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"El Talent" de Gerard Guix

El Talent, Gerard Guix, Estrella Polar, 2012

¡Por fin llegó a mis manos la conclusión de la muy apasionante trilogía fantástica de Gerard Guix! Después de meses esperando la conclusión de las hostias que se prometían hombres lobo y zombis, del enfrentamiento entre Axel y Odin en el marco de una Barcelona apocalíptica, de un retraso de casi dos semanas en su publicación, abro un paquete en la librería y allí está esa portada roja con una Sagrada Familia destruida. Y zas, en dos días leída con ganas y expectativas altas. Y no me ha defraudado nada. Lo que quería lo he encontrado, la resolución de los conflictos, todos los flecos atados, batallas, muertes, destrucción, apocalipsis y un final triste, oscuro y deprimente que no es muy habitual encontrar en el género juvenil.

¿De qué va? Conclusión del enfrentamiento entre Odín y Axel. Más información en la reseña de la primera parte y de la segunda.

Digamos de entrada y para dejar las cosas claras que Gerard Guix ha escrito una de las mejores trilogías fantásticas en lengua catalana (la mejor juvenil, sin duda) y viene a dar aire fresco a una literatura en ocasiones demasiado encallada en la aventura benevolente y en la tradición del relato realista de toda la vida. Sin prejuicios, con espíritu lúdico y una mirada irónica y algo paródica del género, Gerard Guix se lanza a la aventura de una trilogía fantástica total. No se conforma con una simple batalla, sino que se lanza al premio máximo: nos jugamos el final del mundo.

Y lo hace en un espacio reconocible: Barcelona. Sí que Axel y Odin parece que sean los protagonistas, pero en realidad la protagonista de la trilogía es la ciudad. Un enorme homenaje apocalíptico. Barcelona aparece, se palpa, se vive y se reconoce. Los espacios más emblemáticos de la ciudad como escenario y motor de la historia. Pocas veces he visto un espacio urbano tan bien utilizado y exprimido en virtud de la historia y los personajes.

Aunque el factor que más me ha interesado de esta novela y de la trilogía en general es como engarza cada uno de los elementos que han ido apareciendo para que los tres libros se conviertan en uno solo. A diferencia de otras trilogías donde el argumento es acumulativo (van pasando cosas una detrás de otra y el argumento es de avance), la trilogía de El prodigi es circular y actos, frases o detalles que aparecen en el tercer libro redefinen, amplían o maticen cosas del primer volumen. Los hechos y las acciones de los personajes no solo afectan a lo que están viviendo en ese momento, sino que amplían las repercusiones de lo que ha pasado. Ante esto solo puedo quitarme el sombrero y confesar que algunos de lo que en mi primera reseña encontraba pequeñas máculas en la novela (rapidez en la aceptación de lo paranormal, la falsa naturalidad de algunos personajes en declararse cazavampiros, etc.) no eran eso, sino fruto de una conciencia de obra total y de una mala lectura por mi parte. Gerard Guix es astuto, listo y como buen escritor, un gran prestidigitador.

Este afán de historia total se ve en la misma estructura de esta novela: saltos temporales que no son gratuitos sino que buscan ese afán totalizador de toda la historia, explicar los orígenes y el por qué de todo dejándolo todo bien atado. Esto, claro, obliga al lector a hacer ejercicios de memoria para situar cada personaje que en apariencia era secundario y luego se descubre como principal e importante, una frase dicha o una mirada que pasa desapercibida y luego deviene fundamental. Un esfuerzo que como lector agradezco mucho porque noto el respeto que Gerard Guix siente por mí y que no me lo dará masticado o fácil.

Y ese final... apocalíptico, oscuro, deprimente, cruel. E irónico y paródico. La trilogía El prodigi como reformulación y parodia de un género muy querido donde los buenos y malos se difuminan y todos acaban en... malos.

Así pues, sí, estoy contento y entusiasmado con esta novela y esta trilogía. Una gran lectura y, repito, quizá la mejor trilogía fantástica escrita en catalán. Ahora invitar a descubrirla y que las editoriales se lancen a su caza y traducción para llevarla lo más lejos posible.

"L'enginy" de Gerard Guix

L'enginy, Gerard Guix, Estrella Polar, 2011

Continuación de aquel Prodigi que tanto me entretuvo, pero que a tan poco me supo. Pillada en la librería con ganas de saber por qué caminos se adentraría Gerard Guix después de dejar a dos bandos a punto de darse hostias. Por un lado, Axel con sus muertos. Por el otro, Odín y sus hombre lobo. En medio, una Barcelona sitiada y destruida y un grupo de pringados..., perdón, supervivientes que sólo quieren salir de la ciudad... pero no pueden.

Gerard Guix sube la apuesta y sale airoso. Siguiendo la norma no escrita de que las segundas partes deben ser más fuertes, más largas y más oscuras, L'Enginy se rebela como una novela superior a su primera parte. Es más fuerte, más dura, más sangrienta y mucho más oscura. Todo aquel hálito de literatura juvenil o cierta inocencia en el planteamiento de la historia se deja a un lado para construir una historia terrible (en el buen sentido de la palabra, se entiende).

Con L'enginy nos acercamos más a la novela de terror pura que a la novela juvenil de aventuras que insinuaba la primera parte. Gerard Guix ha escrito una historia de miedo. Me recuerda mucho al Stephen King de Cell o a algunas historias del mejor Clive Barker. Un novela cruda y fuerte con sus buenos y agradecidos momentos gores. Ejemplo sabroso, una comida en un restaurante.

Y es que la apuesta que hace la novela por meterse casi de forma directa en el género de terror es de aplauso. En mi opinión, era el camino lógico para limar las aristas que tenía la primera parte. Y en un gran acierto por parte de Guix, elimina de un plumazo la dicotomia de buenos y malos para crear un enfrentamiento entre malo y malo con unos pobres desgraciados por medio. Alex deja de ser ese niño algo quejica de la primera parte para irse convirtiendo en un monstruo. Odin deja de ser el monstruo de la primera parte para irse dotando de algo de humanidad. Esto no quiere decir que se haga bueno o majo o humanitario. No. Se enfrentan dos egos, dos monstruos y poca cosa buena puede salir de este enfrentamiento. Poca cosa buena para los personajes, porque el lector se lo pasa estupendamente con una novela repleta de tensión, estilo conciso y cuidado. Ambiental y descriptivo. Barcelona en su esplendor apocalíptico.

La novela profundiza más en el personaje de Odín relatando su pasado y su origen. Abre el abanico de personajes y los que en la primera parte eran sombras o coro, se individualizan y empiezan a moverse (algunos convertidos en agradables sorpresas). Las alianzas, las intrigas y las pequeñas escaramuzas. Los momentos de batalla son crueles y sanguinarios. Los momentos de desesperación de los personajes son crudos (estupendo el momento de los supervivientes humanos en el apartamento y las latas de judías...). El panorama que presenta Gerard Guix en esta historia es pesimista y desesperanzado.

Y como se agradece esto en la literatura juvenil; algo diferente que refresca la estantería de las librerías.

Quizá se le puede achacar a L'enginy es el de muchas segundas partes. Son un puente... un territorio de nadie que ni presenta ni concluya. El prodigi anuncia una impresionante batalla que en esta novela no se produce. Las fichas se mueven, los jugadores distribuyen ejércitos, intrigas y traiciones, los líderes comprueban sus puntos débiles y fuertes, los pringados corren de un lado a otro llevando con ellos una serpiente... y todo se queda preparado para la tan anunciada batalla... Como lector me sentí un poco frustrado... las expectativas por la guerra eran altas y en cierto sentido al concluir la segunda parte me quedé en el mismo punto que al acabar la primera. Que ya sé que no es así... la historia ha ganado en madurez y profundidad y psicología, pero... ains... no puedo quitarme ese puntito. Y alguna página de más que daba a la novela algún punto muerto (sobre todo en Collserola).

Sea como sea a la espera quedamos de la tercera y definitiva parte de una saga que ha crecido en estilo, gracia e interés y acabo convirtiéndose en una de las series que más me entretuvo el año pasado. Esperemos que no se demore mucho y pronto podamos asistir al advenimiento de Ragnarök, la batalla final, el destino de los pocos humanos que corretean por Barcelona, el amorío de Axel y, posiblemente, el fin de los tiempos.

Tengo muchas ganas.

Otras opiniones del mismo libro
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"El prodigi" de Gerard Guix

El prodigi, Gerard Guix, ed. Estrella Polar, 2011

Una de las grandes apuestas de la editorial Estrella Polar para este Sant Jordi. Una historia de intriga, terror, acción, aventura, romance y hombres lobos. Escrita con ganas, con nervio, con oficio, pero a la que le faltan páginas de forma alarmante. Y es que pese a que Gerard Guix escribe con gusto, no consigue hacerme creíble la historia.

Àxel se acaba de mudar a Barcelona. Sus padres están recién divorciados, no tiene amigos, sufre cierto acoso en el instituto y su cuerpo está cambiando. Demasiado pelo, colmillo demasiado grandes y una afición cada vez mayor por la carne cruda. Una conocida insinúa que se está convirtiendo en un hombre lobo. Su misterioso tio Odin parece tener respuestas. Se empiezan a suceder macabros asesinatos por las calles de Barcelona. Y en el ambiente se respiran aires de guerra. Àxel tendrá que decidir.

Lo dicho. Para mí a esta novela le faltan tranquilamente cien páginas. Es raro decir esto, lo sé. Habitualmente siempre pido menos. Odio la paja en una novela y siempre busco que el escritor haya ajustado el texto a lo que le pide la historia, no a lo que le piden elementos externos. Pero en este caso me faltan cosas. Y esta ausencia provoca que a la novela le ocurra algo que es lo peor que le puede pasar a una historia de corte fantástico: no me resulta creíble.

Àxel acepta demasiado pronto el elemento fantástico. El protagonista es un chaval de catorce años al que de repente le empiezan a suceder una serie de cambios físicos demasiado importantes como para tomárselos con la entereza presentada en la novela. Hay poca duda, poco miedo. De repente es normal que los colmillos crezcan, comer carne cruda, que aparezca una gótica y suelte que caza vampiros o encontrarse cara a cara con un hombre lobo. Me falta un punto de realismo y desarrollo psicológico de los personajes. Sobre todo de Àxel que no me cuadra... demasiado infantil en un principio y de repente es otra persona. Es lo contrario que lo que pasaba en la estupenda Invocación, que la aparición del fantástico en la vida de la protagonista está narrado de forma realista y con las reacciones que un adolescente normal tendría. Creo que es demasiado apresurado. Y lo mismo me ocurre con el resto del elenco (quizá con la excepción de Nadia). Son figuras más o menos reconocibles, pero que les falta peso. Sí, la palabra es apresurado. Como si hubieran demasiadas ganas de entrar en materia, en las peleas y la acción y se hubiera dejado de lado un cuidado a los personajes. Es novela fantástica y juvenil, sí, pero si algo nos ha enseñado Suzanne Collins es que la complejidad moral y psicológica de los personajes se puede y se debe exigir. Y este pequeño descuido en la configuración de los personajes me extraña en alguien tan conocedor del oficio como Guix... ¿por qué pienso más en presión editorial (acción, acción, acción) que en otra cosa?

Salvando este escollo nos encontramos con una muy entretenida novela de acción, terror y misterio. Gerard Guix demuestra un gusto y un oficio estupendo para la creación del ambiente de terror que la novela exige. El descenso al metro es un buen ejemplo de ello. Sabe contar y jugar con la oscuridad y crear un buen ambiente de suspense. Las escenas de acción son rápidas, agiles y están bien explicadas. Y no ahorra detalles escabrosos si la novela lo exige. Porque estamos ante una historia violenta, dura, sucia y llena de sangre. Uno de los mejores momentos de la novela es un ejemplo de todo esto; una escena en un restaurante chino que es un pequeño recorrido por los diferentes planos del terror, tanto físico como psicológico.

Juega bien con la ciudad como personaje (aunque hecho de menos más calles, más nombres de estaciones, más localización concreta) y convierte los túneles del metro en otro personaje (junto con otras localizaciones que me callo). Y agradezco muchísimo a Gerard Guix que no haya caído en la trampa tan habitual de mostrar una ciudad de postal. Consigue que la Barcelona literaria sea real. Con su belleza y su fealdad. Con la vida de Gracia, pero el olor a orines de otras calles.

Y confirma que los ositos de pelucha dan muy mal rollo.


El prodigi presenta un mundo interesante y prometedor, un final poderoso y una ambientación y atmosfera muy conseguidas. Lástima que a los personajes les falte un punto de cocción que espero ver en su continuación. Solo espero que Gerard Guix se tome el tiempo necesario y mime a sus criaturas. La historia se lo merece.

Y, por cierto, ya tengo elegido el bando. Las vistas desde Montjuich son preciosas.