(aunque la portada que acompaña la reseña sea de otra edición)
Nota previa. La reseña/opinión/ tontá que viene a continuación es solo de los tres primeros volúmenes de la serie. Faltan diez que iré leyendo y buscando con el tiempo. Lo digo porque puedo comentar después que la estructura de las novelas es muy parecida (incluso repetitiva), pero sé que en posteriores volúmenes esto cambia y la serie se vuelve mucho más compleja. Además, soy consciente de la estrecha relación entre todos los números y por tanto mi valoración de la serie de Lemony Snickett es incompleta. Se solucionará con el tiempo.
¿De qué va?
A los tres hermanos Baudelaire les ocurre una serie de catastróficas desdichas que hacen de su vida cualquier cosa menos algo feliz. Y todo por su tío Olaf que quiere acabar con ellos. De cualquier forma.
Una de las mejores series de aventuras que niños y adultos pueden leer.
¿Por qué?

Hace gala de un humor negro que a los niños les encanta.
Pasas muchas cosas y muchas son malas.
Evita como la peste la condescendencia tanto con los personajes como con el lector (y por esa molesta y maldita condescendencia de los adultos hacia los niños ocurren en esta novela muchas desdichas).
Subvierte los roles típicos de niñas y niños de las novelas tradiciones y se mofa de ellos.
Tiene un uso astuto y afinado de la voz narradora como personaje más.
Es divertidísima.
Es rápida, ingeniosa, llena de acción, juegos de palabras y misterios.
Aunque los hermanos Baudelaire solo quieren una familia, las novelas son muy poco familiares.
Si una historia crece con un buen villano, ésta tiene uno de los mejores. El conde Olad y su séquito de amigos. Cruel, despiadado y completamente amoral. Un gran adversario para tres extraordinarios niños.
¿He dicho que es muy divertida?
Un mal principio es la primera novela. Presentación de los hermanos Baudelaire, del Conde Olaf y su séquito, del abogado de la familia (y representante de toda la condescendencia con la que un adulto puede tratar a los niños) y primas desgracias. Desde la primera frase ("Si estáis interesados en historias con un final feliz, será mejor que leáis otro libro") la voz narradora se gana al lector. Esta primera aventura marca la pauta de las siguiente novelas en estructura y tono (y recuerdo que solo he leído las tres primeras). Los tres protagonistas están muy bien definidos, cada uno con sus características y que de forma sutil subvierten los modelos típicos de las novelas infantiles.
La habitación de los reptiles. Segunda novela y de las tres que he leído, la que más me ha gustado. Todo pinta bien para los hermanos hasta que vuelve a entrar en acción el maravilloso Conde Olaf. Mucha ironía y una voz narradora que interviene, no molesta y va punteando la acción en una parodia de la novela decimonónica.
El ventanal es posiblemente de las tres he leído la que menos me ha gustado aunque no sé si por ella misma o por tener estas tres novelas una estructura tan parecida resulte un poco agotadora. La ironía y el humor siguen presentes y tiene imágenes (esa casa colgada de una acantilado) muy poderosas.
Vamos, que con estas novelas me lo he pasado extraordinariamente bien y me hubiera encantado toparme con ellas cuando tenía nueve años y no con aquellas novelas de burritos con sombrero donde todo eran diminutivos o historias de familias cuyo mayor problema es que se quemaba la cena.
El humor, la aventura y la ironía tan queridas y necesarias.
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