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"El abanico de seda" de Lisa See

El abanico de seda, Lisa See, Salamandra

El abanico de seda es un ejemplo de perfecto de novela que no leería si no fuera por este tipo de inventos que monto en el blog. Es realista e histórica, dos palabras que cuando encuentro asociadas a una novela suele echarme para atrás.

Soy consciente de lo injusto que es y que este prejuicio hace que me pierda estupendas novelas, pero no puedo evitarlo. Ya he tenido bastantes historias íntimas, históricas, realistas, emocionantes que me han dejado frío o, peor, aburrido. El realismo y lo histórico estamos bastante reñidos... aunque siendo sincero del todo creo que sobre todo estamos enfadados si lo que encuentro son novelas ambientadas en una hipotética edad media o en la posguerra española. Da igual, no es de esto de lo que hemos venido a hablar aquí.

El abanico de seda; la historia de amistad de dos mujeres en la China del siglo XIX. El retrato de una época, de una forma de vivir, de unos valores morales, éticos y culturales. Un momento en el que ser mujer era menos que nada y donde solo había un pequeño refugio en la amistad, la intimidad y un lenguaje escrito que era propio y solo para ellas.

La novela me ha gustado; es una buena novela histórica y articulada como creo que debe ser el género. Explicar una historia desde el punto de vista de las personas del momento con sus condicionamientos culturales, morales y éticos aunque esos puedan chocar con el lector actual.

La autora ha conseguido introducirse en el pensamiento de una mujer el siglo XIX en la China rural sin caer en la trampa de muchos autores de dotar a sus personajes de comportamientos, actitudes o pensamientos contemporáneas que no podrían darse en su época (y sí, pienso mucho en Ken Follet). Por ejemplo, el tema del vendado de pies; una práctica estética que implicaba un dolor insoportable a niñas de seis años. Las protagonistas no se cuestionan que deben hacérselo a sus propias hijas porque es la tradición y lo que tienen que hacer si quieren que estas tengan un buen matrimonio y un futuro. No hubiera sido creíble que la autora compusiera una historia de rebeldía, etcétera.

Un retrato de época, de costumbre y pensamientos bien conseguido donde además la ingente documentación de la autora (costumbres, comida, vestuario, artesanía, etcétera) se haya integrada en la historia sin que en ningún momento la novela pase a parecer la entrada de una enciclopedia. La novela fluye con un lenguaje preciso, hermoso y por momentos poético. Sabiendo la palabra precisa. Con un retrato detallista del universo femenino y dejando fuera el universo de los hombres que solo ser percibe entre líneas y celosías. Y es en el mismo lenguaje donde está la belleza, libertad y castigo de las mujeres que se mueven en la historia. Dos retratos femeninos bien construidos en una historia cotidiana y sencilla. No hace un gran alarde ni de inventiva ni de técnica, pero el resultado es muy correcto.

El abanico de seda es una buena historia que quizá en su parte final tienda en exceso al melodrama y caiga en ser demasiado sentimental alejándose del retrato sencillo, contenido y cotidiano que había caracterizado toda la novela acorde con el espíritu de su narradora. Sea como sea, una buena novela y una buena lectura.

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"Forastera" de Diana Gabaldón

Forastera, Diana Gabaldón
Novela inexplicablemente descatalogada.

Tenía ganas de leer las aventuras de Claire Randall viajando en el tiempo y viviendo muchas vidas a caballo entre la Escocia de 1743 y de 1945. Es una novela que me iban recomendando lectores de diverso pelaje (novela romántica, aficionados a la histórica, de ciencia ficción) y que ahora gracias a la popularidad de la serie y a que saliera elegida entre las sesenta y pico novelas que tengo que leer me ha servido de perfecta excusa.

Así que a la biblioteca a pedirla y a los pocos días la tengo en la edición de bolsillo de Salamandra. Leída con cuidado porque las páginas se despegaban (ninguna sorpresa, creo que este libro junto con la edición de bolsillo de Canciones para Paula son los que más he devuelto en la librería por caída de páginas) y pasándolo muy bien con la historia que me presentaba.

Primero lo primero, el libro es demasiado largo. Con menos, más. Es una de mis máximas. Y en esta caso, se cumple. Con menos páginas, la novela hubiera sido más concentrada y creo que hubiera ganado en profundidad. En este caso, con sus casi setencientas páginas, la novela se dispersa, en ocasiones se encalla en descripciones que no vienen al caso, en repeticiones de disquisiciones de Claire o en alargar alguna trama de forma innecesaria.

Segundo, la trama es un tanto débil. El dilema moral de Claire y muchas aventuras que en ocasiones hace que la narración sea algo episódica. No es que tenga mayor importancia, pero por momentos se añora más consistencia (sobre todo cuando esto coincide con algún momento demasiado extendido).

Por lo demás, estupendo. Un muy buen bestseller. Un libro muy entretenido y un buen pasa páginas. A ver, no es una maravilla, pero resulta honesto, sencillo y realmente adictivo. ¿Por qué? Porque consigue dos protagonistas vivos y con los que al lector no le cuesta empatizar. Claire resulta una heroína completa y compleja con un debate entre épocas bien llevado y resuelto. No es una damisela en apuros ni una dama de hierro. Debilidades y fortalezas. Al igual que carismático resulta el personaje de Jamie; la autora tiene el acierto de no construir unos de esos héroes masculinos que son pura apariencia, físico y testosterona, si no que lo cuida y lo mima haciéndolo creíble y real. Y estos dos personajes están arropados por una buena serie de personajes secundarios que, aunque hay momentos que no se puede evitar la dicomotía entre buenos muy buenos y malos muy malos, se revelan perfectos para la novela y para el mundo que crea la autora.

Lo que más me ha interesado de Forastera es el excelente equilibrio entre novela de aventuras, novela romántica, novela de viajes en el tiempo y novela histórica. Todos los elementos están presentes, pero ninguno machaca a los demás. Bien documentada, pero sin que ello ahogue a los personajes, ni a la trama. El elemento histórico resulta natural y fluye bien. Al igual que las aventuras (Forastera es una de esas novelas donde pasan muchas cosas, como decía mi abuela) o el romance. En este punto agradezco tanto que se evitara el amor a primera vista, los despistes de la protagonista cada vez que ve un músculo, que se tratara el dilema moral entre dos amores (buen triángulo amoroso con siglos de distancia). Resulta realista y como lector lo agradezco. El tema de los viajes en el tiempo, bueno, sí, es superficial, pero resultón. La autora no se complica y juega con la complicidad del lector.

Vamos, que ha sido una lectura provechosa, entretenida y que me ha dejado la mar de contento. Bien escrita, detallista, buenos e interesantes personajes y una trama que, como se dice, engancha. Un buena novela y un buen bestseller.

- ¿Y sobre la serie no dices nada?  Que sabemos que la miras y tiendes a quedarte embobado con Caitriona Balfe y su larguísimo cuello.


Pues sí. Una muy buena serie. Una muy buena adaptación de la novela que dota de mayor profundidad a los personajes (Claire es más dura, Jaime más carismático, Dougal más complejo y el capitán Randall, un villano con miles de matices que resulta fascinante). Buena ambientación, buenos diálogos, gran guión, buenos actores, excelente tratamiento de la personalidad de los secundarios, el cuello de la protagonista, acción bien resuelta y una muy buena utilización de los espacios naturales.

Una excelente sorpresa que espero sirva para que la serie de novelas de Diana Gabaldón dejen de estar descatalogadas. La autora se lo merece y tengo un buen puñado de clientes que estarían muy, pero que muy contentos.


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"La era de Drácula" de Kim Newman

La era de Drácula, Kim Newman, Alamut, 2010

Creo que en algunos países está prohibido pasárselo tan bien con un libro.

1885. Van Helsing y sus compañeros no consiguen derrotar al monstruo conocido como Drácula. Por ese funesto error, su cabeza está en una pica frente al palacio de Buckingham. Drácula se ha convertido en el príncipe consorte, se puede encontrar a sus enemigos empalados por las calles de Londres, la nobleza se vampiriza imitando a la casa real y las clases bajas hacen lo mismo. Poco a poco los llamados "cálidos" lo tienen más difícil para tener una vida algo normal y los vampiros de clase más baja están cada vez más degradados. Pero entonces una serie de horribles crímenes sacude Londres; un asesino que descuartiza a prostitutas vampiras en el barrio de Whitechapel y al que bautizan Cuchillo de plata y amenaza con desestabilizar el nuevo sistema social.

Después de la intensidad emocional y literaria que me supuso la lectura de Ante el espejo de Veniamín Kaverin (novela de la que hablaré en cuanto me haya recuperado) necesitaba puro escapismo, juego y entretenimiento. Y rebuscando en la biblioteca de casa entre los centenares de volúmenes que dormitan en los anaqueles, me encuentro con el libro que A. me compró el pasado Sant Jordi. Drácula, el Destripador y un escritor que con todo lo que he leído de él me lo ha hecho pasar muy bien (una reseña de su obra, aquí). Pues venga. Y en un par de días, leída. Después de la intensidad rusa, la diversión, el escapismo, la sátira de tintes algo gruesos, el pastiche, la referencia y la innegable calidad de la propuesta de Kim Newman era justo lo que necesitaba. Lo dicho, y pese a todos los peros que se le pueden poner a La era de Drácula, qué bien me lo he pasado.

Kin Newman nos presenta una realidad alternativa, una dimensión donde la frontera entre la época victoriana real y la literaria han desaparecido y se han convertido en un todo. Donde Lestrade y Abberline comparten oficina en Scotland Yard, donde encontramos a un vampirizado Oscar Wilde en una fiesta o contamos con la ayuda de los extraños doctores en medicina Jekyll y Moreau para investigar unos crímenes. Y pese a que en algún momento la referencia, el personaje o el juego cae en lo gratuito y no acaba de aportar a la historia, me gustaría destacar de esta propuesta lo natural y "realista" que acaba siendo el resultado. Funciona. Y funciona muy bien. Como lector que me ha resultado ni raro ni forzado, sino que este universo alternativo discurre con una normalidad apabullante. Y esto se consigue gracias a que se percibe

1. El amor que Kim Newman tiene por la novela de terror, la novela decimonónica y toda una época literaria que dio al mundo verdaderas obras de arte de cuya influencia aun estamos empapados (no es solo Drácula, tambien son las obras de Stevenson, de H.G. Wells, de Le Fanu, Wilde, Shaw, Potter, Conan Doyle, etc.). Y por la figura del conde, cuya presencia en la novela se reduce a un solo capítulo, pero cuya sombra domina cada una de las páginas.

2. El profundo conocimiento de la época victoriana en sus niveles políticos y sociales. Y  sus contradicciones, claro. Los movimientos religiosos, reformistas. Los profundos abismos de diferencias de clase, etc.

3. Pese a alguna vacilación, algún diálogo algo forzado, algún vacío narrativo, lo excelente de la prosa de Newman conjugando todos estos factores en un pastiche narrativo que funciona con naturalidad y en la creación de una novela muy divertida y entretenida que funciona a muchos niveles; el homenaje, la parodia, la novela de terror, la sátira social y literaria, etc.

Lo estupendo de esta novela es que no se queda en el mero juego de referencias, sino que construye una historia muy interesante que le sirve para hablar del racismo, la explotación, la ignorancia o la superstición. Una investigación, unos crímenes, una reimaginación histórica y literaria.

Y la siempre fascinante Geneviève Sandrine d'Isle Dieudonné, una prima lejana de aquella otra Geneviève Dieudonné que aparece en las novelas de Warhammer. Una vampira antigua con un cuerpo de dieciséis años proviniente de un linaje vampírico que la aleja de Drácula (interesante la idea de diferentes linajes de vampiros siendo el del conde el más corrupto y degradado). ¿Algo gratuito nombrar a este personaje cuando no menciono a ningún otro? Sí, pero es que tengo debilidad por este carácter en cualquiera de sus encarnaciones.

La era de Drácula es una divertida, entretenida y muy fascinante novela de aventuras que sabre recrear y jugar con una época histórica y literaria. Un puro entretenimiento de género excelentemente construido que me ha proporcionado una excelente horas de diversión. Si no me extiendo más en personajes y trama es por el convencimiento de que quien quiera adentrarse en esta obra tiene que hacerlo sin saber mucho de ella para irse topando con las sorpresas, los giros y con una historia mínima que se mantiene muy bien. Una buena novela vampírica y un excelente entretenimiento de uno de esos autores que me gusta seguir de cerca y que me caen la mar de bien.

Y solo me queda pedir a Alamut que se lance a la reedición de El sangriento barón rojo y la publicación de Judgement of tears para completar esta trilogía sobre Drácula (tranquilos, de lectura independiente), así como las novelas del Club Diogenes o, qué demonios, cualquier cosas de Newman. Con su obra la diversión está asegurada.


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