La sensación que me deja la nueva novela del Nobel Orhan Pamuk es de haberme gustado, haberla disfrutado, pero con algunos peros y un par de reflexiones.
Editada en catalán por MésLlibres con traducción de Anna Turró
y en castellano por Literatura Random House con traducción de Pablo Moreno.
Lo primero que me sorprendió de esta lectura es lo fácil que es como novela. Acostumbrado a la exigencia en lo literario y lo difícil que se lo pone al lector en novelas como Me llamo Rojo, La mujer del pelo rojo es una novela fácil, accesible, lineal y con un estilo claro, diáfano y muy cercano. Una narración en primera persona casi cercana a la fábula donde el narrador cuenta su historia de aprendiz de pocero, su historia de fascinación hacia una mujer pelirroja a la que ve paseando y algo que ocurre con su maestro que convierte su vida en una continua huida hacia delante.
Los temas clásicos de Pamuk aparecen en la novela; la tensión entre Oriente y Occidente ejemplificados en los mitos de Edipo (el hijo que mata al padre sin saberlo) y Rostam (el padre que mata el hijo sin saberlo), la historia de Turquía y sus contradicciones y de Estambul como ciudad viva y ente mítico, la memoria (o la negación de ésta para sobrevivir), la figura paterna, la escritura, pero en mi opinión sin la fuerza y contundencia de otras novelas del autor. La mujer del pelo rojo es demasiado explícita en su temas y en el mensaje; la relación entre padres e hijos como metáfora de la historia política de Turquía. Una "novela de ideas" que me recuerda en mucho a aquellas "novelas de tesis" que Galdós escribió en el siglo XIX y cuyo mejor ejemplo es Doña Perfecta; novelas donde lo que importa es el mensaje y que éste llegue al lector sin ambigüedades.
Para mí como lector es frustrante. Y no cuestiono la calidad literaria de la novela; tras su aparente sencillez narrativa existe una gran complejidad de estructura y creación y encierra múltiples capas de lectura e interpretación, la calidad de las descripciones (sientes el calor de ese verano cavando pozos, el olor de la calles y el esplendor de ese pelo rojo), la viveza de los diálogos, pero esta falta de ambigüedad y cierta querencia a recursos melodramáticos, sentimentales y algo folletinescos (las casualidades como recurso literario es un arma que carga que diablo) hacen que mis sentimientos hacia la novela resulten ambivalentes.
Me ha gustado, pero me deja algo hambriento. Y no hay nada que ejemplifique mejor esto que la tercera parte de la novela, treinta páginas que en mi opinión hacen un flaco favor a la novela despojándola todavía más de ambigüedad y fuerza explicitando lo misterioso y haciendo una pirueta metanarrativa que, aunque entiendo su sentido, resulta fallida (amén de ser unas páginas terriblemente aburridas).
Para mí La mujer del pelo rojo es una novela interesante, agradable de leer y de reflexionar, pero menor dentro del corpus de Pamuk. Una obra que pierde su fuerza en querer explicitar demasiado su mensaje y de qué va. Prefiero con mucho la aspereza literaria, la exigencia lectora y la complejidad formal y referencial de un Me llamo Rojo o El libro negro.
Otras opiniones
Llegir en cas d'incendi
El cultural
(¿Me ha quedado muy seria la reseña, no?)
Los temas clásicos de Pamuk aparecen en la novela; la tensión entre Oriente y Occidente ejemplificados en los mitos de Edipo (el hijo que mata al padre sin saberlo) y Rostam (el padre que mata el hijo sin saberlo), la historia de Turquía y sus contradicciones y de Estambul como ciudad viva y ente mítico, la memoria (o la negación de ésta para sobrevivir), la figura paterna, la escritura, pero en mi opinión sin la fuerza y contundencia de otras novelas del autor. La mujer del pelo rojo es demasiado explícita en su temas y en el mensaje; la relación entre padres e hijos como metáfora de la historia política de Turquía. Una "novela de ideas" que me recuerda en mucho a aquellas "novelas de tesis" que Galdós escribió en el siglo XIX y cuyo mejor ejemplo es Doña Perfecta; novelas donde lo que importa es el mensaje y que éste llegue al lector sin ambigüedades.
Para mí como lector es frustrante. Y no cuestiono la calidad literaria de la novela; tras su aparente sencillez narrativa existe una gran complejidad de estructura y creación y encierra múltiples capas de lectura e interpretación, la calidad de las descripciones (sientes el calor de ese verano cavando pozos, el olor de la calles y el esplendor de ese pelo rojo), la viveza de los diálogos, pero esta falta de ambigüedad y cierta querencia a recursos melodramáticos, sentimentales y algo folletinescos (las casualidades como recurso literario es un arma que carga que diablo) hacen que mis sentimientos hacia la novela resulten ambivalentes.
Me ha gustado, pero me deja algo hambriento. Y no hay nada que ejemplifique mejor esto que la tercera parte de la novela, treinta páginas que en mi opinión hacen un flaco favor a la novela despojándola todavía más de ambigüedad y fuerza explicitando lo misterioso y haciendo una pirueta metanarrativa que, aunque entiendo su sentido, resulta fallida (amén de ser unas páginas terriblemente aburridas).
Para mí La mujer del pelo rojo es una novela interesante, agradable de leer y de reflexionar, pero menor dentro del corpus de Pamuk. Una obra que pierde su fuerza en querer explicitar demasiado su mensaje y de qué va. Prefiero con mucho la aspereza literaria, la exigencia lectora y la complejidad formal y referencial de un Me llamo Rojo o El libro negro.
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(¿Me ha quedado muy seria la reseña, no?)