Copiando sin pudor y con alevosía una sección del blog de la buena amiga Sasy, me he decidido a recomendar una serie de libros de misterio y terror que os pondrán los pelos como escarpias, os obligarán a cambiaros la ropa interior mínimo dos veces, con los que no podréis dormir en semanas y os provocaran espasmos y las más horribles pesadillas que vuestra mente puede crear.
O no.
Bloguea IMM Blog con V y muere, Robert Fynchon, ed. Roca, 2013
La comunidad bloguera está en tensión. Una serie de misteriosas muertes está acabando con alguno de los blogueros más populares de la red. Los encuentran en sus habitaciones con las cabezas incrustadas en la pantalla. La policía está desconcertada ya que una vez descartado que se trataran de suicidios por finales de saga decepcionantes o elección de actores que no pegan nada con el personaje, no tiene ninguna pista más allá de que hay alguien que está matando a jóvenes cuyo único punto en común era tener blogs de literatura juvenil.
Andy Pérez es un policía novato que acaba de salir de la academia, pero que descubre una pauta en los que ahora se consideran asesinatos: todos los blogueros muertos hacía unos curradísimos IMM Blog con V. Después de este descubrimiento, se decide que Andy haga un trabajo de incógnito: abrir un blog de literatura juvenil, conseguir popularidad, visitas y seguidores a toda costa y hacer IMM Blogs con V con muy buenas ediciones. De esta forma el inocente Andy verá cómo su tranquila vida cambia de forma radical al entrar en contacto con el sórdido mundo de los blogs literarios: seguidores, concursos, retos imposibles, envíos editoriales, comentarios enojosos y publicitarios, competitividad, reseñas a última hora, novedades... Y vídeos donde enseña libros y que alguien, en un oscuro rincón de la ciudad, ha dado un paso definitivo hacia la locura y la maldad. Alguien obsesionado con los IMM Blog con V y con quien aparece en esos vídeos enseñando los libros que han llegado a sus manos ese mes. Alguien solitario cuyo único contacto con la realidad son esos vídeos de aficionados a los que baja la voz y gusta imaginar que dicen su nombre entre palabras de amor y alguna cochinada.
Robert Fynchon ha escrito uno de los mejores thrillers de la temporada que va más allá de la típica caza del asesino, sino que acaba juguetando con la novela de terror, la tradición inglesa del satanismo y la crítica literaria.
- No se trata de suicidios - dijo Andy fingiendo una calma que no sentía.
- ¡Qué! - exclamó el jefe Harley -. Todos nuestros expertos psicólogos coinciden que se trata de suicidios colectivos provocados por la elección de ese tal Garred Bingley para interpretar a... - echó un vistazo a sus notas -. Gail Underwood, rey de los unicornios en la película Amor cornudo.
- Pensábamos que había quedado claro - apostilló Jude.
- No, pero no era eso. He estado en contacto con blogueros por medio de los blogs y en todas las redes sociales que conocemos. Por mucho que les disgustara la elección de Garred Bingley, nunca se suicidarían por ese motivo.
- ¿Por qué? - el jefe Harley parecía que empezaba a interesarse.
- Les gusta demasiado quejarse. Y hay otra cosa. ¿Podemos ver el IMM Blog con V 63 del blog "Libros, letras y margaritas"?
- Ya lo hemos visto no sé cuántas veces.
- Por favor.
- Adelante Jude, póngalo - dije el jefe Harley -. Espero por su bien que tenga un buen motivo para hacernos ver de nuevo eso.
- Lo tengo, jefe.
Jude puso el vídeo y de nuevo pudimos ver el último IMM Blog con V que había grabado Cabecita. Se la veía en su habitación. Sonrió a cámara, agitó su mano y volvieron a escuchar sus últimas palabras.
- Hola chicos. Bienvenidos a una nueva entrega de un IMM Blog con V. Es ya el... ummm... 63 si no recuerdo mal. Hoy no me entretengo y empiezo con los libros porque hay un montón entre compras, envíos, novedades, visitas a la bibliotecas y robados a los niños en el parque. Empiezo con este, Cómo conquistar a un caníbal de la maravillosa Claudia del Moral. Cómo podéis ver es un libro con páginas que van una detrás de otra. Tapa dura y va de una chica que conoce a un chico que es caníbal y tiene muy buena pinta porque a mí me gusta todo lo que escribe Claudia es tan... no sé... intensa y...
- Fíjense ahora - dijo Andy.
Cabecita seguía hablando sin darse cuenta de que detrás suyo había aparecido una sombra que se acercaba a ella. La sombra rondaba a la chica. No podía distinguirse ningún rasgo, pero resultaba inquietante y repulsiva. Abrió la boca y emergió una larga lengua bífida que acarició las mejillas de la bloguera mientras esta cantaba las excelencias de unos dibujitos que había en el margen de la página. Y sin previo aviso, agarró con fuerza por el pelo y con un rápido movimiento le incrustó la cabeza en la pantalla para acto seguido coger un volumen de los cuentos completos de Periquín de la Calabaza y emprenderla a golpes con ella hasta convertir su cabeza en un amasijo de sangre, cerebro y teclas.
- ¡Santo Díos! - exclamó el jefe Harley -. ¡Cómo se nos pudo pasar por alto!
- Es sutil, jefe - dijo Andy.
- Siga investigando, Andy. Creo que va por buen camino.
También disponible en e-book.
Escrito en la tierra, fangirleando en el infierno, Hazumi Menta, Fanctasy, 2013
El mundo de la literatura fantástica está de luto. Magnus HH Morson, el más conocido y admirado escritor de fantasía ha aparecido muerto en su casa. Todo apunta a que la muerte se debe a una ingesta masiva de hamburguesas poco hechas, cerveza fría, música fuerte y veintiañeras disfrazadas de personajes de El zorrón de las tetillas. A los llantos por la muerte del más importante autor de fantasía de la historia, se añaden los gritos de consternación de miles de lectores cuando salta la noticia de que los herederos de Magnus HH Morson, siguiendo sus instrucciones, han quemado el manuscrito del último volumen de su famosa saga Castillos de cartón y hierro, quedando ésta inconclusa. Los aficionados nunca conocerán el destino de Hans el Expósito Tuerto, de la reina Pirra, el simpático Cuellilargo o si la magia volverá a las Fuentes de los Dioses Girados. Consternación, indignación, lloros, pero al final los lectores se resignan y se conforman con volver a disfrutar de la magia de los once volúmenes publicados.
¿Todos los lectores? No, porque en la prisión federal para psicópatas con muy mala hostia de Amberlay, viven dos lectoras que no se conforman con no conocer el final de su saga favorita.
Nina y Karou se conocieron y se hicieron amigas en la institución. Ambas están encerradas a perpetuidad por crímenes horrendos, conductas psicopáticas y canibalismo ocasional. Dos peligrosas asesinas en serie postadolescentes adictas a la lectura de novelas de fantasía que harán todo lo posible para conocer el final de la historia de su adorado personaje Pepín el Tripode Dorado. Tras protagonizar una espectacular y sangrienta fuga donde asesinan y se alimentan de más víctimas de las estrictamente necesarias, Nina y Karou llegan a un centro de ayuda vudú para la tercera edad y convencen a Mamá Tasanta para que haga un peligroso rito para abrir un portal dimensional que les permita hablar con el espíritu de Magnus HH Morson y les diga cómo acaba su saga. Pero la impaciencia de Nina, un mordisco inoportuno de Karou y la tartamudez de Mamá Tasanta provocan que todo salga mal, se liberen fuerzas diabólicas del más allá que convertirán el más aquí en una interminable orgía de sangre, horror y tonos pastel. Y solo quien ha abierto el portal, podrá cerrarlo. Pero Mamá Tasanta ha muerto devorada por un demonio canario y Nina y Karou han caído en una pesadilla pandimensional que las hace creer que son ardillas tejedoras. ¿Está el mundo condenado o todavía queda una esperanza?
Tenemos que agradecer mucho a Fanctasy que se haya atrevido a publicar por primera vez en España la obra de Hazumi Menta, una escritora japonesa de novelas de terror metaliterarias obsesionada por las faldas cortas, las protagonistas femeninas inestables y el sonido que hace una persona masticando carne cruda. Novelas muy exigentes por la cantidad de referencias e intertextualidad posmoderna que presenta y desagradable por un alto grado de violencia y descripción gráfica de vísceras.
Karou dio una patada a una cabeza y sonrió cuando se golpeó contra la pared y estalló como una fruta madura.
- ¡Quince puntos! - exclamó dando un pequeño salto.
- ¿Quiéres hacer el favor de ayudarme? - dijo cansada Nina -. Este tipo no desaparecerá solo.
- Voy. A veces eres muy seria Ninininina.
Nina dejó caer el cadáver en un charco. Sus visceras se escurrieron del bajo vientre como serpientes.
- ¿Por qué lo dices? No soy seria.
- Un poco sí.
- ¿Por qué?
- Porque estás, trabajo, trabajo, y no te lo pasas bien.
- Pero es que quiero que salgan bien las cosas. No quiero que nos pillen antes de ir a casa de Mamá Tasanta y hablar con Morson y que nos diga que ha pasado con...
- ¡¡¡¡¡Pepín El Trípode Dorado!!!!! - exclamaron al unísono.
- Es que fangirleo mucho con Pepín - dijo Nina sentándose en el suelo y abrazándose al torso desmembrado de Serguei, uno de los celadores.
- Es el mejor - confirmó Karou mientras mordisqueaba una oreja. Siempre tenía hambre. Siempre -. ¿Te acuerdas cuando encontró el Arpa de las Séis Cuerdas y la ninfa Piscipolis le curó la verruga andadora con un poco de elixir de menta?
- Sí, fue tan romántico.
- Y sangriento.
- Muy sangriento.
- Pero el amor y la sangre siempre van juntos.
- Sí.
Suspiraron.
- ¿No son muy cortas estas faldas? - preguntó al rato Karou.
- A Morson le gustaban así.
Doble mordisco. Saga VampirIos 1, Claudia del Moral, DeBolsillo, 2013
Gundard von Thelmebar es un vampirIo condenado a una existencia de perfección física, gran sabiduría intelectual y una capacidad sexual que rivaliza con la de la oruga canora en su etapa fértil. Vive de noche, se alimenta de sangre humana, no soporta la luz del sol, muere si le atraviesan el corazón con una estaca y solo puede entrar en las casas si le invitan con tres días de antelación. Pero no es un vampiro. Es un vampirIo, un guerrero de la oscuridad que tiene la sagrada misión de proteger a las mujeres humanas de las agresiones de los ullgans, también conocidos como Hombres Bobos, tipos no muy listos que gruñen, se rascan e intentan hacer la cebolleta a las inocentes damas en los lugares más insospechados. Es el mejor en su trabajo, el guardián de la ciudad de Detritus, el más rudo y violento, pero también el más solitario. Hace siglos una bruja lo condenó a la soledad sexual más absoluta. Por un quítame de ahí esa matanza innecesaria de mi familia, la bruja castigó a Gundard dotándolo con un enorme pene del que se escribirían óperas y causaría admiración allí donde apareciese. Sí, un instrumento sexual sin parangón de una belleza indescriptible y al él le otorgó el don de la sabiduría para utilizarlo, pero también le dio un pene con conciencia, con pensamientos, con ganas de dialogar, afición a la literatura inglesa del siglo XVIII y con una enorme boca que no deja de hablar y hablar y hablar.
Desde que se mudó a la gran ciudad de Detritus, Sarah Mortersen ya no es la misma muchacha feliz y confiada que correteaba semidesnuda por los pantanos de Louisiana. Ahora vive encorsetada en pantalones, camisas, blusas y ropa interior que aprisionan su espíritu de gacela saltarina. Pero un inoportuno minitsunami de interior provoca que la familia de Sarah pierda sus tierras y esperanzas y ella se vea en la necesidad de buscar trabajo como monitora de aerobic para estrellas del rock glam en decadencia. Poco podía imaginar que esa noche en un vagón de metro abarrotado y por medio de un anciano que empezó a frotarse contra su pierna a voz de, niña, niña, rico, rico, conocería a un misterioso y enorme vampirIo al que desearía desde el segundo antes de verlo. Pero, ¿por qué pese a toda la pasión y las masturbaciones ajenas que desatan cuando están juntos todavía no han consumado su atracción en un polvo cojonudo repleto de orgasmos devastadores? ¿Por qué Gundard se muestra tan esquivo y no se quita los pantalones bajo ninguna circunstancia ni entre sus fuertes piernas?
A estas alturas nadie sorprende la capacidad de Claudia del Moral para revitalizar cualquier género. Lo hizo con los hombres unicornios, con los highlanders de agua o los hombres sosos, pero nadie podía imaginar que agarraría por los machos un tema como los vampirIos y les daría nueva vida, nuevos flujos y mucha pasión. Con Doble mordisco lo ha conseguido. Una novela terror romántico con grandes dosis de pasión y doble ración de besos en los labios.
En ambos labios.
- Gundard, por favor - Sarah gimió bajo el enorme peso de la entrepierna del vampirIo en su bajo vientre. Tan abultada, tan grande -. Quítate los pantalones. Te harán daño.
- No sé si yo poderrr quitarrrme pantalones. Estarrr aprrretados como cola de carrribú.
- Yo puedo ayudarte - Sarah dirigió sus manos hacia los pantalones de Gundard y con manos diestras le quitó el cinturón.
- Parrra, Sarrrah, porr favorrr... no sabes...
- ¿Qué?
- Mi maldición es horrrible. Es un espanto.
- Gundard - Sarah envolvió con sus manos el hermosos rostro del vampirIo. Era tan guapo y la tenía tan grande -. Sea lo que sea, lo pasaremos juntos.
- Perrro...
- No hay pero que valga. Quítate los pantalones y entra en tu nuevo hogar.
Sarah se abrió de piernas regalando a los ojos de Gundard una visión del paraíso y el infierno en un mismo agujero.
- De acuerrrdo.
Gundard empezó a quitarse los pantalones. Tenía miedo. ¿Qué pasaría cuando Sarah viera su pene y esa sonrisilla que siempre se le ponía cuando veía a una chica guapa? Amaba a Sarah. Era lo mejor que le había pasado nunca y no quería perderla. No podía perderla.
- ¿Me quierrres, Sarrrah?
- Sí, Gundard.
- De acuerrrdo. Pantalones fuerrra.
Y se los quitó.
Era enorme. Mayúsculo. Increíble. Un pene que era la apoteosis de los pitos. Del tamaño de un brazo y gruesa como tres muñecas. Un fascinante y hermoso pedazo de carne enhiesto, orgulloso que iba más allá de lo concebible y solo parecía ansiar perderse entre los pliegues de Sarah. Y esa sonrisa...
Espera...
¿Una sonrisa?
Sí, en el pene de Gundard había una boca que sonreía de forma estúpida. Y habló.
- Hoooola, buenos días. ¿Qué tal estamos? Un día soleado por lo que me han dicho.Y vaya, vaya, ¿quién es esta preciosidad, Gundard? Pilliiiín. ¿No nos vas a presentar? Hola, soy el pene de Gundard y me llaman Dillinger aunque siempre acaban llamándome gracias portento de la naturaleza. Es broma, es broma. ¿No vas a darme la mano? Ains, que te muerdo. Es broma, es broma. Soy muy cachondo yo, ya lo irás viendo. En un pene es bueno ser cachondo, ya lo irás comprobando. ¿Y qué? ¿Qué hacíais? ¿Sexo? Porque yo me apunto, me encanta el sexo. ¿Aunque sabéis que es lo que me gusta más que el sexo? La obra literaria de Tobias Smollet. ¿Habéis leído La expedición de Humphry Clinker? Me sé algunos fragmentos de memoria. ¿Os los recito? ¿O preferís que entre en materia? ¡Entrar en materia? ¡Qué bueno! Como soy un pene.
Sarah miró con una expresión de terror a Gundard.
- ¿Y siempre es así?
- Hoy es bueno. Está de buen humorrr.