La pálida luz de las tinieblas, Erik L'Homme, Edelvives, 2012
Los oscuros límites de la magia, Pierre Bottero, Edelvives, 2012
Hoy vengo a hablar de dos novelas que deforma inesperada se han ganado un puesto bastante destacado entre lo mejor leído este primer semestre del año; hablo de los dos primeros volúmenes de la serie que La Asociación. Dos novelas de magia, aventuras, monstruos, sociedades secretas, humor y romanc... no, de romance no hay NADA.
La Asociación es una organización secreta que se encarga de velar por la convivencia pacífica entre los humanos y los seres fantásticos, los llamados Anómalos. Para mantener esta paz tiene a varios agentes; jóvenes con habilidades especiales como nuestros protagonistas. En La pálida luz... tenemos a Jasper, agente en prácticas. Quince años, larguirucho, toca en un grupo de rock medieval, juega a rol y tiene un don con la magia. Ah, y le gusta mucho Ombe, la protagonista de Los oscuros límites..., una chica de dieciocho años, independiente, dura, bastante borde, con un don con los idiomas, casi indestructible y sin ganas de encontrar por estos mundos a un príncipe azul teniendo tantos vasallos con los que pasar una buena noche. En la primera historia Jasper se enfrenta a unos vampiros, en la segunda Ombe empieza teniendo que controlar a unos
¿Y por qué destaco la lectura de estas dos novelas? Vamos a ir por puntos y saltando de una a otra.
* Estamos ante dos novelas breves. Y con breves me estoy refiriendo a poco más de 150. En un momento en que parece que cada libro tiene que superar las 400 páginas y nos encontramos con novelas infladas, repeticiones, vacíos argumentales y otros etcéteras que tanto agotan la paciencia lectora, aplaudo la aparición de dos historias cortas y escritas con el ánimo de aprovechar ese corto espacio hasta sus últimas posibilidades. Porque ambas novelas son rápidas, directas, claras, nada precipitadas, bien explicadas y construidas y que van al grano. De estilo claro y enérgico, diáfano y de vocabulario rico. Presentaciones rápidas de los personajes que en cuatro trazos los hace simpáticos, creíbles y cercanos. Un ejercicio de contención que haría mucho bien a la literatura juvenil si cundiera más el ejemplo. Novelas de aventuras donde no sobra nada y donde no falta nada.
* Independientes. Pese a pertenecer al mundo de La Asociación, las novelas son independientes. Empieza la aventura y acaba. Además, cada una está explicada desde el punto de vista de cada personaje, Jasper y la estupenda Ombe, y cada uno tiene sus propios problemas. Pero la gracia estar en los puentes que se tienden entre las dos historias, los guiños que se deslizan de una aventura a otra. A Jasper le gusta Ombe (pero gustar en un sentido de físico y quererse meter en sus pantalones con ella dentro claro). A Ombe, Jasper le parece un niñato algo raro que la mira demasiado. Esta forma de estructurar las novelas hace que por separado cada una funciona, pero al leer las dos las respectivas lecturas se enriquezcan. Eso sí, van dejando diferentes flecos para que la aventura continúe en próximos números donde se empieza a advertir que todo se irá tornando más oscuro.
* El mundo. Rico, variado y con un ojo puesto en la tradición de la literatura fantástica de toda la vida, pero desde el punto de vista de una inteligente actualización. Los tratados se pueden resolver por reuniones políticas, duendes que crecer, vampiros traficantes, extrañas criaturas que viven en un lago, etc. Y todo presentado sin florituras ni páginas de más. Como en el momento de presentar a los personajes, rápido, enérgico y al grano.
* El humor. Porque ambas novelas tienen un refrescante sentido del humor en la forma de encarar el fantástico y los personajes. Dos personajes normales con alguna característica especial y en el que el trabajo les viene grande. No son perfectos (diría incluso que algo egoístas) y, por tanto, provocan situaciones divertidas y desenfadadas.
* El factor urbano. La acción pasa en París y la ciudad se huele, se siente y se vive. Con cuatro detalles, el marco se hace presente y participa en la historia.
¿Y algo en contra de las novelas? Pues no. No voy a decir que son perfectas y unas obras maestras indiscutibles, pero dentro del género al que pertenecen son buenaa novelas y cumple al cien por cien el objetivo con el que fueron escritas: el más puro y sano entretenimiento. Pertenecen a ese maravilloso grupo de novelas de novelas de aventuras que tienen como fin proporcionar un buen rato al lector, hacerle vivir una emocionante lucha contra monstruos y cerrar el libro con una sonrisa y queriendo leer más novelas de estas. Personalmente prefiero Los oscuros límites... a La pálida luz... porque la encuentro más acerada, más rápida y tiene como protagonista a la malhablada, encantadora y borde Ombe.
Resumiendo, gran sorpresa. Dos lecturas con las que he disfrutado y entretenido mucho. Literatura de entretenimiento puro de calidad con buena ediciones y buen precio. Para pasar un rato excelente. Ideal para vacaciones. Ya estoy esperando sus continuaciones.
Y para navidad, en catalán.
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