¡Por fin llegó a mis manos la conclusión de la muy apasionante trilogía fantástica de Gerard Guix! Después de meses esperando la conclusión de las hostias que se prometían hombres lobo y zombis, del enfrentamiento entre Axel y Odin en el marco de una Barcelona apocalíptica, de un retraso de casi dos semanas en su publicación, abro un paquete en la librería y allí está esa portada roja con una Sagrada Familia destruida. Y zas, en dos días leída con ganas y expectativas altas. Y no me ha defraudado nada. Lo que quería lo he encontrado, la resolución de los conflictos, todos los flecos atados, batallas, muertes, destrucción, apocalipsis y un final triste, oscuro y deprimente que no es muy habitual encontrar en el género juvenil.
¿De qué va? Conclusión del enfrentamiento entre Odín y Axel. Más información en la reseña de la primera parte y de la segunda.
Digamos de entrada y para dejar las cosas claras que Gerard Guix ha escrito una de las mejores trilogías fantásticas en lengua catalana (la mejor juvenil, sin duda) y viene a dar aire fresco a una literatura en ocasiones demasiado encallada en la aventura benevolente y en la tradición del relato realista de toda la vida. Sin prejuicios, con espíritu lúdico y una mirada irónica y algo paródica del género, Gerard Guix se lanza a la aventura de una trilogía fantástica total. No se conforma con una simple batalla, sino que se lanza al premio máximo: nos jugamos el final del mundo.
Y lo hace en un espacio reconocible: Barcelona. Sí que Axel y Odin parece que sean los protagonistas, pero en realidad la protagonista de la trilogía es la ciudad. Un enorme homenaje apocalíptico. Barcelona aparece, se palpa, se vive y se reconoce. Los espacios más emblemáticos de la ciudad como escenario y motor de la historia. Pocas veces he visto un espacio urbano tan bien utilizado y exprimido en virtud de la historia y los personajes.
Aunque el factor que más me ha interesado de esta novela y de la trilogía en general es como engarza cada uno de los elementos que han ido apareciendo para que los tres libros se conviertan en uno solo. A diferencia de otras trilogías donde el argumento es acumulativo (van pasando cosas una detrás de otra y el argumento es de avance), la trilogía de El prodigi es circular y actos, frases o detalles que aparecen en el tercer libro redefinen, amplían o maticen cosas del primer volumen. Los hechos y las acciones de los personajes no solo afectan a lo que están viviendo en ese momento, sino que amplían las repercusiones de lo que ha pasado. Ante esto solo puedo quitarme el sombrero y confesar que algunos de lo que en mi primera reseña encontraba pequeñas máculas en la novela (rapidez en la aceptación de lo paranormal, la falsa naturalidad de algunos personajes en declararse cazavampiros, etc.) no eran eso, sino fruto de una conciencia de obra total y de una mala lectura por mi parte. Gerard Guix es astuto, listo y como buen escritor, un gran prestidigitador.
Este afán de historia total se ve en la misma estructura de esta novela: saltos temporales que no son gratuitos sino que buscan ese afán totalizador de toda la historia, explicar los orígenes y el por qué de todo dejándolo todo bien atado. Esto, claro, obliga al lector a hacer ejercicios de memoria para situar cada personaje que en apariencia era secundario y luego se descubre como principal e importante, una frase dicha o una mirada que pasa desapercibida y luego deviene fundamental. Un esfuerzo que como lector agradezco mucho porque noto el respeto que Gerard Guix siente por mí y que no me lo dará masticado o fácil.
Y ese final... apocalíptico, oscuro, deprimente, cruel. E irónico y paródico. La trilogía El prodigi como reformulación y parodia de un género muy querido donde los buenos y malos se difuminan y todos acaban en... malos.
Así pues, sí, estoy contento y entusiasmado con esta novela y esta trilogía. Una gran lectura y, repito, quizá la mejor trilogía fantástica escrita en catalán. Ahora invitar a descubrirla y que las editoriales se lancen a su caza y traducción para llevarla lo más lejos posible.