primeras páginas, la mezcla funciona. Y funciona por lo dicho y repetido antes, la novela no es pretenciosa ni se toma muy en serio, todo está pensado para el disfrute del lector. Y el lector disfruta. Y más cuando por momentos parece que estés leyendo un capítulo de Buffy, cazavampiros.

Personajes correctos e interesantes. El protagonista es funcional y acaba ganándose los respetos del lector por su mezcla de arrogancia y simpatía. Y más porque Atticus no es uno de esos héroes obsesionados con el bien y salvar el mundo. Es un druida práctico que por experiencia sabe que es mejor salvar el culo y que se escriben cantos sobre los valientes, pero sobreviven los cobardes o los que saben cuando huir. La novela no versa sobre salvar el mundo, sino salvarse uno mismo.  Morrigan actuando como diosa de la muerte celta  reconozco que me conquistó desde las primeras páginas. El aquelarre de las brujas y la manada de lobos es funcional, pero muy efectiva. Y agradezco a hombres lobos asalvajados y muy violentos. El malo más malo era un poco menos de lo que esperaba, pero la acción compensa. Y Oberón, el lebrel de Atticus, es un personaje simpático y humorístico pese a que no me acaben nunca de convencer los animales que hablan (aunque sea mentalmente). Y Granuaile, encantadora camarera pelirroja con nombre de pirata.

Y muy interesante la mitología celta. Algo nuevo y que me ha abierto el apetito de conocer más. Tanto su magia como los dioses como las tradiciones. Y un acierto mayor es que las diferentes mitologías convivan en un mismo espacio mágico. Aunque la novela se centra en el panteón celta, continuas referencias a los demás dioses con especial énfasis en dejar claro que Thor es un gilipollas.

¿Algo no me ha gustado? Sí, un tema de estructura. La anécdota de la novela es que Atticus tiene una espada que otros personajes quieren. Esto provoca que buena parte de la novela sean diferentes entidades que van a ver a Atticus a preguntar por la espada (dioses, brujas, policías, etc.) ya sea en su casa, ya sea en la librería. Esto provoca que en ocasiones la novela adolezca de cierta repetición en su forma de presentar las acción. Atticus está en la librería, entra un personaje, espada sí, espada no, el personaje se va. No entorpece la lectura ni la narración, pero es algo repetitivo y ¿perezoso?

Y poco más. La lectura de Acosado ha sido tiempo bien empleado. Divertida, ágil, rápida y llena de acción. Primer capítulo de una serie, pero con final cerrado para dejarlo aquí. Llena de humor y cachondeo. Va al entretenimiento y lo consigue. Aventura llena de monstruos y muy honesta. Y la honestidad y los monstruos se agradecen mucho en este blog.

"Hija de lobos" de Víctor Conde

Hija de lobos, Víctor Conde, ed. Minotauro, 2011

"Rhum era el último lugar que se me habría pasado por la cabeza a la hora de buscar refugio, pues sus campos deshabitados, sus mares de jacintos y las verdes jorobas del Cullin se quedarían grabados para siempre en mi cabeza como el lugar donde todo empezó."

Escocia, 1826. La isla de Rhum está siendo desalojada con el fin de dedicarla a la cría de ganado. Sin embargo, un erudito en los misterios de la ciencia llega para ocupar la única casa que hay en la isla, una mansión de rotundos muros, acompañado por su hija adolescente y su hijo pequeño, que padece una terrible enfermedad (y la mujer y la abuela y unos cuentos criados... el paréntesis es mío).

Pero la presencia de los extranjeros parece haber despertado algo en la isla, algo antiguo y malvado que hasta entonces vivía sólo en las leyendas locales. La hija mayor, Sabine, deberá dejar atrás sus sueños de adolescente para enfrentarse a un mundo lleno de sombras y peligros, si quiere salvar su propia vida y la de su hermano...

Y hasta aquí el resumen de la contraportada... que sitúa algo, despista un poco más y proporciona al lector un par de pistas falsas. La historia de Hija de lobos se mete en terrenos mucho más estimulantes de lo que una lectura rápida del argumento podría aventurar. Porque la novela empieza como una perfecta novela de ambiente gótico para acabar en su tercera parte en terrenos más atávicos y hasta aquí puedo leer porque destriparía muchas cosas. No es que la evolución de la novela sea una sorpresa para el lector (tampoco creo que sea la intención del autor, la verdad), pero merece la pena el camino hasta sus últimas páginas. Sobre todo porque uno de los alicientes de esta novela es el juego que propone Víctor Conde, en un ambiente muy conocido por el cine y la literatura vamos a contar una historia de licántropos, pero subvirtiendo las expectativas del lector.

Me explico. De forma parecida a lo que hizo Nina Blazon en su reivindicable novela La novia maldita, para la confección de su "monstruo", Víctor Conde rastrea en la tradición medieval con sus leyendas, supersticiones y cuentos y olvida la tan rica tradición del licantropo cinematográfico. Vamos, ni luna llena ni balas de plata. Resulta apasionante este viaje ya que nos lleva directamente al mundo de la superstición y a los terrores más primarios del ser humano. La proliferación de imágenes y de leyendas resulta apasionante y es lo que más me interesó. Una forma diferente de presentar el motivo del hombre lobo recurriendo a su mismo origen. De esta forma se trasciende el goticismo que más o menos esperaríamos y vamos a algo mucho más primario y que, salvando distancias, estilos e intenciones, me hizo pensar en algunos pasajes de la bellísima y apasionante novela Los pasos perdidos del maestro Carpentier.

La historia en sí no es muy diferente de cosas ya vistas o leídas, pero funciona gracias a una forma de contar  muy cuidada y atmosférica. La atención por el detalle que importa, el ritmo (pausado, pero muy intenso) y a la evolución de los personajes principales. Sabine, que empieza siendo una heroína algo irritante, evoluciona y madura. De adolescente a mujer. El lector acaba sintiendo muy cerca a esta mujer. Y poderosas figuras la del padre o el antagonista con un irónico y acertado final. ¿Algo que no me gustara? Algún momento de la primera parte de la novela se me hizo cuesta arriba y el redondeo de algún secundario, pero tampoco es definitorio para la valoración de la novela.

Licantropía, familia, leyendas, fanatismo, fuerzas atávicas. Y el amor, claro. Porque Hija de lobos es una novela sobre el amor. Y, por favor, no penséis en el chico más popular del pueblo y la joven hija del forastero. Algo mucho más complejo y adulto. Y, en algún momento, cruel.

Hija de lobos es mi primera experiencia con el mundo literario de Víctor Conde y aseguro que no será la última. Una novela de terror bien construida, bien narrada, con una visión de la licantropía fascinante, buenos personajes y una tercera parte muy envolvente, terrible y hermosa.


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¿Y ahora cómo llamo yo a esto?

"Rebelión. Poderes Oscuros III" de Kelley Armstrong

Rebelión. Poderes Oscuros III, Kelley Armstrong, ed. Marlow, 2011

Xino-xano, sin hacer ruído, sotovocce y sibilando, la serie de novelas de Los Poderes Oscuros se ha convertido en una de mis sagas favoritas. Era ya intuición al leer Invocación y Despertar, pero la lectura estos días de Rebelión me lo ha confirmado; Los Poderes Oscuros conforman junto con Los Juegos del Hambre y Generación Dead, una de mis series favoritas. ¿Por qué? Entre otros motivos, porque jugando con los elementos de siempre crea algo muy distinto.

Cloe, Derek, Simon y Tori han llegado al punto B sanos y salvos. Parece que están seguros, pero lo que parecía que sí, pues no y están como aquí pasan cosas raras. Y lo de dominar los poderes, nada... porque Cloe sigue teniendo sus encuentros con los muertos y los demás cada uno a los suyo.

Lo sé, como resumen argumental es una cagada, pero qué queréis. Es una tercera parte y si me pongo a resumir en serio me cargo el argumento para todos aquellas personas que leerán esto y decidirán meterse con la serie de Kelley Armstrong. Y una de las gracias de esta novela y de toda la serie es ir encontrándose con un argumento que suena a viejo, pero que juega con las expectativas ya creadas del lector. Vamos, que el marco parece el de siempre, pero la autor juega una baza que suele caer olvidada en la literatura fantástica, el realismo. Aquí se trata de adolescentes reales con poderes fantásticos, pero actuando como lo harían en realidad.

¿Ejemplo? En la primera novela, el momento en que Cloe ve a los muertos por primera vez piensa, estoy loca y, por favor, dadme pastillas e internarme. En la segunda novela, ir del punto A al punto B significa el 70% de la trama y mucho frío, hambre y suciedad. En esta tercera novela, los personajes encerrados en un casa preguntándose en todo momento "¿qué hacemos?". Nada de planes geniales ni inteligencia sobrehumana, no. Personas normales metidas en un follón que es demasiado grande para ellos.

Esta tercera parte sigue conservando las características que definieron las otras dos y que tanto me gustaron: personajes protagonistas que no tienen que caer bien ni ser muy simpáticos, un cierto realismo sucio, coqueteos con la novela de terror (¡momentazo en el cementerio!), la creación de todo un mundo fantástico muy interesante (presentado poco a poco y dando información suficiente para despertar la imaginación del lector, pero sin abusar porque lo que importa es lo que afecta directamente a los protagonistas), momentos de pura y maravillosa serie B con sus planes maléficos y sus mad-doctors, grandes dosis de dramatismo personal (Tori y su madre... esto es una relación complicada) y un juego continuo con las expectativas del lector: el triángulo amoroso resuelto con realismo y una preciosa elegancia (historia de amor que no nace hasta la segunda novela y se concreta en esta eliminando de un plumazo el tan artificioso mecanismo del amor a primera vista), planes que no salen bien, momentos de acción donde cuesta mucho vencer y las heridas duelen, traiciones que se saben, pero que no se puede hacer nada por evitar, etc.

Y todo explicado con calma y tranquilidad porque los personajes tienen su espacio para crecer y desarrollarse. Hablar, discutir, hacer planes, salir a tomar un helado. No todo es acción porque no todo puede ser acción. Hasta un final eléctrico y explosivo donde se resuelve la trama principal y se cierra la historia de estos personajes, pero dejando abierto el mundo para una segunda trilogía con otras historias.

 
¿Próximamente?

¿Perfecta? No. En algún momento se sigue echando de menos algo más de ritmo narrativo. Pecata minuta. Los Poderes Oscuros es una trilogía muy recomendable y, tengo la impresión, muy desconocida. Los elementos de siempre presentados de forma distinta. Inteligente, realista, plagada de un gran sentido del humor, buenos personajes y una trama muy adictiva que presenta un mundo fantástico algo distinto.  Vamos, ¿qué vale la pena, no?


Descarao

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"El prodigi" de Gerard Guix

El prodigi, Gerard Guix, ed. Estrella Polar, 2011

Una de las grandes apuestas de la editorial Estrella Polar para este Sant Jordi. Una historia de intriga, terror, acción, aventura, romance y hombres lobos. Escrita con ganas, con nervio, con oficio, pero a la que le faltan páginas de forma alarmante. Y es que pese a que Gerard Guix escribe con gusto, no consigue hacerme creíble la historia.

Àxel se acaba de mudar a Barcelona. Sus padres están recién divorciados, no tiene amigos, sufre cierto acoso en el instituto y su cuerpo está cambiando. Demasiado pelo, colmillo demasiado grandes y una afición cada vez mayor por la carne cruda. Una conocida insinúa que se está convirtiendo en un hombre lobo. Su misterioso tio Odin parece tener respuestas. Se empiezan a suceder macabros asesinatos por las calles de Barcelona. Y en el ambiente se respiran aires de guerra. Àxel tendrá que decidir.

Lo dicho. Para mí a esta novela le faltan tranquilamente cien páginas. Es raro decir esto, lo sé. Habitualmente siempre pido menos. Odio la paja en una novela y siempre busco que el escritor haya ajustado el texto a lo que le pide la historia, no a lo que le piden elementos externos. Pero en este caso me faltan cosas. Y esta ausencia provoca que a la novela le ocurra algo que es lo peor que le puede pasar a una historia de corte fantástico: no me resulta creíble.

Àxel acepta demasiado pronto el elemento fantástico. El protagonista es un chaval de catorce años al que de repente le empiezan a suceder una serie de cambios físicos demasiado importantes como para tomárselos con la entereza presentada en la novela. Hay poca duda, poco miedo. De repente es normal que los colmillos crezcan, comer carne cruda, que aparezca una gótica y suelte que caza vampiros o encontrarse cara a cara con un hombre lobo. Me falta un punto de realismo y desarrollo psicológico de los personajes. Sobre todo de Àxel que no me cuadra... demasiado infantil en un principio y de repente es otra persona. Es lo contrario que lo que pasaba en la estupenda Invocación, que la aparición del fantástico en la vida de la protagonista está narrado de forma realista y con las reacciones que un adolescente normal tendría. Creo que es demasiado apresurado. Y lo mismo me ocurre con el resto del elenco (quizá con la excepción de Nadia). Son figuras más o menos reconocibles, pero que les falta peso. Sí, la palabra es apresurado. Como si hubieran demasiadas ganas de entrar en materia, en las peleas y la acción y se hubiera dejado de lado un cuidado a los personajes. Es novela fantástica y juvenil, sí, pero si algo nos ha enseñado Suzanne Collins es que la complejidad moral y psicológica de los personajes se puede y se debe exigir. Y este pequeño descuido en la configuración de los personajes me extraña en alguien tan conocedor del oficio como Guix... ¿por qué pienso más en presión editorial (acción, acción, acción) que en otra cosa?

Salvando este escollo nos encontramos con una muy entretenida novela de acción, terror y misterio. Gerard Guix demuestra un gusto y un oficio estupendo para la creación del ambiente de terror que la novela exige. El descenso al metro es un buen ejemplo de ello. Sabe contar y jugar con la oscuridad y crear un buen ambiente de suspense. Las escenas de acción son rápidas, agiles y están bien explicadas. Y no ahorra detalles escabrosos si la novela lo exige. Porque estamos ante una historia violenta, dura, sucia y llena de sangre. Uno de los mejores momentos de la novela es un ejemplo de todo esto; una escena en un restaurante chino que es un pequeño recorrido por los diferentes planos del terror, tanto físico como psicológico.

Juega bien con la ciudad como personaje (aunque hecho de menos más calles, más nombres de estaciones, más localización concreta) y convierte los túneles del metro en otro personaje (junto con otras localizaciones que me callo). Y agradezco muchísimo a Gerard Guix que no haya caído en la trampa tan habitual de mostrar una ciudad de postal. Consigue que la Barcelona literaria sea real. Con su belleza y su fealdad. Con la vida de Gracia, pero el olor a orines de otras calles.

Y confirma que los ositos de pelucha dan muy mal rollo.


El prodigi presenta un mundo interesante y prometedor, un final poderoso y una ambientación y atmosfera muy conseguidas. Lástima que a los personajes les falte un punto de cocción que espero ver en su continuación. Solo espero que Gerard Guix se tome el tiempo necesario y mime a sus criaturas. La historia se lo merece.

Y, por cierto, ya tengo elegido el bando. Las vistas desde Montjuich son preciosas.

"Placeres prohibidos. Anita Blake, Cazavampiros 1" de Laurell K. Hamilton

Placeres prohibidos. Anita Blake, Cazavampiros 1, Laurell K. Hamilton, ed. Gigamesh, 2006

Vale, antes de nada vamos a dejar la cosas claras. Soy fan declarado de Anita Blake. Me gusta como creación literaria, como personaje y como mujer. Por lo que si todas las reseñas son personales y subjetivas, ésta lo es más porque me gusta Anita y no puedo decir nada malo de una mujer que mata vampiros, colecciones pingüinos de peluche y sabe ocultar armas en un minivestido. Bueno, criticaría su gusto con los hombres, pero en eso no puedo hacer nada.

Placeres prohibidos es la carta de presentación de la Ejecutadora. Estados Unidos es uno de los pocos países donde las criaturas sobrenaturales cuentan con derechos. Y San Luis es un pequeño paraiso para vampiros y cambiaformas. Pero no todo es tranquilo. Algo o alguien está matando maestros vampiros y un grupo de poderosos chupasangres contrata a nuestra Anita para que averigüe quién se esconde tras las matanzas. Este encargo le hace tanta gracia a Anita como que le depilen las cejas con una depiladora grasienta y mohosa, pero si no lo hace una amiga puede sufrir y puede que a ella misma la maten.

Desde el mismo momento que llegó a la librería por aquel 2006 que me llamó la atención. La compré a los dos días y la lei en unas horas durante un domingo. Y fue genial. Una experiencia deliciosa que llenó horas de diversión. Y que llenaría porque desde aquel agosto del 2006 he releido la novela por lo menos en tres ocasiones sin que perdiera ni gracia, ni frescura, ni litros de sangre. Y es que Placeres prohibidos era una mezcla brutal de serie B, novela negra, vampiros, erotismo sucio, zombis, gore, violencia, Buffy cazavampiros y una protagonista femenina, poderosa, con carácter y un buen par de pistolas. Y mucho sentido del humor. Porque una de las características más deliciosas de esta saga es el humor negro y ácido que destilan sus páginas. Laurell K. Hamilton sabe en qué liga juega, y la liga de la serie B es de humor, de desmitifiación, de violencia, de pastiche y de grand guiñol (lo que se hará más evidente en su más que estupenda continuación).

Criaturas sobrenaturales que viven con los humanos. Derechos de los no-muertos. Iglesias vampíricas que prometen y ofrecen la vida eterna. Bares de striptease donde rezuma el deseo y la sangre. Reyes de las ratas.Vampiras de mil años en físicos de doce y mucho tio bueno (que es la parte de la novela que menos me interesó, todo ese tira y afloja con muchachos de abdominales duras, de labios carnosos y pecho lampiño... pero se agradece que no haya romance y que lo que se explique es el deseo sexual. No sentimientos, sexo). La novela está llena de personajes carismáticos, pero no serían nada sin el concurso de Anita Blake. Si uno se hace fan de esta serie es por ella. Es su personalidad lo que marca la saga. Su físico, su humor negro, sus chistes malos y su tozudería. Porque es una heroina a la que ningún vampiro le tose (aunque tenga sus más y sus menos con el pesadete de Jean Claude, pero, como lei en un prólogo, moja bragas, pero aguanta).

Placeres prohibidos es una novela divertidísima. Como todas las de la serie de Anita Blake. Para leer en una tarde lluviosa.Y se agradece muchísimo una novela donde los vampiros son unos cabrones, los licántropos son unos cabrones, los zombies son unos cabrones y los humanos son unos cabrones.

¿Punto negativo? Una serie de casi veinte libros que en España solo han visto la luz los tres primeros. Publicados por Gigamesh a cuenta gotas (con excelentes ediciones, eso sí), a los aficionados nos sabe a poco y una mayor celeridad se agradecería. Eso sí, si un mayor ritmo de publicación supone unas ediciones más descuidadas, pues entonces no. Nos armamos de paciencia y a esperar. Por Anita lo que haga falta.

"Despertar" de Kelley Armstrong

Despertar (Los poderes oscuros II), Kelley Armstrong, ed. Marlow, 2010

Despertar llevaba días y días rondando por los anaqueles de casa, pasando de pila a pila, siempre postergada y siempre rechazada. Curioso, porque era la continuación de aquel Invocación que tanto me gustó. ¿Por qué no lo leía? Mandritis, supongo. Pero finalmente el fin de semana pasado me senté en el rincón de lectura (rincón que cambia cada dos o tres semanas porque es lo que dura en casa el sofá en un mismo sitio) y me la zampé en una lectura bastante rápida con un par de lagunas narrativas por medio.

Argumento: pues es una continuación de lo que pasó en la primera parte. A Cloe y sus amigos le pasan cosas y se resuelven misterios y se apuntalan nuevos y se confirma que es una saga juvenil de misterio, pero diferente. Ya sé que como resumen argumental es de suspenso, pero ya que la editorial Marlow se encarga de explicar el argumento y los misterios de la primera parte en la contraportada, pues que paso de hacerlo yo.

Definitivamente, la saga de Los poderes oscuros es una de las que más me gustan. Supongo que se debe a que se separa bastante de lo que los aficionados a la literatura juvenil (y más si leemos romance paranormal o como se quiera llamar o esa acepción tan horrible de "jóvenes adultos" que es como ni chicha ni limoná). Aunque el argumento y personajes son muy parecidos a los de siempre (desclasada, chico callado vs. chicos simpático, enemiga, misterios de familia, etc.), aquí se presentan por medio de una óptica de sucio realismo. Los personajes ni son todos guapos ni simpáticos ni tienen que caer bien. Y los problemas son problemas y no se resuelven en dos páginas. Esto último lo explico.

Siendo simplistas, el arco argumental de Despertar es unos personajes están en el punto A y tienen que llegar al punto B, sin pasar por los puntos C y D porque están los malos. Lo que en otras novelas se resuelve en un párrafo. Por ejemplo

Mike y yo huimos de la residencia Noche estrellada. Allí no podríamos ser felices ni amarnos como nos amábamos porque los malvados nazis comunistas que viven en el sotano quieren utilizar mis poderes hervidores para el mal. Salimos a la carretera. No tenemos dinero, ni comida, ni abrigo, ni amigos, ni personalidad y estamos a cuarenta bajo cero. ¿Cómo llegaríamos a Nueva York?

Llegamos a Nueva York mientras amanecía...

Fragmento de la novela Anda que no te quiero, no escrita.

En Despertar, no. Kelley Armstrong juega la baza del camino y sabe que unos adolescentes huidos sin dinero, ni comida, ni abrigo lo pasan mal. Mal dormir. Frío. Hambre. Mal olor. Peligros en la carretera. Este viaje físico contrasta con el único emplazamiento que tenía la primera novela. Por el camino los personajes crecen, se conocen, se odian (pocos personajes se llegan a caer tan mal entre ellos, pero tienen que colaborar) y huyen de peligros. El argumento y los misterios se desplegan, pero siempre de una forma diferente. La autora apunta algo en las primera páginas que deja en el aire, sigue por otros senderos, se desvía, vuelve... Juega con la estructura y resulta encomiable este punto de exigencia al lector. También es verdad que en ocasiones se echa de menos un poco más de ritmo narrativo, pero la autora salva estos escollos con un par de grandes escenas que acercan la novela al terror. La escena de los murciélagos, por ejemplo.

Protagonista de una de las mejores escenas de la novela.

Los personajes se desarrollan, los malos son malos de verdad y aparecen nuevas amenazas. Kelley Armstrong empieza a crear un mundo literario que se va haciendo cada vez más interesante, pero de forma sutil. Nuevos seres con poderes, nuevas criaturas y nuevos secundarios. Salir de la residencia permite explorar de forma sutil y controlada el mundo fantástico en el que viven los protagonistas.

Despertar es una buena continuación de la saga y un capítulo que ahonda en los personajes más que en la acción. Sigue siendo entretenida, divertida y un punto diferente. Quizá ese deseo que tuve de que cayese más en el terreno del terror no se ha cumplido del todo, pero tiene sus buenos momentos. Y en esta parte ya empezamos con atisbos de romance, pero como toda la novela, es un romance realista, creible y tranquilo. Cuando uno huye de los malos y hace frío y se tiene hambre, uno no se puede entretener en hacer manitas.

Una buena segunda parte para una buena y simpática saga.

"El ciclo del hombre lobo" de Stephen King

El ciclo del hombre lobo, Stephen King, DeBols!llo, 2010

Hay novelas que con el tiempo se convierten en míticas. No se encuentran, no se leen, aparecen en listas, pero llevan años agotadas y desaparecidas. Se esperan con ansías y cuando por fin alguien las reedita o las encuentras en las paradas de segunda mano, la espera vale la pena y la novela deviene imprescindible. Otras novelas no las conoces, no tienes noticias aunque pensabas que contralabas la obra de ese autor y un día aparecen por sorpresa. Al leerlas te viene en mente ese pensamiento de cómo es posible que hubiera vivido sin haberla leído antes.

El ciclo del hombre lobo no pertenece a ninguna de esas dos categorias. Si es una de las novelas más desconocidas y ninguneadas de Stephen King, lo es por meritos propios. Aunque siempre defenderé a Stephen King como uno de los mejores narradores americanos de finales de siglo XX e inicios del XXI, cuando la caga, la caga a conciencia. Para muestra la película que dirigió y el final de La tienda

Doce meses. Doce lunas llenas. Doce ataques de un hombre lobo. Y poca cosa más.

Una de las grandes virtudes de la obra de Stephen King es su capacidad para actualizar y dotar de nueva savia antiguos mitos de la novela de terror de toda la vida. Pienso en los vampiros de Salem's Lot, en el mito de la casa encantada tan bien jugado en El resplandor o en Un saco de huesos, o la reecración del mítico e imprescindible relato de William Wymark Jacobs La mano de mono en la estupenda y climática El cementerio de animales, el juego de referencia a los perros de Tántalo en la simpática El perro de la polaroid. Naturalmente, cada una de estos hallazgos tiene una contrapartida oscura. King es uno de los mejores, pero también uno de los más irregulares.

¿Y dónde ponemos este Ciclo del hombre lobo? Pues de lo peorcito que he leído de King. El origen de esta pequeña novela está en un curioso encargo. Alguien decidió hacer un calendario sobre la figura de licántropo y encargó a King que compusiera unos breves textos que acompañarían la ilustración. Naturalmente, Stpehen King se pasó de longitud de texto, el proyecto se abandonó y las historias del calendario se publicaron en forma de libro. Así nos encontramos con doce minihistorias con un tenue hilo conductorio que nos relatan los ataques de un hombre lobo en un pequeño pueblo.

Problema. No hay historia, no hay personajes, no hay tensión, no hay terror, no hay literatura. Sólo esbozos de posibles capítulos, personajes extraordinariamente estereotipados en la línea de King (la reprimida, el maltratador, el alcohólico, etc.) y cero psicología. Lo grande que tiene King es el mimo con el que traza la psicología de sus personajes, sus contradicciones y su fino ojo para sacar las taras y los destellos de mal y locura que llevamos dentro. Aquí no hay nada de eso. Alguien podría decir que la brevedad de los capítulos no permite el desarrollo de la psicología o los personajes a lo que se podría contestar recomendando la lectura de Monterroso. En El ciclo del hombre lobo no hay nada salvo alguna imagen destacable o alguna frase contundente. El resto es malo. Y peor, el resto deja indiferente. ¿Lo mejor? Algunas de las ilustraciones que acompaña la novela. No son lo mejor de Bernie Wrightson, pero siempre está bien contemplar su línea.


Eso sí, puede ser una mala novela, pero no es un novela aburrida. Y esto también hay que saber reconocerlo.

"Hex Hall" de Rachel Hawkins

Hex Hall 1. Condena, Rachel Hawkins, ed. Destino, 2011

Aunque he leído este año otras novelas que quería reseñar, y que esta Hex Hall al ser la última en principio tendría que ponerse a la cola, he decidido reseñarla en lugar porque corre el peligro que en pocos días caiga en el olvido. Y no porque sea una mala novela (no... esas las recuerdo muy bien y mi venganza será terrible), sino porque es una de esas historias simpáticas que hay a patadas que proporcionan unas horas de lectura agradable y luego a otra cosas mariposa.

Empezamos.

Primero, la portada. Los que siguen habitualmente este blog ya saben que no suelo hablar de portadas ni de estética. Con Hex Hall hago una excepción porque la primera vez que oi hablar de la novela de Rachel Hawkins fue por un concurso que había organizado la editorial Destino para que las lectoras (supongo que también los lectores, pero parecía que sólo se dirigían a ellas) eligieran la portada que se pondría a la novela. Las lectoras votaron y ganó esa cosa que ahora está en las librerías. Y digo cosa por dos razones: es fea de cojones (me recuerda a un anuncio de cigarrillos y creo que forma parte de la tendencia que está adquiriendo la editorial con caras de muchacha y mucho humo) y no tiene nada que ver con la historia. Esto último no es culpa de las personas que votaron, claro. Cada uno votó lo que le gustó, pero sin saber si esa portada era adecuada para el libro o no. Se contaron los votos y parece ser que ganó eso. Una portada que transmite oscuridad y aburrimiento para una historia luminosa, divertida y juvenil. Nada que ver con el cuento que Rachel Hawkins nos cuenta. En cambio, la portada original sí que nos explica algo de la historia y sí que es la adecuada.


Y mi pregunta es, ¿por qué teniendo una portada tan estupenda como ésa, la editorial se lanza al embolao de cambiar la portada y hacerlo por sorteo y concurso y todo eso? ¿No será porque le da más importancia a la publicidad que le puedan hacer y a la campaña de marketing que, no sé, a corregir los errores de edición que hay en el texto? ¿No será porque importa más que se hable a hacer bien el trabajo?

Segundo, el argumento. Hex Hall entra de lleno en ese subgenero literario de colegio/internado/reformatorio/hospital para personas especiales. Sophie Mercer descubre que es bruja, se mete en lios y deciden matricularla en un colegio para prodigiums problemáticos, o sea, brujos, licántropos, matemorfos, etc., que no saben dejar sus poderes quietos. Allí conoce a un chico guapo, una compañera de habitación retraida y marginada, se gana la enemistad de las populares y conocerá secretos que la llevarán a aumentar sus habilidades mágicas, pero también a que su vida se tambaleé.

Sí. Lo sé. Y es que cuando uno se enfrenta a la rápida lectura de Hex Hall (unas cinco horas con la cena por medio), se hace evidente una clara constatación: en esta novela no hay un solo elemento original o diferente. Los que hemos leído un mínimo de literatura juvenil romántica contemporánea (joder que largo que es esto), absolutamente todo lo que nos cuenta Rachel Hawkins ya lo hemos leído. Más en concreto, Hex Hall es una mezcla de la saga Medianoche y la saga La casa de la noche cogiendo lo mejor de cada una. En el caso del rollo de la Gray, una estructura narrativa prácticamente idéntica y una cantidad de personajes perfectamente intercambiables (profesores, la compañera de habitación, etc). En el caso de las novelas de las Cast, el sentido del humor. A esto se le añade la saga de Potter y la película Jóvenes y brujas (The craft, Andrew Fleming, 1996).


Y pam, Hex Hall.

¿Es esto malo? No necesariamente. La novela de Rachel Hawkins se presenta como un divertimento, una comedia fantástica con toques de romance y secretos de familia, una novela para leer y olvidar. Es como una comedia romántica que ya has visto un millón de veces, pero como esta vez la protagonista es Amy Adams pues tiene un encanto especial. Rachel Hawkins escribe con gracia y con humor y esto es lo mejor de la novela. No tiene ese tono postizo de falsa trascedencia, de "la historia que te voy a explicar es la leche puta de fuerte y puff... vas a fliparlo y llorar y emocionarte y..." que sí tienen otras novelas (pienso en Medianoche, en Hush Hush, o en esa famosa saga de vampiros gusiluz), sino la ligereza de una historia conocida, pero bien contada y divertida. Sophie es simpática, las malas son tópicas, pero majas a su manera, el chico es lo de siempre, pero como no mete la baza en la historia de amor es tolerable (aunque uno se cansa de chicas que ven al chico y a la primeras de cambio ya están enamoradas y con las bragas deslizándose, pero no puedo hacerlo porque no se fijará nunca en mí y soy poquita cosa... ¡si hasta tengo pecas y todo! En serio, ¿qué pasa con las pecas?).

Tercero, la conclusión. Una novela ya leída en otras novelas, pero divertida, agradablemente escrita y con la suficiente gracia e ingenio como para leerla con una sonrisa. ¿Merece la pena? Indudablemente. Ya sabéis que en este blog se agradecen mucho las novelas ligeras, simpáticas y sin pretensiones. Y ese colegio lleno de los seres que protagonizan todas las novelas (hadas, metamorfos, vampiros, brujos, etc) es lo suficientemente simpático como para volver en su continuación. Pese a que seguramente ya la habré leído.


Ah, y de momento, la mejor novela juvenil leída este año.

"Temblor" de Maggie Stiefvater

Tremolor, Maggie Stiefvater, ed. Cruïlla, 2010
Temblor, Maggie Stiefvater, ed. SM, 2010

Vale, seré sincero. Esta novela no tenía prevista leerla. Desde hace meses corría por la librería, pero en ningún momento me había planteado la posibilidad de darle una oportunidad. Se debía a que el resumen de la novela no me decía nada y que en aquellas vigilias de Sant Jordi estaba un poco harto de tanto libro (y recuerdo, además, que la editorial no me sirvió los ejemplares que había pedido y decidí que ni lectura, ni publicidad de puro rebote).

Si ahora he cambiado de opinión es sólo porque resulta que Tremolor es una de las novelas nominadas al premio Protagonista Jove de este año (ver nominado aquí) y por responsabilidad laboral decidí leerla. Y, vale, es lo que me esperaba, pero algo mejor.

Hace años a Grace la atacó una manada de lobos. Uno de ellos, un macho de ojos amarillos, la salvó. Desde ese día, Grace vive fascinada por los lobos y por ese ejemplar de ojos amarillos en concreto. Cada invierno se contemplan en silencio hasta un año en que Grace ve sorprendia como ese lobo se transforma en Sam, un guapo muchacho. A partir de ese momento aprenderán a vivir un amor lleno de dificultades... y más porque el invierno se acerca. Y vale, como resumen ya está bien.

Tremolor es una buena novela. No es la obra perfecta que he leído en algunos blogs, pero se lee con facilidad y gracia. Y tiene algunos aciertos que hacen que se me despierten no pocas simpatías.

El principal es que se trata de una novela que no narra las dificultades de una pareja para estar juntos, sino de las dificultades de esa pareja para permanecer juntos. Me explico. Antes de la página cien Grace y Sam ya se saben enamorados y sabe que quieren estar juntos para siempre jamás. No hay momentos de "quiero-y-no-puedo" ni triangulo por medio (hay uno apuntado, pero muy desaprovechado... me refiero al personaje de Shelby, aunque sea la protagonista de esa fantástica escena en que ella y Grace se enseñan los dientes en la ventana compitiendo por el macho) ni familiares con artochas, etc. Se aman, lo dicen y lo viven. El drama está en que el invierno se acerca y con el frío, a Sam le cuesta más permanecer con la piel humana.

Otro acierto sería que tanto Grace como Sam son buenos personajes. Ni ella es totalmente dependiente ni estupida, ni él es misterioso, callado y peligroso. Son dos adolescentes enamorados con sus cursiladas, sus momentos, sus peleas y sus deseos (es tan agradecido encontrarse una novela donde los personajes muestran sus deseos sexuales y donde se dejan llevar por ellos y hacen el amor y no aparece una voz que los hace sentir culpables y sucios porque no estaban casados). No diré que son el no va más en originalidad, porque sería mentira. Se alimentan de los tópicos de siempre, pero con gracia. Están bien contados. Como siempre, no importa el qué, sino el cómo.

De los secundarios, los personajes lobos son los más interesantes. Tanto Shelby, como Beck, como Lucas (en una escena y con un simple movimiento lo que se puede llegar a contar) No puedo decir lo mismo de los personajes secundarios humanos que no dejan de ser los de siempre: la rubia mala-pero-no, el chico problemático, la amiga con secreto, la amiga que uno no sabe muy bien qué pinta en la novela, los padres ausentes, etc.

Y es que ésta es la característica primordial de la novela, cada acierto tiene su réplica negativa. La historia de amor está bien llevada y bien tratada, con el ritmo que considero adecuado y con las escenas cursis en los momentos apropiados (el poema en la librería, la visita a la tienda de dulces, la importancia de las manos y sus gestos), con sus ambivalencias, su crecimiento y su final triste y emocionante.

En cambio, el marco donde se desenvuelve está historia está lleno de lagunas narrativas, algunas alarmantes (toda la subtrama de la caza de lobos que queda en un nada cuando podía ser un contrapunto emocional muy interesante par la protagonista, el personaje de Rachel, la desaparición de todos los padres para dejar el espacio libre, etc). Y no me trago lo de que son apuntes para la continuación. Estos momentos me resultan de mala construcción dramática. Pero, por suerte, los aciertos pesan más que lo que en mi opinión son sus errores.

Y el final. Emocionante, triste, frío...  perfectamente conclusivo para la historia que explica porque deja las historias cerradas y la imaginación del lector abierta. Por eso cuesta de entender la aparición de una segunda parte de la que el instinto me dice que será el reverso oscuro de Temolor. ¿Tiene sentido continuar esta historia? Sinceramente creo que no y que esto se debe a esa moda de hacer de todo trilogías o sagas. Me da la sensación que Rastro será relleno. Así que prefiero quedarme de momento con los buenos momentos que la lectura de Tremolor me ha dejado y abrigarme para el invierno que se acerca.

"Luz de luna" de Rachel Hawthorne

Luz de luna, Rachel Hawthorne, ed. Trakatrá/La factoria, 2010

Otra novela que sólo me he leído para estar al tanto de las últimas novedades que van llegando a la librería. La verdad es que no esperaba mucho de Luz de luna, pero me ha sorprendido. Mucho. Lo que no significa que haya sido gratamente. Como he dicho antes, no esperaba mucho de esta novela, pero me encontrado con menos. Con mucho menos. Con nada. Con menos que nada. Si tuviera que definir lo que opino sobre la novela de Rachel Hawthorne sería:

Vaya pedazo de M****A.

Vamos al análisis. Y advierto que seguramente llevado de la mano por la bilis, las ganas de parodia y la exageración destriparé sin piedad, sin rubor y sin remordimientos el argumento de la novela. Si alguien quiere cometer la insensatez de perder su vida leyendo esto, que deje esta reseña ahora... Demos un tiempo para que se vayan... ¿Alguien se sabe algún chiste? ¿Habéis visto alguna buena película? ¿Ya está? ¿Se han quedado los que quieren ver la desagradable autopsia en vivo de Luz de luna? Pues me pongo los guantes y empezamos.

¿De qué va esto? Bueno... a ver... supongo que Rachel Hawthorne asistió a algún cursillo del tipo "Como escribir novelas juveniles con todos los tópicos posibles" o "Destruir el género desde dentro en cuatro fáciles lecciones" porque en esta historia nos encontramos con Kayla es la típica heroina romántica que es la representación de lo mejor de su generación. Es guapa, sexi, inteligente, amante de la naturaleza y modesta ya que se considera poca cosa y que sus pecas (¿pero qué pasa con las pecas? ¿por qué esta obsesión de que tengo pecas y, por ende, soy fea y los chicos dirán es mona, si no fuera por esas pecas podría ser algo más que una amiga?) la hacen poco atractiva. Naturalmente, sus padres biológicos murieron en extrañas circunstancias y ella vive así como obsesionada/traumatizada por este hecho ya que no recuerda mucho y cree que si recuerda se le desvelará un gran secreto de su vida. Aunque es modesta, se sabe especial. Pues, bueno, que Kayla se va un verano a un bosque a hacerse unos duros en verano trabajando como guía. El mismo bosque donde mataron a sus padres y al que va porque su psicólogo (o loquero como dice ella) le ha recomendado ir para "enfrentarse a sus miedos". Eso hace y se siente transportada por la belleza del bosque... y por Lucas, el hombre, el animal, el macho alfa, el gran polla jefe.

Lucas merece párrafo a parte (y no he acabado con Kayla, pero iremos cruzando los caminos). A ver, es el típico, manido y sabido hasta la extenuación héroe romántico juvenil. O sea, es un tópico con patas que está rozando la parodia cruel y despiadada. Para empezar, entre los primeros adjetivos que la autora le dedica para caracterizar su compleja pisicología son "peligroso", "serio", "misterioso", "callado" y se comenta que tiene la peculiar afición de apoyarse en los árboles siempre entre penumbras y alejado del grupo contemplando con mirada intensa y perturbadora (que no perturbada, que también) a la protagonista. Ésta, claro, siente la presencia de Lucas como una amenaza a su integridad física y virginal. Es tan guapo, tan fuerte, con tantos músculos por todas partes, es tan dominante, tan paternal, tan fuerte, tan macho entre machos, tanta testosterona suelta y, además, se le ve tan sensible, de esos que miran al cielo de noche y dicen cosas como "jo, qué grande que es y qué pequeño me siento", "los árboles están vivos", "libera tu mente y tu cuerpo te seguirá". Lucas es lo de siempre, presentado igual que siempre, con la evolución de siempre. ¿Por qué está tan callado y es tan borde conmigo y me habla mal y me deja entrever cosas, pero luego no y se muestra hosco y todo eso que me duele y me desconcierta? Porque está enamorado de ti. Oh, qué mono.

Mono no, Kayla. Lobo. Porque si Lucas es tan borde y tan misterioso contigo es porque guarda un secreto enorme y, vamos, super fuerte. ¡Es un hombre-lobo!, aunque él prefiere que le llamen por la fórmula políticamente correcta de cambiaformas o, en su defecto, licántropo.

Eso sí, es la versión contemporánea de depilado por la mañana, peludito por la noche.

Esa revelación es superfuerte, pero claro algo que olía Kayla después de observar cómo Lucas es más silencioso que nadie, va olfateando por ahí, y de vez en cuando se le aparece un lobo con el mismo pelo y los mismos ojos de Lucas. Hay mucha atracción entre ellos y Kayla descubre todo el asunto de la muerte de sus padres y conoce la verdad sobre ella misma, ¡¡¡es una mujer loba!!! y Lucas es el compañero que la ha elegido para pasar toda su vida con él (que para algo es el macho alfa). Ella duda, pero se da cuenta de que sí y decide que vale, que Lucas es el macho que la podrá montar y deciden darse besitos y perder la virginidad juntos y todo eso.

Mujer loba. Eso sí, con pecas.

¿He destripado el argumento, verdad? Pues no. Porque todo esto ya lo explica la autora en la primera página y media de la novela jodiendo y fastidiando cualquier sorpresa que uno se pudiera encontrar después.  En esa primera página y media te explica que Kayla y Lucas están enamorados, que Kayla debe tomar la decisión de tomar a Lucas por compañero, que ella es una loba, que hay unos malos y la decisión final de Kayla. En una página y media la autora boicotea su propia novela dejando el resto de la historia en una repetición extendida de lo anterior. ¿Por qué hace esto? Si fuera cruel diría que Rachel Hawthorne es una inútil para la escritura. Pero como no quiero serlo solo diré que la novela está mal planteada, mal estructurada y mal escrita desde la primera palabra hasta la última (y mal traducida, claro, que estamos hablando de una novela publicada por La factoria donde encontramos los errores tipográficos que se han convertido en la marca de fábrica de esta editorial).

La caracterización de los personajes es tópica y burda (aunque en la pequeña biografía de la autora se haga hincapie en que su condición de psicóloga hace que sus personajes sean complejos y ricos). Solo me he centrado en los protagonistas, pero, claro, hay un tercer personaje en discordia. El chico tranquilo, no tan guapo, pero calmado con el que Kayla coquetea mientras mira lo peligroso que son los músculos en tensión de Lucas, que luego se descubre que es más malo que la tiña. Su configuarción como personaje es pedestre e inútil porque cae en todos esos tópicos del malo que explica todos sus planes, del malo que si se le dice "¡Pero qué listo que eres!" ya confía en ti y lo cuenta todo, del malo que fuerza a la protagonista, dispara al lobo, miente y manipula, pero la chica sigue pensando que a lo mejor no es tan malo. El resto de personajes son meras comparasar que sólo sirven para subrayar lo inútiles, idiotas y mal escritos que están Lucas y Kayla. Quizá destacaría el hermano malo de Lucas por lo burda que es su inclusión en la historia y por esa escena de pelea tan mal explicada y narrada.

En las reseñas publicitarias que he ido leyendo se resalta la originalidad de su relectura del mito del hombre lobo (cambiaformas según la Federación por la Dignidad de los que Siendo Una Cosa se Transforman en Otra). Bueno... son hombres lobo, hay unos cuantos, viven en una comunidad oculta para evitar que científicos locos experimenten con ellos y poco más. ¿A alguien le suena todo eso? Sí, a lo de siempre. Existe un canto a la naturaleza superficial y, otra vez, tópico. Además, nos encontramos con otra novela escrita para celebrar lo chulo y mágico y superguay que es la virginidad y lo malo y perverso que es el sexo fuera del matrimonio o fuera de la pareja que será la única para toda la vida. Entre esto y que la protagonista celebra saber disparar y lo guay que pueden ser las armas y que crear supersoldados mutados para ganar más rápidas la guerra entre en la parte de lo bueno... vamos, que sólo me faltaba estas pinceladas de ideología para que me acabara de convencer.

La novela no me ha gustado, como creo que he dejado claro. Ni siquiera me he reído leyéndola (aunque aparezca la escena de "soy fea" y el díce no, eres hermosa ), sino que me llevaba de un bufido a otro y a otro y a otro. Creo que es tópica, mal escrita, peor explicada, llena de escenas ridículas, con personajes irritantes y escenas de acción mal contadas. Hush, hush ya me pareció mala (ver reseña aquí), pero al menos me reí mucho. Ésta sólo me ha producido aburrimiento, bostezos y ganas de tirar el libro por la ventana (no lo hice porque tenía que devolverlo en buenas condiciones a la librería). Una perdida de tiempo y una perdida de celulosa y papel que podría haberse utilizado para publicar una buena novela.

O el prospecto de una medicina, que es más entretenido, tiene más acción y es más divertido que esta Luz de Luna.