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El juego de la inocencia, Marisa Sicilia, Ediciones B
Buena y entretenida novela romántica/histórica/erótico festiva ambientada en la Francia prerevolucionaria con un ojo puesto en Las amistades peligrosas de Choderos de Laclos y en las historias de libertinos franceses.
La verdad es que aunque el género romántico me interesa mucho, tiene todas mis simpatías y respetos y leo bastante, es difícil que encuentre novelas que me convenzan y me gusten. Supongo que esto se debe a que lo que me suelo encontrar (y lo más seguro es que se deba a que elijo mal) es vaciedad argumental y personajes estereotipados en tramas absurdas y mal conducidas. Y cuando el elemento romántico se encuentra con el erótico, la novela acaba siendo una interminable serie de encuentro sexuales olvidando un trama que se mal resuelve en las últimas diez páginas.
Por suerte, El juego de la inocencia no es esto. Sí que tiene personajes tipo (el libertino, la inocente muchacha) y la trama de la historia no es la más original del mundo, pero Marisa Sicilia consigue que esto no sea un freno a la novela, si no parte de su encanto. Una novela breve con narración fluida, estilo y gracia tanto en el trazo de los personajes principales como en las escenas sexuales. Estas últimas están descritas con elegancia y humor. Vamos, que es una novela muy entretenida, divertida, fresca y que es ideal para una tarde en la que se necesite una lectura ligera y agradable.
Eso sí, contiene una de las parejas protagonistas más odiosas que he leído en tiempo. Él por gilipollas, ella por corderita. Por suerte, Maria Sicilia es lo suficientemente hábil para hacerlos interesantes y para hacer que el lector se interese por la evolución de ambos personajes. No son los mismos los que empiezan en la novela que los que acaban.
Sapphira y la joven esclava,Willa Cather, Impedimenta.
Una excelente lectura. Una extraordinaria novela.
Clásico de la literatura americana del siglo XX. Una mirada al pasado de un país y a un tiempo que no volverá. Pero una mirada sin nostalgia, sin sentimentalismo y sin obviar las contradicciones ni sombras.
Sapphira, una de las pocas propietarias que mantienen esclavos en sus tierras. Una practica que choca con las creencias de sus familiares más allegados y sus vecinos, pero a la que no se atreven a enfrentarse. Y por una sospecha infundada, volcará todo su resentimiento en una joven esclava que goza de la confianza de su marido. Un argumento con tintes melodramáticos que no se ven reflejados en una extraordinaria novela que se cimenta sobre poderosos y complejos personajes, sobre la sutilidad y la elegancia y el realismo. Para que nos entendamos, esta novela se sitúa en las antípodas de su coetánea Lo que el viento se llevó. No hay melodrama, no hay argumento enrevesado, no hay mirada falsa ni tendenciosa a un pasado que no existió. Sapphira y... es una historia sobre la esclavitud y la inhumanidad de esta, pero sin olvidar la construcción de unos personajes complejos y contradictorio. La misma Sapphira, matriarca dura, capaz de tener esclavos y a la vez ser capaz de las mejores acciones o buen humor. Su marido, acobardado, pusilánime, respetuoso, digno. Los esclavos, con sus historias, remordimientos, contradicciones. Es una novela que se olvida del maniqueismo y apuesta por la inteligencia, el buen pulso narrativoy los personajes complejos.
No me extraña que Truman Capote adorara a esta escritora.
Fría venganza, Craig Johnson, Siruela.
Sin temor a equivocarme, la serie de novelas que Craig Johnson le ha dedicado al sheriff Walt Longmire se ha colocado en uno de mis más felices descubrimientos en narrativa policíaca. En un momento en que la narrativa de tintes negros parece dominada por las historias de tintes nórdicos ya sean escritas aquí o allí (y que salvo excepciones me aburren mortalmente), las andanzas de un sheriff en Wyoming me han resultado adictivas y refrescantes.
En esta primera novela se investiga el asesinato de un joven que estuvo implicado hace años en la violación de una muchacha india. Esto le sirve a Johnson para construir un caso interesante, apasionante y con una resolución sorprendente, pero muy coherente con toda la investigación. Y le sirva, además, para presentar un lugar y unos actantes. El pueblo de Durant, en el ficticio Condado de Absaroka de Wyoming. Un pueblo pequeño, donde todos se conoce, al lado de una reserva india con las tensiones que eso provoca. Y unos personajes encabezados por Longmire, un sheriff herido, triste y deprimido que oculta su dolor tras una patina de humor y sarcasmo. Una difícil relación con su hija y la no superación de la muerte de su esposa. Todo esto en una narración fluida, ágil, ambiental y que sirve para una trama apasionante y unos personajes bien construidos y muy redondos. Muy recomendable, mucho. Para todo tipo de lectores. E incluyo a todos aquellos que no sean fui seguidores de la narrativa policíaca.
Bride Stories 1, Kaoru Mori, Norma editorial
Entre los buenos propósitos lectores de este año estaba el de leer más cómic y empezar la lectura de mangas. Reconozco que no he sido un lector de mangas en mis tanto y pocos años de vida y consideraba que tenía que empezar a reparar el daño. Y he empezado con el primer volumen de Bride Stories. Una elección extraña, dirán algunos, pero desde el primer momento me sentí atrapado por este manga.
¿Qué relata? La historia del matrimonio concertado entre una muchacha de veinte años (a la que se considera ya casi una anciana) y un joven de doce. También es el retrato de la sociedad centroasiática del siglo XX. Y esto contado con humor, con gracia y con una maravillosa elegancia. Lo que podría ser el elemento más turbardor (ese matrimonio separado por ocho años) está tratado con mimo, con gracia y cariño. El manga (disculpad si no pongo el género que en eso aun ando algo perdido) es un buen ejemplo de cómo explicar una historia pequeña y cotidiana y que se haga apasionante, con personajes interesantes y con unas enormes ganas de seguir leyendo sobre ellos. Combina de forma equilibrada el humor, el romance, el retrato histórico sin un asomo de sentimentalidad o melodrama.
Todo esto, sin olvidar el prodigioso dibujo de Kaoru Mori. No solo en el virtuosismo con el que trata los detalles (esas dobles páginas de alfombras o todo el capítulo de la talla de la madera), si no en la propia narración (brutal el momento de la caza del conejo) imprimiendo dinamismo y velocidad.
Una historia absolutamente maravillosa.