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"La espada de fuego" de Javier Negrete

La espada de fuego. Saga de Tramórea I. Javier Negrete, ed. Minotauro, 2003

Siguiendo los sabios consejos del amigo Txema gravitando siempre en su Sobrasada Cósmica, estos días de vacaciones me he lanzado y por fin he leído el primer volúmen de la saga de Tramórea de Javier Negrete, La espada de fuego. Casi 460 en apenas dos días. Así que ya podéis imaginar que la novela me ha gustado. Y mucho.

Zemal, la Espada de Fuego, es el máximo símbolo de poder y la mayor aspiración de todo guerrero. Sólo los Tahedoranes, los grandes maestros de la espada, pueden competir por ella. Tras la muerte de Hairón, el último Zemalnit, siete aspirantes se disputan la espada; pero hay en juego algo más que la ambición de poder, pues extrañas fuerzas están  dispuestas a romper la concordia entre los hombres y los dioses y se han unido para despertar a Tubilok, el dios rebelde que duerme fundido en una roca en los abismos del Prates y cuyos sueños se convierten en las pesadillas de los hombres.


Derguín y Kratos May, los guererros, y Linar y Mikhon Tiq, los magos, deben enfrentarse al caos y la destrucción a fin de superar las múltiples traiciones y trampas de Togul Barok, príncipe de Áinar, así como para ganar la Espada de Fuego y salvaguardar el frágil equilibrio de Tramórea.

Una buena novela. Ni más ni menos.Una novela entretenida y adictiva con la que pasar unas tardes en gran compañía. Personajes típicos, pero carismáticos. Acción. Peleas. Magia. Traiciones. Amigos. Amores (menos). Dioses. Profecías. Etc. Los elementos característicos de una novela de fantasía épica y que como lector se conocen, se aprecian y, en ocasiones, irritan (no me gustan las profecías...). De raíz clásica me recuerda inevitablente a Tolkien, pero más a Poul Anderson y La espada rota (sobre todo por la idea del doble) y al universo de Robert E. Howard (rescatando a doncella de las garras de secta, jo, maravilloso), sin olvidar los apuntes a las diferentes mitologías y al universo lovecraftiano. El héroe, el maestro, el mago, la compañía, el reflejo oscuro y el objeto mágico. Pienso en las partidas de rol que hago los lunes y en las peleas de pequeño contra enemigos imaginarios y dotados de grandes poderes (entre los que destacaba una velocidad infinita).

Y aquí se quedaría todo si no fuera por algunas cosas más:

- Un mundo. Tramórea. Vivo. Real. Javier Negrete consigue eso tan difícil de presentar un mundo nuevo (pero no desconocido para el lector atento a las pistas) sin atosigar. Nombres, leyendas, historia, tradiciones, pueblos, lenguas... Todo presentado sin prisa y a galope con la historia. Sin solapar, sin cansar y sin aburrir.

- Un estilo. Lo mejor de esta novela es el cómo está escrita. Javier Negrete es escritor versado. Un estilo rico y elaborado, cuidado, casi cincelando la frase. Descriptivo sin excesos, de lenguaje vivo y variado. Conjuga diferentes influencias (literarias, filosóficas, históricas, etc.) para crear un mundo trabado y sin fisuras donde la magia, los combates y las criaturas (benditos monstruos) se perciben como reales y creíbles.

- Una intuición de que hay algo más. Intentaré explicarme. Creo que Javier Negrete como todo buen escritor está jugando con el lector. Tanto tópico de la fantasía, estructura tan clásica, personajes tan reconocibles que casi se huele el estereotipo no puede ser casualidad ni pereza. Hay algo más. Mi intuición es que en los próximos volúmenes nos vamos a ir desviando del camino que la fantasía clásica nos marca hacia otros terrenos. ¿Ciencia ficción? ¿Universos paralelos? Son pequeños destellos en el camino de lectura que despiertan mi imaginación y mis ganas de más.

Y un par de cosas que no me han convencido, uno es un final algo apresurado. Lo otro ciertos deux-ex-machina que aparecen en algunas páginas y que como recurso narrativo me cuestan aceptar de buenas a primeras aunque entienda el motivo narrativo.

La espada de fuego ha sido una novela que me ha dado una lectura entretenida, divertida, rápida, adictiva y estimulante. Dos días con buenos personajes, buenas escenas de acción, descripciones evocadoras, grandes momentos e ideas muy interesantes para futuras partidas de rol. En poco tiempo espero ventilarme la continuación, El espíritu del mago.

Javier Negrete me ha dejado con hambre de Tramórea.

Tramórea
Me encantan los mapas de tierras de fantasía

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